- Neón, estate quieto. ¡Ven aquí!.- grité.
Habían pasado unas cuantas semanas desde que Neón había hablado por primera vez, había crecido mucho y ya era mas alto que Blackjack, mi pegaso. En todo este tiempo Neón no ha hablado casi, solo unas cuantas palabras cortas como sí, no, bien y mal. Y había podido comprobar que Neón en realidad no habla como tal, si no que se comunicaba con palabras mentalmente. En el escaso mes Desde el día en que nos conocimos siento que puedo confiar en el, que es algo más que una simple mascota, como si yo tuviera una parte del alma de Neón y el una parte mía. Neón me comprendía y me animaba con tan solo un roce de su azulado hocico. Todas las tardes pasaba un rato con el en el bosque contándole historias de héroes griegos o jugando en el mar. También le conté como Annabeth y yo salvamos el olimpo en la segunda Titanomaquia y como los siete de la profecía conseguimos llegar a Grecia para enfrentarnos a los gigantes al lado de los Dioses.
Nos encontrábamos en bosque jugando Neón empieza a gruñir bajo, saqué a Contracorriente y me puse en posición de ataque. No se oía nada, pero sentí como algo me golpeaba en la cabeza. Lo último que vi fue una silueta encapuchada que se dirigía hacia Neón. Después, todo se volvió negro.
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Holap.
Siento haber tardado tanto en subir capitulo y se que es demasiado corto pero no he tenido tiempo ni inspiración y me ha quedado bastante regular, pero os prometo que el próximo será más largo.
Un cibersaludo ;)