Compromiso a la fuerza.

By Amairan

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Imagina que un accidente cambia tu vida y la de un empresario. Esto le paso a Yuliza una teibolera. Ante sus... More

Compromiso a la fuerza.
Capítulo 1 : Accidente
Capítulo 2 : Te encontré
Capítulo 3: No importa
Capítulo 4: Cásate conmigo
Capítulo 5: ¿Nuevo hogar?
Capítulo 6: Me tiene sin cuidado.
Capítulo 7 : Doctor.
Nota
Capítulo 8: Problemas y Recuerdos.
Capítulo 9 : Presentación.
Capítulo 10 : ¿Una cualquiera?
Capítulo 11: Sacrificio.
Nota Urgente
Capítulo 12: Raúl.
Capítulo 13: Subasta
Capítulo 14: Trabajo.
Capítulo 15: Baile
Capítulo 16: Amor.
Capítulo 17: Recuerdos
Capítulo 18: ¡¿Qué?!
capítulo 19: Adiós
Hola Lectores
SUPER IMPORTANTE
Capítulo 20: Recordandote
Capítulo 22: ¿En dónde está el amor?
Capítulo 23: Lo que sea por ella.
30 de Marzo
Comienzo: Isabel
Capítulo 24: Mi cielo.
Comienzo: Wilson.
Comienzo: Dejame explicarte
Capítulo 25: Una verdad
Comienzo: Años
Capítulo 26: Dime que...

Capítulo 21: Es mío

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By Amairan

Canción: Camila - perdón.

Pov. Raúl

-¿irás al casino al rato? - preguntó Daniel.

Estábamos en mis despacho de la oficina. Me recargue en el respaldo de mi sillón. Estaba cansado y sentía que la cabeza me iba a explotar. Habían encontrado algunas pistas de donde podría estar Yuliza. Al parecer había tenido contacto con el doctor de pacotilla pero por más que mi investigador hizo averiguaciones el hombre compraba su propia comida y del trabajo a su casa y de su casa al trabajo. Algo era raro así que le pedí que lo siguiera y tomara fotos de todo, de su departamento y del edificio quienes vivían ahí y por cuanto tiempo, al igual que fotos de cada una de sus actividades. Nada era seguro. Pero era lo único que tenía.

- No lo creo, me darán un reporte de algo por ahí de las 7 de la noche. Así que creo que no.

-¿Aparto una mesa para tu familia?

-No, llame a mi hermana, y me dijo que se irá de viaje unos días a París. Bueno tal vez sí para mi abuelo.

- Está bien Raúl.

Pov. Yuliza

Me sentía al mareada. Traté de incorporarme con dificultad.

-¿Cómo te encuentras? - escuche una voz cerca de la cama. Busque el dueño de la voz.

-Bien - dije apenas. Mauricio se acerco mientras posaba su mano en mi frente.

-Ya no tienes fiebre - afirmó, bajo la mano hasta mi vientre. Cualquiera hubiera tomado eso como una insinuación de su parte pero lo conocía como para saber que lo hacía estrictamente profesional. como un doctor y no como alguien que se quiere aprovechar de ti. - el bebé está bien - comentó retirando la mano. - al rato te checaré mejor ahora tengo que ir al hospital. Alicia ya comió y esta durmiendo. - dijo mientras tomaba su bata del hospital, camino hasta la puerta. Pero no se fue, como si se debatiera internamente en decírmelo. -¿irás a trabajar? - preguntó preocupado.

- Sí - contesté sin rodeos.

-Yuliza... - susurro mientras se volvía acercar a mí - no deberías, has tenido algo de dificultad en tu embarazo. Nada grave pero aun así...

-No - lo corte. Sabía a donde quería llegar pero para mí era difícil el hecho de depender de alguien sin nada a cambio. - Estaré bien. Siempre lo estoy.

-Está bien, no voy a insistir en el tema.

-Gracias. - dije tomándolo de la mano.

-No tienes porque - comentó mientras se ponía de pie y se despedía por segunda vez de mí con un beso en la frente.

Mauricio era una persona completamente sincero y honesto. Siempre me ha hablado con la verdad y sus intenciones para mí. Lo único que me dolía era el hecho de no corresponderle. Lo habría deseado, sin tan solo lo hubiera conocido mucho antes de hacerlo con Raúl de enamorarme de él. Sólo esperaba que algún día encontrara a alguien que si correspondiera a sus sentimientos.

