Marco Bodt
Parpadee varias veces antes de abrir los ojos, arriba un tubo fluorescente iluminaba la habitación. Estaba sentado en una especie de camilla con correas atadas alrededor de la cintura, los brazos, las muñecas y los pies. Un escalofrío me recorrió al ver que mi fuerza no era suficiente para liberarme, a mi lado una mesa plateada mostraba algunos instrumentos médicos - tenazas, bisturís, cuchillos, agujas...- , alrededor había estantes con frascos, tubos de ensayo y verbena... Al otro sólo había una larga cortina con pliegues, como para dividir la habitación.
¿En dónde estaba? Fue lo primero que pensé. Los recuerdos no tardaron en aparecer: yo en la fiesta, Jean yéndose, yo encontrándome con Erwin, la estaca clavada en mí, Jean descubriéndome e intentando salir...
¿Cómo había llegado hasta ahí? ¿Dónde estaba Jean y Eren?
Correas, estacas, verbena... Por supuesto, ya no cabía duda en Mike, él era un cazador o quizá más que eso: un Agustín... Si la historia de Eren era cierta - y vaya que daba miedo- me encontraba en un lugar sin salida, podrían pasar semanas antes de que supiera si mi Jean estaba bien. Oh, cómo estaría el pobre entonces...
El zumbido de unas voces al otro lado de la puerta me distrajo un momento, era Erwin discutiendo con Mike, y parecía muy enfadado:
-Estas mintiendo -dijo Erwin, sorprendido
-Te equivocas. Créelo, Erwin, ellos existen y tu familia se ha encargado de sobrellevarlos durante generaciones. Tu amigo Marco es uno de ellos.
-¿Qué? -interrumpió, incrédulo. ¿Su familia? ¿A qué se refería con eso? Claro, Erwin nunca me había dicho su apellido...
-Tú padre me enseñó todo lo que sé, por eso ahora que él murió yo estoy a cargo -prosiguió, animado.
- Un momento, tú expediste el reporte de los cuerpos de mis padres, ¿no es cierto?
-Sí, de hecho... Mira -Erwin no respondió, sólo se escuchaba su pesada respiración y el ruido de pasar del papel-. Por esto, por todas las muertes que ocasionan me he dedicado a estudiarlos, y pronto será tu turno. Considéralo como tú legado. La familia Smith...
-¿Me mentiste? Todo esté tiempo que me sentí como un miserable, creyendo que realmente habían muerto ahogados... Y tú...
Un golpe y forcejeos. Alguien cae al suelo, luego, unos pasos firmes se pierden.
"Erwin Smith" Por supuesto, su actitud depresiva, pocos amigos, estudiante de medicina... Todo este tiempo conviviendo con la Sociedad Agustín sin darme cuenta...
Después de eso no escuche conversación alguna, intente concentrarme en liberarme de las correas pero aún estaba débil por la verbena.
-Es inútil, te inyectaran más de esa mierda -dijo alguien detrás de la cortina, por una rendija pude ver que se trataba de un hombre de cabellos negros, facciones finas, ojos alargados y grises...
"Si estoy con los Agustín él debe ser..."
-¿Cómo te llamas? - pregunté apenas, mi voz sonaba débil y quebrada.
-Levi
Entonces la puerta se abrió, Mike entraba con una aguja en la mano, se encaminó hasta a mí y la hundió en mi cuello. Y terminé por quedarme inconsciente otra vez, Levi volteó la mirada hacia otro lado y su historia se coló en mi sueño...
.
.
Eren Jaeger.
-Alguien viene
-¿Qué? No puede ser... -respondió Jean dándole otra patada a la reja.
Recordé que yo había hecho exactamente lo mismo la primera vez, aunque él estaba allí entonces y me distrajo. ¿Cómo era posible enamorarse de alguien como él? Es decir, me insultaba a cada rato. Admito que llegué a amarlo, pero ya he olvidado esa sensación, ¿qué se siente "amar"? ¿Se sufre tanto como lo hace Jean en este momento? Aparté esos pensamientos de mi cabeza, él estaba muerto y no había porque molestar a los fantasmas.
La puerta se abrió unos minutos más tarde y un hombre alto y rubio entró, caminó lentamente hasta ubicarse delante de nosotros, cargaba una pistola -posiblemente con balas de madera- . Se veía nervioso, era perceptible como le temblaban las manos al empuñar el arma, como si dudara del poder que tuviera. Qué cosa, las emociones te distraen a cada rato.
- ¿Qué es este lugar...? -preguntó mirando alrededor, entonces reparó en nosotros. Dudó un momento pero luego apuntó el arma a Jean- Fuiste tú, has estado aquí por casi un año...
