Capitulo 16
Multimedia: Aiden
Narra Noah
—Vamos—dije extendiendo mi mano hacia Aiden, no es que a él le encante el contacto, de hecho aún es muy reacio y se nota bastante cuando le curó las heridas. Pero el hecho de ir afuera donde está el resto de la gente le aterra lo suficiente como para buscar mi compañía.
Los tres subimos al auto, Aiden y yo atrás a una distancia prudente mientras Jayden iba al lado del conductor.
Aiden miraba el interior del auto con mucho recelo.
—¿Hace cuanto no te subes a un auto?—pregunto Jayden casi leyendo mi mente.
—Desde los cinco años—respondió simple y con voz monótona, lo que era normal, en el.
—¿Qué te parece¿ ¿te agrada?—pregunte, no se veía incomodo, pero quería asegurarme, él asintió.
Mientras salíamos del bosque y nos adentrábamos en la cuidad pude notar una expresión de molestia en el rostro de Aiden.
—¡uhg! ¿que es ese olor?—pregunto frunciendo la nariz. Jayden y yo aspiramos profundamente pero no captamos nada fuera de lo normal.
—Nada huele extra...—decía hasta que fui cortado por Jayden.
—Espera, ¿te refieres a los humanos? ¿son ellos quienes apestan?—pregunto Jayden.
—Eso creo—dijo Aiden arrugando el rostro.
—¿Hace cuanto no vez a un humano?—pregunte confundido, es decir, su olor quizá no sea el mejor, pero no huelen tan mal.
—Desde que tenía cinco años, ellos no me dejaban salir de la mansión y esto es lo más cerca que he estado de uno desde entonces—dijo en voz baja y amarga.
Aiden siempre se pone incómodo cuando tienen que hablar sobre su vida en la mansión de los Fierce.
—¿Crees poder con ello?—pregunte, no es que creo que vaya a vomitar, pero si no se siente bien no lo obligaré. Para mi sorpresa el asintió rápidamente.
—Señor hemos llegado—mencionó el chofer haciendo sobresaltar a Aiden, él suele asustarse con frecuencia, de hecho tuvimos que explicarle que el chofer no le haría daño antes de que accediera a subir al auto.
Estamos en el estacionamiento del centro comercial y mi mayor miedo era que Aiden reaccionara mal ante las personas. Una vez que llegamos a la puerta y esta se abrió automáticamente nos topamos con un mar de gente y bueno es de esperar, es Navidad.
En cuanto Aiden divisó toda aquella gente su mano se entrelazo con fuerza en la mía, estaba nervioso.
—Nadie te hará daño—le dije sosteniendo su mano.
Los tres entramos a varias tiendas y en todas Aiden se probó ropa, al principio le costó porque quitarse y ponerse ropa con tantas vendas era casi un reto, pero lo logró.
Narra Aiden
Estaba dentro de lo que ellos llamaron vestuario probándome la ropa que Noah había escogido para mí. Toda era realmente costosa y perfecta aunque yo estaría bien con lo que él quisiera dame, es decir ya era un privilegio que quisiera comprar ropa nueva para mí.
—Aiden, encontraste algo que te guste—pregunto Jayden ya que Noah se había alejado para buscarlo algo, no iba a mentir, no siento la misma paz al estar con Jay que con Noah, pero sé que él no me quiere hacer daño.
Estar rodeado de tantos humanos me pone muy nervioso, aunque para ellos no soy un Omega o esclavo sino solamente un adolescente más, desnutrido y feo, igual me preocupaba y aterraba estar solo ahí.
Salí del vestidor y le di un puñado de ropa a Jayden, seguido de un asentimiento con la cabeza, el resto la puse sobre la mesa, lo que no llevaría. Camine muy cercano a Jayden lo que no es normal porque el contacto físico es en definitivo un problema.
Al llegar a la caja vi a Jayden poniendo un gran cantidad de cosas como perfumes de marca y otras cosas costosas sobre la mesa del cajero.
