a coat in the winter; camren

By milanolivar

8.9M 408K 303K

TODAS LAS HISTORIAS ESTÁN SUJETAS A COPYRIGHT Y HABRÁ DENUNCIA SI SE ADAPTA O PLAGIA. ¿Qué es capaz de hacer... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Último Capítulo
Epílogo
ACITW EN FÍSICO

Capítulo 45

120K 6K 3.7K
By milanolivar


Camila's POV

Después de pasarme toda la mañana en la oficina, por fin pude salir y di gracias a que Mike me recogió con su coche, porque yo aún no sabía muy bien cómo llegar hasta nuestra casa desde la oficina. Desde que se enteraron del embarazo, prácticamente me habían dicho que cualquier cosa que necesitase, estarían ahí. Siempre lo hacían, pero ahora mucho más. De hecho, él propuso que me recogería del trabajo si no tenía nadie que me recogiese, y por lo visto, Lauren no me cogía el teléfono.

—Gracias por traerme, Mike. —Le di un beso en la mejilla, al que él sonrió, aunque antes de salir me giré de nuevo hacia él. —¿Quieres quedarte a comer?

—No puedo, Clara y yo vamos a comer a un restaurante cubano. —Mientras, yo salía del coche al escuchar su negativa a mi propuesta.

—Oye, pues si algún día queréis comer comida cubana, podéis venir a cenar con nosotras. —Dije asomándome por la ventanilla con una sonrisa.

—Te tomo la palabra, Camila. —Respondió sonriente a mi propuesta, arrancando el coche.

—Hasta luego, Mike. —Me despedí de él, que con la mano levantada para decir adiós arrancó y desapareció calle abajo.

Mientras sacaba las llaves del bolso, caminaba hasta la verja que aparecía entre los setos para cubrir por completo el jardín. ¿Se habría acordado Lauren de recoger a Maia del colegio? Esperaba que sí, porque yo aquél día había llegado algo más tarde por todo el lío del traslado.

Abrí la puerta y no se escuchaba nada, ni siquiera Dash se movió, que estaba tumbado en el suelo, justo en la puerta que daba al jardín trasero, donde corría algo de fresco.

—¿Lauren? Tu padre me ha traído del trabajo, dice que se iba a comer con tu madre a la playa. —Solté el bolso en la mesita de la entrada, mirando las escaleras. —Además, ha venido tu coche nuevo, está aparcado en la puerta. —En el salón, la tele estaba puesta con los dibujos, y al girar la cabeza vi a Lauren tumbada con Maia encima, ambas dormidas. —Lauren... —Dije agachándome a su lado, apartándole el pelo de la cara un poco. —Laur, arriba... —Ella abrió los ojos un poco, sonriendo al verme.

—Mmh... ¿Qué haces aquí? —Preguntó poniendo una mano en la espalda de Maia, que apretaba la camiseta de Lauren al moverse.

—Acabo de llegar de trabajar. —Frunció el ceño girando la cabeza.

—¿Ya? ¿Qué hora es?

—Las dos de la tarde. ¿Qué ocurre? —Ella se incorporó un poco, y como pudo dejó a Maia tumbada en el sofá, con un cojín bajo su cabeza.

—He tenido que ir a recogerla al colegio sobre las diez de la mañana. —Lauren se puso las manos en la cintura, hablando en pequeños susurros para que la pequeña no se despertase.

—¿Qué? —Dije yo, mirando a Maia que dormía plácidamente en el sofá, casi sin darse cuenta de que yo había llegado.

—Unos niños del colegio le han pegado porque no la dejaban jugar al fútbol. Le han dicho que las niñas no pueden jugar y... La han empujado al suelo. —Suspiró, dejando caer sus hombros con pesadez. —El director me ha dicho que van a expulsar a esos niños un par de días.

—¿¡Le han pegado!? —Me hice paso entre Lauren y el sofá, y me agaché delante de la pequeña, acariciándole la mejilla con el dorso de la mano. —Mai... Maia cariño. —Susurré dándole un beso en la frente. Ella se removió, abriendo un poco los ojos. Estaba algo adormilada, confundida, pero al verme sonrió.

—Mami. —Alargó su manita para rozar mi mejilla, pero yo di un beso en la palma de su mano.

