--A trabajar- dije y le di un frasco que había en la mochila para capturar a las arañas y el se fue al bosque- recuerda que las necesito vivas Legolas- le grité ya cuando se estaba yendo.
Solo espero que lo recuerde.
Me puse unos guantes de cuero para poder revisar entre la hierba y ate mi cabello fuertemente con un listón grueso que usaba para amarrar en ocasiones mi s gustes u otras cosas necesarias. Comencé a buscar entre arbustos, plantas y de mas y para mi poca sorpresa encontré Athelas, la planta que le hacia falta a Lord Elrond en Rivendel, corté suficiente y seguí buscando de la misma planta pues seria demasiado útil y le llevaría a Elrond.
Corté toda la que pude y la puse en bolsas de cuero. Luego seguí buscando entre los arbustos y encontré Malaleuca, una planta en verdad rara, tan rara como la Athelas, corte el doble de la cantidad de Athelas e hice un amarre a las flores para echarlas en la bolsa.
Seguí buscando y encontré mas plantas medicinales, llevaba la bolsa llena de ellas. Estaba guardando las flores y plantas en la alforja de Solaria cuando Elladan y Elrohir aparecieron.
--Tenemos a las ardillas- dijo Elladan.
--Y a los conejos- continuo Elrohir.
--Gracias- habían traído cuatro presas cada uno, con eso bastaría- métanlas en las alforjas.
--Si- dijeron y así hicieron.
--¿Dónde estará Legolas?- pregunte cuando cerraba la alforja pues sin darme cuenta ya era muy tarde.
--Debe de estar aun en el bosque.- terminó de decir Elladan y se escucho un quejido en el aire por entre los arboles.
--Esto no puede ser- dije cansada.
Nos dirigimos hacia donde provenía la voz y ahí estaba el príncipe.
--¿Pero que...?- dije en cuanto lo vi. Estaba en el suelo recargado en un árbol con su brazo extendido.
--Una serpiente- dijo el.
--Esto tiene que ser una broma- dije cortante y cansada pero preocupada a la vez- Dígame como era la serpiente.
--Era, larga, de escamas blancas y negras, estaba buscando la ultima araña que faltaba y de la nada salió y me mordió, no la vi venir, de haber sido así la hubiera esquivado o algo, pero esas cosas son muy rápidas.
--Pensé que usted conocía a las serpientes, déjeme ayudarle- me hinqué a su lado- Elladan, Elrohir, necesito que vallan con los caballos y busquen si hay vendas, por favor- dije y ellos fueron con los caballos.
--¿Sera peligroso?- pregunta el.
--No, la única serpiente que conozco con esas características es la Serpiente Rey, debió de haber hecho algo malo como para que le atacara, son pasivas.- dije mientras mojaba un trapo con agua, aceite de árbol y átelas.
--Yo no hice nada malo, ¡Auch!- se quejó cuando puse el paño en la herida de su brazo izquierdo.
--Lo siento.
--Descuida, creo que en verdad me lo busque, estaba tan esmerado en atrapar a esa araña- dijo riendo.
--Creo que esa también era su presa.
--Si, creo eso mismo también, y la presa terminé siendo yo- ambos reímos.
Pasaron unos minutos de silencio mientras yo limpiaba la herida, el me miraba con sus ojos azules que en un momento me hipnotizaron pero me enfoqué en tratar la herida. La limpié y aplique un cicatrizante, y yo seguía esperando las vendas que traerían los hijos de Elrond.
--¿Cuánto mas van a tardar esos elfos?- pregunté cansada pues tenia que vendar la herida. Solté de mi cabello un lazo blanco de medida bastante ancha para usarla como venda y lo metí en el frasco con el agua y ahí mismo lo escurrí- usare esto- vende con el lazo su herida y lo amarre con un fuerte nudo procurando no apretar demasiado su brazo.
--Gracias, cuando pueda te daré otro listón.
--No hace falta, será temporal, llegando a Rivendel le cambiare el listón por una venda, le estaré tratando cada día la herida pues las mordidas de serpiente tardan días en sanar por completo, y como emprenderemos el viaje y estaremos activos tardara un poco mas, solo procure no forzar hoy este brazo, ¿de acuerdo?
--Si, y perdón por perder a la serpiente.
