Despertó lentamente y se encontró con una imagen que le sacó una pequeña sonrisa.
Jack la estaba rodeando con su brazo y la miraba dulcemente. Parecía un niño pequeño.
La atrajo más hacia sí y besó tiernamente su frente.
-¿Desde cuándo estás despierto?
-Hace poco. Te veía dormir y no quise despertarte. Te veías demasiado linda y me quedé observandote.
-Eso suena tan acosador.
-Te acoso con amor.
Jeff entró a la habitación sin llamar a la puerta y se paró frente a la cama.
-¡Muero de hambre!
-¿Por qué diablos no aprendes a cocinar? -preguntó ella bastante irritada.
-Créeme, cariño, es mejor que ni se acerque a la cocina.
-Eres un dolor de cabeza, Jeff.
-Gracias. Pero no es momento para halagos, muero de hambre. Vine mas temprano pero estaban dormidos. Y he estado esperando a que despierten.
-Ya vamos -dijo ella cubriéndose con las sábanas.
Jeff salió tan rápido como había entrado, Jack comenzó a vestirse.
-Creo que tendremos que cerrar con llave la puerta...
-Eso le daría motivos para derribarla.
-Es un idiota.... Siempre esta arruinando los mejores momentos.
-Así es Jeff. Dudo que cambie algún día.
Se levantó sosamente. En ese momento le hubiese gustado pedir una pizza a domicilio. Pero nadie debía saber que esa cabaña existía y mucho menos los humanos debían saber que los Creepypastas vivían en ese lugar.