Me quede un rato acostada pensando muy seriamente en en el hecho de levantarme de la cama. Con todas las ganas que dispuse hice un lado las sabanas y salí de la cama.

Cocine algo para almorzar y posteriormente a jugar un rato con Alicia, que rápido pasaba el tiempo. Ya casi el año cumplía

-Ven aquí princesa - susurre mientras la cargaba para bañarla cuando terminé le puse un vestido verde pastel y le hice unas colitas con un listón a juego.

Preparé enchiladas y eso fue lo que almorcé. Le deje un poco a Mauricio cuando llegara de trabajar.

Cuando había decidido irme de la casa de Raúl y me quede en el departamento de Mauricio pensé muchas veces llamar a Mer. Pero sabía que Raúl la tendría localizada o algo por el estilo.

No quiero ser encontrada por nada ni nadie. Tal vez fuera un miedo superficial pero... Si para Raúl no le llego el remordimiento de a verme quitado todo, podía vender mi alma al diablo a que tampoco se iba a tentar el corazón para quitarme un hijo suyo si lo podía y estaba a su alcance. Sin darme cuenta puse una mano en mi pequeño abdomen abultado apenas notable. Las horas pasaron como agua y Mauricio regreso a casa, el se llevaba a Alicia al trabajo y la dejaba en la guardería mientras yo trabajaba. Tome mi uniforme y lo puse en una bolsa mientras me ponía un jeans y una blusa azul pastel, amarré mi cabello en una coleta y me fui.

-Yuliza... - escuche que me llamaban después de unos minutos de a verme cambiado de ropa, llevaba un vestido negro de lentejuelas ajustado y un mandil blanco en la parte baja y unos tacones no muy altos - lleva estos Whisky arriba en el despacho del jefe por favor.

-Claro. - dije mientras terminaba de servir unos tequilas a los apostadores.

Camine con una charola en la mano mientras subía las escaleras sentía mi mano sudaba por alguna razón, me paré antes de llegar a la puerta mientras mi respiración se apaciguaba abrí la puerta y sentí que la respiración abandonó mis pulmones y los pies me fallaban...

Pov. Raúl

El investigador me entrego un sobre, estaba sentado en mi despacho observando las fotos, Yuliza caminando altas horas de la noche en un parque, ella entrando al edificio en donde vivía el doctorcito, él doctor con Alicia y otro de Yuliza en el parque sentada llorando miré la foto y mi corazón se detuvo acaricie la foto como si de esa forma pudiera estar con ella, tocarla tenerla entre mis brazos, después de varias semanas de no tenerla a mi lado, cada día levantarme era cada ves mas pesado, toda mi casa me recordaba a ella, la invocaba sin darme cuenta, la buscaba sin siquiera percartarme, buscaba con ansías su mirada, su sonrisa o alguna frase graciosa típica de ella.

Pero sobre todo me levantaba más temprano de lo usual y caminaba al cuarto de Alicia y me sentaba ahí por horas solo observando la cuna y los peluches. Por las tardes sin poderlo evitar me lastimaba caminando al invernadero dónde Yuliza siempre se encontraba leyendo. De pronto un recuerdo me invadió de cuando estaba en mi despacho a altas horas de la noche.

- ¿No puedes dormir? - preguntó asomando su cabello y los pequeños rizos alborotados alrededor. - lo siento, vi la luz prendida de tu despacho.

- pasa, sí, no puedo dormir Yuls.

Entró con una pequeño blusón color hueso que no dejaba nada a la imaginación y se paro enfrente de una de las estanterías y tomaba un libro de Jane Austen, lo revisó y se asentó mientras extendía sus pies sobre mis rodillas y comenzaba a leer.

-Ignorame - dijo con una sonrisa - y sigue con tu trabajo de la oficina.

Y sabe Dios que lo intente.

-No puedo - dije después de unos minutos arrancándole el libro de las manos mientras me observaba algo desconcertada. Lo único en lo que pensaba era en ella sentada casi sobre mi demasiado sexy para mi gusto, me posicione sobre ella y estampé mi boca sobre la de ella que me devolvió casi de inmediato. ¡Dios! esa noche dormimos sobre la alfombra del despacho.

Toque mi cabello, me sentía desesperado.

Estaba parado de espaldas a la puerta mirando unos papeles, había pedido algo para tomar y por fin había llegado. Escuche que se habría la puerta no le tomé importancia trate de no mirar a la inquilina ni que ella me viera.