--No se preocupe, aprovechare para cazar una ahora- dije levantándome y el me imitó.- Cerca de aquí tiene que haber un nido.
Golpee entre los arbustos que estaban alrededor con piedras cuando en uno algo se movió rápidamente. Desenvaine mi espada y seguí lanzando piedras a las ramas y hojas y seguí el rastro, Legolas solo me miraba como si estuviera loca.
Volví a lanzar una piedra del tamaño de mi mano en dirección al movimiento y de su escondite salió una serpiente de color marrón, de un diámetro por lo menos de unos tres centímetros y de aproximadamente cuatro metros y medio, sosteniendo su cuello en alto en forma de una "S", se acercó a mi y amenazó con atacarme pero me mantuve firme.
--Tenias que ser la oriental verdad- dije para mi misma pero lo suficientemente alto para que Legolas me escuchra.
--¿A que te refieres?- me preguntó Legolas.
--Esta serpiente es una Taipan Oriental y es demasiado peligrosa como para que una de sus mordeduras me mate justo ahora, lo que no entiendo es que hace en un bosque, estas serpientes comúnmente habitan en los desiertos- su mirada se congeló, es lindo el príncipe pero algo delicado a mi parecer, como para ser un elfo.
Me quedé mirándola fijamente a los ojos con mi mirada tranquila y asi ella se fue acercando y bajando su cuello. Legolas miraba sorprendido, pues la verdad yo también lo estaba, era la primera vez que trataba con una serpiente de este tipo.
La serpiente se volvió a levantar frente a mi y yo extendí mi brazo y ella se enredo en el desde el hombro derecho hasta mi mano, así pude sacar un frasco con un pedazo de tela en la parte superior. Tome la cabeza de la serpiente y presionando levemente para abrir su boca para clavar sus dientes en la tela y sacar la mayor cantidad de veneno que pudiera, así hice repetidas veces y saque una cantidad de veneno impresionante, pues cuando las serpientes están tranquilas producen mayores cantidades de veneno, bueno, solo en ocasiones y esta ocasión ocurrió, tape correctamente el frasco con otro pedazo de tela encima y lo guarde.
La serpiente aun seguía en mi brazo, y así la mantuve pues pensaba volver a utilizarla.
--Bueno, creo que ya tenemos todo. Vamos con Elladan y Elrohir- le dije y tomamos camino hacia donde ellos tenían que estar.
--¿Cómo lo hiciste?- me preguntó Legolas mientras caminábamos.
--¿Qué cosa?
--Lo de la serpiente, dijiste que era muy peligrosa y la trataste como si fuera una simple yegua.
--Creo que no es una buena comparación la de una serpiente y una yegua, si me permite decir- ambos reímos levemente.
--Entonces, ¿me dirás?
--Bueno, cuando se viaja bastante se aprenden bastante. Fue algo que aprendí de los Montaraces del Norte, cerca de Landas De Etten, al norte de Rivendel para ser más precisa.
--¿Qué hacías en ese lugar?
--Asuntos son asuntos príncipe Legolas
--Por favor, no me trates así.
--¿De que manera no quiere que lo trate?
--De esa- yo fruncí el entrecejo un poco confundida- me has estado hablando como... un príncipe.
--Pues eso es lo que es usted, un príncipe, debe ser tratado como tal ¿no es así?
--Pero ahora no, en el momento en el que acepté emprender la misión deje de lado lo de ser príncipe.
--Un principe no puede dejar de lado su titulo. Además, si de algo se es que tengo que someterme a mis autoridades por lo tanto debo tenerle el debido respeto.
--Entonces...- el se paro en frente de mi- como príncipe que me tratas y que soy, te pido que no me trates de tal manera.
--Lo siento pero esa es una cosa que no puedo cumplir.
--Y que tal de un favor, como un amigo, ahora tendremos que estar unidos con la comunidad, trátame como cualquiera de la comunidad.
--Lo tratare como cualquiera de la comunidad cuando la comunidad me trate como cualquiera de ellos- así concluí y llegamos en silencio hasta los caballos.
--Al fin llegan- dijo Elrohir.
--Eso debí de haberles dicho a ustedes cuando tuvieron que llegar con nosotros con las vendas que les mande a traer.
--No encontramos por ninguna parte.