—¿Quieres comer con mamá y conmigo? ¿Sí? —Maia asintió, y la cogí en brazos con cuidado para que se fuese despertando un poco. —Vaya, qué tiritas más chulas. —Comenté en voz baja, y ella asintió un poco con una leve sonrisa.

—Me las puso mamá. —Movió las piernecitas un poco, aunque no dejaba de estar enganchada a mi cuello. Levanté la mirada hacia Lauren, que sonreía con la mirada puesta en la comida que estaba preparando.

—¿Quieres ir a la piscina mientras mamá hace de comer? —Al decir eso, Lauren se dio la vuelta con el ceño fruncido, abriendo los brazos con el cuchillo en la mano.

—¡Oye! Yo también quería. —Negué con el dedo acercándome a ella con Maia en brazos, que se reía al ver que yo no dejaba ir a la piscina a Lauren. La solté en el suelo y me puse de cuclillas delante de la pequeña.

—Ve a ponerte el bañador, ¿vale? —Asintió con los ojos abiertos y las manos juntas, dándose la vuelta para salir corriendo hacia la piscina. Una vez solas, me levanté poniendo las manos encima de su camisa.

—¿Vas a hacer el almuerzo, por fi? —Pedí en forma de pregunta, haciendo un puchero. Ladeé la cabeza para mirarla, y ya sabía que no tenía que decir nada más, sólo darle un beso en los labios tan suave que al separarse siguiese con los ojos cerrados buscando más.

—Está bien. —Suspiró dándose por vencida, girándose para seguir cortando tomate en la tabla de madera. —Pero esta me la debes.

—¿Cómo que deberte? Voy a tener a tu segundo hijo. —Lauren sonrió un poco negando, mordiéndose el labio inferior mientras miraba la tabla.

—Eso... Eso es chantaje, chantaje del sucio. —Me encogí de hombros con una sonrisa, girándome para acercarme al pie de las escaleras, donde Maia bajaba con el bañador a medio poner, porque sólo había metido las piernas, y además, mal.

—Mai... —Negué, acercándome a ella, poniéndome de rodillas.

—No sé ponerlo, mami. —Lo saqué, le di la vuelta y volví a ponérselo, quedándome mirando cómo salía al jardín.

—Maia, a la piscina pequeña, ¿me oyes? —La pequeña asintió mientras se colaba por el hueco del ventanal hacia el jardín. —Échale un vistazo, mientras voy a cambiarme.

*

Lauren's POV

Miami por las mañanas era algo digno de admirar. Aún el sol no había salido, sino que el cielo estaba algo gris, cubierto por la bruma de las mañanas, pero no era como en Portland, aquí no hacía frío. Miami era calor a todas horas.

—¿No quieres ir al cole conmigo? ¿Mmh? —Dije girando el volante, levantando la mirada para ver a Maia en su sillita, con cara de sueño acurrucada y mirándome con el ceño fruncido. —Pues hoy tengo una sorpresita. —Maia abrió un poco más los ojos, justo en el momento en que paramos en la puerta del colegio.

Tuve que cogerla en brazos porque estaba absolutamente dormida, después del día anterior en la piscina, aún no se había recuperado. Cogí su pequeña mochila con una mano, y caminé hacia las verjas que separaban el exterior del patio del colegio, pero al contrario de los padres que se quedaban fuera, yo entré con ella al colegio.

—Mami, ¿vienes conmigo? —Asentí sonriendo, dejándola en el suelo.

—Algo parecido. Ve a tu clase, ¿vale? Ahora nos vemos. —Le di un beso en la mejilla, acariciándola luego para que ella saliese corriendo hasta llegar a la fila donde estaba su clase.

Pero yo subí a la primera planta, donde el director del colegio estaba esperándome con una sonrisa, pero a mí aquellas sonrisas no me servían hasta que después de ese día no viera a esos niños expulsados.

—Bienvenida de nuevo, Lauren. Le hemos preparado todo lo que usted pidió, todos los niños estarán reunidos en el aula magna. —Asentí caminando a su lado, cruzándome de brazos para mirarle.

—Pedí una cosa más. —Dije con el ceño fruncido, y él asintió rápidamente para aceptar aquello.

