Antes que todo, tienen que saber que este episodio no influirá para nada en la historia, ya que como pueden leer en el título, es un episodio especial. Además, este especial se centra en cuando Shikamaru y Temari ya eran novios.
Los rayos del sol entraron por la ventana de aquella habitación. Minutos más tarde el despertador comenzó a sonar como loco.
- Agh.
El pelinegro intentó apagar dicho aparato, lo cual no dio resultados.
Joder, lo que me faltaba. Qué fastidio.
Con pereza, se levantó de la cama para poder detener el despertador antes de que su madre viniera a reclamarle por el ruido que éste emitía.
- ¡Shikamaru Nara!
Ese grito provocó que su piel se erizara.
La puerta de la habitación fue abierta bruscamente, dejando ver a la mujer enfadada.
- ¿Cómo se te ocurre despertarte a éstas horas? -lo regaña.
- ¿A qué te refieres? Son las...-miró el despertador por unos segundos y golpeó su frente- ¿Cómo es posible que haya puesto mal la hora?
Oh cielos, Temari me matará.
Suspiró.
- ¿A qué viene ese suspiro, Shikamaru? -la pelinegra enarcó una ceja- Vistete pronto, Temari ha de estar esperando en la entrada.
- Que fastidio, ¿sabías que tú y ella parecen dos gotas de agua? -caminó hasta el cajón donde yacía su uniforme Jounin- Igual de...
- ¡Santo cielo! He creado un hijo demasiado vago...-se lamentaba la mujer mientras desaparecía por la puerta.
Vago, ¿eh? Esa es la palabra que usa Temari.
Tomó la parte de arriba y se sentó en las afueras de su habitación. Allí se encontraban dos gatos observándolo.
Era un día otoñal, las hojas de los árboles comenzaban a caer en demasía a esas alturas del año.
El chico se quedó hipnotizado por el bello sonido que emitían las hojas danzantes. Pero el aleteo de los pájaros bastó para regresarlo a la realidad.
- ¡Mierda! Había olvidado completamente lo de Temari. -murmuró el muchacho mientras se vestía a la velocidad de la luz.
Se despidió brevemente de su madre y emprendió un corto camino hasta la entrada de la aldea, donde seguramente -99.9% de probabilidades- estaría su ahora "novia" esperándolo.
Pero en su trayecto se encontró con un problema.
- Disculpa...uh...¿podrías ayudarme a rescatar a mi gato? -preguntó un pequeño jalando su uniforme.
- Resulta que voy un po...
Pero el pequeño no prestó ni un ápice de atención a la excusa de Shikamaru, y con ilusión le preguntó:
- ¿Me ayudarás, nii-chan?
Dando un largo suspiro y maldiciendo en voz baja, asintió resignado.
Temari me matará de todas formas.
El pequeño que minutos después fue conocido como "Sayo", lo condujo hasta la academia.
- ¡Espera! ¿No le pediste ayuda a algún maestro? -preguntó Shikamaru incrédulo.
- Hoy no hay clases. -Sayo se encogió de hombros- Y todos los adultos andaban ocupados.
- Era obvio que todos están ocupados, después de todo son shinobis. -miró el recinto- ¿Viste donde se fue el gato?
- Está en aquellos árboles. -señala algunos que se encontraban a metros de ellos- Pero aún no he aprendido como enfocar el chakra en mis pies.
Shikamaru se dirige hacia los árboles, donde estaba un pequeño gato gris afirmándose de la rama que parecía estar más firme que las demás.
- Hey gato, ven aquí. -le dijo el pelinegro fastidiado.
- ¡Así no debes llamar a un gato! -regañó Sayo- ¡Lord Fuffy! -gritó, llamando la atención del felino.
Y yo creí que los niños eran creativos a la hora de poner nombres.
- Pues si vas a darme órdenes, hazlo tú.
Luego de un buen rato, el felino seguía sin bajar y el pequeño continuaba dando órdenes a Shikamaru.
Harto de las distracciones que le provocó el niño, comenzó a caminar hasta la entrada de la aldea, pero grande fue su sorpresa al no encontrar a nadie allí.
Se detuvo al escuchar las risas de Izumo y Kotetsu.
- ¿Qué es lo que les causa tanta risa? -preguntó molesto.
- Tu novia, aquella de la Arena. -Kotetsu intentaba aguantarse la risa- Hizo un verdadero escándalo.
- ¿Cómo? -preguntó incrédulo el Nara.
- Así es. -contestó Izumo más calmado- Alegó que eras un idiota irresponsable y que te fueras al infierno.
