Nadelyn.
Al llegar a la casa de los Malik todos me dieron una cálida bienvenida, era asombroso poder volver a sentir cuando alguien me abrazaba.
— ¡Nadelyn! Te había extrañado tanto — Waliyha me abrazó agachándose un poco sobre la silla de ruedas.
— Yo también te extrañé — le sonreí y correspondí a su abrazo. — Que bueno es tenerte de vuelta Nadelyn — Exclamó Tricia y me miró con una sonrisa. — Mamá... —comenzó a hablar Zayn.— Nosotros... Veníamos a visitarlos pero... — ¿Ya desayunaron? — Cuestionó Doniya interrumpiendo a Zayn
Miré a Zayn, reí y él se sonrojó.
— No —Respondió el aun sonrojado.
— A Zayn se le quema hasta el agua — comenté literalmente y reí.
Durante el desayuno hablábamos sobre muchas cosas: Safaa y sus compañeros en la escuela, el asunto de Liam y Waliyha, los negocios de nuestros padres...
— Me encantan las parejas que forman los Payne con los Malik —comentó Tricia con una sonrisa.— Liam y Waliyha, tú y Zayn... Son hermosos
— Yaser y mamá... — Comenté, y rapidamente reaccione al analizar mi comentario y abri los ojos como plato. Díganme que lo pensé y no lo dije
¡Mierda! Había dicho "Yaser y mamá"... Estaba en problemas, porque nadie... Además de Zayn y yo, sabía sobre la aventura de aquellos dos. Zayn me miró nervioso y Tricia un poco extrañada.
— Quiero decir que usted es como una madre para mi — rápidamente contesté con un tono nervioso y tutibeando mi respuesta. Pero ella lo creyó.
— Aww Nadelyn, es lo más tierno que me han dicho —me sonrió.— Te agradezco que me veas como una madre
— Y yo le agradezco a usted que sea como una — le sonreí amablemente
— ¿Alguien me pasa una servilleta? — Zayn preguntó y Safaa accedió tendiéndole una servilleta.
Después del desayuno y de platicar un rato más, Zayn y yo nos fuimos de regreso a nuestra casa. En el camino...
— ¡Dios! Me puse tan nervioso cuando dijiste lo de tu madre y mi padre —sus ojos iban concentrados en el camino y al mismo tiempo me daba rápidas miradas de re ojo.— ¿Cómo lo recordaste?
— No sé, solo vino a mi memoria —dije con expresión confundida.— ¡Yo me puse más nerviosa!
— Que bueno que supiste qué decir — Zayn suspiró aliviado.
— ¿Qué crees que suceda si se llegaran a enterar? — pregunté haciendo una mueca y lo miré
— Probablemente se odien ambas familias —comenzó a explicar.— Se rompan los lazos que las unen y nuestros padres... —alargo pensando.— Quedarían en bancarrota — Me lanzó una mirada rápida.
— Entonces implica más que una simple aventura — Mencioné analizando la situación.
— Mucho más — Respondió concluyendo.
Los días pasaban, iba a mis terapias y mejoraba día con día. Comenzaba a tener más movilidad en las piernas y me era más sencillo sentarme. Deseaba tanto poder caminar lo más pronto posible.
Aquel día desperté, con un poco de dificultad me senté en mi silla de ruedas y me dirigí a la sala. Zayn no estaba por ningún lado. Iba a dar vuelta para volver a la habitación cuando vi a Zayn por entre una rendija en las cortinas de la ventana... Estaba con una chica, hablaban y reían. Fruncí el ceño un poco y puse más atención a sus movimientos, ella se acercó a Zayn, besó su mejilla y lo abrazó... Zayn también la abrazó a ella, le dio un beso en la mejilla y le dio un "apretón de mano" antes de voltearse sonriendo.
Zayn atravesó la puerta, sonreía y dejó sus llaves sobre la mesa.
— Hola — saludé con un nudo en la garganta.
— ¡Pecosa! —me miró sorprendido y sonrió.— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo te subiste ahí? ¿Estás bien? — se acercó a mi y me ayudó a mover la silla de ruedas.
— No soy tan inútil, Zayn — respondí molesta. Ya no estaba tan mal.
— Lo sé, pero pudiste haber caído — besó mi frente.
— Zayn... — alargue y pasé saliva.
