―Me da igual que quisiera matarse, ¡no era una opción! ―decía Eren a Armin luego de que este le contara el estado de Jean, parecía que había olvidado para qué diablos habíamos viajado hasta ahí.
No lo culpaba, la acción de su amigo había sido apresurada y tenía un sinfín de riesgos, pero, por otro lado, abría cientos de puertas a lo que dirían "una persona mejor".
―Eren ―dije, llamando su atención, él seguía enojado, lo sabía pero no había absolutamente nada que pudiera hacer. Pensé que a lo mejor se sentía aún más culpable por haber matado a aquel chico llamado Marco.
―¿Por qué si siempre sabes exactamente qué hacer...? No, él no merecía esto, ¿sabes? ¡Tú mismo lo conoces!
―¡Eren! ―grité, jalando su manga, él sólo me miró, frustrado.
―Sé que fue rápido, y sé que la memoria es irremplazable pero no podía quedarme sin hacer nada, ¿entiendes? Él estaba decidido a morir por todos los medios, ya no había nada que lo detuviera aquí...
―Mentira ―dije antes de que Eren gritara de nuevo―. Me parece que tú, con esas bonitas palabras pudiste haberlo ayudado, ¿o no? Aquí sólo hay algo que no cuadra, así que te preguntaré: ¿tienes alguna clase de afecto hacia él?
―Oh, ya entiendo ―dijo Eren antes de que Armin respondiera―. De hecho, Armin, Jean te apreciaba mucho, quizá, sólo quizá, si no hubiera encontrado a Marco hubiera pasado la eternidad contigo
Eren suspiró, relajándose un poco. Armin tenía la cabeza gacha, sus ojos se escondían detrás de su flequillo y las manos se apretaban a sus lados. Yo me había cruzado de brazos, no quería que Eren se alterara por algo tan superficial como aquello, pero tampoco deseaba que siguiera sintiéndose culpable, y, además, yo era estaba tan al margen de la relación que pudieran tener todos ellos como la para juzgar lo más correcto.
―Yo lo amo, sí ―dijo Armin luego de una pausa, alzando la mirada―, es la misma razón por la que no quería que muriera, no podía dejarlo así nomás, si tan sólo lo hubieras visto cuando llegó...
―Ese no es el problema, Armin, te involucraste con un Original, ¿sabes lo podría pasar si se le da la gana matarte? ¿Qué pasaría con Jean entonces, eh? ―dije de vuelta, mirando a ambos intermitentemente, Eren no replicó nada.
"Vámonos, no arreglaremos nada de esta manera" Dijo Eren en mi mente
"¿Estás seguro? Sé que es inútil, pero entiendo que fue la única opción que le garantizaba 'paz' para ambos" Respondí, concentrándome en él.
Eren se despidió de Armin diciéndole que vendría pronto y que esperaba que Jean siguiera tan insoportable como siempre, aún estaba algo frustrado pero no lo suficiente para discutir por más tiempo. Unos minutos después salimos del edificio nuevamente con mi brazo enredado en el suyo.
―Levi ―me llamó mientras caminábamos, yo miraba la arquitectura del lugar: aún habían algunas casonas del siglo pasado con ese estilo que me encantaba, claro que los "autos", tiendas y cosas actuales les quitaban algo de ese extraño efecto rústico.
―Ya que estamos aquí ―dijo parándose frente a mí― quiero mostrarte un lugar
―De acuerdo, también me gustaría mostrarte algo, no sé si aún exista pero quisiera verlo de nuevo ―respondí, haciéndolo a un lado para seguir caminando.
Aquella que había sido mi ciudad hacía tanto tiempo... Era muy diferente entonces, faltaban las mujeres con vestidos esponjosos, los niños corriendo por la calle hacia la escuela y las campanadas de la iglesia, hacían falta los caballeros viajando en descomunales carruajes con caballos y los vendedores de periódicos en la calle. Algo de nostalgia me invadió entonces, algo que me obligó a sonreír, recordando a las recatadas parejas en la plaza y a Eren a mi lado, siempre había querido dar uno de esos aburridos paseos con alguien que amara, porque entonces ya no sería tan aburrido como todos lo hacían parecer.
