La Otra Familia

By LiliaSolisRamirez

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Boruto lo supo ese dia, al parecer si había heredado algo bueno de la familia Hyuga. Debía agradecerle a tio... More

.Aquí y allá.
.Lágrimas y espejos.
.Un granito de arena.
¡Hola papi!
Juntos.
Corazones lastimados.
Cambiando todo.
.Tormentas.
.Remando.
Perspectivas
Cara a Cara
.Muerte.
.Cristal.
Del pasado al futuro. Guías.
.Últimos pasos.
.La nueva familia.
¿Celos o cariño fraternal?

.Vivir o respirar.

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By LiliaSolisRamirez

La noche estaba mas fría de lo normal. Los árboles se agitaban por el viento y hacían sonidos trágicos que acompañaban la triste escena.
Naruto guardó su maleta y se regresó a la puerta donde estaban de pie Sasuke y su hijo Menma. Se resignó a despedirse mientras avanzaba a paso lento.
Primero besó a Sasuke, con ternura y cariño, tratando de mostrar lo mal que se sentía dejarlos así. Luego se arrodilló para ver al rostro de su hijo quien abrazaba un peluche de zorrito, su regalo de esta visita.
-¿Cuidarás a mamá por mi?
-... si...
-Eres el hombre de la casa por mientras.
-Si, claro. -ironizó Sasuke forzando una sonrisa para el recuerdo.
-Adios hijo. -lo abrazó con fuerza tratando de grabar sus bracitos rodeados en su cuello. -Regresaré pronto, no lo olvides.
-¿Vendrás a mi cumpleaños?
-Ahm... -el dolor era indescriptible. -Haré lo que pueda...
-Menma... -le advirtió el Uchiha.
-Si, si. -se permitió besarlo en la mejilla y se aferró a la mano de su madre cuando Naruto se levantó y los miró.
-Adiós ttebayo.

Entró al auto y encendió el motor.

-Aguanta solo un poco mas, hijo... sonríe... nunca permitas que se lleve un mal recuerdo...
-Si... -tomó aire y soportó la amargura que lo embriagaba. -¡Adios papi! -le gritó con una sonrisa para asegurarse de la paz de su padre. -... vuelve... - susurró al ya no verlo.

Y luego, ambos se encerraron en su casa y se abrazaron mutuamente para darse calor y cariño.

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Tres de la tarde.

Inicio de semana y de pedidos.

Toda la empresa, en cualquiera área que se viera, estaba igual. Naruto deseaba poder multiplicarse para atender a cada uno de sus compañeros y trabajadores. Debían estar tranquilos y al mismo tiempo, avanzar sin errores y deprisa.

Entonces, el caos se intensificó cuando la escuchó en su oficina.

-¿Hinata? -no podía creerlo, el día mas ocupado de la semana.
-Hola, Naruto... ¿cómo marco al restaurante en este teléfono? -la mujer estaba sentada en la cómoda silla de su escritorio y traía el aparato en las manos mientras picoteaba las teclas.
-Eh... no, no, no le muevas. -se lo quitó. -Este solo conecta con las oficinas ¿qué haces aquí?
-Señor Naruto, lo necesitan en el área de administración. -interrumpió la secretaria.
-Si, un momento. Hinata, hoy estamos muy ocupados ¿qué necesitas?
-Yo solo vine a ver a mi esposo. -le reprochó. -Y los niños esperan ver un momento a su padre.
-¿Qué? -quiso burlarse pero reprimió sus impulsos. -Hinata, Himawari ni me ah saludado estando a lado tuyo. -y era cierto, pues la pequeña estaba mas ocupada en un juego del celular que en observar qué ocurría a su alrededor.
-Si, pero eso se debe a que tu nunca tienes tiempo.
-¡¿Eh?! -alzó una ceja confundido, eso si que estaba fuera de contexto.
-No debes ser así con los niños... -se levantó de la silla y caminó hasta quedar frente a su esposo. -Me preguntaba... si... -sus manos acariciaron el pecho de Naruto y subieron lentamente hasta su cuello para colgarse de él. -Si... ¿me das tu número de cuenta empresarial?
-¿Mi... cuenta? -y él pensando que quería amor... -No puedo hacer eso... es de la empresa...
-Yo también soy propietaria.
-Si, pero quieres hacer mal uso de ese dineral...
-Naruto.
-¿A ver... para qué lo quieres?
-Solo es un préstamo.
-¿Ocupas dinero? Dímelo y te doy del mio...

