Hold Me Close, Don't Let Go...

De JuliethVillareal

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EL primero y el peor de todos mis fics en la vida... Mais

Sinopsis
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
capitulo 8
Capitulo 9
capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17
¿Quieren que siga?
Capitulo 18
Capitulo 20
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24

Capitulo 21

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De JuliethVillareal

Luego de caminar varios minutos en un silencio asfixiante, llegamos a casa. Lo único que deseaba era dormir de una vez.

Kellin recibió una llamada antes de despedirse, debido a su cercanía conmigo en aquel momento, pude ver que el numero estaba registrado con el nombre de ''Steven'', Kellin rodó los ojos y bufó fastidiado antes de contestar, reí y justo antes de que pudiera preguntar el motivo de aquel gesto, Kellin me besó. Pero esta vez, de otra manera. No correspondí a dicha acción porque le había hablado sobre eso y, en cambio, abrí mis ojos fugazmente desconcertada.

Kellin había cerrado sus ojos violentamente y lágrimas salían lentamente de sus ojos dando un rápido recorrido por sus mejillas.

-Este será el último, lo prometo.-Susurró abriendo sus grandes ojos.-

No articulé palabra alguna porque Kellin dio un ultimo beso en mis labios y puso otro más en mi mejilla.
Volteó dándome la espalda y se alejó con la vista baja, una mano dentro del bolsillo de sus jeans y la otra secando sus parpados.

Estampé mi mano en mi rostro y resoplé intensamente cansada. Saqué las llaves y entré.

-Heath! -saludó Mike- quien preparaba una pizza en la cocina al mismo tiempo que escuchaba una vieja y muy conocida canción de Maroon 5 en la radio.

-Hola -sonreí- ¿y Víctor?-pregunté-

-Oh... ya sabrás... -se encogió de hombros.-

-¿en su habitación?

-Si, oye, ¿Qué tal tu día? -cuestionó sonriente-

-Fatal, una porquería, un infierno. -escupí exhausta al recordar-

-¿y eso? -Interrogó reduciendo su amplia sonrisa a la mitad-

-Oliver fue al parque, yo estaba con Kellin y... ¡oye el perro no era de Alysha! -reclamé dejando de lado el tema del que pretendía hablar-

-Ah no, no lo era. -Rió nervioso mordiendo su lengua-

¡Que jirafa más adorable puede llegar a ser Michael!

Palmeé su nuca diciéndole ''estúpido'' mientras el reía. En un intento fallido de evitar un nuevo golpe, manoteó lanzando la bolsa de harina que había sido exageradamente abierta.

-¡¡¡¡¡¡¡MICHAEL!!!!!!! -Grité colerizada sintiendo el polvillo en mis ojos, cara, ropa y cabello.-¡Vas a limpiar todo, ahora mismo! -reproché molesta pasando mis dedos por la nevada y empolvada piel de mis parpados-

-Sí, no importa, lo haré. Ya cállate. -Dijo serio- Lo miré confundida percibiendo el polvo en mis pestañas.

-Ya no puedo esperar más, tienes que saberlo ahora, Heather.-limpió su cara con una servilleta-
Lo miré enojada.

-¿Qué?, ya estas ebrio Mike.

-¡que no! Ya basta. -Ordenó mirándome a los ojos-

-Ay, ya dime. -Dije intimidada- mi hermano se relajó en un asiento del comedor y me pidió que me sentara en uno.
-Ya deja el misterio habla de una vez. -amonesté-

-Bien, iré al grano porque no sé cómo hacerle una introducción al tema -rió- en fin... Oliver jamás hizo daño físicamente a nadie.

-¿Eh?

-Lo que escuchaste, tonta. -Rodó los ojos fastidiado- El no mató a nadie, jamás fue culpable de ningún crimen. -Me miró esperando una respuesta-

-¿Ah no? -susurré-

-No.

-P-pero ¿Por qué me dijiste lo contrario antes?, ¿Vic lo sabe?-pregunté desconcertada-

-¿Recuerdas que fui a verlo cuando estaba en el hospital? Bueno, ese día me contó todo, y no creo que alguien en esa condición y después de tanta humillación se atreva a decir mentiras, ¿no crees?
Asentí mientras emitía un sonido con mi garganta para invitarlo a que continuara.

-Él decía la verdad, Heather. -Declaró por ultimo.- sonreí.

-¿Ya no se odian? -pregunté sin borrar mi gesto satisfecho.-

Una noticia como esa me alentaba, pero no me hizo sentir como antes. Me hacía falta él, tal vez.

