El resto de los días nuestro grupo estuvo reparando el muro de Alexandria y limpiando las calles. Al menos cuando despertara Carl vería una Alexandria nueva y renovada ya que también extendimos un poco el área.
Cada día iba a visitar a Carl, a veces pasaba la noche en su casa y Rick nos invitaba a cenar junto con Enid. Nos encontrábamos en el comedor riendo y platicando Michonne, Enid, Rick, Judith y yo, aunque Judith no podía hablar aplaudía tiernamente cuando reíamos.
Terminamos la cena y Enid se fue a la que es nuestra casa, yo me quedaría con Carl cuidándolo, como siempre.
Entré a su habitación y tomé asiento en la silla donde siempre me situaba cuando venía a cuidarlo, acaricié su cabello un momento y cerré mis ojos para tratar de dormir.
Carl, estos días han sido demasiado pesados con tu ausencia, siempre intento mostrarme alegre y activa en frente de tu padre y su grupo pero cuando cae la noche me encierro en mi habitación y no puedo evitar echarme a llorar deseando que estuvieras conmigo, a mi lado.
Cariño, ¿Cuándo vas a volver a mí?
Un par de lágrimas se hicieron presentes, recordaba los momentos que Carl y yo habíamos pasado juntos, esos recuerdos eran mi consuelo. Después de divagar por un rato en mi memoria por fin me quedé dormida, poniéndole fin temporal a la agonía en donde estaba sumergida.
En medio de la noche pude sentir como alguien acariciaba mi cabello, me quedé aún recostada disfrutando la sensación que tanto había extrañado pero caí en cuenta de que no había nadie más en la habitación aparte de mí y Carl.
Desperté exaltada y ahí estaba él, dedicándome una tierna sonrisa con su ojo vendado y cabello despeinado. Nos quedamos mirando unos segundos en silencio, aún no podía asimilar que Carl estuviera despierto frente a mí sonriendo.
Reaccioné y lo abracé de inmediato quedando encima de su regazo, él correspondió a mi abrazo con la misma intensidad con la que yo lo hacía. Me aparté para verlo bien y asegurarme que no fuera un sueño y absolutamente no era un sueño.
Después de observarnos unos segundos en esa posición nos sumergimos en un tierno beso que mostraba cuanto nos habíamos extrañado el uno al otro, nos separamos para tomar aire y nos quedamos acostados en esa cama donde Carl había pasado en coma casi una semana.
-Te extrañé mucho, Sheriff.- dije con la voz quebradiza, no podía evitar no llorar.
-Yo también te extrañé pequeña.- volteó a mi dirección y quedamos frente a frente acostados en esa cama.
-Vine todos los días a verte, te cuidé y te platicaba cosas a pesar de que no podías responderme.- reí al recordar como Rick me observaba siempre con una sonrisa al verme hablándole a Carl- Tu padre también venía cuando podía, había mucho trabajo en Alexandria y ya sabes, trabajo de líder. Por cierto, ya sabe de lo nuestro.- expliqué a Carl todo lo que había sucedido en su ausencia.
Él solo me observaba y acariciaba mi rostro, a veces me interrumpía para darme besos cortos y la sonrisa de ambos era notable.
Dormimos el resto de la noche juntos, abrazados, aferrados el uno al otro con miedo de ser arrebatados una vez más.
Desperté y Carl no estaba a mi lado, volteé hacia todos lados de la habitación y no lo encontraba por ningún lado. Me paré de prisa de la cama y corrí hacia la entrada pero choqué con él.
-¿A dónde vas con tanta prisa?- preguntó sonriendo sosteniéndome de los hombros.
-Entonces no fue un sueño.- sonreí y me lancé hacia sus brazos para abrazarlo.
Correspondió mi abrazo y nos quedamos así un rato.
-¿Dónde estabas?- pregunté y nos separamos.
-Fui a dar la vuelta en Alexandria con Judith, mi padre me dijo que no has dormido bien estos días y te dejé descansa.- tomó mi mano y nos dirigimos hacia la planta de abajo- Te preparé el desayuno.
Nos sentamos en el comedor y comí gustosa el desayuno que había preparado para mí, él solo seguía observándome alegre.
-¿Sabías que Tara se fue a vivir con Denise?- pregunté intentando sacar un tema de conversación.
-¿De verdad?- preguntó sorprendido.
-Sí, las dos se ven felices juntas.- dije con una sonrisa mientras acababa mi desayuno- Creo que ya te diste cuenta que Judith cada día crece más, parece ser que será una niña muy fuerte.
-Claro, como su hermano.- dijo y reímos.
-También tu padre abrirá equipos de expedición para buscar más supervivientes, después del ataque... bueno, quedamos muy pocos.- me sentía algo triste al recordar aquella situación.
Carl lo notó y tomó mi mano en forma de consuelo. Mientras él estuviera aquí conmigo no importaba nada más.
-¿Quieres ir a ver a Fuzzy? Seguro te extraña mucho pero no tanto como lo hice yo.- me paré y fui directo a lavar mi plato.
Carl se puso de pie y me abrazó por la espalda. Era la sensación más hermosa que podía existir en ese terrible y desgastado mundo.
-Claro que quiero ir, solo no te alejes de mí.- susurró en mi oído haciendo que mi piel se erizara.
Terminé de lavar el plato y volteé hacia él para darle un tierno beso. Tomó mi mano y salimos de su casa hacia la mía.
Llegamos y abrí la puerta, no estaba Enid dentro de la casa y Fuzzy recibió a Carl con ladridos de felicidad y saltos. Carl jugó con él un rato mientras nos encontrábamos en el jardín. Parecía un sueño del que no quería despertar nunca, deseaba que todos los días fueran así, solo él y yo.
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Merecían un capítulo para ellos dos solitos después de tanto tiempo separados aaaaa