―Levi ―me dijo Eren de nuevo, abrazándome por detrás de la espalda
―Vayamos a esa plaza ―dije quitándomelo de encima
―Antes... ―respondió, jalándome de vuelta y besándome en la mejilla, luego se separó para correr hacia la plaza.
Momentos como ese me hacían olvidar por unos segundos lo cruel que podía ser el mundo.... Dios... De verdad ese estúpido mocoso me alteraba, quién habría imaginado que querría hacer algo tan simple con él, tan mundano.
Suspiré, viendo cómo se sentaba en una de las bancas, buscándome con la mirada y antes de que decidiera caminar hasta él un brazo me rodeó el cuello, forcejee enseguida pero era más fuerte que yo...
―¡Eren! ―grité antes de sentir mi cuello romperse y todo volverse oscuro a mi alrededor.
Una risa se había escapado de los labios de mi captor y Eren había volteado hacia otro lado, buscándome...
Armin Arlet
―¿Se fue? ¿Sin avisar? ¿Estás seguro...? ―le decía a Eren pasándole una taza de café.
―Sí, y no lo entiendo... ―respondió tomando la taza y dejándola sobre la mesita de centro mientras enterraba la cabezas en sus manos, estaba desesperado, angustiado, preocupado por dónde estaría él...
―No encuentro razones para que se marchara, pero quizá no lo hizo por voluntad propia... ―dije luego analizar la situación mentalmente, Eren volteó a mirarme, entreabriendo los ojos y dando un golpe a la mesa.
―No, no puede ser...
―¿Él tiene... enemigos? ―pregunté
―¿Los Originales están aquí no es cierto...?
―Sí, su casa está a las afueras, cerca del bosque. Y ahora que lo mencionas él me contó que se había encontrado contigo y con Levi, aunque no mencionó ningún tipo de venganza. No tiene sentido...
―Si él no se fue debe estar con ellos...
―¿Ya intentaste llamarlo?
―Lo llamé, lo contacté mentalmente pero no lo encuentro... ¿Estará inconsciente? ―dijo en tono doloroso, volviendo a enterrar el rostro en sus manos, devanándose los sesos, aún más angustiado.
―¿Armin? ¿Con quién hablas? ―dijo Jean saliendo de la habitación y al ver a Eren volvió a meterse.
―¿Qué? No me digas que tampoco me recuerda ―dijo Eren cruzándose de brazos, mirando por la ventana detrás él.
―No, claro que te recuerda, ¡Jean! ―grité yendo hacia la habitación, Jean abrió y se asomó por una rendija.
―¿Qué?
―Necesitamos ayuda, sal por favor
―No
―¡Hey, Cara de caballo, cuánto sin verte! ―gritó Eren desde la sala, tomando un poco del café y dejándolo luego de un momento.
Jean salió al escucharlo, sólo para comenzar a discutir con él, claro que se sorprendió al ver que tenía humanidad. Eren se terminó el café y anunció que se marchaba: iría con los Originales, yo lo sabía.
―Te acompañaremos ―dije antes de que Jean se despidiera.
―No puedo, no sé lo que vaya a suceder, ni si estará ahí, así que no, ustedes se quedan. ―dijo Eren saliendo del apartamento y cerrando la puerta. Jean se sentó en el sillón, mirándome.
―No
―Es nuestro amigo, tenemos que ayudarlo
―Eso no lo puedo negar
Y luego de unos minutos también nos pusimos en marcha, siguiendo a Eren.
Historia Reiss
"...Fue entonces cuando conocí a Ymir, ella era huérfana
y trabajaba en el huerto de manzanas que ahora era parte de nuestra
propiedad, al principio la había considerado sólo una chiquilla entrometida
pero con el tiempo fue convirtiéndose en una amiga para mí... Para cuando ella me
declaró sus sentimientos no pude decirle que no, aún si eso
significaba ir en contra de todos..."
Cerré el viejo diario pensando en todas las cosas que había leído acerca de mí, de cómo me había cambiado el nombre al unirme a mi nueva familia, los primeros días como inmortal y mis primeros amores, todos terminados en tragedia: Reiner los había matado a todos.