- Eso quiere decir que no entró a la aldea, ¿o si?
- Bueno, para haber estado esperándote tantas horas, lo mínimo que podría hacer hecho era quedarse, pero te dejó esto.
Kotetsu le entregó un pequeño objeto "tamaño bolsillo".
- ¿Un pañuelo?
Shikamaru miró el objeto con incredulidad. Debido al viento, el pañuelo blanquecino cayó al suelo, dejando ver algo que se encontraba en su interior.
Pétalos de cerezo.
El chico le había prometido a Temari que la llevaría a comer unos dangos y luego ir a ver los pétalos de cerezo caer.
Claro, porque en Suna esos paisajes son imposibles de ver debido a ser una zona desértica. Entonces, la muchacha de cabello rubio le lanzó una apuesta al actual líder de clan Nara, en la cual, si ella ganaba, Shikamaru tendría que hacer lo que ella quisiera.
Desafortunadamente para Shikamaru, Temari acabó como vencedora. Pero bueno, después de todo aquel chico siempre tiene más de una estrategia en mente, así que es muy probable que se haya dejado ganar.
- Gracias por la información, Izumo y Kotetsu.
Y cerciorándose de que no hubiera nada que pudiera detenerlo nuevamente, comenzó la búsqueda de Temari.
Llevaba un par de minutos saltando se rama en rama, cuando se detuvo a sentarse en el verdoso pasto que se encontraba lleno de hojas de cerezo.
- Cielos, donde se habrá metido esa problemática. -murmuró el chico mientras observaba los pétalos que aún caían.
Pero Shikamaru tenía una sensación extraña. Sentía que alguien lo observaba desde hace bastante tiempo, desde la salida de la aldea, para ser más específicos.
Dejó de meditar al respecto, y estaba a punto de levantarse cuando escuchó una rama crujir, y como consecuencia el haber servido de aterrizaje para quien se encontraba encima de él.
- Rayos...¿Temari?
- ¿Entonces eras tú quien me seguía? -preguntó el chico sorprendido.
- Más que seguirte, podría decirse que te guié hasta aquí. -sonrió de forma zorruna- Aunque es una lástima que no trajera los dangos, porque muero de hambre.
- Hmp. -se encogió de hombros- Ya estamos aquí, ¿que más vamos a hacer? Lo único que nos queda es ver estos pétalos.
Temari se sentó bajo el gran árbol de cerezos, mientras Shikamaru reposaba su cabeza en las piernas de ella.
El tiempo pasó volando, ya eran alrededor de las seis de la tarde.
- Ya es tarde, creo que deberíamos regresar a la aldea antes de que anochezca. -comentó el chico, recalcando el "mos" dentro de la oración.
- Debo volver a Suna, nos vemos bebé llorón. -respondió ella ignorando lo que dijo Shikamaru anteriormente.
Comenzó a caminar lentamente, cuando Shikamaru la tomó del brazo.
- ¿Enserio rechazarás mi propuesta? -preguntó mirándola directamente a sus ojos.
- ¿Y porqué habría de aceptarla?
- Es San Valentín después de todo.
- ¿Ah? ¿Crees en esas cosas, Shikamaru? -preguntó sorprendida.
Shikamaru siempre demostró desinterés a las cosas que tuvieran que ver con romanticismo, de hecho, esa fue la razón por la cual Temari lanzó la apuesta. Aquella rubia sabía que él se dejaría perder, y a cambio, haría que el chico la llevara a pasear.
- Además no tengo ganas de quedarme en una hostal.
El pelinegro la miró pícaramente.
- Entonces, ¿quieres aprovechar que mi casa estará sola? ¿a eso te refieres? -el chico le sonrió divertido- No me lo esperaba de ti.
- ¡Que no!
La chica lo golpeó con brusquedad en el hombro.
- ¿Y si te llevo por dangos? -preguntó Shikamaru resignado.
- Eso cambia las cosas. -respondió Temari de brazos cruzados- ¿Vamos?
¿Quién era la que desde un principio se negaba a ir? Definitivamente te convertiste en una verdadera problemática, en mi problemática.
- Temari, espera.
El chico la detuvo cuando se encontraban a unos metros de la entrada de la aldea.
- ¿Qué quieres ahora?
Comenzó a darse vuelta, cuando fue sorprendida por Shikamaru.
- Eres un idiota, bebé llorón. -dijo entre besos.
**********fin**********
¡Y así es como acaba el especial! Feliz día de San Valentín a todos y a todas, espero que lo estén pasando bien :) Kisses 😘