Narra Enid
Cuando vi a Los lobos entrar intenté ir por Ellie para sacarla de aquí pero para mí mala suerte no pude llegar a ella gracias a que Alexandria estaba invadida de ellos, lo único que hice fue salir trepando los muros como siempre lo hacía.
Sabía que Ellie era torpe a la hora de defenderse pero Carl estaba con ella, estaba en buenas manos. Solo me quedaba confiar en que estaría bien y huir para sobrevivir.
Cuando me encontraba algo lejos de Alexandria pude escuchar el sonido de la bocina de un camión, sabía que provenía de Alexandria, era demasiado arriesgado regresarme para ayudar y salvar a mi hermana.
Sabía que aquel sonido atraería a los caminantes que Rick intentaba alejar de Alexandria, su plan había fallado.
Me escondí fuera del bosque en un lugar que solían ser unas tiendas de distintas cosas. Pasé el resto del día y la noche escondida en ese lugar leyendo algunos comics.
No podía estar tranquila, el miedo me invadía al pensar en volver a Alexandria y encontrar a todos muertos, en especial a mi pequeña hermana, mi única familia. Anocheció y me quedé dormida en una de los locales vacíos del lugar.
Al amanecer recolecté lo necesario para sobrevivir en ese momento y lo puse en la mochila que llevaba. Seguí caminando sola por las calles intentando idear un plan para entrar a Alexandria sin tener que cruzarme con Los lobos o los caminantes que ahora deber estar invadiendo el lugar gracias al sonido del camión.
Pasé por un callejón y vi salir debajo de un basurero a un hombre que se me hacía demasiado familiar.
-¿Gleen?- pregunté al hombre en lo que él salía debajo del contenedor de basura.
-¡Enid!- respondió aliviado. Sí, si es Gleen.
-¿Qué pasó? ¿Por qué salías de ahí?- estaba algo confundida, creí que estaría en Alexandria con los demás.
-Estaba con Nicholas cuando la horda de caminantes se desvió y escapamos hacia este lugar, solo que quedamos atrapados. Subimos al contenedor de basura pero Nicholas no pudo resistir más y se suicidó, hizo que cayéramos en el grupo de caminantes que nos siguió pero yo me refugié bajo su cuerpo y luego debajo del contenedor, esperé hasta que los caminantes se fueran para salir.- explicó.- ¿Todos están bien?- preguntó al final.
-No lo sé, salí de Alexandria cuando Los lobos atacaron, mataban a cualquiera que se les cruzaba.- tenía la mirada fija al suelo recordando como Los lobos se deshacían de las personas en Alexandria como si fueran solo caminantes.
-Maggie.- susurró Gleen llevando su mano derecha hacia su cabello dirigiéndolo hacia atrás.
-Sabes que son personas fuertes, debemos tener fe. Yo estoy preocupada por Ellie, si perdemos la cordura ahora no podremos hacer nada por ellos.- lo miré fijamente a los ojos esperando la respuesta que quería.
-Sí, tienes razón.- dijo por último. No era lo que esperaba pero estoy satisfecha.
No sé cómo se encuentran ahora pero por favor, de todo corazón, sobrevivan.
Narra Ellie
Desde que comenzó el día todos nos pusimos a limpiar el desastre que se había causado con la invasión de Los lobos, fuimos casa por casa verificando que no hubiera algún cadaver o caminante.
La torre que se encontraba fuera del muro pero demasiado cerca nos inquietaba por el ruido que hacía, estaba ladeada en dirección dentro de Alexandria, si eso caía destruiría parte del muro y daría paso a los caminantes , sería casi imposible huir de ellos.
-Ellie, ¿terminaste?- pregunta Carl acercándose a mí.
Iba saliendo de una de las casas, estábamos terminando de verificar que no nos faltara nadie y todo estuviera en orden.
-Sí, terminé.- me acerqué a Carl y lo besé, un beso tan corto y tierno a la vez.
Carl me sonrió y me abrazó.
-Te amo.- dijo el castaño con preciosos ojos azules.
-Yo te amo más.- respondí apartándome de él y tomando su preciosa carita con mis dos manos.- ¿Ya te he dicho antes que me encantas?- sonríe ante mi pregunta y me alza con sus fuertes brazos.
-No, quiero que me lo digas.- sonrió y correspondí su sonrisa.
-Me encantas.- separó la corta distancia que había entre nosotros y me besó.
Eugene interrumpe nuestro mágico momento con el sonido de su garganta carraspear.
-Chicos, lamento interrumpirlos pero... ¿pueden ayudarme con este radio? Intento dar un mensaje de ayuda.- dijo Eugene.
Carl y yo nos separamos. Seguimos a Eugene hacia una de las casas vacías, movimos todos los botones que la radio tenía intentando encontrar un canal para transmitir dicho mensaje, después de un rato logramos encontrar uno.
-Hola, mi nombre es Eugene. Somos sobrevivientes de Alexandria, nuestra comunidad ha sido invadida por caminantes, si pudieran ayudarnos podríamos recompensarlos. Por favor, hay niños aquí que necesitan ser salvados.- finalizó su mensaje.
