Premonición.
***Narra Abby***
¿En qué día volverá todo a la normalidad?
Es una respuesta que no creo encontrar por un largo tiempo, y supongo que no volverá a ser normal nunca más.
...
- Que preciosa te vez con el vientre abultado. – Dijo Damon con voz emocionada. –
- ¿Qué? ¿Dices que me veo bien así... gorda? – Hice pucheros. – parezco una ballena. – Protesté. –
- No, no. Para mí te vez hermosa, y los amo. – Besó mis labios. – Ya solo quedan un par de semanas para que estos preciosos se dignen a salir. –
- Sí... - Acaricié mi vientre. – Y es recomendable salir a caminar, así que... haré eso. – Asintió con la cabeza. –
- Ve con cuidado. –
Tomé mi botella de agua y salí a caminar para recorrer por última vez estos lugares. Pronto tendremos que volver a Mystic Falls, este no es nuestro hogar.
Para salir del territorio de la casona caminando, hay que recorrer el bosque, ya que el camino de salida a la carretera es de tierra.
Con esta panza me canso con mayor rapidez, asique decidí descansar en una roca para beber un poco de agua y refrescarme, el sol está más fuerte de lo común.
Cerré mis ojos para sentir algunos rayos de sol en mi cara y escuchar a las aves cantar, es tan relajante. Podría quedarme horas oyendo.
Pero los vuelvo abrir cuando siento una risa irónica. ¡Por favor, no! Otra vez se vuelve a repetir lo mismo. Voltee para verle la cara.
- Katherine. – Dije en voz baja. – De inmediato como pude me levanté, pero me agité más de lo que estaba. Y los bebés se manifestaron dando pataditas, en el peor momento. –
- Abbigaíl, que sorpresa encontrarte por estos lugares. – con ambas manos señala el lugar sínicamente. – Pero si estoy aquí no es para alagarte. – Toma una rama caída del suelo y la rompe, quedando una astilla grande y puntiaguda. –
- ¿Qué haces? – Pregunté asustada. - ¿Por qué no te vas y nos dejas en paz? – Retrocedí unos pasos, pero casi tropiezo. –
- Esto deberían haberlo hecho hace mucho tiempo. –
Sin dejar que respondiera o intentara siquiera defenderme, se acercó a mí a velocidad vampírica. – con esto del embarazo no puedo utilizar mis habilidades y como saben me drenan toda la magia. – Se pone por detrás y me toma por el cuello apuntándome con la rama que rompió.
- ¿últimas palabras? – Me mira vengativa. –
- ... - No me salen palabras, tengo miedo. Los bebés... -
- ¿No? Bien, terminemos rápido con esto. –
Me mira por última vez a los ojos y me entierra la rama en todo el corazón, haciendo que mi respiración se agite y se acabe con más rapidez. Me siento débil y suelto un grito agudo para caer y azotarme contra el piso. LA respiración me empieza a faltar poco a poco, me asfixio.
- Abby... - Escucho a lo lejos con mis ojos cerrados. – Abby... - Reitera, pero esta vez siento que me mueve. –
Logré abrir por completo los ojos y di un respiro profundo para reincorporarme.
- Dios... - Me senté rápido en la cama. Toqué por inercia mi pecho. – Creí que moriría. –
- No... fue solo una pesadilla. – Me tranquiliza Damon. –
- Una muy real. – Lo miré fijo y algo pálida. – Katherine quería matarme. – Le conté. –
- Eso no pasará. No mientras yo esté con vida. – Afirmó. -
Al ver que no podía seguir durmiendo, me levanté e hice mi rutina, pero sin Damon. Le rogué que descansara un poco más, ha hecho guardia nocturna con Stefan, realmente los admiro.
Me vestí y bajé a la cocina intentando no hacer tanto ruido, saqué un vaso con agua y me senté en el taburete, apoyando mi cabeza en una mano.
¿Será posible que esa pesadilla lo hayan provocado las brujas de Marcel? Bueno, es una probabilidad, ya que están confabuladas con él, o simplemente fue la misma Katherine.
Ahora... lo que me pregunto, ¿Qué le hice a la doppelgänger original para soñar algo como eso? Y la respuesta es... nada, ni siquiera la llegué a conocer en persona, tampoco creo que mis padres les hayan hecho algo, lo que pienso, y puede que me equivoque, es que está siendo manipulada por Marcel, como hace con todo el mundo.
Sentí un ruido en el living, lo que hizo que me saliera de mis pensamientos, es como si se hubiese rompido un jarrón o algo de vidrio. Tomé valentía y me dirigí para ver que estaba pasando.
Me asomé poco a poco por la puerta, pero solo era Davina. Me relajé y respiré con normalidad.
