a coat in the winter; camren

By milanolivar

8.9M 409K 303K

TODAS LAS HISTORIAS ESTÁN SUJETAS A COPYRIGHT Y HABRÁ DENUNCIA SI SE ADAPTA O PLAGIA. ¿Qué es capaz de hacer... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Último Capítulo
Epílogo
ACITW EN FÍSICO

Capítulo 32

137K 5.6K 4.3K
By milanolivar


Lauren's POV

Indudablemente, todo el equipo estaba eufórico, gritaban en el vestuario y el champán corría por el suelo y entre nosotras. Sólo yo me duché y tuve que salir a atender a la prensa, que esperaba impaciente detrás de una delgada cinta negra a que apareciese. Normalmente, no solía sonreír tanto, ni hablar de forma distendida, pero joder, ¡acababa de ser campeona del mundo!

—¿Cómo ha sido el partido, Lauren? —Me humedecí los labios mirando primero el micrófono.

—Lo habéis visto todos, ¿no? —Solté una risa sacudiendo la cabeza. —Ha sido el partido más duro que he tenido que afrontar físicamente y...

—¡Jauregui, deja de ser tan seria! —Tobin pasó detrás de mí y me empujó la cabeza, provocando mi risa y la de los periodistas.

—El caso es que hemos aguantado las patadas, la presión y... —De soslayo, vi cómo Maia aparecía corriendo mirando a todos sitios hasta que me encontró y salió disparada hacia mí.

La cogí en brazos dándole un beso en la frente y ella se asustó al ver tanta gente delante de mí.

—Mami dice que nos vayamos ya... —Fruncí el ceño al mirarla colocándole algo mejor el cuello de la camiseta, centrándome en Maia y dejando de lado a la prensa.

—¿Para qué quiere mami que nos vayamos? —La pequeña tardó en responder, apretando con sus dedos el borde de la camiseta.

—Para comer chuches y ver al abuelo y al tío Chris... —Abrí los ojos a modo de sorpresa, como si de verdad fuese algo importante, porque prácticamente llevábamos juntos un mes.

—Oh, hay que comer chuches. —Asentí y me di la vuelta hacia la prensa con una mueca fingida. —Lo siento, chicos, tenemos que comer chuches.

Lo mejor de que aquél campeonato terminase, no era el trofeo, ni la celebración, que sí, era genial, pero por fin podía dormir en la misma habitación que Maia y Camila. La primera estaba sentada sobre mi abdomen mientras yo estaba tumbada en la cama, y Camila estaba tumbada a mi lado, con la cabeza apoyada en mi hombro. La pequeña tenía confeti entre las manos, aún no se había quitado la camiseta, ni aquellas dos coletas rubias que Camila le había hecho.

—¿Por qué tienes una herida aquí? —Señaló mi hombro y simplemente me encogí de hombros, poniendo una mano en su espalda para que no se fuese hacia atrás.

—En el fútbol pasan esas cosas. —Dije tomando sus manitas entre las mías, y Maia hizo un puchero.

—Yo no quiero jugar al fútbol... —Fruncí el ceño alzándola y poniéndola entre Camila y yo, dándole un suave besito en la frente.

—¿Ya no? ¿Y eso? —Pregunté algo extrañada, mirando a Camila que sonreía mientras apartaba el pelo de la cara de su hija.

—Porque no quiero hacerme pupa... —Dijo removiéndose para darse la vuelta y abrazarse a Camila, que acariciaba su pelo con ternura.

—Pero si juegas conmigo no te haré pupa. —Maia sonrió un poco, y después bostezó frotándose los ojos con los puñitos cerrados. —¿Quieres dormir? —La pequeña asintió, y Camila se incorporó un poco, poniéndola de pie en la cama.

—Vamos a ponerte el pijama. —Maia negó, haciendo un puchero mientras miraba a la latina. —¿No quieres el pijama?

—Quiero esta camiseta. —Respondió sin dejar de frotarse un ojito, y Camila soltó una risa bastante suave.

—Está bien, ¿quieres ver una peli con mamá y conmigo antes de dormir? —Camila le quitó las gomillas que sujetaban aquellas dos coletas con cuidado, y Maia asintió gateando en la cama hasta llegar a mí.

Camila puso una de esas películas Disney que estaban echando en la tele, y Maia no tardó más de cinco minutos en quedarse dormida. Camila la cogió en brazos, estaba absolutamente derrotada, y la llevó a su habitación para acostarla. Eran las dos de la mañana, y sin duda, el día había sido agotador para todos.