-Señor Naruto...

-Un momento.
-Yo no ocupo dinero.
-¡¿Entonces?!
-Una amiga de mamá quiere iniciar una empresa y ocupa...
-Alto, alto, alto. ¿La misma que te pidió para la tienda de ropa, la abarrotera, diseños y sabe qué mas?
-Naruto. -ya sabía que estaba perdida.
-No. -se giró para ir a sus pendientes.
-¡Eres un egoísta!
-No voy poner mi empresa en juego. -la miró una última vez haciéndola callar. -¿Dónde esta Boruto?
-No lo sé. -contestó mostrándose ofendida.
-Hinata...
-¡Es tu hijo! ¡Nunca le haces caso! ¡¿Por qué no me escuchas?!

El rubio se fue corriendo hasta ver a su secretaria.
-Sakura, necesito que alertes a todas las áreas de la empresa.
-¿Qué cosa?
-Mi hijo, mi hijo esta perdido. Encuentralo.
-Ah... ¿qué? -lo vio correr hacia ningún lugar en particular.

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-¡Señor Naruto!
El rubio se detuvo en seco y se giró para atender al muchacho. Luego llegaron otros dos, su colega Shikamaru solo pudo liberarlo de uno pero la gente se iba amontonando.

-Solo usa los comprobantes de este año, no quiero errores. -le dijo a unos y siguió con los otros. -Si, niña, vayan a comer pero regresen pronto.
-Sobre los pedidos...
-Ehm... ve... ve con Kiba, él es el que sabe.
-De acuerdo. -aceptó no muy convencido.
-¡¿Quienes son de administración?! -gritó y varios alzaron la mano. -¡Bien! ¡Acompáñenme a las oficinas por favor! -chasqueó loa dedos y empezó a avanzar con un grupo detrás de él.

Ino chocó con él en un cruce de pasillo y tiró las planeaciones.

-Lo siento... -se arrodilló junto a ella para recoger los papeles.
-No, no impor... ¡eres Naruto!
-Ahm... si, según mi licencia. -sonrió de lado. Ino se levantó y apuntó hacia unas oficinas.
-Bor... Bol... ¡Tu hijo!
-¡¿Lo viste?!
-Esta con Kakashi en recepción.
-Ah, bendita seas. -le besó la mano y se fue corriendo dejando al grupo en el mismo lugar.
-¡Vamos! ¡Tengan iniciativa, arreglen sus problemas solos! -les regañó mientras aplaudía y empezaba a guiarlos a las oficinas de administración.

-¡Boruto! -la puerta se abrió hasta chocar contra la pared.
-¡Yo no fui! -el pequeño se escondió detrás de Kakashi quien seguía sentado leyendo su novela para adultos.
-¿No fuiste qué? -su mirada lograba asustarlo a veces.
-Fue Himawari pero me va a echar la culpa a mi.
-¡¿De qué hablas?! -se movía tratando de divisarlo detrás del hombre. -¡Ven aquí!
-¡No! ¡Me vas a pegar!
-¡¿De dónde sacas esa locura?! ¡Nunca te eh pegado! -ambos comenzaron a hacer girar la silla con Kakashi aun sentado en ella.
-Oigan, basta... basta...
-¡Boruto, por Dios!
-¡Mamá dice que me vas a pegar!
-¿Qué!? -se irguió asombrado.
-Uuuuuuu.... -se burló el de cabellos blancos.
-¡¿Qué has dicho?!
-¡Nada! ¡Lo siento! -se arrepintió asustado.
-Hinata dijo que... -susurró confundido. -¿por qué?