-No sé de qué hablas... -respondió él, confundido
-¡No mientas! ¿Qué otro vampiro pudo haber sido...?
-Hay demasiados, te sorprenderías -intervine, él me miró con enojo
-¿Te crees mucho, no? No te tengo miedo, estás débil y...
-¿Y qué? Ya escapé de aquí una vez, aunque no fue bonito -interrumpí otra vez.
-Espera... ¿Eres Erwin? -dijo Jean de repente, él bajó el arma pero luego volvió a apuntarla hacia ninguna parte realmente
-¿Por qué lo preguntas?
-Tranquilo, "Erwin", podemos...
Entonces disparó, la bala le dio a Jean justo en la pierna y este se derrumbó hacia un lado. Auch... De improviso supe que yo era el siguiente, ¿qué estaba buscando ese tipo? Me imaginé que no sería tan difícil influenciarlo, si sólo se acercara lo suficiente...
- ¿Qué quieres? - le pregunté enseguida, dejando de lado a Jean que se retorcía de dolor en el suelo, al final sólo así podría salir, y de paso sacarlo. "Erwin", si es que así se llamaba, me miró apretando los dientes, se veía triste, de la manera en que la luz en sus ojos era casi nula, dude que fuera a responderme pero...
-¿Has estado mucho tiempo por estos rumbos? En los últimos años para ser exactos...
-No, al menos yo no
-Entonces...
-¿Eres un Agustín? ¿Te apellidas "Smith...? -dije de repente, esas preguntas le hicieron apuntarme de nuevo. Por supuesto: los rasgos antiguos, la cejas, la tez clara...
-¿Cómo es que has estado aquí antes...? Tú... Si te hicieron todo lo que dijo Mike...
-¿Mike? ¿De qué hablas?
-¿Quién es el culpable entonces? Mis padres...
-Oh, ya veo.
-Espera... -dijo Jean levantándose- , ¿conoces a Marco, no?
Puff... ¿Por qué no cerraba su asico de caballo? Erwin retrocedió y dio una par de pasos hasta la reja de Jean, alejándose de mí, qué conveniente. Si no me equivocaba él era compañero de Marco en la jodida universidad, posiblemente tenía más problemas de los que una persona de su edad. No pude evitar sonreír: luego de que escapara de los Agustín me había dedicado a matarlos a todos, pero siempre dejando un solo Smith que siguiera con el trabajo sucio, que consiguiera formar una familia, otra generación. Luego los mataba otra vez, dejando sólo a uno y otra vez, y otra vez... Dulce venganza.
Así que él preguntaba si alguno de nosotros dos era el culpable. Tal vez podría usar eso a mi favor.
-Oye, Erwin -llamé acercándome a la reja, él se giró hacia mí. Estaba lo suficientemente cerca, perfecto...- , nuestra existencia ya está lo suficientemente jodida aquí, ¿no te contaron lo que hacen? -pareció confundirse con las palabras pero dio una paso al frente, hacia mí. Jean me miró de reojo, cuidando mis movimientos, claro que no me dejaría hacer nada divertido.
-¿Y qué? -repuso Erwin, bajando el arma por primera vez hacia su costado, tal vez imaginaba que de veras estábamos MUY débiles.
-Pues, hagamos un trato, ¿quieres? Tú no quieres esto, pasarte la vida torturando vampiros, ¿o sí? -no había notado que era más alto que yo, unos diez centímetros. Los colmillos no tardaron en aparecer, y no me preocupé en ocultarlos. Él se asustó, intentó retroceder pero yo le había agarrado de la mano, acercando la muñeca a mi boca.
-¡Suéltame! -dijo apuntándome con la otra mano. Lo ignoré y hundí los colmillos. La sangre me quemó la boca, ¡verbena! La escupí y alce la vista para ver su rostro paralizado, la mano con el arma temblaba.
-¡Dejen eso! -intervino Jean. "Espera un poco, ¿por qué eres tan odioso?" Pensé.
Erwin disparó, pero yo era más rápido, me moví de un lado para otro mientras seguía lanzando las balas. Un par dieron en la cerradura, y con otro par de golpes de mi parte la puerta se abrió. Salí, todavía con los colmillos asomándose en las comisuras de mis labios, la boca manchada de su sangre que ya no me quemaba tanto. Él retrocedió, apuntándome de nuevo, jaló el gatillo pero las municiones se habían acabado.
Me acerqué, lo golpee y entonces cayó al suelo, inconsciente.
Jean me había estado gritando no sé qué sermón, pero cuando vio que me había liberado agachó la cabeza, nadie dijo nada, sabía que no estaba en mis planes sacarlo de allí.
Marco Bodt.