- dejalo aquí en el escritorio por favor - dije mientras la escuchaba caminar detrás de mí gire bruscamente para no toparme con su mirada y camine así la puerta y luego hacía el escritorio sin mirarla ninguna vez.

Pov. Yuliza

Entré mientras sentía a mi corazón desbocado ¡Dios me iba a descubrir!

- dejalo aquí en el escritorio por favor - dijo mientras revisaba algo. No dije que nada. No quería, me reconoceria, mis manos sudaban, ¿cómo me metí en esto? Camine con paso lento a su lado tratando de que no me mirara, traía el cabello suelto así que traté de ocultar mi rostro.

Sin poderlo evitar lo admiré de lejos, se veía impresionantes, un traje de azul marino completamente impecable, dejando ver una camisa blanca por debajo, sus hombros anchos, su espalda bien torneada, esa espalda que tantas veces había arañado con deseo, esos hombros a los que tanto me aferraba cuando hacíamos el amor, por más que me repitiera que lo odiaba y que no lo extrañaba, era solo mentira, solo me basto verlo una vez más antes de que miles de sensaciones corrieran por mi cuerpo. Una parte de mí, no sabía que tan fuerte oprimía mi pecho mientras me susurraba que si en ese momento me pedía perdón, tal vez no tuviera la voluntad para no perdonarlo.

camine hacía el escritorio y se movió bruscamente, me puse rígida y respiré algo agitada deduje que iba a la puerta ¡Dios! No me vería, deje la charola y camine a su lado cabizbaja con el cabello suelto cubriendo mi rostro, él no me miro y fue a tomar su bebida, tendría que renunciar no habría de otra.

Tomé el pomo de la puerta y la giré para salir de ahí, pero no sedió, ¿qué?, ¡No! ¡Maldita puerta!.

-¿Por qué siempre huyes? - escuche su voz detrás de mí tan tranquila - Creo que me debes una explicación Yuliza.

-Abre la puerta Raúl - dije mientras trataba de que la puerta se abriera con firmeza e incluso ignorando el hecho de que Raúl se escuchaba muy confiado con todo esto.

-No - contesto como si lo que hubiera dicho fuera una pregunta y no una exigencia de mi parte.

-No te pregunte si querías abrirme la puerta Raúl, ¡Abre la maldita puerta!

-No - escuche de nuevo, pero esta vez más cerca, me giré sin pensarlo y Raúl estaba casi encima de mí, me pegué a la puerta mientras veía como se acercaba a mí, sentí como las piernas me fallaban. Puso una mano sobre la puerta y con la otra me quito un riso de mi cabello de los hombros mientras acariciaba mi cuello con delicadeza. ¡Eso se sentía tan bien! Sin darme cuenta cerre los ojos disfrutando de la sensación que eso me provocaba, no quería que parara. Sentí su respiración cerca de mis labios... Y después frío. ¿Frío? ¡ESE MALDITO!

Abrí los ojos de golpe y ahí estaba recargado en su escritorio con una mano en la barba que por verlo llevaba días sin afeitar.

- Eso llegará después Yuls, primero mi explicación.

-¿Tu explicación? ¿Qué explicación Raúl? Tú ni eso te mereces.

-¿Qué explicación, es en serio? ¿No sabes a que me refiero? - dice acercándose a una distancia prudente mientras sacaba de su bolsa del traje un papel arrugado mientras lo extendía para que yo lo viera - ¡hablo de esto! ¡Explicate! ¡¿Por qué te fuiste sin más?!

-¡Eres... Un idiota Raúl! ¡Quieres que te explique ese maldito papel! ¡Bien! Y espero que con esto me dejes en paz por una maldita vez. Porque no has hecho más que arruinarla sin ningún derecho. ¿Sabes cuánto cuesta tener lo poco que yo tenía sin estudios y una bebé de por medio? Claro que no, no era mucho pero era algo decente que gracias a mi trabajo conseguí y ¡tú! Llegas como si nada pensando que lo necesito y me lo quitas, ¡mi casa, mi trabajo, mi coche y deudas hasta el topé como si nada! ¿Quién te crees para meterte en mi vida? ¿Meterte en lo que no te importa? ¡Sólo porque el niño rico le gusto algo que podía comprar e hizo todo lo posible para conseguirlo!

Pov. Raúl.

