Lighgon había revivido, causando gran destrucción debido a que es controlado por Lord Vragas Bartherion, Livius y compañía salieron a luchar contra la poderosa Deidad, en el camino Mía y Reiji se separaron del grupo para viajar al Abismo a solicitar la ayuda de Eihgon, la segunda Deidad protectora de Ventara.
Después de tantas discusiones Eihgon entregó su Reliquia Sagrada, la Balmung, espada de los cuatro elementos más poderosa de lo que pudieron ser las armas de Lighgon ya que estas sólo tenían un elemento.
Dicha espada fue guardada en un plano temporal diferente.
— Reiji — dijo Mía mientras subían las escaleras para salir del Abismo.
— ¿Qué quieres? — contestó Reiji con un tono de indiferencia.
— ¿Eres un demonio?
— Lo soy.
— Pero, ¿por qué no luchas contra eso?
— ¿Luchar contra la oscuridad de mi interior? Prefiero aceptarla y hacerla mi fuerza para luchar por quienes amo, eso hubiera dicho en otros tiempos y si tuviera a quien amar.
Ambos jóvenes continuaron su camino por las largas escaleras, dejando atrás a la Deidad, pero Lighgon seguía destruyendo todo debido a que el Ejército Imperial no podía contra él, más de la mitad del Ejército habían perecido por los ataques de la Deidad.
Livius continuaba luchando con todas sus fuerzas pero no era la suficiente para derrotar a la Deidad, Chelsea al igual que Revel luchaban a su lado, Elster dirigía al Ejército tratando de debilitar a la Deidad, más naves venían para prestar su fuerza, pero Livius sabía que no podía llamarlos a todos porque si no Gashtar atacaría el Imperio.
— Livius, ¿estás bien? — dijo Gaar a la mente del chico, el cual estaba muy agitado y su respiración entrecortada.
— Lo estoy, no importa qué, protegeré a todos, lucharé con todas mis fuerzas por la victoria, porque, porque ¡soy su rey! — dijo el chico entrecortado.
— Veo que tienes ese entusiasmo — dijo Gaar— Demostremos nuestro poder, es hora de no quedarnos atrás.
— Hay que hacerlo.
Livius en su Armor Beast se iluminó con gran cantidad de Maná, era el Power Evolved de Livius que aumentaba su poder, un aura roja rodeó su Armor, sus espadas emanaban gran cantidad de Maná.
—¡Flame Wheel!
Livius liberó gran cantidad cantidad de fuego en forma de una rueda de gran magnitud cargada con una inmensa cantidad de Maná, dicho ataque fue lanzado contra la poderosa Deidad. Lighgon agitó sus grandes y poderosas alas alejándose en las alturas para evitar el ataque de Livius.
—¡Arrow God Of Light!
Una poderosa flecha cae a gran velocidad en la trayectoria en la cual Lighgon evadía el ataque de Livius, dicha flecha provenía del Aquerion y lanzada por Chelsea la nueva reina de Ventara. La flecha dio de lleno en una de las alas de la Deidad, de esta manera Lighgon perdió el equilibrio y comenzaba a descender.
Muerte se veía alrededor, cadáveres de los soldados, el olor de la pestilente sangre que se calienta con el fuerte sol. Brazos, piernas, cabezas y partes del cuerpo mutiladas, calcinadas o congeladas, cientos y cientos de muertos en el campo de batalla.
—¡Calcining The Firebird!
Revel giró su alabarda varias veces hasta que dicha arma estuvo cargada de gran cantidad de llamas, sus movimientos eran extremadamente coordinados mientras giraba su alabarda por su cuerpo. Una gran cantidad de llamas en forma de un ave salieron en dirección del ala izquierda del dragón, puesto que Chelsea atacó el ala derecha, Lighgon nuevamente recibió el ataque.
— Bien — dijo Livius con una sonrisa.
— ¡¿Pero qué?! — dijo impresionado Revel.
Lighgon comenzaba a aumentar su poder, dicha Deidad poseía la habilidad de aumentar su fuerza y recuperación por la cantidad de ataques mágicos que había recibido, Contraataque Mágico, si bien ya había recibido ataques mágicos, estos últimos eran realmente poderosos y por eso su efecto fue más vistoso.
— Livius, ¡se hace más fuerte! — gritó Chelsea a la distancia.
— Mi rey, al parecer los ataques con magia lo fortalecen — dijo Revel.
— Si esto sigue así matará a todos — dijo Elster.
— Mi rey hay que luchar cuerpo a cuerpo — dijo Lord Preston.