Una aguja conectada a la vena de brazo conducía hasta una bolsa de sangre, que estaba casi llena. Mike me había desagrado lo suficiente para quedarme callado. ¿Por qué no matarme de una vez? ¿Qué sentido tenía todo este teatro?
-¿Por qué lo hace...? -dije apenas, él sonrió ligeramente. "Te encanta tu trabajo, ¿no es cierto?"
-Por la ciencia -respondió, anotando algunas cosas en un cuaderno desgastado- , para ayudar a la humanidad, combatir enfermedades y... Eso era antes.
-¿A qué se refiere? ¿Ya no la hace para ayudar...? ¿Por qué no sólo me mata y ya...?
-No, eres más útil de esta forma
-¿Qué tiene Erwin que ver con esto...?
-Supongo que mereces saberlo, él es el último Smith por ahora, debe seguir con la Sociedad Agustín pero aún se siente mal por sus padres, pensé que al enterarse querría venganza pero...
Yo no respondí, no podría torturarme más de lo que ya hacía en ese momento. Hice como que dormía, escuché sus pasos y el correr de la cortina.
-Despierta, Levi -dijo. No me atrevía abrir los ojos. Parecía que le quitaba las correas, me imaginé que él se enderezaba.
-¿Qué mierda quieres? -preguntó Levi, su voz era grave y decidida, casi sonaba molesta.
-Te dejaré salir por hoy, toma esto
-¿Cuál es el truco en todo esto?
-Y con esto me aseguraré de que vuelvas...
-¿Qué carajos es eso? ¿Qué es exactamente lo que quieres que haga, idiota?
-Esto es un seguro, también toma está sangre, necesitarás tener un poco de fuerza... ¿Recuerdas a tu antiguo compañero? Está aquí, quiero que lo vigiles, y que lo mates si me interrumpe.
Levi no respondió, sólo escuché que la puerta se abría y cerraba unos minutos más tarde. Me pregunté si le había inyectado algo, ¿"un seguro"? ¿A qué se refería con eso?
Regresó conmigo después, siguió vaciándome y para cuando volví a abrir los ojos traía una jeringa en la mano. Había pensado en Levi, hacía rato que se había ido, ¿sería capaz de matar a Eren?
-Tú serás el primero
-¿Qué cosa...?
-El primero de la nueva especie
Eren Jaeger
-Por favor, no puedo dejar a Marco... Sólo sácame y vete después, yo me las arreglaré sólo... - me dijo Jean al ver que no tenía intención de liberarlo. Qué idiota, él podía hacerlo solo pero estaba demasiado preocupado para pensar.
-Bien -me acerqué a Erwin, como imaginaba cargaba con más balas en el bolsillo, tomé una y se la di a Jean. No tenía caso hacer nada con él, si era inteligente se marcharía enseguida.
-¿Para qué es esto? -preguntó Jean tomando la bala
-Ponla en la cerradura, cuando la golpees explotará con el cerrojo.
-Así eres más listo, ¿no es cierto?
-Sí, sí, sólo hazlo.
Hecho eso nos encaminamos hacia la puerta, frente a nosotros corría un largo pasillo, seguido de unas escaleras. Yo siempre giraba a la derecha cuando era dirigido por el doctor Smith hacia la "enfermería" y a la izquierda cuando eran las fiestas de Año Nuevo. Jean pareció confundido sobre qué rumbo tomar, su rostro delataba todo la angustia que sentía por Marco, pobre.
- Es por allá, si no me equivoco -señalé con la mano.
Jean corrió lo más rápido que pudo -todavía estaba débil por la verbena y las balas- , yo le seguí unos pasos atrás, examinando el lugar que ahora parecía un hospital -exceptuando las celdas en el sótano- , con todo y los largos tubos luminosos en el techo, las puertas rotuladas -laboratorios de seguro- , aunque obviamente más solitario, el silencio en el ambiente era tétrico. La Sociedad Agustín había crecido bastante en esos años. Seguimos caminando hasta toparnos con una puerta entreabierta y con la luz encendida. Pero...
Una sombra, un rose, ligeros pasos. Alguien más andaba merodeando por allí, de inmediato me puse en guardia, mirando hacia todos lados. Jean hizo un gesto para que me agachara y me acercara a él, que miraba por la rendija de la puerta. Me acerqué: había una camilla de espaldas, de seguro era Marco.
-Voy a entrar, parece que no hay nadie... -susurró Jean muy bajo, yo asentí y volví a la vigilancia, no quería salir muerto de allí.
Aunque... ¿Para qué ayudarlo? Si salíamos de allí estaría jodiéndome con lo de mi humanidad.
Marco Bodt.
