Nenita; larry

40. "¿harry?"

Louis bufó al toparse con el semáforo en rojo; la lluvia caía fuertemente ensuciando su auto limpio que milagrosamente había lavado ayer, cosa que había sido muy mala idea, tal vez debió infórmase de como estaría el tiempo antes.

Decidió tomar el camino largo a casa así que recorrió el centro de la ciudad mirando por la ventanilla los diversos locales que ya se encontraban con el cartel cerrado colgado en sus puertas.

—¿Harry? —alzó una ceja confundído.

Se sorprendió al ver a harry caminando a paso lento mientras pateaba una piedra. Miró al rizado quitarce su chaqueta y colocarsela sobre su cabeza para evitar mojarse. Louis no lo dudo ni un segundo y se acercó cuidadosamente al rizado con su auto para no espantarlo.

—Harry ¿quieres que te lleve a tu casa?—dijo louis sonriente u harry dio un brincó de sorpresa, miró al castaño por unos segundos sin responder, mordió su labio inferior, el cual tiritaba de frío, con nerviosismo negó con la cabeza.

—No es conveniente.—respondió serio sin dejar de caminar.

—¡Vamos Harry! estas tiritando de frío.  por favor... —louis insistió.

Harry rascó su nuca y asintió pues seria muy tonto picar un resfriado, rodeó el auto y subió al asiento del acompañante, suspiro relajado cuando el calor interno del vehículo lo cubrió.

—¿Tienes frío?—louis preguntó preocupado.

Harry volvió a asentír sobando sus brazos para calentarlos, louis maldijo tener roto el aire acondicionado de su coche, rápidamente se desprendió el primer botón de su chaqueta y se la sacó para colocarla sobre el helado cuerpo de harry con suma delicadeza. Harry marcó un hoyuelo sonrojado y se aferró a la campera que desprendía el exquisito aroma del castaño.

—Gracias... william—rascó su nariz y frunció levemente el seño mirando por la ventanilla.

Louis sonrió y condujo siguiendo las direcciones que el rizado le daba hasta que llegó a aquella vieja casa azul marino, estaciono el auto en la puerta. Las luces se encontraban encendidas y se podía ver la silueta del padre de harry mientras tomaba una botella de cerveza. harry se maldijo por aver aceptado que louis lo llevara.

—Gracias por traerme, adiós.—abrió rápido la puerta y se dispuso a salir.

—¡Espera!... y-yo quería saber si tal vez, ¿quisieras ir después de clases a tomar un helado?—preguntó tenso y sonrío para darse confianza.

Harry escuchó como su padre abría la puerta y gritaba muchas incoherencias insultando al rizado, louis frunció el ceño y harry tapo sus oídos por un momento cerrando los ojos. Louis iba a decirle algo al rizado cuando éste abrió derrepente.

—No. ya debo entrar.

No le dio tiempo al castaño de hablar cuando vió que el pequeño rizado ya estaba en la puerta de su casa siendo tomado del brazo por su padre y entrando a su casa.