Louis asintió y harry rodeó el auto para subirse al asiento del acompañante, suspiro relajado cuando se sintió protegido en aquel vehículo. El castaño puso en marcha su auto para dirigirse al parque. Notó como el rizado limpió el rastro de lágrimas de sus ojos con la manga de su suéter, se veía jodidamente vulnerable.
— ¿Por que lloras?—preguntó curioso el castaño y harry torció la boca.
—No es de tu incumbencia—respondió serio y louis alzó los hombros riendo ante el comportamiento adorable del niño.
—Esta bien... no eres de hablar mucho ¿verdad?—preguntó mientras estacionaba su vehículo y bajaban ambos del auto.
—Supongo—alzo los hombros y camino junto con louis a comprar ese rico helado.
Para suerte de ambos chicos la lluvia ya había cesado así que ambos adolentes decidieron tomas asiento arriba de ese viejo árbol donde harry solía jugar.
—Cuando era más chico me costaba subir a este árbol—harry dijo con vos ronca provocando un escalofrío en louis.
—Si lo se...—louis dijo riendo y harry alzó una ceja confundído—Digo... me imagino, es un árbol... complicado de subir—tartamudo nervioso y se dió un golpe mental ante lo tonto que era.
—Si supongo que lo es—harry contesto marcando un hoyuelo al hacer una media sonrisa, visualizo una flor en aquel árbol y sonrío cuando la corto para colocarcela en sus rizos.
Louis miró la acción del rizado atentó, joder, harry no había cambiado en nada, seguía igual de bonito, de inocente. observó como la flor estaba cayendo y tuvo ese impulso de acomodarla pero lo contuvo cuando vio que harry sacó la flor de su cabeza enojado y la arrojó al suelo.
—Mariconiadas.