Sus palabras se clavaron como una estaca en mi pecho, viendo ahí tan hermosa y furiosa, quería besarla y desnudarla para hacerle el amor después de tanto tiempo de extrañarla, pero todo eso se fue a la borda, cuando la veo recriminandome lo que hice, sus palabras están cargadas de verdad, pero eso no quiere decir que no duele, tiene razón. La ví y como negarlo me gusto, y ¡sí maldita sea, ella era algo que podía tener sin dificultad pero con su carácter algo tan inalcanzable a la ves!

-¡Lo necesitabas maldita sea Yuliza! ¡Vendias tu cuerpo por el amor de Dios! ¡Solo quería ayudarte!

-¡Tú me compraste y me chantajeaste! ¡Nadie más que tú! ¡Nunca necesite tu ayuda! ¡Y aun que me vendiera, no era tu problema sólo el mío! ¡Y perdón Raúl pero soy lo suficiente mayor para tomar mis decisiones!

-No si son las equivocadas y yo las puedo evitar Yuliza.

-¡No eres nadie Raúl!

- Soy todo Yuliza - digo agarrándola de los brazos y agitándola ligeramente - Entra en razón Yuliza, lo hice por tu bien.

- Y para tu conveniencia Raúl. Así que sueltame - dice tratando de deshacerse de mi agarré.

-No Yuliza, regresa a casa.

-¿Y seguir siendo parte de una mentira? No gracias, ya sueltame Raúl.

-¿Qué tengo que hacer para que te quedes?

-Nada, yo no regresaré, no quiero a alguien controlandome las 24 horas de día, mintiéndome descaradamente mientras me dice que ama y me hace el amor, no ahora que sé que todo esto es una mentira para ti, algo que pudiste comprar y que yo estúpidamente me deje doblegar por ti, pensando que todo lo que tuvimos era real y recíproco.

-Lo fue Yuliza te lo juro...

-¿Así? ¿Dime cuantas veces fueron las oportunidades que tuviste para decirme la verdad? No, mejor ¿cuantas veces te dije que me alegrara que no me mintieras y lo hiciste descaradamente? ¿Cuantas veces me entregue a ti y era una mentira?

-Yo...

-¡¿Cuántas?!

-¡Muchas, maldita sea, fueron muchas! ¡Pero tenía miedo de que me dejarás! ¡Que no comprendieras!

-Es lo que estoy haciendo Raúl dejarte por mentirme, ahora ya no sé cuánto de lo que me dijiste era verdad y las otras mentiras y tampoco quiero averiguarlo, si me lo hubieras dicho antes, te juro que te hubiera perdonado, y ahora no. Y no por lo que hiciste, no me hubiera importando, si no que no tuviste la confianza para hacerlo y dejaste pasara el tiempo, me tuve que enterar mientras tu platicabas con Daniel detrás de una puerta.

-Yuls...

-No me llames así...¡ya sueltame!

-¡¿Para qué quieres que te suelte?! ¡¿Para que corras a los brazos de ese imbécil?!

-Eso no te incumbe.

-Me incumbe y mucho ¡No quiero que te le acerques!.

-Yo haré lo que quiera ¡por que es mi vida!

-¡Te lo prohíbo!

-No eres nadie ¡Y ya sueltame! - sé que me estoy pasando pero no puedo evitarlo el pensar que alguien la toque, la besé y la acaricie y ese no sea yo ¡me enfurece! Sin darme cuenta la aprieto más de la cuenta -¡Sueltame! - la liberó pero ella se hace con fuerza hacía atrás y pega con el escritorio la espalda y cae al piso.

-Yuliza... - digo tratando de acercarme. Pero ella solo llora y se agarra el estómago con fuerza mientras contiene con gemido inevitable y rebeldemente sale. -Yuliza... Lo siento. Acuestate - digo mientras busco una almohada y se la pongo en la cabeza, ella me obedece sin dejar de quejarse y decir algo como "lo voy a perder" pero no entiendo. -James soy yo Raúl, ven al casino... ¡Ahora maldita sea es importante! ¡Date prisa o juro por Dios que te acabo! - digo colgando el móvil y sentándome en el suelo junto ella limpiado sus lágrimas mientras acaricio su cabello -Lo siento Yuls.

-Me duele - dice sin dejar de tocar su vientre, tal ves se golpeó ahí ¡Dios!