Cuando ella volvió, se sentó sobre mí, inclinándose para poder besarme, presionando las manos en mis mejillas con una sonrisa. Y siguió con unos cuantos besos más que retumbaban en la habitación, yo sabía por dónde quería ir ella, pero tuve que separarme antes de que fuese a más.

—Camz... —Susurré antes de que me diese otro beso, y ella se separó tirando de mi labio inferior, levantando la mirada hacia mis ojos.

—¿Qué? —Frunció las cejas ladeando la cabeza, como si estuviese curiosa.

—Que si empiezas no te voy a poder seguir. —Susurré con una sonrisa, pasándome la lengua por el labio inferior. —Estoy... No sé ni cómo puedo hablar. Mira. —Levanté la mano que estaba temblando, entre el cansancio, los nervios y la euforia, mi cuerpo se había convertido en un auténtico flan.

—Hey, hey... No pretendía que pareciese eso. —Camila rio un poco, y puse la cabeza gacha apretando los ojos. —¿Qué ocurre? —Me quedé en silencio, no había manera de ocultarle nada a Camila. Había ganado el campeonato del mundo, pero mi cabeza estaba en otra parte. Negué. —Dime que te pasa o lo averiguaré yo. ¿Es por lo mismo que la vez anterior? —Cerré los ojos ante su pregunta. Esta vez, me planteaba si Camila me quería de verdad. Ella se incorporó quedando sentada encima de mí con un suspiro, pasándose las manos por la cara.

—Es una idiotez. —Respondí sentándome en la cama con la espalda a la pared, y ella negó con los ojos cerrados.

—¿Una tontería? —Negó quitándose las manos de la cara con un suspiro con los ojos cerrados. —No sé qué hago mal. No sé cómo demostrarte que te quiero, ya no sé cómo. Porque intento mejorar, intento estar contigo en todo, ¿sabes? Me duele que pienses que no te quiero lo suficiente, Lauren. Te dejé que entrases en mi vida, te di... Te di a mi hija porque ahora también es tuya, ¿es que eso no es querer, Lauren?

—Camz... —Puse las manos en sus mejillas para limpiar las lágrimas que caían de sus ojos, era imbécil por pensar aquellas cosas.

—Y tú sales en las portadas de las revistas, tienes un montón de dinero, y yo por no 'aprovecharme' de ti no quiero ni vivir en tu casa, Lauren. No te pedí ayuda no... —Enterró la cara entre sus manos para llorar, y la rodeé entre mis brazos para estrecharla, escuchando cómo hipaba y su corazón se encogía. Ella se puso de pie separándose de mí, y yo me levanté de la cama para acercarme a ella y volver a abrazarla. —Si no puedes entender que una persona esté enamorada de ti, que quiera compartir toda su vida contigo...

—Camila, no. Mírame. —Sujeté su cara entre mis manos, pasando los pulgares bajo sus ojos para apartar las lágrimas. —Nuestra situación es extremadamente rara. Estamos casadas y ni siquiera me acuerdo, pienso en ti como en mi novia, y me aterra saber que puedo perderte. No vivimos juntas, y eso lo hace todo más raro aún. —Camila se apartó de mí limpiándose las lágrimas ella misma y se metió en la cama tapándose con la sábana, casi no se le veía el rostro.

—Y soy una mierda de mujer porque no sé cómo hacer que eso cambie. Quizás si fuese más cariñosa, quizás... —Murmuraba y sí, la había cagado hasta el fondo de nuevo.

Apagué la luz y me quité la camiseta frustrada, debería ser la mejor noche de mi vida, pero en cambio, pasaba aquello. Entré en la cama casi desnuda, sólo con la ropa interior puesta y sin sujetador. La tenía al lado pero, estaba segura de que no estaba durmiendo.

Pegué mi pecho a su espalda, y no podía rehuirme porque estaba al borde de la cama. Estiré mi pie suavemente para rozarlo con el suyo, aunque al final no fue un simple roce, mi pierna acabó entre las suyas.

—Siento no apreciarte tanto. Yo soy la mierda de mujer, Camila. —Susurré en voz baja, apretando mi mano en su cintura.

—Cállate Lauren. —Escuché que decía con la voz débil, y aunque me callé, la abracé algo más contra mí.

—¿Estás enfadada? —Pregunté en voz baja.

—Sí. —Respondió ella.

—¿Conmigo?

—Claro que es contigo. —Escuché un suspiro, y no pude evitar agachar la cabeza y cerrar los ojos, era una mierda. Le di la vuelta a Camila poniéndome encima de ella las manos a los lados de su cabeza, haciendo que me mirase.

—Sólo quiero que seamos una familia. —Camila me puso la mano en la cara y se puso boca abajo, negando.

