Caperucita Roja

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Las mañanas solían ser demasiado tormentosas en su nuevo hogar considerando que las clases empezaban a las siete de la mañana y siempre alguno de ellos hacía algo para que todos los demás se retrasaran, pero afortunadamente era un tranquilo sábado por la mañana, se encontraban sentados en el comedor desayunando con tranquilidad.

—Hay nuevas noticias —dijo Slender doblando el periódico.

Pronto todos dejaron sus platos y centraron la atención en el hombre sin rostro. Mientras se encontraran en la casa todos se encontraban en su apariencia natural. Llevaban casi un año escondiéndose y fingiendo ser humanos...

—Unos cuantos se revelaron en contra de Zalgo.

—¿Quiénes? —preguntó Jeff.

—No los conoces —dijo Slender—. Hay rumores de que ellos están formando un ejército para sublevarse. Según he escuchado se están haciendo más grandes.

—¿Hay alguna oportunidad para vencer a Zalgo? —preguntó ______.

—Al parecer sí, no hay nada seguro hasta el momento... pero no hay que perder las esperanzas. Atacaron a un pequeño grupo de soldados, es poco, pero algo es algo...

—Cada vez se levantan más personas en contra —dijo Jack—. Pero desafortunadamente hay algunos que siguen rindiéndose.

—Nina y Jane —dijo ______—. Ellas dijeron que se rendían, mañana irán al bosque y se entregarán para servirle a Zalgo.

—Maldita plana de mierda —gruñó Jeff—. Es una cobarde —escupió con furia.

—No hay que perder los estribos —dijo Slender—. Si ellas deciden rendirse es su decisión, pero las cosas nunca se han visto tan prometedoras como ahora.

Jeff se levantó hecho una furia y salió de la casa poniéndose su capucha para ocultar su rostro. Se dirigía a la casa de aquellas dos traidoras. Tocó la puerta con impaciencia y al ver que no le abrían quebró una ventana y entró.

—¡¿Cuál es tu jodido problema?! —gritó Jane bajando las escaleras.

—¡Tú! ¡Las personas como tú! —gritó con rabia—. ¡Eres una cobarde!

—¡Lárgate, Jeff!

—Sabía que eras de lo peor pero nunca pensé que tanto. Te vas a entregar a Zalgo —dijo con desprecio—. Te vas a rendir.

—No lo entiendes —se excusó cruzándose de brazos.

—¿Qué no entiendo? Dime, porque está muy claro que eres una cobarde, eres de lo más bajo.

—Estoy cansada de esconderme.

—¿Tú crees que eres la única? Yo estoy cansado de fingir al igual que ______, Jack, Jenn, Slender y todos. Dame una buena excusa, Jane.

—No lo entiendes, Jeff... no hay nada a lo cual aferrarnos, no hay esperanzas, no hay posibilidades de ganar. ¿Has visto a las tropas de Zalgo? Nos van a ganar, es cuestión de tiempo...

—No, ya hay movimientos en contra de él, vamos a ganar.

—¿Ganar? —se burló ella—. No vamos a ganar porque ya hemos perdido. Perdimos desde antes de que la guerra fuese declarada.

—Eso no es cierto —Jane negó con la cabeza.

—Siempre has estado ciego —dijo con una inusual calma—. Nina y yo lo estuvimos platicando, es mejor que nos entreguemos por nuestra propia cuenta.

—¡Pues vete! ¡Ríndete! Pero cuando ganemos la guerra no podrás acercarte a nosotros por traidora.

—Zalgo está planeando algo grande, Jeff. ¿A caso crees esa mierda de qué no sabe dónde estamos? ¡Por supuesto que sabe! Él sabe donde vivimos, donde trabajamos, qué hacemos... no tengo idea cuál es su plan, pero por algo no nos ha atacado.

—Eres una vergüenza...

—Tal vez lo sea, tal vez no —se encogió de hombros—. Nunca nos hemos llevado bien pero antes de irme te daré un consejo, no confíes mucho en Slender —le advirtió.

—¿Ahora metes a Slender en esto? —gritó ofendido.

—No te lo tomes a mal, pero Slender puede ser uno de los malos. ¿Cuándo nos enseñó el contrato? ¿Cuándo nos pidió nuestra opinión para cualquier cosa? ¿Por qué nos prohíbe leer los libros de su biblioteca? ¿Por qué él es líder?

—Porque así lo quisimos todos.

—Yo no recuerdo haber votado por Slender —dijo Jane—. Estamos en guerra, Jeff, no puedes confiar ni en tu propia sombra, y mucho menos en él, Slender nos oculta cosas.

—Slender salvó mi vida, al igual que la tuya, la de Jack y la de todos los demás.

—¿A cambio de qué? De ser sus sirvientes, él nos dice a quién matar, a dónde ir y qué hacer. Slender es un dictador.

—Zalgo es el dictador.

—La diferencia es que él lo admite, en cambio Slender es un lobo disfrazado de oveja.

—Zalgo va a caer. Ya hay levantamientos en contra de él.

—¿Quién te lo ha dicho? ¿Slender? —bufó—. ¿Cómo lo sabe? ¿Dónde están las pruebas? Jeff, él no es tan grandioso como tú lo crees, deja de cegarte.

—No estoy ciego.

—Yo creo que todos lo estamos. Lo único que nosotros sabemos sobre esta absurda guerra es lo que nos dice Slender, es decir nada. Sólo conocemos la pobre versión de Slender.

Jeff caminó hacia la puerta con la cara roja de rabia. Pero antes de que él saliera Jane continuó hablando.

—El lobo siempre será el malo si sólo escuchamos a caperucita roja.

Dicho aquello Jeff salió de la casa...

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Aquí les dejo un capitulo un poco largo ;)


Amándote [Laughing Jack Y Tu] (Book 2)Where stories live. Discover now