-Lo sé amor - digo besando su frente - llamé a un doctor, no debe tardar cariño, todo estará bien ya lo verás. - Yuliza cierra los ojos mientras que las lágrimas siguen brotando ¿cuánto podía tardar James qué parte de importante no entendía?
De pronto la puerta se abrió, ya que le había quitando el seguro antes de sentarme, James entro con un maletín en la mano y su traje de doctor, se veía sudado como si hubiera corrido y muy cansado. (James era uno de los hermanos más chicos de Daniel)

-Lo siento, el tráfico estaba al máximo tuve que dejar mi coche en media carretera y salí corriendo para acá. No te preocupes ya mande a un amigo por mi coche - dice atropelladamente mientras se acerca Yuliza y yo me paro para que pueda checarla.

Yuliza le dice algo a James que no alcanzo a escuchar y el asiente con la cabeza.

-¿Raúl me puedes dejar solo con la paciente?

-¿Por qué? - pregunto molesto.

-Por favor voy a revisarla.

-No es como si no la hubiera visto antes - recrimino

-Raúl - me llama molesto - te aprecio en serio, pero soy doctor y si la paciente no te quiere aquí yo no puedo hacer nada más aceptarlo, así que por favor sal.

- Está bien - digo saliendo de mi despacho hecho una furia cerrando con portazo.

Pov. Yuliza

- Gracias - digo apenas veo salir a Raúl.

- Para empezar soy el doctor James así que te voy a revisar, dime en donde te duele. Y que paso para que el dolor surgiera.

Le conté lo ocurrido con Raúl a grandes rasgos sobre como resbalé y caí al suelo dándome con el escritorio en la espalda.

- Y... - dije debatiendome en decírselo o no - estoy embarazada.

- Muy bien - dice mientras saca un aparato, y soba mi estomago con la mano. - Creo que niño esta bien, pero necesito que vayas a un hospital y te hagas pruebas para estar seguro, te daré estas pastillas para el dolor cada 8 horas, no te preocupes no lastimarán al bebé. Necesito que tomes mucho reposo, por favor.

Tomé las pastillas y dejamos que surgieran efecto.

-¿Puedes levantarte? - me pregunta mientras se pone de pie

-Creo que sí - digo mientras me ayuda a ponerme de pie y sentarme en el sillón.

-Bien, eso es todo espero te mejores.

- Gracias, igualmente - digo estrechándole la mano, mientras lo veía salir del despacho.

Pov. Raúl

-¿Qué paso? ¿Cómo se encuentra? - pregunto apenas ver a James salir.

- Sí, ella esta bien - dice mi amigo, siento como el alma me regresa al cuerpo - también el bebé se encuentra bien aún que le dije que tenía que ir al hospital para estar seguros de que no hay complicación en su embarazo... - ¡¿Qué?! Embarazada.

¡Mí Yuliza embarazada!

-¿Ella está... Qué...? - pregunté desconcertado.

- Embarazada Raúl, ¿qué no escuchaste? Necesito que la lleves a un hospital para que la chequen mejor por favor...

-¿Cuántos meses tiene? - pregunté de nuevo interrumpiéndolo, necesitaba saber ¡Embarazada! ¡Dios! - lo siento sé que te estoy interrumpiendo pero necesito saber cuantos meses tiene.

- No lo sé, creo que tres, cuatro meses no te lo podría asegurar su abdomen aun esta algo plano, un poco abultado tal vez.

-Muy bien - digo tratando de no sonar molesto - Mira... Te llamo luego ¿sí? Necesito arreglar algo.

- Claro - dice sin más, mientras baja las escaleras.

Respiro hondo y entro al despacho y veo a Yuliza sentada con las manos tapando su rostro.

Supongo que escucha la puerta porque alza la mirada y me la retiene.

-¿Algo que quieras decir?

-Sí, renuncio - dice mientras se pone de pie y trata de caminar hacía la puerta.

-¿A donde cree que vas?

-No te importa, renuncio Raúl, me largo ¿así o te es muy difícil de procesar?

-No puedes renunciar firmaste un contrato y hay una suma que pagar en caso de que la rompas, lo sabes.

-¿Y que harás? ¿Quitarme todo lo que tengo? Oye no, aguarda, eso ya lo hiciste. - dice mirándome con desprecio. - No lo alargues más Raúl, sólo dejame ir.

-No.

-¿Qué quieres de mí Raúl? Por el amor de Dios, puedes tener a quien quieras porque te aferras a mí.

-Porque no quiero a cualquiera te quiero a ti Yuliza. Te necesito.

- Raúl...

- Éstas embarazada - afirme, su cara se contrajo como si le hubiera sacado el aire - ¿cuántos meses tienes?