—No lo arreglas. —Puse una mueca de asco, sacando la lengua entre mis labios.

—Camz... —Ella se removió en la cama con un suspiro pesado, y no, no me quería allí. —¿Quieres que me vaya?

—Eso es lo que estás deseando hacer porque no te quiero lo suficiente. —Me levanté de la cama y cogí mi camiseta, poniéndomela encima y saliendo de la habitación sin decir nada.

El sofá no era muy cómodo a decir verdad. El brazo era recto, rígido, por suerte tenía un fino cojín.

Tras unos minutos, y por mucho que mi cabeza diera vueltas y estuviese a punto de romper a llorar, me dormí. Aquél cansancio, aquella tensión habían llevado a que casi no pudiese sostenerme.

No sé cuánto había dormido, no mucho, porque estaba en esa fase del sueño en la que te duele abrir los ojos y te toca las narices que te levanten, pero tenía a Camila dándome golpecitos en el hombro con cuidado. Abrí un poco los ojos, casi costándome hacerlo, hasta ver el rostro de la latina. Tenía el pelo desaliñado, revuelto, y ojeras en la cara.

—¿Puedes venir a dormir conmigo, por fi? —Susurró casi haciendo un puchero, tirando de mi mano. Me levanté como un zombi, y caminé de su mano hasta la habitación tumbándome en la cama con los ojos cerrados lista para dormirme de nuevo. Entonces noté el peso de Camila sobre mí y cómo se abrazaba a mí hasta ponerme de lado y poder engancharse como un koala, dándome besos en la cara porque estaba totalmente dormida.

*

El sol, las aguas turquesas, cabañas de madera conectadas entre sí, playa, sol, y todo el mundo en Bora Bora.

—¿Ya estás bien después del parto, Ally? —Camila cogió un cóctel de gambas al que se quedó mirando un segundo y luego removió este con un tenedor. Ally estaba frente a ella con el pequeño en brazos. Era la cosa más pequeña que había visto en mi vida, y yo estaba sentada al lado de Ally mirándolo todo el rato.

—Sí... ¿Puedes cogerlo? —Ally me lo colocó en brazos, y yo lo sostuve mientras ella iba a por otro cóctel.

Dinah estaba sentada en una de las tumbonas, y había un toldo en el porche de la cabaña de Ally, y Nick, Maia, Troy y Ed jugaban con ellos en el agua. Habían saltado desde allí mismo, había unas escaleras al lado para poder subir, y era maravilloso poder contemplar el agua azul turquesa y cristalina.

—Es que fue todo muy muy rápido. —Respondió ella dándole el primer mordisco al cóctel, bajo la atenta mirada de Dinah y Camila que estaban sentadas frente a nosotras.

—Yo siempre quise tener un hijo. —Camila me miró con el ceño fruncido, y seguro que pensaría 'ya tienes una hija. —Es decir, un bebé.

—Sí... Esa es la mejor parte de ser madre, cuando son bebés. Cuando llegan a los cinco años, seis, no es lo mismo. —Mientras Dinah decía aquello, di varios besos en la mejilla de Dylan, que apretaba las manitas como reacción a mi beso.

—Pues eso nunca va a pasar, porque no puedo quedarme embarazada. —Dije en voz baja, sonriendo al ver al pequeño Dylan sonreír aunque ni siquiera estaba haciendo nada. —Si fuese otra jugadora... Pero... Soy yo. Tengo un contrato de cinco años, y si me voy sólo porque 'me he quedado embarazada' tendría que pagar un dinero que no tengo. —Suspiré levantándome para dejar a Dylan en la sillita, quedándome mirándolo un momento y acariciando su tripita.

—Lo siento, Laur. —Ally puso una mano en mi rodilla cuando me senté a su lado, y sonreí negando quitándole su cóctel de gambas.

—No lo sientas, ya tengo una hija, ¿no? —Sonreí, notando la mano de Camila acariciarme el pelo cuando se levantaba del asiento.

—Y quiere mucho a su madre. —Dijo sonriendo antes de mirar abajo al agua, y saludar a Maia que nadaba con su flotador puesto.

Una vez Camila estaba en el agua, yo seguí comiendo y Dinah arrastró la hamaca para ponerla más cerca de Ally y yo, que paré de comer al ver lo que hacía.

—¿Qué haces?

—¿De verdad que quieres quedarte embarazada? —Saboreé un poco las gambas y la salsa y asentí, pasándome la lengua por los labios.

—Bueno, no quedarme embarazada en sí, pero me gustaría tener un hijo. Es decir... Un bebé, que sepa que yo soy su madre y me reconozca así. —Me encogí de hombros pinchando otro par de gambas, y Ally me dio un golpe en el hombro.