Aún tenía ese vacío en el corazón donde se suponía que debía estar ella...
―Pase ―dije al escuchar que alguien tocaba la puerta de mi habitación, limpiándome algunas de las lágrimas que había derramado sin darme cuenta.
―Lo encontraron... ―dijo Annie, agitada.
―¿De qué hablas? ―respondí, sin entender a lo que se refería.
―Del doppelgänger, por supuesto.
Me quedé en silencio por un momento, abajo se escuchaba el desorden de Reiner proclamando su victoria al haberlo conseguido, Berthold estaría de acuerdo, siempre había querido probar ese poder y, si ahora había un modo, no dudaría en utilizarlo.
Me levanté de la cama y seguí a Annie en silencio, ambas nos quedamos luego en el barandal frente al salón, sin bajar las escaleras, amarrado a una silla estaba él y no lucía ni un poco asustado. Era igual a Levi, quizá sólo más relajado, su mirada iba de un lado a otro sigilosamente.
No pude evitar sonreír al verlo: estaba buscando una salida, qué ingenuo...
―¿Cuál es su nombre? ―dije
―Rivaille ―respondió Annie sin dejar de mirarlo, como si sólo fuera una función de teatro o una estúpida película de terror.
El ritual consistía en que Bertholld debía beber la sangre de un licántropo, un vampiro y un doppelgänger mientras Sasha ―nuestra bruja― hablaba en una legua extraña. No era nada agradable, pero quizá nunca jamás podrían intentarlo de nuevo. El hecho de que Berthold dominara su parte licantropa sería un arma más.
Entonces recordé lo que había leído en mi diario hace poco:
"...Pero había un problema, mi madre había engañado a mi padre con
uno de los habitantes de la aldea, incluso había terminado embarazada.
El resultado: Berthold era un hombre lobo por naturaleza y, ahora inmortal,
era más poderoso que cualquiera de nosotros juntos..."
―Todo estará listo para esta noche ―decía Sasha a Reiner, el pobre chico había comenzado a intentar zafarse las muñecas. ¡Qué listo! Me reí.
―Bien ―respondió Reiner, enseguida se dirigió a la puerta, Berthold no tardó en acompañarlo, de seguro irían por el vampiro y el licántropo.
Un par de horas más tarde, cuando regresaron, no pude evitar negarme.
―Ataremos dos cabos sueltos, ¿cuál es el problema? ¿No deseabas antes que él sufriera? Esta es la mejor forma, cabeza por cabeza, por lo que nos quitó.
―¡Ymir no habría querido esto! ―grité mientras Berthold dejaba el cuerpo inconsciente de Levi amarrado a una columna, Annie estaba detrás mí, cuidando mis movimientos.
―Pero yo sí
―¡No puedes! ¡Mátame a mí si quieres pero déjalo ir!
―¿Qué dices? ―rio un poco
―Tomaré su lugar, te prohíbo matarlo ―repliqué.
Eren Jaeger
―Mierda... ―dije al ver los árboles a mi alrededor, ¿hace cuánto tiempo era que estaba dando vueltas?
Tenía que tranquilizarme o de otra forma no podría salvarlo... ¿Y qué si se abría marchado por su cuenta...? ¿Por qué justamente ahora que me había aceptado...?
Unas lágrimas mojaron mi rostro a la vez que me desmoronaba en el suelo, ¿quién era yo para enfrentarme a los Originales en todo caso? ¿Qué me aseguraba que él seguía vivo entonces...?
"Levi... ¿Dónde estás...?" Envié el pensamiento, sabiendo que en todo ese rato no había percibido su aura, ¿o quizá estaba demasiado débil? Si era así su aura ―su poder― sería invisible...
El sonido de mi celular, tan ajeno a lo que sucedía, me sacó de mis pensamientos. Se trataba de Hanji, claro que no podría decirle nada, estaba demasiado lejos como para brindarme ayuda.
―¡Eren! ―dijo del otro lado de la línea
―Hola, Hanji ―respondí, tratando de sonar lo más optimista posible, aunque mi corazón estuviese por romperse, la presión en el pecho y el estómago era como un remolino, recordándome mis últimos momentos con él, culpándome por haberlo dejado sólo un segundo...― Amm, Hanji no es un buen momento... ―dije tratando se sonar serio
―¿No pierden el tiempo verdad, verdad? ―rió ella y restándole importancia a mis intentos por colgar continúo:― ... Adivina qué descubrí...
