''infeliz''
-Gracias Miguel.-dije al separarme de él.
-No ha-hay de que...-Dijo nervioso.
-¿Cómo supiste que estaba aquí?-Dije extrañado
-Escu-cuche rui-dos a-así que entré po-por la ven-tana...-Habíamos llegado a la puerta. Tardaba mucho en hablar, pero no me molestaba en absoluto.
-Está bien...Nos vemos mañana Miguel...-Dije abriendo la puerta.
-Bueno, ¿pe-pero que ha-ras con la-la puerta ro-ta? Si qui-eres puedo pa...-Lo interrumpí.
-Nonono, claro que no. Le diré a mi madre que me quedé encerrado, sólo eso...
-Está bi-bien. Adiós Rubén...-Dijo extendiendo la mano.
Se la tomé y me despedí con un ''Adios Miguel''.
Fui a mi habitación, no podía creer que me había ayudado. Estaba sorprendido.
.............
Era tarde, mi madre no había llegado, estaba preocupado. Así que decidí salir a tomar un poco de aire fresco y a mirar si venía mi mamá.
Agarré mi abrigo porque hacía frío y agarré un cigarro.-Si, algunas veces fumaba porque estaba solo y preocupado.-
Agarro el picaporte y escucho ambulancias.
Me preocupé, así que abrí la puerta y vi que había mucha gente alrededor de la ambulancia.
Asustado, cerré la puerta con llave, tiré el cigarro en un cesto y fui lo más rápido que pude para ver que había ocurrido, había camillas, mantas, personas llorando. Tenía miedo.
No podía correr tanto, el frío había ocupado mi aire, no podía respirar, y ya tenía los labios violetas. Comencé a llorar por la desesperación, me imaginaba lo peor.
Llegué a donde estaba la ambulancia y vi que estaban recurriendo ayuda a una mujer.
Era mi madre.
...............
-¡No!-Grité intentando pasar sobre los guardias de seguridad.
-Cálmese.-Vi cómo un guardia me tomaba del brazo y me alejaba.
-¡Es mi mamá!-Las lágrimas habían ocupado toda mi cara, estaba rojo, no podía respirar bien.
El corazón me latía a mil, cuando me dejaron pasar, vi a mi mamá tirada en el suelo con la mano en el su parte más hermosa. Su corazón.
Le habían disparado.
-Mamá...Despierta. Por favor...-Dije sacudiéndola un poco para que lograra escucharme. No había reacción.
Abrió los ojos, me vio llorando a mares, no podía hablar mucho y ella tampoco, pero levantó su brazo y me acarició la mejilla sacando las lágrimas de mis pestañas.
-Rubén...-Dijo sin aliento.
-Mamá...-Me oculté en su mano, no podía verla así.
-Escu...cha, No te preocupes por mi...Estaré siempre cui...dándote desde el cielo, siempre te veré crecer y ser feliz, no...No te preocupes por nada. Olvídate del mundo, olvida que te odias, olvida tus tristezas y remplaza un ''estoy bien'' por una lágrima. Rubén...Siempre te amaré, no llores por mi, no quiero verte triste, te amo muchísimo...
-Mamá...No te vayas, no me dejes por favor...Quiero volver al pasado, cuando me hacías los desayunos, me dormía en tu cama y despertaba mágicamente en la mía, cuando me lastimaba me curabas, cuando el reflejo del sol daba en tus hermosos ojos verdes, por favor...No quiero olvidar eso, no quiero...Quiero que nunca termine...¿Mamá?-Dije preocupado. No había reacción.
-¿Mamá? ¡Mamá! ¡Despierta por favor no quiero que te vayas por favor!
-¡Nooo!-Había muerto.
La ambulancia se había llevado a mi mamá al hospital. No había vuelta atrás.
Los guardias me habían acompañado hasta mi casa, estaba pálido. No podía creerlo.
No podía parar de llorar, saqué las llaves de mi bolsillo y traté de ver algo, pero tenía los ojos muy nublados como para ver que llave era, así que sólo me tiré al suelo y me apoyé contra el respaldo de la puerta a llorar y dejar que la culpa de no haber llegado unos cinco minutos antes para evitar el disparo me matara por dentro.
Estaba acabado.
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