Entré. Todo se sentía normal. Me encontraba en el bosque. A lo lejos divisé la cabaña iluminada por una cálida luz.
Caminé a duras penas, la nieve me llegaba más arriba de los tobillos y me hundía con cada paso que daba.
Llamé a la puerta pero nadie abrió.
Rodee la casa y miré por la ventana que daba a la sala. Slender, Jack y ______ sentados y cobijados por el calor que transpiraba la chimenea. Estaban riendo y conversando.
Toqué la ventana.
Nadie me escuchó.
Golpee con los puños.
Ninguna respuesta.
Golpee tan fuerte hasta que la ventana se quebró en mil pedazos.
Ellos no lo notaron.
Entré por la ventana y me acerqué a ellos.
-¡Oigan! -nadie me notaba.
Me pare frente a ellos pero seguían con una plática que yo no podía escuchar.
Mi temperamento estaba a punto de explotar.
Nadie me hacía caso. Nadie me notaba.
Y fue cuando lo supe. Mi miedo a no ser nadie...
Un gran agujero se abrió bajo mis pies tragandome a mi y a todo a mi alrededor.
Caigo. Mi costado arde por el impacto. Me levanto adolorido. Me doy cuenta de que estoy en un gimnasio. Un gimnasio muy conocido por mi.
Las puertas se abren de par en par dejando entrar a un grupo de niños que me miran con malicia en sus ojos.
Se acercan a mi y prontamente me veo acorralado entre ellos. Empiezan a empujarme entre ellos y a gritarme cosas.
Por instinto llevo mi mano a mi sudadera para sacar mi cuchillo y me encuentro con que no está. Miro mis manos, soy un niño y llevo el uniforme de la escuela.
Pronto los empujones se ven cambiados por puños y patadas. Me caigo al suelo por el dolor, pero no les importa, siguen riendo y golpeandome. Luego de que les ha aburrido mi dolor me toman entre todos y me encierran en los baños y apagan la luz.
A duras penas me levanto. Todo mi cuerpo duele terriblemente. Miro mi rostro en el espejo, lleno de heridas y moretes, bañado en finos hilos de sangre.
Sentí la misma ira que sentía cuando era un niño y los demás me golpeaban y se burlaban. Recuerdo que desde entonces una voz en mi cabeza me decía que los matara, la ignore por años hasta que un día me dejé guiar ciegamente por esa voz sedienta de sangre.
Mi segundo miedo. Temor a ser vulnerable de nuevo...
La oscuridad consumió la habitación. Quedaba otro miedo, pero ya no estaba tan seguro de mi mismo. Mis miedos habían cambiado desde la última vez que había venido. Tres miedos, antes solo tenía uno.
Abrí los ojos, no sabía que era lo que me esperaba y realmente tampoco quería descubrirlo.
Observé el lugar. Estaba devuelta en la cabaña. Estaba sentado en un viejo tronco, y a unos metros de distancia estaban Jack y ______ jugando con unos pequeños niños. Reían y bailaban... Lucían más que felices. Pero yo... Yo no era feliz, me sentía sombrío y vacío al observar esa escena...
Mi tercer miedo. Temor a estar solo...
Mis miedos han cambiado demasiado. Y mi parte humana esta más viva que nunca. Antes mi miedo era que Liu y Jane lograran matarme... Pero ahora todo había cambiado radicalmente. No soy el mismo Jeff de siempre, y eso me preocupa. No puedo ser así, no puedo ser vulnerable ni temer a cosas tan banales como esas. Se supone que nada debería de darme miedo... Yo soy quien debe de inspirar terror, y en cambio, le temo a cosas insignificantes...