—¿Por qué no le preguntas a Camila? Igual ella sí que quiere. —Negué ante esa idea, removiendo la salsa, las gambas y la lechuga antes de comer un poco más.

—No, no lo creo. Creo que tener a una hija con 18 años le marcó mucho. —Hablábamos en voz baja, porque justo debajo de nosotras estaba ella. —Y sigue siendo muy joven aún.

—¿Joven? Ella tiene 24 y tú 25. Lo que sí es verdad es que la vida de Camila no ha sido muy fácil, y supongo que ahora eso le dará miedo. —Asentí ante las palabras de Dinah, dejando la copa en la mesa, jugando con mis manos. —Lo siento.

—Está bien, estoy bien. —Hice un gesto con la mano para quitarle importancia.

—Quizás deberías preguntarle directamente a ella, el 'no' ya lo tienes.

*

—Wow, estás preciosa. —Camila se miraba en el espejo mientras se probaba un vestido blanco corto por encima de las rodillas y sujeto al cuello por dos tiras anchas, casi parecía Marilyn Monroe, pero su versión latina.

—¿Tú crees? —Dio una vuelta y asentí riendo, levantándome de la cama para ponerme detrás de ella en el espejo.

—Claro que sí, en esas cosas nunca miento. —Sonreí dándole un beso en el hombro, que la hizo encogerse, escuchando mientras los gritos de Maia y Nick que jugaban fuera con Ed. —¿Puedo hacerte una pregunta?

—Puedes hacerme las que quieras. —Respondió Camila, dándose la vuelta para cogerme de las manos y darme un beso en los labios. —¿Si quiero salir contigo? ¿Si quiero casarme contigo? —Soltamos una risa, aunque yo negué agachando la cabeza.

—No... Si... Querrías tener un hijo conmigo. —Camila soltó una suave risa, humedeciéndose los labios.

—Pero... No puedes dejar el fútbol, ¿no? —Me había entendido mal, así que reí ladeando la cabeza con los ojos cerrados, esperando su reacción, igual se enfadaría.

—No, no puedo. —Respondí entrecerrando los ojos, y hasta que pasaron unos segundos y ella los abrió.

—¡Oh! Te refieres a que yo... —Asentí con los ojos cerrados y una sonrisa. —A que yo me quede embarazada.

—Exacto. —Dije riendo un poco, y por fortuna ella también lo hizo, aunque paró un poco apretándome las manos.

—No sé, Lauren, es... —Arrugó la nariz con la cabeza gacha. —Tuve una niña con 19 años y perdí casi mi juventud, no quiero...

—Camz, Camz, no hace falta que me des explicaciones, me lo esperaba. —Ella me miró a los ojos con un atisbo de tristeza y me abrazó. Apreté los ojos y mis manos en su cintura.

—Lo siento mucho. —Susurró ella, y aunque era algo decepcionante, no se acababa el mundo por aquello. —Siento no poder darte lo que quieres.

—No pasa nada, Camz. Quizás en cinco años deje el fútbol. —Pero ambas sabíamos que eso no iba a pasar, porque el fútbol era mi vida por encima de todo.

—Perdóname. —Decía abrazándome, acariciando mi nuca.

—Te quiero. —Me separé tomando sus mejillas entre mis manos y la besé suavemente, cerrando los ojos.

—No puedo dejar de ser un fracaso, ¿eh? —Dijo con una risa triste, y negué.

—Me has dado una hija así sin más cuando pensaba que nunca tendría una, así que debería darte las gracias por eso.

—Pero piensas que no es lo mismo. —Camila apoyó la cabeza en mi pecho, y la separé para mirarla a los ojos.

—Estoy bien, Camz. Era una simple pregunta.

—¿Segura? —Apretó mis manos un poco.

—Segura...

2


Continue Reading

You'll Also Like

10.9K 1K 12
Diez años después, Harry se despierta en lo profundo del Bosque Negro cuando los Elfos comienzan su festival de luz estelar. Pero como es Harry, nada...
4.5M 169K 64
Dos chicas que se odian desde el primer momento en que se ven... pero¿podrá surgir el amor? Lauren Jauregui la chica popular,reina de la preparatoria...
358K 24.2K 19
Daría todo por haberla conocido antes, hubiera estado con ella en todo momento, para cuidarla y ayudarla. Pero no pude luchar contra el destino. -Cam...
2.8M 108K 65
Alguna vez has escuchado aquello que dicen de, nunca juzgar a un libro por su portada. Bueno lo mismo pasa con las personas.