— Elster, iré al frente, que tus soldados ayuden a crear una distracción con ataques físicos — dijo el rey mientras Revel, Elster, Chelsea y Lord Preston estaban frente a él. —Hemos perdido a muchos soldados. ¡Oh grandes guerreros, luchemos por defender nuestra reino!
Unos gritos fuertes de guerra se escucharon de los soldados en el campo al escuchar a su rey motivándolos, algunos soldados andaban rescatando a los aldeanos y llevándolos a un lugar seguro.
— Livius, te apoyaré y estaré a tu lado pase lo que pase — dijo Chelsea.
— Livius — dijo Gaar.
Hasta el momento la batalla se había extendido por cuatro horas, la Deidad tenía siete horas de haber renacido, siete horas de destrucción, siete horas de muertes continuas, eso era lo que Vragas disfrutaba.
— Maravilloso — dijo Vragas con una sonrisa al estar sentado en una especie de trono observando la batalla desde un espejo mágico y a través de los ojos del dragón.
— Mi Lord, estamos en modo invisible para evitar que nos encuentren — dijo Markos.
— Pronto toda la reino será destruida, pronto vengaré tu muerte Silvia, después de doscientos años — decía riendo de manera sádica.
— Mi Lord ¿Qué hará luego de esto? — preguntó Laam mientras estaba al lado de Vragas.
— Buena pregunta, puede que cree un nuevo reino.
Laam el cual había servido a Vragas durante mucho tiempo, quería escapar con su hermana, ya que él no era libre y su hermana era la que sufría cuando el Reflectionaba. Quería liberar a su hermana y ser feliz lejos de las batallas.
—¡Blinding Glare!
Chelsea lanzó una flecha a lo más alto del firmamento y dicha flecha explotó liberando un gran resplandor causando que la visibilidad del dragón disminuyera y por ende Vragas se cegara por estar viendo a través de los ojos de la Deidad.
Livius corrió a gran velocidad cargando sus espadas contra el dragón, sus espadas emanaban Maná y se observaba su poder, pero Livius llevaba luchando cuatro horas continuas y estaba llegando a su límite, su cuerpo ya no soportaba la carga de la Armor Beast.
Reiji y Mía regresaban del Abismo sobre Lyon a gran velocidad, ellos no sabían que había pasado tanto tiempo, pues el Abismo estaba en otro plano temporal y el tiempo corría diferente. Lyon volaba a gran velocidad llegado igualar la velocidad del sonido.
Después de mucho tiempo Reiji y Mía lograron llegar donde Lighgon se encontraba, pero se llevaron una gran sorpresa, todo era un mar de cadáveres, Livius, Chelsea, Revel y los demás habían caído, al llegar Reiji logra observar al rey Livius tendido en el suelo sobre un enorme cráter, a su lado se encontraba Gaar sumamente herido, a la distancia estaba Chelsea sin conocimiento, Neimy estaba sobre ella como si la protegiera.
Revel recostado a un tronco con su brazo derecho fracturado y sangrando por su costado, los soldados muertos casi en su totalidad, no habían podido contra la Deidad, y Lighgon ya no se encontraba ahí.
Mía se dirigió rápidamente donde Livius y comenzó a sanarlo con su magia, Livius comenzó entre abrir sus ojos y vio el rostro de la chica.
— ¡Chelsea! ¡Ayuda a Chelsea! — dijo Livius agitado.
— Lo haré, pero antes debo atenderlo a usted, eres el rey — dijo la chica.
— Y ella mi reina.
— Entendido — dijo Mía yendo hacia Chelsea y comenzando a sanarla.
— ¿Qué pasó? — preguntó Reiji a Livius.
— Lighgon, Lighgon es invencible nada ni nadie puede contra él.
— ¿A qué te refieres?
— El absorbe los ataques mágicos y los hace su fuerza, pero... cuando lo atacas cuerpo a cuerpo absorbe el Maná a contacto, no hay forma de ganar, la única manera es derrotar a quien lo controla.
— Es decir que...
— Hay que derrotar a Vragas — dijo Mía interrumpiendo.
— Pero, ¿cómo fue que esto acabó así? — preguntó Reiji.
— Intenté atacarlo cuerpo a cuerpo, los soldados crearon distracción, pero, cuando por fin había llegado a mi margen de ataque, pero al lanzar un ataque de gran poder mi Maná fue absorbido de golpe, después de eso una explosión de luz se presentó, seguida de impactos de vientos a gran velocidad y todos acabamos así, Lighgon se fue su rumbo era Italika.
— ¿Italika? ¿Las tierras que me diste?