Lo miré a los ojos unos segundos, aquellos ojos cafés, adornados con unas largas y gruesas pestañas, con un brillo especial que hipnotizaban... Aquellos ojos se veían cansados, con cierta tristeza... Sentí miedo, miedo de perderlo, miedo de que en mi ausencia hubiera encontrado a otra chica.
Una lágrima se asomó por mis ojos, bajé la mirada y Zayn se arrodilló frente a mi tomando mis manos entre las suyas mientras las recargaba en mi regazo. Me acarició las mejillas y me alzó la cara tomando mi mentón.
— ¿Qué sucede, cariño? — dijo preocupado aariciandome el rostro quitando mechones de cabello que estorbaban en mi cara.
— No puedo... — dije con voz temblorosa.
— Sí puedes —me sonrió.— Lo estás logrando, saldrás adelante — Beso mi mano.
— No, Zayn... No hablo sobre esto — señalé mis piernas
— Entonces —se mostró confundido.— No entiendo, pecosa — Me miró nervioso.
Lo miré a los ojos mientras los míos se inundaban de lágrimas de preocupación y dolor, también porque sabía que me arrepentiría por lo que estaba a punto de hacer. Era difícil, pero era necesario para que él fuera feliz.
— No puedo con esto, hablo en serio Zayn — Lo miré seriamente.
— Es que no entiendo nada, cariño — dijo un poco preocupado con expresión confundida.
— No puedo estar sin ti... —pasé saliva.— Pero contigo no puedo...
Zayn frunció el ceño, pasó saliva y negó con la cabeza mientras intentaba no llorar.
— ¿Qué quieres decir con eso? — Me miró preocupado, su rostro se notó triste.
— No puedo estar contigo mientras tú estás con otra... — Suspiré.
— ¿Con otra? — dijo extrañado y enarcó una ceja totalmente confundido.
— Sí, con ella — Miré a la ventana donde hace unos momentos había visto a el y a la otra chica.
— Piensas que... —pausó.— ¿Piensas que te engaño con ella? — Bufó incrédulo.
— Tal vez — me encoji de hombros.
— Te equivocas, cariño —me sonrió.— Ella es una psicóloga que me ha ayudado en tu ausencia
— ¿Ayudado? — Fruncí el ceño.
— Sí, a controlar mis miedos a perderte — Zayn me miró y tomó mi mano.
— Tal vez no me engañas —lamí mis labios y los aprete un poco.— Pero no puedo seguir contigo — lloré sin poder evitarlo.
— ¿Estás...? ¿Estás terminando conmigo? — dijo con lágrimas en los ojos y negaba con la cabeza.
— No —suspiré.— Creo que terminé contigo justo en el momento del accidente... Terminé con mi vida, y de paso con la tuya. Soy un problema y un estorbo en tu vida. Tal vez estás a mi lado —lo miré.— Pero no te siento como antes, Zayn — la voz me temblaba.
— Yo te amo, ¿no entiendes? —me miraba con lagrimas en los ojos.— No puedes terminar conmigo... Porque contigo es justo donde comenzó mi vida — Me miraba incrédulo por la situación. — Sin ti me moriré... Pero contigo no viviré... No puedo, Zayn ¡No puedo! — lloré sin poder contenerme.
— ¡No! ¡No puedes dejarme! — Zayn me miraba y suplicaba con su mirada, con el alma destrozada y el corazón hecho pedazos.
Tomé el teléfono, llamé a mi madre para que fuera por mi y Zayn lloraba y gritaba.
— Zayn... —pasé saliva.— No me lo hagas más difícil
— Sé que no he sido el mejor novio pero —suspiró tratando de respirar.— Tampoco el peor... ¡No me dejes!
— Lo siento Zayn — derramé una lagrima.
Minutos después llegó Liam con algunos empleados que sacaron mis cosas.
— ¿Qué sucede Nad? —me preguntó Liam sin entender.— ¿Zayn, estás bien? — Liam miro a Zayn preocupado.
— ¡No! ¡La mujer de mi vida me está alejando de ella sin ninguna razón! — gritó y se puso de pie. — Entiende que es por tu bien, Zayn... Serás feliz sin mi
— Moriré sin ti... No te vayas Nadelyn, no hagas esto — me miró y pasó saliva con los ojos inundados.— No me dejes.
— Liam, ayúdame — lloré.