¿Nueva especie? ¿A qué se refería con eso? Antes de que aclarara mis ideas Mike enterró la aguja en mi cuello y presionó el émbolo, aquella sustancia me mareo un poco. Pasados unos minutos acercó a mí una bolsa de sangre, pero... Mis colmillos no reaccionaron, no desperté al oler sangre fresca, ¿qué diablos era lo que me había hecho...?
-Perfecto -comentó nuevamente garabateando en el cuaderno, entonces tomó otra bolsa y abriéndola roseó unas gotas de sangre sobre mi boca. Esta vez, sin embargo, mis colmillos se asomaron y pude lamer de las comisuras de mis labios aquella sangre.
Era diferente, sabía diferente, olía diferente, sólo una vez había tomado algo similar pero eso sólo significaba que aquella sangre no era humana, entonces...
-¿Qué sucede? ¿Quieres más? -dijo Mike observando mi reacción.
-¿Q-Qué me hiciste...? -musité con un hilo de voz.
Si no me equivocaba aquella sangre no provenía de un humano, provenía de un vampiro...
-Es el último avance de los Agustín, bueno, de mi investigación realmente y parece que dio resultado. Contigo el problema acabará en poco tiempo...
No había duda: Mike me había configurado para alimentarme de vampiros...
-Levi ya tardó, pero no es problema... -dijo desatándome las correas, aunque todavía estaba lo suficientemente débil para nada. Me enderecé sentándome en la camilla, pasando mis manos por mis muñecas, aun procesando lo que él me había hecho. Visto desde el lado científico, del que beneficiaba a la humanidad, si los vampiros eran mí alimento era sólo cuestión de tiempo para extinguirnos.
-Levántate -ordenó Mike, como un robot cumplí la orden. Entonces abrió la puerta y me indicó el siguiente movimiento.
Eren Jaeger.
Me recargué en la pared a la vez que Jean se abría paso en la habitación donde estaría Marco, olisquee en el aire: definitivamente había otro vampiro cerca, ¿sería Marco? ¿Acaso sería él...? Borré ese pensamiento enseguida y me concentré en salir de allí, desafortunadamente en ese momento era tan débil que necesitaría la ayuda de Jean para dejar el lugar -había llegado a esa conclusión- , así que sólo lo utilizaría para salir a salvo, luego me marcharía para siempre de su vida.
Antes de que Jean se asomara de nuevo escuché un grito, pero no era cualquier alarido de dolor, era... Yo conocía ese sonido...
"¿Levi...?" Pensé mientras me echaba a correr lo más rápido que mis pies me permitían, al simplemente me había lanzado a ello. Y entonces lo encontré: Marco tenía agarrado a Levi dejando expuesto su cuello, en el que los colmillos ya habían perforado la piel y succionaban con ganas. En el suelo una larga estaca estaba tirada. Marco seguía alimentándose a cada segundo cada vez más y más, vaciándolo de por sí y él gritaba, forcejeaba, pateaba pero le era imposible liberarse. Tenía los ojos cerrados y su boca emitía sonoros gemidos de dolor, aquellos que yo había escuchado durante tanto tiempo... Cuando quería tirar la reja para ir a salvarlo, entonces no podía pero ahora...
Me agaché para tomar la estaca, Marco apenas y había notado mi presencia, estaba tan ocupado alimentándose de él para notarlo. ¿Qué diría Jean de esto? ¿Debía elegir entre salvar a Marco y salvar a Levi...? No. Él había sufrido más, él era el único responsable de que yo siguiera con vida. Y en un brusco movimiento le clave la estaca en la espalda, justo en el corazón, esta vez en el lugar correcto. Cayó hacia un lado mientras se arrugaba y se volvía gris, ya no daría problemas nunca más.
Alcancé a detener a Levi en mis brazos, arrodillándome, él no despertó enseguida pero sentí la ligera respiración en mi hombro, sentí sus brazos apoyándose en los míos, su cabello negro alborotado en su rostro y la marca en su cuello, la sangre todavía escurriéndole... Con una mano le acaricie el rostro, ¿cuántas veces había soñado con esto?
Me quedé en shock. Él alzo la mirada por fin. Lo observé por unos segundos, él era real, estaba vivo... Las palabras se amontonaron en mi boca y sólo lo apreté más fuerte contra mí, él no se movió pero enterró el rostro en mi hombro
-¿E-Eren...? - susurró a mi oído. Esa fue la gota que derramó el vaso, su voz era mejor de lo que recordaba.
Mi humanidad regresó con su abrazó. Aquella sensación fue cómo cuando te quedas dormido y te sientes caer pero luego despiertas y te das cuenta que todo fue un sueño. E instintivamente comencé a llorar, preguntándome qué había hecho en todo ese tiempo y por qué no lo había rescatado antes. No podemos corregir al tiempo, pero el tiempo puede corregirnos a nosotros...