—Sí, sí. El consejo de profesores también ha aceptado eso. —Mi sonrisa se amplió al escucharlo, y una vez que el murmullo y el griterío de los niños ya no se oía, se escuchó un timbre que cerraba la entrada a clases. —Si me sigue por aquí, encontrará el aula magna.

Seguí al director, mirando los pasillos llenos de cuadros, diplomas, cartas de escritores y pintores en su lecho de muerte, todo con un aire creativo y distinto al colegio en el que yo estudié.

—Suerte. —Abrió la puerta y entré, estaba todo el instituto en aquella sala. Unos de pie y otros sentados, los más pequeños al frente, y Maia al verme se levantó y salió corriendo hacia mí.

—Shhh... Ahora tienes que sentarte ahí y estar en silencio, a menos que te pregunte, ¿vale? —Ella asintió con la cabeza agachada, y volvió a su sitio, con las piernas colgando de las sillas.

Había niños desde los 4 hasta los 18 años, y todos me miraban con la boca abierta, aunque mi rostro no expresaba una especial emoción por los adolescentes aquellos. Ni siquiera por los demás niños.

—¡Es Lauren! —Se escuchaba entre murmullos, y me apoyé en la mesa del profesor.

—Buenos días a todos. —Dije cogiendo la botella de agua que había encima, y todos dijeron a la vez 'buenos días' mientras yo bebía un sorbo. —Me llamo Lauren, y no he venido a daros una charla sobre fútbol en sí. —El silencio recorrió la sala, y me levanté cogiendo una tiza, acercándome a la pizarra donde escribí en mayúsculas la palabra 'feminismo'.—¿Alguien me puede decir qué es el feminismo? —Oteé la sala, y todos se miraban entre sí, hasta que vi la mano de un chico levantarse. —Tú.

—La superioridad de la mujer con respecto al hombre. —Hice una mueca soltando una risa.

—Mal, fatal. Horrible. ¿Alguien más? —Esta vez, nadie levantó la mano. —Chicas, ¿qué pensáis lo que es el feminismo? —Ninguna habló, sólo se quedaron en silencio mirándose unas a otras. Había tanta ignorancia en aquella sala que no me lo podía creer. —El feminismo es, por definición, la igualdad económica, política y social entre los sexos. La superioridad de la mujer se llama hembrismo. —Dije jugando con la tiza entre mis manos.

—¿Y por qué se llama feminismo, si se basa en la igualdad? —El chico que preguntó aquello parecía indignado con la definición de la palabra.

—Porque actualmente el poder social, económico y político lo tienen los hombres, y trata de impulsar a la mujer a que llegue a su mismo nivel. Yo soy futbolista profesional, he ganado un mundial y sin embargo, cobro mucho menos que los jugadores de un equipo de media tabla europeo. Eso pasa en la vida real, una profesora cobra menos que un profesor. Por cada dólar que gana un hombre, una mujer gana 75 centavos, por hacer exactamente el mismo trabajo. —Los chicos del fondo parecían reírse, pero a mí aquél tema no me hacía ninguna gracia. —Los del fondo, ¿os hace gracia que vuestra madre cobre menos que un hombre? —Todo el mundo se giró a mirarlos, y ellos enmudecieron.

—Yo... —Una chica alzó la mano, carraspeando un poco. —Yo tengo una duda. —Asentí para que la dijese. —El otro día subí una foto en bikini a Instagram, y unos chicos empezaron a decirme que borrase eso, que era una...

—¿Una puta? —La chica asintió, jugando con sus manos.

—Eso, sí, y cuando entré en sus perfiles, la mayoría de sus fotos eran con el torso desnudo, en la playa.