El teléfono sonó.
-Rasengan y asociados. -contestó Kakashi sin dejar su lectura. -si, aquí está... ah, si. Naruto...
-... eh...
-Te buscan en tu oficina.
-No tengo tiempo ahorita. -negó cabizbajo.
-No creo que acepte esa respuesta. Después de todo, siempre fue muy orgulloso.
-¿Qué? -comprobó que se trataba de él cuando Kakashi lo miró fijamente. -¡Boruto! ¡Vámonos!
-¿No me vas a pegar?
-¡No! -lo jaló de la chaqueta hasta alzarlo para cargarlo como un saco de papas.

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Regresar a la ciudad después de tanto tiempo...

Sasuke se arrodilló frente a su hijo en la sala de espera y le acomodó el cuello de su suéter. Sus zapatos eran viejos pero le dio una buena lustrada y gracias al sumo cuidado que tenía Menma, no parecían tan gastados.

-Bien... ahora... ¿recuerdas las reglas?
-Si.
-Dímelas.
-Ah... -suspiró triste. -El no es mi papá, es el señor Naruto, un amigo tuyo. Mi papá no esta conmigo porque se fue... debo fingir que eso me da tristeza para que ya no pregunten. No correré a saludarlo solo le daré un apretón de manos...
-Y...
-Y nos vamos a ir rápido.
-... muy bien... -le acarició los hombros. -Luego, otro día podrás verlo ¿vale?
Menma solo asintió cabizbajo mostrando su dolor por un rato.

-Ya le avisé, Sasuke. -apareció Sakura alisando su falda. -¿Gustas un café?
-No, gracias. -se levantó para verla a la cara. Sakura se sonrojó al comprobar que la edad no le había hecho daño a Sasuke. Su tez pálida ahora mejorada por un rubor en sus mejillas, su cuerpo aun delgado y tonificado adornado con el pantalón oscuro y la chaqueta de piel.
-¿Y tu niño? ¿Quieres un jugo de la máquina?
-No, gracias señorita.
-Aww, eres tan tierno y educado. -poco le importó la falda y se arrodilló para acariciar las mejillas del menor. -¿Cuántos años tienes?
-Seis...
-¡Vaya! ¡Entonces ya vas a la primaria!
-Si. -alejó su rostro de aquellas manos pellizcadoras.

Naruto aun discutía con su hijo y su ruido alertó a su secretaria quien pronto se puso de pie y quitó los rastros de tierra de la tela.

-¡Basta! ¡Bájame! ¡No me quiero ir con ella!
-¡Ya! ¡No patalees!

Menma tomó la mano de Sasuke para agarrar valor.
Desde pequeño, Sasuke no quiso mentirle en nada, confiaba en el cerebro de su hijo y que si se decían las cosas como eran, no habría malentendidos después. Por eso, Menma sabía que su papá no era solo de él. Que primero se había casado con una mujer y que tiene dos hijos.
Tampoco se olvidó de decirle la verdad sobre sus sentimientos, de que Naruto en realidad amaba a Sasuke solamente y que Menma siempre tendría un lugar especial en su corazón.

Pero tenía seis años recién cumplidos hace unos días y los celos eran difíciles de controlar a esa edad.

-Naruto...
-Ya, ya... -bajó a su hijo y lo dejó que corriera a su oficina. -Mocoso... -dijo con una sonrisa apenas perceptible.

Luego, su vista se fue directo a los ojos negros mas hermosos que jamás podría conocer.
-¡Sasuke! -gritó emocionado corriendo a abrazarlo. -¡Que gusto verte!
Hinata abrió la puerta de la oficina y miró la escena.
-Hola... -saludó dejándose estrujar por unos segundos.
-¡¿Qué milagro?! ¡¿Qué haces aquí?!
-¿Eres Sasuke?

Los cuatro se giraron al escucharla. Hinata sonrió de manera dulce.