— Sí.
— No lo permitiré, no permitiré que esto acabe de esa manera.
— Ve Reiji, yo te alcanzaré, salva tus tierras.
— Lyon, nos vamos.
— Entendido, Reiji.
— Yo también iré — dijo Mía.
— Como quieras — dijo Reiji.
Reiji montó a su Servant y Mía montó tras de él, Livius y los demás estaban mejor ya que Mía los curó un poco pero no tanto como para volver a la batalla. La única manera de detener a Lighgon es derrotando a Vragas.
Vragas Bartherion aquel hombre que ha vivido por más de doscientos años, ¿qué tan fuerte podría ser ahora? Ya que controla a una Deidad y ha tenido doscientos años para aprender técnicas poderosas a cambio de almas humanas.
Reiji volaba a gran velocidad hacia Italika, debía evitar que Lighgon destruya sus tierras, ya había causado gran destrucción la Deidad por todo lugar donde iba, en su interior, muy en lo profundo Reiji sentía el deber de proteger.
Italika una de las tierras más fértiles de Ventara donde se da el cultivo de uvas para vino, dando grandes entradas económicas, además se produce ganado de carne y leche y muchos productos agrícolas.
Lyon volaba a gran velocidad mientras Rejo se aferraba de manera fuerte a él, con sus ojos Reiji observó a la distancia al dragón, el cual lanzaba poderosas llamaradas contra lo que encontrara en su paso, pero el chico observó al igual una silueta de gran tamaño a unos trescientos metros de la Deidad.
Era la fortaleza flotante de Vragas Bartherion, si iba ahí podría detener al dragón antes de que llegará a Italika, dicha Deidad anteriormente se dirigía a Ciudad Imperial pero se desvió, yendo hacia las tierras del ahora Lord de Italika, Reiji Akasha.
Estando ya cerca de la Deidad, Reiji hizo a Lyon detenerse, Mía invocó sus alas y comenzó a volar en el cielo, Reiji observaba al dragón y a su alrededor, tenía que elegir, luchar contra Lighgon o contra Vragas.
De una u otra forma tenía que detenerlo.
— Lyon, iremos a la fortaleza — dijo el chico.
— ¿Fortaleza? — preguntó el león.
— Sí, la vi con mis ojos vamos hacia allá.
— Oye, ¿no irás a por Lighgon? — dijo la chica.
— Derrotaré a quien lo controla.
— Pero, hay que evitar que haga más desastres.
— Yo voy retenerlo, entonces ve por Vragas.
— Ok.
Reiji salió sobre Lyon a gran velocidad en dirección a la Fortaleza Flotante donde yacía Vragas. Mía por su parte ganaría tiempo con Lighgon, aunque el chico tuviera una Reliquia Sagrada, el hecho que esta arma gaste gran cantidad de Maná lo pone en desventaja ante la Deidad.
— Mi Lord, alguien se aproxima — dijo un hombre al entrar al salón donde Vragas se encontraba.
— Así que nos descubrieron, Marko, Laam, encárguense de él — dijo Vragas con una sonrisa.
— Como ordene, mi Lord — dijeron los hombres y se retiraron.
Mía se colocó a un lado de la Deidad y invocó su Holy Sword, una hermosa Katana larga, la chica la tomó con sus dos manos, sus cuatro alas resplandecían con gran fuerza, la chica ahora en su atuendo llevaba una diadema color negro, su armadura de Valkiria, sus medias blancas hasta los muslos, por su armadura mostraba sus atributos.
Reiji se dirigió hasta llegar a la fortaleza, dio un poderoso corte de Maná, Skaiter, abriendo una brecha entre el campo de fuerza que hacía que la fortaleza si hiciera invisible.
Reiji entró y desapareció a percepción de alguien que lo viera desde afuera.
Llegó a un lugar donde había una hermosa fuente de agua cristalina como ninguna otra, dicha fuente estaba en el centro de un bello jardín con cientos de flores distintas unas de las otras, un lugar muy bello para estar aquí.
Vio la entrada compuesta de dos enormes puertas, que en el centro de estas, estando unidas, había una especie de timbre, que eran tres cabezas de un perro, una en cada puerta y la mitad de una en cada puerta, ya que cuando se cerraban formaban una sola cabeza.
Reiji se acercó y las puertas se abrieron solas de un momento a otro, dándole paso, las puertas llevaban a un largo pasillo oscuro, era muy fino, eso se podía notar a simple vista, Lyon había regresado al sello, preparándose para la batalla, el chico caminó, cada vez se hacía más oscuro, con cada paso que diera, pero para él no era dificultad debido a sus ojos.
