Fui TAN idiota que me enamoré del mejor amigo de mi novio

732 19 0
                                    

Todo comenzó con algo tan pequeño como una conversación en un bar. Nada especial, simplemente una de esas veces en las que alguien te da un consejo que te llega tan adentro y te parece tan sincero que te hace sentir sumamente valorada. 

En ese preciso momento, comencé a verlo de manera distinta: él era especial, y no me había dado cuenta hasta entonces. Lo bonito de todo era que la situación resultaba completamente inofensiva, sabía que sus palabras eran pura amistad, porque había una red de seguridad que eliminaba el flirteo de la situación: él era el mejor amigo de mi novio.  

Pasa el tiempo y el destino hace que te lo cruces con más asiduidad que a nadie. O al menos, eso te parece. Notas como se pone contento cuando te ve, como te mira con ternura. Sientes como se te queda una sonrisa tonta al despediros. Cada vez te parece más guapo, más simpático, más todo. Una vez más, piensas que es totalmente inofensivo. Porque aquí nadie está flirteando.

Desde aquella mágica conversación las cosas han cambiado: ahora ya no era la novia de su amigo, ahora eres su amiga, y me lo hacía saber escribiéndome, proponiéndome planes, preocupándose cuando tenía problemas... Yo tampoco me quedaba atrás, y forzaba la situación para que mi novio le invitase a hacer planes los tres juntos. Repito, aquí nadie estaba haciendo nada, pero si mi novio no hubiese sido quien era, si lo analizaba objetivamente, hubiese jurado que le gustaba. Y una vez que ese pensamiento se cruzó por mi mente, ya no había vuelta atrás, no pude borrarlo de mi mente.

Las grandes charlas conmigo misma dieron como resultado diversas teorías: ¿se corta porque su amigo es mi novio? ¿O precisamente esto está pasando porque eres un reto para él? Sabes que él nunca te haría daño, pero te resistes a pensar que te lo estás inventando todo.

¿Y qué coño pasa contigo, amiga? ¿Estás saboteando tu relación? ¿Estás buscando una vía de escape para huir de unos problemas que ni siquiera sabía que tenía? ¿Sería distinto si no tuviese novio? ¿O me estoy comiendo la cabeza porque necesito atención?

Buscaba respuestas a todas estas preguntas de forma continua, y se convirtió en una especie de niebla en mi cabeza de la mañana a la noche: que te guste alguien mientras tienes pareja no solo es normal, sino humano, eso lo tenemos todos claro. Pero cada vez me fiaba menos de mí misma, y comenzaba a persuadirme la idea de que actuaba motivada por el morbo de la situación, sin tener realmente sentimientos reales. O también había una alternativa, una que a la que no quería dar alas porque implicaba sufrimiento: que me estaba enamorando de él. Simple y llanamente.

Ahora ha pasado un tiempo, aparqué el tema y decidí no revelar jamás a nadie el embrollo que ha dominado mi cabeza durante meses. Reflexioné, y me di cuenta de los graves problemas que atravesaba mi relación. Rompí con mi novio. Lo puse todo en su sitio.

Hasta que un día salí de fiesta, y allí estaba él. Con su sonrisa, su mirada, sus ganas de hacerme reír... Y entonces su boca dijo lo que sus ojos llevaban un año explicándome: Me gustas.

Claudia Ramoneda.

Anda, déjate de gilipolleces del que dirán y dame más versos....Where stories live. Discover now