-Espero que alguien lo escuche.- dije.
-Sí, gracias por su ayuda y perdón nuevamente por interrumpirlos.- dijo por último y salió de la casa con el radio.
Carl y yo también salimos de la casa, nos dirigíamos hacia casa de los Grimes. En medio del camino el ruido de la torre cayendo y rompiendo parte del muro de Alexandria interrumpió en nuestro camino. Nos quedamos estáticos por unos segundos observando como los caminantes pasaban de a poco.
El padre de Carl y habitantes de Alexandria salieron para averiguar de dónde provenía aquel sonido que sonó por toda Alexandria.
-¡LOS CAMINANTES ENTRARON, ENTREN A SUS CASAS!- grité apurada, me dirigí corriendo a casa de Carl y él iba tras mío.
Deanna salió a ayudar a Rick acabar con unos cuantos caminantes, al ver como ellos se enfrentaban ante esas bestias decidí quedarme a ayudarles para abrirles paso y entren todos rápido a sus casas. Rick iba a ser mordido por uno de los caminantes pero Deanna se interpuso en su camino y fue mordida en su lugar.
Estaba sorprendida por la escena que acaba de presenciar, la mujer que me dio hogar había sido mordida.
-¡Vete ahora Rick! Sabes que tienes el mando, cuida a mi gente por favor.- dijo Deanna por último antes de correr en dirección opuesta a nosotros.
Carl me tomó mi brazo con fuerza y nos adentramos a su casa, Rick venía con nosotros.
-Deanna... ella...- apenas podía hablar, mi respiración estaba agitada y mi corazón acelerado. Carl sin decir una sola palabra me abrazó, acarició mi cabello y depositó un beso en mi frente intentando calmarme, yo solo me puse a llorar.
-Jessie y sus hijos están aquí, creo que no falta nadie.- dijo Rick asomándose por la ventana.
Carl y Rick se movilizaron poniendo muebles en la puerta para evitar que los caminantes puedan entrar. Estaba sentada en el piso intentando pensar en algo, necesitaba calmarme.
-Fuzzy, tengo que ir por Fuzzy.- me paré rápidamente e intenté dirigirme hacia la puerta trasera pero Carl me detuvo abrazándome por atrás. Su enorme figura y sus brazos fuertes evitaban que pudiera moverme, no podía hacer nada.
-Ellie, necesito que te calmes. Dejamos a Fuzzy encerrado en tu casa, sabes que es un perro tranquilo, en cuanto podamos iremos por él.- dijo Carl intentando calmarme, Rick solo nos miraba desde su lugar y no dijo ni una sola palabra.
Jessie se hizo presente junto con sus hijos, en cuanto vi a Ron mis sentimientos pasaron de preocupación a enojo. Me liberé de los brazos de Carl y me abalancé contra Ron, sujetando el cuello de su camisa.
-¿Dónde está Enid? Ella siempre estaba contigo, ¿Qué le hiciste?- pregunté enfadada. Los demás nos miraban sorprendidos y Carl se fue acercando para calmarme.
-¿Yo que voy a saber? Dijo que iba a buscarte y no la he vuelto a ver.- respondió.
Lo solté con brusquedad y Carl me alejó de él, no despegué mi mirada ni un segundo de él, sentía que me estaba mintiendo. Ron solo me miraba con burla.
-Ellie, por favor contrólate.- dijo Rick, con una postura seria y dominante.
Me llevaron hacia una de las habitaciones para que me calmara, el pequeño Sam estaba conmigo y me miraba asustado, ahí fue cuando comprendí que me estaba excediendo demasiado con mi comportamiento. Me estaba convirtiendo en un problema para ellos.
-Está bien tener miedo, yo también tengo miedo.- dijo Sam rompiendo el silencio entre nosotros.
-Sí, tengo miedo.- le respondí con una triste sonrisa, una de esas que aunque tú no estás bien intentas que el otro piense que sí.
Bajé las escaleras para reunirme con Carl, él y Ron no estaban donde Jessie, Rick y Judith se encontraban. No le mencioné nada a Rick y fui a buscar en el cuarto de atrás.
Vi como Ron y Carl estaban peleando, rompieron la puerta de atrás que era de cristal, algunos caminantes se hicieron presentes e intentaban pasar, Rick se hizo presente de inmediato y los separó mientras yo intentaba que los caminantes no entraran a la casa. Jessie traía a rastras uno de los sillones de la casa para ponerlo en la entrada.
-No quiero que esto vuelva a suceder, si discuten una vez más poniéndonos a todos en riesgo tendrán que sufrir las consecuencias.- dijo Rick demasiado molesto, susurraba para no hacer más ruido de que ya habíamos hecho.
Tomé la mano de Carl intentando que se calmara, él correspondió a mi agarre y su respiración se fue calmando de a poco. Ron solo nos dedicaba una mirada de odio y Jessie se disculpaba por el comportamiento de su hijo mayor.
Después de discutir unos minutos sobre cómo saldríamos de esta situación Rick ya tenía la idea perfecta para escapar.