-Shh. Vic no sabe y no puede enterarse. -rió por lo bajo regresando a su oficio-

-te quiero Mikey -reí sintiéndome extraña mientras lo abrazaba-

-Yo también, enana. -dijo casi asfixiado-

-¿Y ahora qué? -pregunté preocupada separándome de él-

-Ve por él y déjame en paz. -Dijo agarrando una escoba-

-¿y si me odia? -Pregunté yo sin tomar importancia por su comentario-

-No te odiará, Heather -frunció el ceño molesto- estoy seguro de que ha estado soñando con ese...

-¡Kellin me besó en el endemoniado parque y creo que Oliver nos vio, Michael! -Intercepté zarandeándolo- Mike frunció el entrecejo y abrió los ojos como un par de redondos y grandes platos soperos-

-¿Por qué le seguiste? -cuestionó soltándose bruscamente, entre sorprendido y enojado a la vez-

-¡No lo sé! -gruñí-

Deslizó su mano embadurnada de harina alrededor de su cráneo dejando los pequeños cabellos recién nacidos teñidos de blanco.
Reí provocando su molestia cuando lo notó.

-Hablaré con él, te diré lo que me ha dicho y veremos si lo arruinaste o no. -habló sonriendo sarcásticamente-

-Ok -respondí seria- oye, ¿y Vic?-pregunté-

-Yo no voy a contarle nada, y si no lo haces tú. Que se entere por su cuenta entonces. -Se encogió de hombros-

-Creo que sucederá lo último.-reí nerviosa-

-Como sea. Ya déjame limpiar.-dijo-

-Si, ya me voy. Oye, a propósito... -pensé un poco recordando lo que iba a preguntarle hace un momento- Uh, ¿Hannah está arriba?

-Salió con un tipo, no se dejó ver.-Rió rodando los ojos-

¿Ronnie?

-Ya veo. -Dije- adiós miguel, estaré durmiendo. -dije riendo al notar su mirada cansada y molesta sobre mí-

El odia su nombre en castellano.

-No me llames así, ¡Te avergonzaré en frente de quien menos te lo esperas! -gritó amenazante con una toallita de papel en sus manos, la mirada dirigida a las escaleras que yo abandonaba con el avanzar de mis pasos.

Dejé salir una estridente y horrible carcajada antes de entrar a mi habitación y echarme a dormir.

Narra Oliver

Tenía la buena intención de pasar una feliz tarde con migo mismo. Oliver y Scott solos, solo ellos y nadie más. Pero no, había algo que no estaba satisfecho si de mortificarme se trataba.

Cuando llegué al parque me encontré con ellos.
Y estuve tranquilo, pero pensé en muchas cosas; Cosas no tan buenas para mí.

Pensé en cómo pudo ella haberme remplazado tan pronto; en que tal vez debía entenderla porque soy la persona más reemplazable del mundo y también pensé en que nadie me necesitaba.
Recordé que jamás me dijeron que yo era importante para alguien. No recuerdo haber escuchado algo así que sea para mí. Pero consideré que así estaba bien, porque así crecí y a eso estaba acostumbrado. Y tal vez era feliz, yo y mi perro éramos felices.

Cuando llegué al parque en el que Oskar dejaría todo el estrés que pesaba en su lomo, me encontré a Kellin y Heather justo en frente, no muy cerca pero resaltaba más que lo demás.

Cuanta miel, cuanta dulzura...

Traté de sobrellevar la punzada que sentí en mi pecho, pero al final me quede pensando en Oskar, mi nuevo amigo para toda la vida. El no merecía estar encerrado en un apartamento tan deprimente y oscuro como el mío.

Me sentía como excremento de algún roedor callejero, pues, así era como enamorarme de alguien que jamás pensaba en mi me hacía percibir las cosas.

Oskar corrió hacia ellos, intenté llamarlo con regaños y la voz torpemente baja y nerviosa, para no llamar la atención de la pareja de enamorados; pero Oskar no se inmutó si quiera.

Oskar seguía caminando inconscientemente hacia ellos, olfateando el suelo con cada paso.

-No, ¡Oskar! -Susurré con la voz enronquecida- Esperé por una mirada de su parte para hacerle señas que lo hicieran regresar conmigo, pero no siempre pasa lo que quiero.

Cuando el perro estaba a unos metros de Heather y Kellin, un pequeño de manos torpes dejó que Oskar arrebatara un caramelo de entre sus dedos; la única forma para atraer la atención de el enano cuadrúpedo.

El niño tiraba del abrigo de su padre distraído repetidas y desesperadas veces, intentando contener las lágrimas mientras señalaba su ya difunta golosina.