―¿Qué cosa? ―respondí observando las hojas caídas a mi lado
―Levi y tú deben estar juntos
―¿Qué dices? ―contesté, más irónico que animado
―¿Sabes lo que es un doppelgänger, cariño?
―Sí, pero ¿qué tiene eso que ver con Levi y conmigo?
―No estoy segura pero la leyenda de los doppelgänger dice que hace mucho tiempo, antes siquiera de que nacieran los llamados Originales, existió otra fórmula para la inmortalidad y...
Oh, de verdad no quería ser grosero, pero mi estado no estaba cómo para escuchar leyendas... Sin embargo, llegada una parte no pude evitar poner atención a lo que decía Hanji. Hasta ahora había hablado sobre una pareja de enamorados, deseaban que su amor fuera para siempre pero algo se interpuso...
― ...Así que, luego de que su novia hubiera creado el hechizo (el que los haría inmortales, claro) él la traicionó con un hombre y lo utilizó...
―¿Qué? ¿Él la dejó por un...?
―Así es, y, una vez inmortales los dos se juraron amor eterno... ―dijo Hanji, emocionada.
―¿Y qué pasó después? ¿Qué hizo ella?
―No lo sé, nadie conoce el final de la historia, pero lo que sí sé es que ellos murieron y los demás no lo entenderías, son cuestiones de magia...
―¿De que todo tiene que ser igual? Eso que habíamos dicho de que el universo debe estar nivelado, de porque los vampiros no pueden salir a la luz del sol y la verbena los quema, y de... Los licántropos, de que sólo pueden transformarse cada luna llena ―interrumpí, Hanji sólo rio
―Algo así, digamos que para mantener el equilibrio del universo nacieron los doppelgänger y bueno, aquí viene la mejor parte: si se encuentran estarán destinados a enamorarse, no importa cuál sea la situación, su amor será más grande... Oh, Eren, es tan romántico
―Sí... Lo es... Espera ―dije de repente― ¿quieres decir que yo también soy un...?
―Ajá, lo eres, tal vez por eso te encanta Levi.
―Sí... Me voy, Hanji... Levi está despertando... Nos vemos pronto...
―Adiós, pequeño. ¡Saluda a Levi de mi parte!
Un suspiro escapó de mi boca en ese momento, la luz a través de las copas de los árboles me decía que se hacía tarde, así que me levanté y seguí adelante.
Si lo que Hanji decía era cierto nada me impediría recuperar a Levi, después de todo, éramos almas gemelas viajando a través de tiempo...
―...No sé dónde está, ¿se habrá perdido?
―Qué idiota, típico de él
―¿¡Qué hacen aquí?! ―grité al ver a Jean y Armin escondidos detrás un arbusto frente a la mansión de los Originales
Armin comenzó a decir que habían estado siguiéndome pero que me habían perdido de vista, y que me ayudarían. El que Jean no recordara nada entonces era un problema mínimo, al igual el que yo hubiera matado a Marco para salvar a Levi.
―Su muerte no será en vano ―concluyó Armin.
―¿Cuál es el plan? ―dije
Historia Reiss
―¿Qué pasaría si en vez de un vampiro común utilizamos uno... Original? ―preguntó Reiner, observándome
―No es posible, ustedes no pueden morir tan fácil... Tendríamos que conseguir algo de roble blanco, si es que aún existe ―respondió Sasha.
Si era lo suficientemente rápida podría llegar hasta Rivaille... El único problema era Annie, ella no dudaría en detenerme. Estaba rodeada, mierda...
―¿Escuchaste? ―dijo Reiner sin dejar de mirarme, dio un par de pasos hacia Rivaille y este no pareció dudar en lazarle una patada y enseguida un cabezazo, tal vez no era tan inútil como pensaba. Claro que Reiner los esquivó y lo golpeó en la cara.
―Puedo conseguir roble blanco ―respondí antes de que le atizara otro golpe.