--No importa, ya no hace falta, ya protegí la herida pero tenemos que llegar a Rivendel a cambiar y limpiar correctamente la venda y la herida.
--¿Qué utilizó para sustituir a la venda?- preguntó Elladan.
--Un listón.
--¿Qué es lo que tiene en el brazo?- preguntó Elrohir.
--Una serpiente- dije cortante-Vamos, Lord Elrond nos quiere antes de la cena ahí.
Me monte en Solaria y cabalgamos hacia Rivendel nuevamente. Llegamos a la entrada y ahí estaba Lindir esperando y me detuve pues estaba en frente.
--Llegan tarde- dijo el.
--Tuvimos unos cuantos problemas pero todo bien.
--Lord Elrond los está esperando en el jardín principal.
--Hantale Lindir- asentí y seguí hasta los establos.
Desmonté y pedí que me ayudaran a sacar lo que teníamos en las alforjas para llevarlas a Lord Elrond.
Así llevamos todo hasta el jardín principal. Y ahí ya estaba Lord Elrond.
--______, ¿Qué paso, porque tardaron tanto?
--Tuvimos un pequeño problema.
--Te dije que tendrías problemas.
--Pero nada referente a lo que me mencionó, de hecho fue algo con lo cual yo tuve que lidiar.
--¿Que paso?- pregunto el y yo extendí mi brazo derecho dejando ver la serpiente y el abrió los ojos sorprendido.
--Es una...
--Serpiente del Oriente.
--¿Cómo pudiste?
--Unos cuantos viejos trucos de Montaraces- dije sonriendo.
--Cada vez te respeto mas ______.- El me miró como un padre orgulloso de su hija, algo que me causo alegría de alguna manera- ¿Pudiste conseguir lo necesario?
--Si y no solo para mi, traje Malaleuca y Athelas para usted.
--Muchas gracias ______, no debiste de molestarte.
--No hay de que, había de mas en el bosque y aproveche para recolectarla.
--Bueno, espero que mis hijos te hayan ayudado.
--Si, me ayudaron y agradezco por eso.
--¿Por qué Legolas esta aquí?
--El nos acompañó.
--Si los acompañó espero que también el te haya ayudado.
--Si, me ayudo a conseguir el veneno.
--¿Poner a un príncipe del Bosque Negro a buscar arañas no es algo raro?- pregunto divertido mirando a Legolas.
--Si, pero el príncipe es tan orgulloso que no se opuso ante ello.
--¿Legolas? Sabía que era hijo de Thranduil pero no que era orgulloso como el.
--Todos tienen en su parte orgullo, también yo.
--Tu debes de sentirte orgullosa por lo que has logrado y por lo que lograras. ¿Necesitas ayuda con el medicamento?
--Si, podría hacerlo yo pero tardaría bastante tiempo, ¿podrían ayudarme?- dije volteándome a los príncipes.
--Con gusto- dijeron los gemelos.
--Sabes que cuentas conmigo- siguió Elrond.
--Primero debo de preguntar si es que puedo ayudar, por mi estado- dijo Legolas.
--De todas formas tengo que limpiar otra vez tu herida.
--¿Herida?- preguntó Elrond.
--Al príncipe le mordió una Serpiente Rey.
--Cada vez estoy desconociendo mas a Legolas, y al parecer no soy el único, Glorfindel también opina lo mismo- Legolas se quedo helado. ¿Qué le pasa?
--Bueno, creo que será mejor que comencemos.
Y asi salimos del jardin para dirigirnos a nuestro lugar de trabajo. Mientras caminabamos Legolas no dejaba de mirarme, podia sentirlo pues el estaba atras a mi derecha y su mirada era... no sabria como decirla, por un momento crei que estaba molesto por lo que le habia dicho el el bosque pero sentia que su mirada era de confusion, admiracion y gelidez como si estubiera tratando de adivinar que hay dentro de mi, pero por su expresion creo que no lo pudo lograr pues en verdad soy dificil de decifrar para las demas personas pero para las que me conocen bien soy un libro abierto.
POR FIN MAS ACERCAMIENTO ENTRE LOS PORSONAJES, ¿QUE LES PARECIO?
ESPERO QUE LES ESTE GUSTANDO LA HISTORIA, DEJEN SUS COMENTARIOS Y OPINIONES Y BUENAS NOCHES.
LISSI OLÓRI.