Reí mordiendo mi lengua y agradecí por la torpeza de aquel infante, que había sido como un ángel para mí.
Oskar regresó en busca de comida en el basurero que tenía yo a mi lado. Acaricié su cabeza sin dejar que tocara los desechos, susurrándole ''idiota'' mientras reía. Me había llevado un buen susto por su culpa.

Miré a Heather, sostenía un caramelo, al parecer era de limón; lo supuse porque el limón es verde y el colorante de limón también lo es, al igual que aquella paleta que Heather sostenía. Ella tenía la vista tan perdida como la de Kellin. Ambos, en posturas que distanciaban notablemente al uno del otro, podían darse la espalda con tan solo girar unos cuantos grados.

Intenté creer que Heather no estaba bien con Kellin, pretendí convencerme de que Kellin la estaba presionando como según yo hizo con Amanda cuando esta murió. Pero la escena siguiente me dejó devastado, o peor.

Kellin besó a Heather, y ella correspondió complacida, empuñé los ojos y aparté mi mirada de ahí, contuve las lágrimas y me llené de ira.

Sacudí mis parpados y el agua explotó, mis ojos ardían.
Tenía mis ojos nublados, al igual que mi cabeza lo estaba por los recuerdos.

Solo espero que esta vez no le haga daño a ella.

Parpadeé repetidas veces para dejar salir las lágrimas que habían vuelto a opacar mi horizonte; Busqué a Oskar con la mirada y sentí la de Heather sobre mí, me vi obligado a mirarla y me maldije después de hacerlo, ella estaba tomando la mano de Kellin y lloraba, tenía lagrimas que aun desde tan lejos pude detallar.

Las lágrimas atacaban a mis ojos a manera de neblina, dejándome sentir la sensación de estar ciego.

Aparté la mirada de ella y dándole la espalda empecé a buscar a Oskar. No dejé que las gotas saladas completaran su ciclo, antes de que eso sucediera, pasé el costado de mis dedos por el contorno de mis ojos dejando mis manos húmedas; Una vez encontré a mi amigo hambriento, agarré la correa y poniéndola antes alrededor de su cuello, me marché.

Cuando llegué a casa, decidí echarme a dormir, cosa que mi alarmado celular hizo imposible.

Mi mamá se había preocupado por mí, era ella quien llamaba, pero no quise contestar, no quería hablarle a ella. Me había abandonado como a un perro...

Papá y mamá me quisieron mientras fui un niño, un niño que jugaba y decía tonterías para hacerlos reír todo el tiempo. Pero cuando crecí, ya no me amaban lo suficiente.

Cuando encontré a Oskar, me sentí fuertemente identificado con él. Oskar estaba abandonado, y seguramente su "familia'' lo dejó en la calle porque creció, mordió accidentalmente al mocoso de tres años de edad o simplemente porque se orinó en la alfombra.
Lo mismo habían hecho mis padres conmigo.

El celular insistió en el sonido.
Lo agarré decidido a contestar de manera cortante, pero no pude hacerlo después de escuchar el llanto de mi madre.

-Scott... Tomas, To-om... -sollozó- tu padre y tom...

-¿M-mamá? -pregunté sin entender-

-¡¿mama, qué tienes?! -Insistí entrando en desesperación-

Escuché como respuesta la voz del operador diciendo que no era posible mantener la llamada sin saldo internacional, para luego perturbar mis oídos con el molesto ''beep'' que advertía el fin de la llamada.

Miré confundido a la nada, intentando adivinar lo que sucedía pero mi cerebro no daba para ello.
Tomé mi abrigo y salí a una tienda cercana para comprar saldo internacional a mi celular y llamar a mi mamá.

En el camino, encontré a Kellin, vi que sostenía su celular y corría con el rostro afligido; lloraba.

Notó mi presencia pero no le dió importancia. su aspecto era tan extraño que me hizo estremecer; escuché gritos provenientes de su garganta que a duras penas logré entender. El rogaba a la linea que atendia su llamada "No, no, no por favor" incontables veces. Fruncí el ceño en confusion y olvidé sus asuntos de inmediato siguiendo mi camino como Kellin continuaba con el suyo.

[...]

Había intentado llamar varias veces, pero no pude volver a escuchar a mamá.

-¡Diablos! -susurré escuchando por centécima vez la molesta voz afeminada del operador diciendo "Numero fuera de servicio". Lancé el celular sobre la cama y recolecté todo el oxígeno que mis pulmones me permitían para luego dejar salir un graznido de frustración.
Me estampé contra la cama luchando por no pensar en la miseria de toda mi existencia.

Solo diré una cosa: #WeMissMCR #ThreeYearsWithoutMCR 💔 he pasado un enlutado 22 de marzo y una hora del dia siguiente en el mismo estado.

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