Liam me alzó en sus brazos y me llevó al auto, cerró la puerta y subió, Zayn salió corriendo de la casa persiguiéndonos detrás del auto mientras lloraba, golpeó el auto y luego cayó al suelo. Cerré los ojos y lloré, Liam no entendía nada.
— ¿Qué sucedió? — Preguntó Liam con preocupación y al mismo tiempo confusión.
— No podemos seguir así, no puedo arruinar su vida Liam — dije aún llorando.
— ¿No lo amas? — Me miró confundido.
— Todo lo contrario Liam, lo amo más que nunca — Sentí un nudo en mi garganta y pasé saliva.
— Y... —alargó y pausó un segundo.— ¿Por qué dejarlo?
— Lo amo y quiero verlo feliz, pero conmigo solo pasa por preocupaciones y tristezas —suspiré.—Sólo lo perjudico Liam y él... Él no me quiere igual que siempre.
Liam me miró, rozó mi mano y volvió al volante. Llegamos a casa, mis padres no estaban. Me subió a mi habitación y me recostó en la cama abrazándome.
— Cuentas conmigo, hermana — Liam besó mi frente.
— Gracias, hermano — Le sonreí amablemente.
Liam se fue, cerró la puerta y en cuanto me hallé sola. Lloré como nunca. Recostada en la cama, con la cara empapada de lágrimas y un terrible dolor en el pecho. Los minutos pasaban, el teléfono sonaba cada cinco minutos y más lágrimas salían de mis ojos sin parar.
[***]
Desperté y me encontré en mi habitación, oscura y sola. Me sentí vacía y respiré hondo. Escuché que alguien abría la puerta y vi a Liam parado en la puerta.
— Hay alguien que quiere verte, Nadelyn — Informó Liam en la puerta. Y rápido me imagine que seria Zayn.
— ¿Zayn? — Pregunté.
— ¿Te ayudo? — arqueó la ceja.
— No quiero verlo — le negué. Pero no le importó.
Liam me cargó en sus brazos y me bajó por las escaleras, al llegar a la sala vi a alguien... Pero no era Zayn... Era Niall.
Liam me sentó en el sillón junto a Niall y se fue.
— Hola, princesa — Niall me miró con una gran sonrisa.
— Hola, Niall — le devolví el saludo con una sonrisa débil.
— ¿Cómo estás? — tomó mi mano.
— Bien — mentí y fingí una sonrisa.
— Sé de algo que te hará sentir aún mejor — sonrió
— ¿Ah, Si? — arqueé un ceja curiosamente.
— Sí — rió un poco.
Niall sacó detrás de su espalda un gran ramo de rosas rojas, hermoso. Sonrió y me lo dio, tomó una de mis manos y besó el dorso de la misma.
— Gracias, Niall — Sonreí débilmente tomando el ramo de rosas.
— No es a mi a quién deberías agradecer — negó con su la cabeza.
— Entonces... — lo miré extrañada.
— Zayn te lo ha mandado — respondió sonriendo.
Miré a Niall frunciendo el ceño, miré el ramo de rosas y se lo devolví extendiendo las manos.
— Si regreso con él Zayn me matará — rió un poco.
— No lo quiero, Niall — le tendí el ramo insistiendo en que lo tomara.
— Mientes — dijo aún sonriendo.
— No, no miento —contesté seria.— Y si Zayn quiere hablar conmigo o darme algo como esto —miré el ramo.— Debería venir él... No debería mandar a alguien más
— ¿Quieres que el venga? —sonrió arqueando la ceja.— ¡Bien! Iré con él y le diré que...
— ¡No! ¡No quiero verlo, Niall! — grité jalándolo del brazo para detenerlo.
— ¿Por qué? — preguntó mirándome a los ojos.
— Es simple... No quiero — pasé saliva.
— No —pausó.— Tienes miedo, pero... ¿a qué tienes miedo?
— Fueron más de cuatro meses, Niall — bajé la mirada.
— ¿Y?... Quizás cambiaron varias cosas, pero lo que hay entre tú y Zayn no ha cambiado, Nadelyn. Él te ama —decia mirandome a los ojos.— Y tú a él
Niall se puso de pie, se agachó un poco para darme un beso en la frente y se fue, salió por la puerta caminando con las manos en los bolsillos.
Miré aquel ramo rojo, mis ojos volvieron a inundarse y Liam llegó para ayudarme a volver a mi habitación.
***
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