―¿Ah, en serio?
―No bromeo, Reiner
―Yo tampoco, hermanita, te quiero demasiado como para deshacerme de ti, ¿entiendes? ―dijo en tono malicioso.
Berthold caminó hasta Levi, el cual comenzaba a despertar. Cuando abrió los ojos y vio las cadenas en sus manos su semblante se transformó en algo parecido a la furia, sus ojos lucían más filosos que de costumbre. ¿Tenía alguna idea de lo que pasaba?
―Annie, llévatela, sólo estorbará ―ordenó Reiner, Annie me sujetó de los brazos sin poner presión realmente, ¿estaría alterada por lo que había dicho? Me condujo en silencio hasta mi habitación y una vez allí me abrazó.
―No quiero perderte, Historia ―dijo, mi corazón dio un vuelco, tal vez siempre había sido demasiado egoísta con mis decisiones...
―Es lo que debo hacer ―respondí, separándome de ella.
―¿Está segura?
―Si lo hago todo este tiempo tendrá sentido, quiero hacerlo
―Te ayudaré, pero... Salúdame a Ymir cuando estes en El otro lado, ¿quieres?
Llegada la media noche Sasha comenzó a trazar los círculos de sal en el patio, además de otras cosas necesarias para el ritual. El bosque a sus espaldas la ponía nerviosa, ¿tendría el Poder necesario para realizar el hechizo? Ya era demasiado tarde para detenerse a pensarlo, durante generaciones su familia había sido encargada de servir a los Originales, no podía contradecir cientos de años de arduo trabajo: era por ellos que la cuidad era tan prospera como debía ser.
Cuando todas las cosas estuvieron en su sitio ordenó a Reiner que colocara a Rivaille, Levi y el licántropo en cada uno de los círculos. ¿Qué más faltaba? ¡Casi lo olvidaba! Antes de seguir se acercó a cada uno y le hizo un corte en la muñeca, dejando caer la sangre proveniente en un cuenco de bronce con signos grabados. Rivaille y Levi aún intentaban escapar, parecía que sólo estaban esperando el momento oportuno.
―Está todo listo ―dijo regresando a su lugar frente a los tres círculos, Reiner y Berthold asintieron, este último dio un paso y se colocó frente a ella que inició a deletrear un extraño discurso, en una legua muy antigua que no reconocía. Los círculos de sal ardieron en llamas un momento más tarde.
Levi calculaba las opciones para escapar mientras miraba a su contraparte, era la primera vez que se topaba con uno y no podría negar que era exactamente igual a él, salvo por su aura, enseguida supo que ese chico era diferente a él ―quizá no tanto― pero su personalidad era parecida a la suya, sólo que más débil. Poco a poco puso en marcha el plan más sencillo de todos: quemar las cuerdas alrededor de sus muñecas, así que se inclinó hacia atrás lo suficiente para que el fuego aligerara las cuerdas, no es que estuviera débil pero tenían verbena... ¿Podría ayudar al chico? El licántropo no le importaba, siempre los había odiado, pero ese mocoso era humano. Examinó su mente en busca de cierta habilidad que creía perdida y se concentró en él al encontrarla, tenía que hacer que lo mirara directamente a los ojos...
― Entraré, si no salgo en diez minutos vayan por mí ―dijo Eren sin aceptar argumento alguno por parte de Armin, este lo vio caminar sigilosamente hasta la entrada y rodear la casa, yendo hacia el patio como le había aconsejado. Jean se recargaba en un árbol, aburrido.
Eren se alegró un poco al percibir el aura de Levi, era más que suficiente para alentarse a seguir adelante. Cuando vislumbro el fuego a lo lejos se detuvo a observar la escena, sólo estaba Berthold a la vista y además ocupado pues bebía del cuello de otro tipo... ¡¿Pero qué...?! ¿¡Acaso había dos Levis ahí!?
Uno de ellos era Levi... El otro debía ser un doppelgänger. Bien, en todo caso, si tenía suerte y era rápido podría salvarlos a los dos... O eso pasaba por su mente hasta que Historia entró en escena y golpeó a la bruja, dejándola inconsciente. Levi y el otro que se parecía a Levi se levantaron enseguida, Levi tomó al chico del brazo y lo jaló para echarse a correr.