-ah, aun te acuerdas de Sasuke... -palabreó soltándolo lentamente tratando de mantener su aroma un rato.
-¿Cómo olvidarlo? Naruto, invitalo a tu oficina.
-¡Ah, si! Sakura, prepara café.
-Pero él acaba de decir que... -
-Ve a avisarle a Shikamaru. -le susurró. -El mio con azúcar extra.
-En seguida.

Menma quedó maravillado de la oficina tan amplia, frente a él había un escritorio blanco enorme con muchas cosas encima y luego, detrás, en ventanal con balcón mas largo que alguna vez conoció. La alfombra roja contrastaba con los tonos secos de las paredes.

-¿Qué te trae por aquí, Sasuke? -preguntó Hinata sentándose en la silla del escritorio.
-Cosas.
-Ah... ya... ya veo. -seguía ignorándola como en su juventud.
-¡Ah, bien! -exclamó Naruto entrando y cerrando la puerta, su mirada se topó con la de Menma y sonrió de extremo a extremo pero no era tonto. -¡¿Es tu hijo, Sasuke?!
-¿Ah? Si.
-¡Pero que niño mas guapo! -gritó agachándose. -¿Cómo estas?
-Bien... ¿y tu? ¡Usted! Quise decir, usted.
-Bien. Muy feliz de verte.
-El se llama Naruto. -le dijo Sasuke para continuar con la mentira.
-Ah, si. Y tu nombre es...
-Menma.
-¡Es el nombre mas genial que eh oído en mi vida! Después del mio, claro. -el pequeño se río aunque un tanto intimidado por la situación. -Me dan unas ganas de abrazarte ¿puedo? -le preguntó y Menma miró a Sasuke rogando un si por respuesta.
-Asi es Naruto, no te asustes, solo dejate querer.
-¡Exacto, ttebayo! -lo alzó hasta juntarlo a su pecho y abrazarlo por fin cerrando los ojos para disfrutar mas ese momento.

Boruto dejó caer su videojuego al ver a su padre abrazar de esa manera a un niño desconocido, miró hacia su derecha pero Himawari estaba mas ocupada rayando el sillón de cuero.

¿Por qué lo abrazaba así?
No...
La pregunta era...
¿Por qué no lo abrazaba a él así?

-Me imagino que Sasuke necesita hablar contigo. -interrumpió Hinata. Sasuke reprimió su impulso de ofenderla.
-Dime, Sasuke.
-Ahm... -miró hacia la Hyuga.

-Viejo de mierda... ¡Eah! ¡Viejo! -corrió y lo jaloneó de su saco. -¡Mira lo que esta haciendo Hinawari y tu ni en cuenta!
-¿Qué? ¡Ah! -Naruto bajó a Menma y corrió a quitarle la pluma a la niña. -No. Mira nada mas... este es el tercero...
-Naruto, no la regañes... -Sasuke alzó una ceja.
-Hinata... mira esto, no inventes...
-Eso te pasa por andar distraído, viejo de mierda.
Naruto bajó las cejas acostumbrado a esa ofensa pero no todos estaban asi:

-¿Cómo le llamaste? -preguntó lentamente el pequeño sin dejar de mirar al niño rubio.
-¿Qué? ¿Lo de viejo de mierda? -se picó una oreja.
-Pídele perdón. -le ordenó entre dientes mostrando todo su enojo en la mirada.
-Menma...
-¡¿Por qué?! ¡Es un viejo de mierda!
-No es cierto.
-¡¿Y a ti que te importa?!
-Pues... yo... -su furia disminuyó al oír eso.
-Es mi viejo de mierda, consigue el tuyo... -se burló.
-¡No es un viejo de mierda! -le gritó.
-¡Ah! ¡¿vas a llorar?! -se burló la pequeña Himawari.
-¡Tu callate! -la empujó su hermano. -Y si es un viejo y es de mierda...
-¡Suficiente!

-¡Boruto!
-¡Menma!

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