—Otra de las razones por las que necesitamos el feminismo, es esa. Un hombre puede enseñar sus partes íntimas si le apetece, que las mujeres seguimos viviendo en el siglo XIX. Hice una campaña con Calvin Klein este año, me llamaron... —Iba a comenzar a decir toda clase de insultos, zorra, puta, guarra, pero me di cuenta de que Maia estaba allí. —Me llamaron de todo, desde que me prostituía, a que me regalaba. Cristiano Ronaldo hizo lo mismo, un cartel gigante de él en bóxers fue puesto en la fachada de un edificio en España, pero él era un ídolo, un jugador excelente, y yo sólo gané mi fama por 'estar buena'. Así que cuando eso te pase, bloquéalos, aunque sean tus 'amigos'. —Dije con un tono absoluto de ironía, y la chica sonrió, más que por la solución, porque se sintió comprendida. —Esto viene a que mi hija es nueva en este colegio, y el otro día quería jugar al fútbol, pero no la dejaron porque le dijeron que las niñas no pueden jugar al fútbol. ¿Quién ha dicho qué puede o qué no puede hacer una persona sólo por su género? —Los miré a todos pero ninguno supo responderme, porque no había respuesta. —Si mi hija me pide un balón de fútbol, voy a dárselo. Si me pide una muñeca, voy a dársela. Si me dice que está enamorada de un chico, muy bien. Si me dice que quiere a una chica, perfecto. Si un día llega y me dice, 'mamá, no me siento a gusto con mi cuerpo porque yo no soy así, no me siento una mujer', y quiere cambiar de sexo haré todo lo posible por hacerla feliz.

—A mí me gusta jugar a la Xbox. —Comentó una chica levantando la mano, que me hizo reír un poco.

—Yo veo el fútbol con mi padre. —Dijo otra encogiéndose de hombros, y asentí moviendo la mano para que siguiesen diciendo. Me percaté de un chico pegado a la pared, mirando la clase como si estuviese atemorizado.

—¿A ti qué te gusta? —Él levantó la mirada, asustado, y negó rápidamente.

—Nada, nada.

—Todos sabemos lo que te gustan, te gustan las pollas. —Dijo uno de los chicos del fondo, y entre ellos todos se rieron a carcajadas.

—¿Y qué si le gustan? —Ellos se quedaron callados, mirándome. —Os dais cuenta que para él no es un insulto, ¿verdad? Que si él es gay, no es un insulto que le digáis eso. Es como decir '¡te gusta la pizza!'. —Negué mirándolos, cruzándome de brazos. —No sé qué hay de ofensivo en querer a alguien.

—Eso es lo que dicen los maricones y las lesbianas. —Solté una risa ladeando la cabeza, negando.

—Lo soy. De hecho estoy casada con una mujer que es preciosa y está embarazada. ¿Vas a dejar de interrumpir con cosas inútiles o voy a tener que echaros de clase? Porque por si no te has dado cuenta, todos los demás respetan la orientación sexual de quién sea, y el único que está haciendo el ridículo en esta charla, eres tú. —Rodé los ojos volviendo a girar al chico, que seguía algo cohibido por mi pregunta. —¿Cómo te llamas?

—David. —Respondió frotándose un poco los brazos con las manos.

—¿Qué te gusta hacer, David? —Él se quedó en silencio un segundo, soltó un suspiro casi armándose de valor y me miró.

—Bailar. —Soltó por fin, encogiéndose de hombros. —Pero mis padres no me dejan.

—Los padres muchas veces no saben cómo criar a sus hijos. No saben que ellos también tienen su vida y que no es la suya. —Él sonrió un poco, y dejé la tiza en la mesa. —¿Y a ti qué te gusta? —Señalé a Maia con el ceño fruncido, que movió las piernas en la silla más rápido.

—Mmh... Me gusta jugar con mami a la pelota, y pintar. —Abrí los brazos para que fuese hacia mí, y la cogí dándole un beso en la mejilla.

—¿Te gusta jugar a la pelota conmigo? —Maia asintió, algo vergonzosa por estar delante de tanta gente. —A partir de ahora tendréis una asignatura llamada feminismo, espero que aprobéis. Vámonos Mai, tienes clase. 

Continue Reading

You'll Also Like

633K 34.3K 31
No te haré daño, ¿Sabes por que?, porque te amo, y si amas a una persona no puedes hacerle daño. -Lauren. Iniciada: 11 de Mayo, 2015. Terminada: 24 d...
4.3M 153K 54
G!P. Una millonaria inversora llega a la ciudad de New York acompañada de su socia y mejores amigas con el propósito de arrasar con todo y ag...
326K 17.6K 61
¿Que pasará cuando la capitana de las porristas y la capitana del equipo de voleibol empiecen a mirarse más allá? ¿podrán olvidar su rivalidad y darl...
9.4M 331K 51
Camila es doctora en un hospital de Los Ángeles. Su vida se basa en ir al hospital, cuidar de su hermana Sofi y pasar tiempo con Ally y Dinah, hasta...