Amándote [Laughing Jack Y Tu] (Book 2)

Peligro

Ella se había negado a hablar de aquellos perturbadores sueños que había estado teniendo.
Su cara estaba demacrada y tenía unas profundas ojeras.
Evitaba dormir. Cada vez que lo hacía Jill entraba en sus sueños y la atormentaba hasta que gritaba mientras dormía y luchaba por despertar.

............
Jack caminaba junto a Jeff. Habían salido a una tarde de solo hombres. Su relación había mejorado, aún intentaban matarse y se insultaban con frecuencia pero se toleraban un poco más.

Entraron a la cabaña. Sus coraza se detuvieron al ver un gran charco de sangre. Y _______ sobre el. Tenía los ojos fuertemente cerrados y lloraba. Soltaba gritos llenos de agonía y se retorcía sobre su propia sangre.

Ambos hombres corrieron hacia ella.

-¡_______! ¡Vamos, cariño!

La sacudía pero ella seguía sin responder. Jeff miró a su alrededor. No había señales de lucha. Todo parecía estar bien, nada fuera de su lugar.
Jack la cargó en brazos y la llevo a donde Slender.

-Jack, algo está mal.
-Claro que si imbécil. Se está desangrando.
-No. Mira a alrededor. No hay señales de lucha. No hay sangre por ningún lado.
-Pudo haber salido...
-¿Y la atacaron fuera y la regresaron después? Slender ordenó mejorar la vigilancia. Además habría sangre en el suelo. Todo está normal.

Entraron a la oficina de Slender. Él inmediatamente tiró todo los objetos de su escritorio y ordenó que la recortarán ahí.

-Salgan.
-Pero, quiero estar con ella.
-Vamos, Jack. Hay que esperar fuera -dijo Jeff arrastrándolo fuera de la oficina.

Los minutos transcurrían eternos e interminables. Cada segundo era una tortura constante.

-Tienes que calmarte.
-No puedo evitarlo.
-Ella va a estar bien.

Jack se tiró al suelo y abrazó sus piernas y trataba de controlar las lágrimas. Su esposa se veía delicada, había perdido demasiada sangre.
Luego de unos veinte minutos. Veintitrés para ser exactos, ya que Jack los contó, Slender salió.

-¿Cómo está?
-Bien. Pero hay algo que quiero que vean.

Slender volvió a entrar y ambos hombres lo siguieron rápidamente. Se pararon frente al escritorio donde ella estaba recostada. Su ropa estaba empapada en sangre.

-Miren sus brazos...

Y efectivamente. Algo no estaba mal. Todo lo estaba. Su piel que estaba intacta gracias a Slender se empezó a cubrir de heridas. Unas más superficiales que otras, pero heridas al final de cuentas.

-¿Qué mierda pasa? -preguntó Jeff con voz temblorosa.
-Alguien le está haciendo esas heridas.
-Pero... ¿Puedes hacer algo?
-No es de este mundo -contestó Slender-. Lo cual limita mis acciones.
-¿A qué te refieres? -preguntó Jeff ya que Jack se había quedado mudo.
-A que la única forma de parar esto es viajando al inframundo.
-¿Inframundo?
-Si. Quien quiera que sea lo que le esta haciendo eso no es alguien como nosotros.
-¿Estás seguro?
-Ya he visto esto antes, no puedo equivocarme.