Tú no sabes lo que es volver a casa. Salir del ruido y que sólo suene música en la que señalábamos cuántos hijos tendríamos.
Qué vas a saber tú de caminar con el corazón en forma de tacones. En la mano. Bajo la lluvia.
Tú que vas a saber de calar si siempre desapareces a los doces golpes de semen contra mi pecho. Si te lavas las manos tras la tormenta. Ignorante.
Tú no sabes lo que es volver a casa. Buscar un punto de apoyo sin recordar tu polla. Verlo todo en negro porque se corren los ojos antes que yo.
Y dormir entre taquicardias. Como si el amor llamase a mi puerta para embargarme tu recuerdo.
Contar pesadillas.
Dormida.
Y despertarme.
Buscar entre aspirinas el remedio para curarme todas estas rozaduras que me ha dejado tu piel.
Y anestesiarme.
Marcar tu número de teléfono y aparecer en tu puerta.
Porque tú no sabes lo que es volver a casa.
Y yo, sólo, aprendo a dormir en la tuya.
Irene X