De un pronto a otro un relámpago se hace sentir, Reiji de forma rápida coloca su espada de manera defensiva bloqueando el ataque, usos pasos se oyen en la oscuridad y por donde pasa las lámparas se encienden.
— Así que eres tú — dijo un chico con su rostro inexpresivo.
— ¿Tú otra vez? — dijo Reiji.
El chico rubio llevaba una lanza en sus manos y estaba listo para luchar, Reiji con la Claymore en sus manos esperaba el ataque de su oponente, ya casi era el ocaso.
El chico rubio se lanzó a una velocidad impresionante contra Reiji, apareciendo frente a él lanzando un corte diagonal, Reiji lo bloqueó fácilmente, su espada estaba llena de fuego, dio un salto hacia atrás y lo lanzó.
—¡Fire Blast!
Una gran explosión de llamas se liberó en ese momento, yendo contra el joven rubio que lleva por nombre Laam, Laam por su parte gira su lanza de gran manera y a gran velocidad usándola como escudo para evitar el daño del ataque de Reiji.
Reiji cargó a gran velocidad contra Laam, lanzando corte perpendiculares uno de los otros, Laam lograba bloquear los ataques de Reiji con su lanza, el chico rubio dio un salto hacia atrás cargándose de gran cantidad de electricidad y corriendo a Reiji.
—¡Electric Tackle!
Reiji por su parte invocó gran cantidad de viento canalizado en su espada, liberando un tornado a gran velocidad, dicho tornado lo que hizo fue absorber el ataque de su oponente.
—¡Twister!
— No tengo tiempo para esto — dijo Reiji— Lyon, Crimson Armor.
De pronto una luz cubrió a Reiji por completo y se comenzó a crear una armadura color carmesí, su casquete en forma de cabeza de león con su larga melena, la armadura sólo dejaba sin protección la boca y barbilla del chico.
— Esta vez no será como la anterior — dijo Laam.
El chico comenzó a emanar gran cantidad de Maná y relámpagos de su cuerpo, su cabello rubio desaliñado se alzaba y se colocaba de puntas, alrededor de los ojos del chico aparecieron unas marcas color amarillas, se podía ver su increíble cantidad de Maná que se desbordada de gran manera.
Ese chico había desarrollado una técnica conocida como el Guardian Mode, en el cual canalizada más cantidad de Maná del que su guardián debería de dar.
—¡Guardian Mode: Great Lightning!
Al agitar la lanza se liberó un gran relámpago que rebozaba de poder a gran escala, Reiji de igual manera lanzó una poderosa llamarada, ya que en la Crimson Armor normal no puede canalizar los elementos de Ophis, el relámpago chocó contra la llamarada generando una gran explosión.
La explosión destruyó parte del techo del pasillo donde se realizaba la batalla, Reiji aprovechó la explosión para aparecer frente al chico y lanzar un poderoso corte con su espada, pero Laam lo detiene.
Reiji se comienza a iluminar y su armadura cambia de forma rápidamente, el chico no quería perder tiempo aquí y dejar que Lighgon continuara destruyendo todo a su paso.
La armadura del chico ahora era color, carmesí con acabados en dorado y plateado, con seis hemos as alas doradas, y la larga melena color plateado, debía seguir y rápido, Mía no podría retener a Lighgon, ni el Ejército Imperial pudo.
—¡Elemental Whirlwind!
El chico cargó contra Laam a gran velocidad mientras giraba y su espada se llenaba de los cinco elementos que Reiji controlaba, Laam creó un escudo pero no era lo suficiente fuerte como para evitar el daño total, si bien no murió, cayó noqueado al golpearse con una pared.
Reiji avanzó a gran velocidad por los múltiples pasillos que parecían un laberinto interminable, las lámparas estaban encendidas, por alguna razón Reiji perdonó la vida de Laam al no matarlo cuando pudo.
Alguien aparecía en medio del pasillo interrumpiendo el paso al chico.
Era un hombre alto y musculoso, llevaba una armadura negra y dos hachas de guerra, una en cada mano, ambas armas de color negro con plateado, tenía el cabello negro y llevaba una barba de igual color, era Markos, él era el próximo oponente de Reiji, su padre.
— Mierda, quiero ir a ayudar — dijo Livius mientras se levantaba.
— Livius, no puedes — dijo Chelsea.
— Mi reino, rayos solo pasa dos días de mí cororeino y esto sucede — dijo mirando al cielo, en cuál ya estaba color rojizo al igual que la luna.