"¡Levi! ¡Estoy aquí!" Pensó Eren, pero pareció no escucharlo así que fue rápidamente tras ellos, que habían huido hacia el bosque. En la casa de los Originales había un caos.
―¿Cómo te llamas? ―preguntó Levi al muchacho cuando percibio que se habían alejado lo suficiente, había tendido que cargarlo en su espalda para correr a toda velocidad pero estaban a salvo, el otro parecía agitado.
―Soy Rivaille ―respondió dejándose caer en el suelo, cansado― ¿Y quién diablos eres tú? ¿Por qué mierda eres igual a mí? ¡¿Qué es todo esto?! ―gritó, golpeando el suelo, Levi cruzó los brazos
― Soy Levi, y, te lo diré ahora, aunque te explique todo esto te hipnotizaré después para que lo olvides y huyas a otro continente ―contestó, mirándolo y luego de un momento decidió sentarse frente a él, recargado en un árbol, el otro lo miraba, extrañado, asombrado, como si tratara de procesar todo lo que había visto, no tenía sentido en el mundo real...
―De acuerdo, pero quiero saberlo de todos modos
―Soy un vampiro ―le mostró su anillo― y, además, un doppelgänger, ¿has escuchado sobre eso, idiota?
―Vaya, no tenía idea de que eso existía, ¿y por qué el... rito?
―Para completar algo
―¿Qué cosa? ¿Por qué cortaron mi mano? ¡La tuya ya se curó! ―gritó. Levi se mordió la muñeca y le ofreció de su sangre, Rivaille se acercó lentamente hasta él y tomó su mano, tragándose un poco, notando enseguida como la herida se desvanecía. Levi lo miró, un poco interesado.
"¿Levi?" La voz de Eren vino a su mente entonces y sonrió.
"Estoy bien, Eren" Dijo
"¡Levi! Oh, no sabes cómo estaba... Necesito... ¿Dónde estás? No me estaré quieto hasta que pueda abrazarte de nuevo"
"Estoy cerca de las ruinas del cementerio"
"Llegaré ahí en un momento, no te muevas"
"No lo haré"
"Te amo"
"Y yo a ti"
―¡Hey, escúchame! ―gritaba Rivaille
―¿Qué?
―Quiero irme ya, este lugar no es seguro, los rumores dicen que... Oh, ya entiendo
―Tranquilo, idiota, mientras estés conmigo estarás bien
―Dijo que está cerca del cementerio, ¿dónde es eso? ―preguntaba Eren a Armin y Jean mientras se alejaban de la mansión a toda velocidad.
―Sígueme ―respondió Armin yendo hacia el frente, guiándolos. Los largos árboles pasaban a sus lados y las hojas crujían debajo de sus pies, en algunos minutos estuvieron en el antiguo cementerio de Trost, Levi y el otro Levi estaban discutiendo algo mientras avanzaban entre las tumbas. En cuanto Eren vio a Levi ―y estuvo seguro de que era él― corrió a abrazarlo, tirándolo al suelo, el otro sólo se hizo a un lado, siendo saludado por Armin y Jean.
―Si me disculpan... ―dijo Eren llevándose a Levi en brazos hacia un lugar donde no estuvieran a la vista de nadie.
―Eren... ―susurró Levi, abrazándolo cuando estuvieron solos, Eren lo apretó contra su pecho y soltó algunas lágrimas, besándole los cabellos
―Lo siento, no debí dejarte, lo siento, Levi, lo siento ―dijo mirándolo a los ojos, Levi le rodeó el cuello con los brazos y lo beso como no lo había hecho nunca, tal vez no estaba desesperado pero no pudo evitar hacerlo.
―No es tu culpa ―le dijo separando el rostro del suyo, Eren lo apretó un poco más.
―Pero te dejé solo
―Eren, estoy bien, ya todo acabo. Historia hizo todo
―¿Ella? Estaba cerca de la mansión y alcancé a verlos antes de que salieron corriendo, ¿qué fue lo que sucedió exactamente?