Luego lleno unos documento, eso era extraño, porque no lo había hecho en otros lugares.
—¿Qué haces?—dijo mi curiosidad en voz alta.
—Compro presentes de Navidad, ya sabes estamos a dos semanas y quiero estar preparado—explicó. Preparado para que? Una guerra o algo; pensé sin entender y de seguro en percibió mi incertidumbre.
—Mira, escoges lo que quieres regalarles a las personas, lo pagas y luego llenas unos papeles para que ellos sepan cómo envolverlos y unos días antes de Navidad a alguien los deja en casa—explicó.
Oh bueno la última vez que alguien me explico esto en su versión había un viejo gordo que le lleva regalos a todos los niños. Pero al parecer son los propios familiares quienes te dan presentes. Quiero comprarle un presente de Navidad a Noah, para que sepa lo mucho que pareció que me haya salvado la vida. Pero no tengo nada de dinero.
—Me prestas dinero, te lo pagaré de algún modo, lo que tu quieras—le dije a Jayden.
—¿Qué? ¡Oh dios! Aiden te prestaré el dinero sin problema, no tienes que devolvérmelo, no es necesario—dijo Jayden y sentí muchas ganas de abrazarlo, pero las reprimí.
—¿Así que que deseas comprarte?—pregunto mirándome.
Yo miré al suelo con mucha vergüenza.
—Quiero comprarle un regalo de Navidad a Noah—dije en voz baja y sintiendo como mi rostro se extra calentaba.
—Para eso me has pedido el dinero, oh dios no puedes ser más tierno—dijo sonriendo.
—Sip, pero no sé que comprar, tampoco sé que le gusta y no me quiero equivocar—mencione con miedo de decepcionar a Noah.
—Para empezar lo que le des lo va a amar y segundo, por hoy concentrémonos en ti, mañana tu y yo hablaremos del presente de Noah, de acuerdo?—dijo tratando de tranquilizarme. Yo asentí feliz, tenía tanta suerte de conocer a estos chicos.
Después de un rato Noah regreso y pagamos.
—Creo que es hora de un descanso de medio tiempo, quieren ir a comer?—pregunto a lo que Jayden respondió con un por supuesto.
—¿Así que qué quieres comer?—pregunto Noah mirándome, la verdad no me interesaba mucho, yo no tenía hambre.
—¿Hamburguesa?—respondí con una pregunta.
—¿McDonalds o algún lugar específico?—vaya creo que no dejará de pedir mi opinión, no me malentiendan me gusta opinar, pero a la vez me pone nervioso y obviamente estoy fuera de costumbre en ese aspecto.
—No lo sé, nunca he probado una de hecho, mis padres eran vegetarianos y no les gustaba nada de eso—explique y bueno era obvio que ese tampoco que era un platillo que me permitieran comer en casa de los Fierce.
—en ese caso vamos a McDonalds, no te voy mentir no es el mejor lugar, pero te va a gustar—dijo Jayden.
Como ellos dijeron fuimos al lugar y ellos ordenaron por mi, la comida fue simplemente deliciosa, las hamburguesas eran más ricas de lo que se veían en televisión.
Luego de comer por fin volvimos a la mansión, donde de hecho también me sentía muy nervioso por la familia de Noah pero al menos en su habitación sentía algo de paz.
Narra Noah
Unas dos horas después de regresar a casa Aiden ya estaba listo para dormir y yo también, pero en el sofá.
—Buenas noches—dije apagando la luz de la habitación.
—¿Noah?—escuché su dulce voz desde la cama.
—¿Si?—respondi.
—Gracias por comprarme ropa, eres la primera persona que lo hace en 10 años y además te has gastado un montón, no debiste—murmuro casi inaudible.
—Tú lo mereces cariño—respondí.
Mierda, le he llamado cariño.
—Gracias de todas formas—respondió en voz baja y no pasado más de 10 minutos cuando escuche como su corazón comenzó a ir más lento, se había dormido.
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Publicado en Ene. 28, 2016.
Editado en 2018.