-No te importa - dice apretando sus puños sobre sus costados ¿por qué está tan a la defensiva?

-¿Es mío? - pregunté sin poderlo evitar, tenía que saber. Su mirada se contrajo y rió sin ganas.

-¿Qué si es tuyo? Es la pregunta más estúpida que me has hecho.

- Responde la pregunta Yuliza.

- Lo siento a veces olvido que soy una maldita prostituta que se acuesta con el primer idiota que se encuentra en la calle por unos cuantos dólares y no se protege. Perdonarme hombre de negocios las prostitutas solemos ser así unas vulgares sin remedio que necesitamos salvación de alguien.

-¡Ya basta Yuliza!

-¡No! ¡Ya basta contigo Raúl eres un maldito idiota! ¡Jamás superarás el hecho de donde vengo siempre habrá esa sombra entre nosotros! Es por eso que personas como tú y yo jamás se deben de mezclar. Es por eso que te ahorro el trabajo tú y yo no somos nada así que no te debo ninguna explicación.

-Lo pregunto por el hecho de el tiempo que estamos separado cabe la posibilidad de que sea de ese maldito doctor de pacotilla.

-Lo siento, es cierto no me acostaré con el primer idiota que me encuentre en la calle si no el que tenga más cerca. No seguiré discutiendo contigo Raúl eres imposible.

-¡Sólo responde si es mío o no! - dije agarrándola de la muñeca.

-¡Sueltame! - dice mientras de deshace de mi agarre - No es de Mauricio ni es tuyo, es mío ¡este bebé solo es mío y de nadie más! ¡No te necesito ni a ti ni a nadie para sacarlo adelante! ¡Es mío! Y solo me necesita a mí. ¡Y tú y tu contrato se pueden ir al carajo!

Sin poder hacer nada sale de mi despacho dando un portazo. Me dejo caer en mi sillón y lo golpeó con furia.

¡Porque soy tan idiota! ¿Porque tuve que preguntárselo? Claro que es mío. Pero y si... No, pero cabía la posibilidad, quería creer que era mío nada me haría más feliz, pero imaginarmela en sus brazos haciendo el amor me hervía la sangre ¡No ella es sólo mía!

Tenía que arreglar las cosas así tuviera que hincarme hasta que las rodillas me sangraran para conseguir su perdón lo haría.

Tengo que hacer que me perdoné, sé que cometí una gran falta pero tenía miedo de perderla sin poderlo evitar eso fue lo que paso por no ser sincero.

¡La recuperaría así se me fuera el alma y la vida en ello!

HOLA LECTORES, AQUÍ EL CAPÍTULO SIENTO A VERME DEMORADO MUCHO PERO LE EXPLICARÉ DESDE EL 24 DICIEMBRE ME ENFERME DE DENGUE Y MI ENFERMEDAD SE ALARGÓ HASTA EL 8 DE ENERO DE AHÍ ME DESMAYE YA QUE TENÍA LA PRESIÓN MUY BAJA Y ESTABA MUY DESHIDRATADA YA QUE POR ESTAR ENFERMA NO COMÍA Y SOLO ERA DORMIR. DE AHÍ ME QUEDE MÁS O MENOS BIEN POR EL 16 DE ENERO Y QUE ME ENFERMO POR TANTO FRÍO CON CALENTURA Y POSTERIORMENTE DE INFECCIÓN EN EL OÍDO DE ESTE ÚLTIMO ESTOY TRATAMIENTO. DESGRACIADAMENTE SOY UNA PERSONA QUE SE ENFERMA MUCHO Y NUNCA ME HABÍA ENFERMANDO ASÍ DE GRAVE Y UNA TRAS OTRA TAL VEZ LO CREAN TAL VEZ NO Y PIENSEN QUE SON PRETEXTOS MÍOS NADA MÁS, PERO LES DIGO LA VERDAD A MÍ NO ME GUSTA JUGAR CON MI SALUD Y CREO QUE POR RESPETO A USTEDES LES DEBO UNA EXPLICACIÓN DE PORQUE DE MI A AUSENCIA LES AGRADEZCO SU PACIENCIA (QUE ES MUCHA) Y POR PREGUNTARME POR MI HISTORIA Y MI SALUD POR INBOX, COMENTARIOS Y PUBLICACIONES, LES AGRADEZCO QUE SIGAN LEYENDO MI HISTORIA

LOS ADORO HASTA LA PRÓXIMA SEMANA

Amairan :3

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