―Historia le clavó una daga a Reiner, pero este logró gritarle a Berthold que se apresurara y... Comenzaron a pelear, Annie detuvo a Reiner mientras Historia mataba a la bruja y yo escape con el chico enseguida. No sé cómo haya terminado su pelea, pero no me importa, solo resta hipnotizar a Rivaille para que huya lejos
―¿Rivialle? ¿Hablas del chico que se parece a ti?
―Sí, me sorprende que hayas reconocido enseguida, ¿sabes?
―Te reconocería así hubiera miles iguales a ti
Eren lo besó de nuevo, acorralándolo contra un árbol, Levi le mordió el labio con sus filosos dientes y sonrió.
―Es tiempo de irnos ―susurró sin dejar de besarlo, Eren lo besó una última vez y lo cargó como una novia, caminando de regreso con los demás.
―Esto no es necesario, puedo caminar, mierda ―suspiró Levi, Eren le sonrió.
―No te soltaré nunca más, Levi
―¿Eh? No seas paranoico, anda, bájame ya
―No quiero...
―¡Hey, Eren! ¡Guarda algo para la noche, vamonos ya! ―gritó Jean en cuanto los vio. Armin se rio y Rivaille los miro sin entender nada.
―En marcha entonces ―dijo Eren pasando de largo. Levi suspiró, de hecho no le molestaba tanto ir en sus brazos, meh... Ya lo golpearía más tarde.
―Pero, ¿y qué si aparecen de nuevo? ―decía Rivaille a Levi, Eren subió las escaleras del portico que lo separaban de él y tomando su mano, respondió:
―¿Ya está hecho?
―No, no se deja, es el primero con quien no puedo hacerlo
―¿No será qué...? ―se acerca un poco a Rivaille, olfateando su cuello
―¿¡Qué haces!? Aléjate ―lo golpeó, Levi lo jalo hacia atras.
―Es esta cosa ―señaló Eren sin hacerle caso
―Quítate ese brazalete ―ordenó Levi a Rivaille, este lucía más que confudido con todo aquello y obedeció.
―Te irás lejos, hacia Shingashina o más lejos, entrarás adentro por comida y provisiones, dejarás una nota para tus seres queridos diciendo que regresarás pronto. No recordarás nada de lo sucedido anoche, los vampiros, brujas y demás no es real. Ahora vete, nunca me has visto
Rivaille parpadeó por unos segundos y, al abrirlos de nuevo se encontró con que estaba parado en el portico de su casa, la puerta de madera a sus espaldas y una fría brisa de quién sabe dónde. Luego entró, tratando de recordar que había hecho anoche... Por alguna razón, deseaba viajar muy lejos, tan lejos que nadie pudiera encontrarlo jamás...
―Un brazalete con verbena, qué ingenioso ―dijo Levi mientras caminaban por la cuidad, Eren no había soltado su mano en ningún momento.
―Es temprano para estar en la calle, ¿no? ―dijo una voz femenina detrás de ellos.
―Historia. ―dijo Eren colocándose delante de Levi― ¿Qué haces aquí?
―Sólo pasaba y no pude evitar verlos. Y, bueno, me disculpo por todo, sean felices
―Bien ―contestó Levi
―Hasta pronto, no olviden dar un paseo por la plaza
―¿Un paseo? ―preguntó Eren cuando ya la habían perdido de vista.
―Ah, no es nada importante ―dijo Levi soltándolo y dando un paso
―¿Quieres dar un paseo conmigo, Levi? ―propuso Eren
―No ―respondió el otro con una sonrisa
―¿Por qué no? ―se quejó Eren
―Me gustaría hacer otra cosa ―lo miró a los ojos
―Lo que quieras ―respondió mirándolo también
―Quiero estar contigo, por siempre y para siempre
N.A. He aquí el último capítulo. Creo que es el más largo que he escrito hasta ahora y me siento satisfecha con este final. Escribiré también un épilogo (aunque lo veo algo innecesario e igual tengo muchas ideas para él)
Espero que esta historia haya sido de su agrado, gracias a todas las personas se dieron el tiempo para leerla, a los que votaron y comentarios, ¡gracias! :)
Me gustaría que me contaron que opinan de este capítulo y de la historia en general...
Un abrazo
Katherine