- Me asustaste. – Recriminé. –
- Lo siento. Es solo que... -
- Es solo que, ¿qué? – Fruncí el ceño al ver en el estado que está llegando. Me paré en seco y me crucé de brazos. – Espera... ¿vienes recién llegando? – Levanté una ceja. –
- S... Sí. Pero por favor no le digas a nadie. – Suplicó. –
- Hm... - Entrecerré los ojos dudando. – No diré nada si me cuentas el por qué. –
- Bien, tú ganas. – Se rindió. –
Nos sentamos en el gran sillón del living y me acomodé para que me contara por qué llega a estas horas.
Según dice, salió con un "amigo" que conoció cuando estaban en enfrentamientos de los Mikaelson y su madre, o algo así.
¿Cómo tanto para siempre tener algún tipo de conexión con los Mikaelson? Si se preguntan, sí. Está saliendo con Kol, el tercero de los originales. Es mitad brujo y mitad vampiro, como yo. Eso da algo de terror, pero a la vez es una ventaja de poder entender qué somos realmente.
- ¿Qué hacen despiertas tan temprano? – Pregunta con voz baja mi mejor amiga. –
- Conversando... cosas de chicas. – mentí. – No puedo acusar a Davina y decir que no llegó a dormir por estar con el "enemigo". –
Otro día que pasa con "normalidad", lo digo entre comillas porque los bebés han estado más inquietos que nunca, eso es extraño. Pero lo relaciono a que cada día crecen, nada más que eso. Estuve todo el día con los chicos compartiendo fotos de pequeños de todos, fue realmente chistoso. Ver fotos de Damon y Stefan cuando niños, además de ser en blanco y negro, claro. Bonnie y Caro no han cambiado absolutamente nada, son igual de hermosas que ahora.
Y para que decir Davina, es como la hermana menor que siempre quise, nos entendemos a la perfección. No me gustaría que se quedara sola por aquí, sobre todo si su misma familia le dio la espalda cuando más lo necesitaba.
En fin, el sol se escondió y la noche apareció más temprano que de costumbre. La neblina bajó apenas oscureció, y los chicos tenían pensado en ir a la ciudad para una "cena-reunión" con Klaus y la familia de Hayley para buscar más aliados y no quedar desprotegidos.
- ¿Por qué no quieres venir? – Me hace pucheros, Damon. –
- No tengo ganas. – Manifesté cansada. – Estoy... embarazada. – Dije con tono chistoso. –
- ¿Te pierdes una fiesta? – Interino Caroline. – Eso no lo creo. –
- Ja. – La miré con ambas cejas levantadas. – Estaré bien, recuerda que pusimos un hechizo a la casa para que nadie pueda entrar ¿recuerdan? – Ambos se miraron cómplices. –
- Bien. Tú ganas. – Afirmó mi mejor amiga. –
Tal y como lo hablamos, los chicos irían a la fiesta, incluyendo Damon. Nos conviene que él vaya con ellos, da igual si me quedo sola en casa, no saldré de aquí y estaré segura, bueno... lo estaremos.
Terminé de arreglarle el cuello de la camisa a Damon y le abroché el bléiser azul marino, se ve sexy.
Una hora más tarde los fui a despedir a la puerta principal, y subí a mi habitación para descansar y leer un poco. Necesito mi espacio, llevo mil sin leer algo relajada.
A los minutos sentí la puerta abrir, pensé que se le había olvidado alguna cosa en particular a alguien, asique bajé las escaleras con una amplia sonrisa, pero no me esperaba esta sorpresa.
- Katherine... - Dije en voz baja. Claro que ella me escuchó. –
Me dedicó su típica sonrisa y su mirada tan particular para articular.
- ¿Me dejas pasar? –
- ... - No respondí. –
- Bien, si no es por las buenas, será por las malas. – Volteó la mirada y unas chicas se acercaron.
Se pusieron por delante de Katherine, con sus brazos sobre la entrada y cerraron los ojos concentrándose. Son brujas, maldición.
Mi corazón comenzó acelerarse, al igual que mi respiración. Las brujas bajaron los brazos y retrocedieron para darle paso a Katherine.
Lo primero que hizo al entrar fue romper una mesa pequeña que se encontraba en al lado de la puerta principal y le sacó una de sus patas para tomarla entre sus manos y caminar directamente hacia mí.
Me tomé del pasamanos para no caerme de espaldas ni nada por el estilo. Esto es parecido a la pesadilla que tuve anoche, ¿Fue premonitorio? ¿Estoy desarrollando esa habilidad para saber cuándo estaré en peligro?
Estuvo a unos centímetros de enterrar la daga sobre mi pecho, pero en un - "mal" -, buen momento, llegó el moreno para detener la acción de Katherine.
- ¡Detente! – Gritó al asomarse por la puerta principal. – La necesito con vida. – Hizo una pausa. – A ella y a los bebés. – La doppelgänger le devolvió la mirada y retrocedió. – Nos volvemos a ver, Abbigaíl. – Me dedicó una sonrisa. –
- Mar..cel... - Tartamudee con dificultad. -
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Hice el capítulo con Amorsh :3