—¡Buenos días! —canturrié para despertar a Ariana.
Su respuesta fue girarse y hundirse más en la cama.
—Es nuestro último día en el instituto, Ariana. —comenté acercándome para corroborar que no se durmiera—. Debemos terminarlo bien.
—Déjame. —dijo ella cubriéndose la cabeza con la almohada.
—Oh no, señorita. Te vas a levantar porque tenemos que prepararnos. —continué con ánimo.
No quería que mis últimos días en Australia arruinaran la maravillosa experiencia que había tenido la oportunidad de vivir.
—Cállate, ______ (Tn). —dijo riendo.
Después de asegurarme de que Ariana se vistiera y pusiera algo de esfuerzo en eso, me metí a la ducha.
Pensar, cuando estas tratando de ser positiva, no sirve de mucho. En realidad, no sirve de nada.
Me miré al espejo y me sentí físicamente preparada, pero nunca mentalmente. Nuestro atuendo era muy similar, pero tenía sus toques diferentes. La Sra. Hood nos había dicho que se alegraba de vernos más animadas y, quizá, eso me ayudó un poco a salir de la casa.
Cuando llegamos sentía que todos nos miraban. Puede que no haya sido así, pero era raro no llegar con los chicos. ¿Sería la paranoia? Mamá diría que me estoy pasando películas. Así que, con ese pensamiento, continuamos hacia nuestros casilleros y sacamos los libros. Química. Mike.
Una vez que entramos al salón notamos que Mike no estaba allí. Al principio sentí preocupación de saber si estaba enfermo o algo le había pasado, pero luego me di cuenta de que solo estaba siendo ingenua. Aunque lo que sí puedo asegurar es que fue la clase de química más aburrida del mundo.
Quizá desde ese momento en adelante todo sería así.
En la cafetería estábamos solas. Ya me estaba acostumbrando al nuevo estilo de vida, después de todo, siempre habíamos sido Ariana y yo. Pero todo eso se fue al tacho de la basura cuando lo vi por primera vez desde ese tormentoso día. Estaba en una mesa muy alejada, la de la esquina, al otro lado del que nosotras nos encontrábamos. Sus ojos conectaron con los míos y sentí esa fría mirada del principio. La apartó rápidamente, claro, aunque hubiera sido menos doloroso que eso no hubiera pasado.
Preferí seguir comiendo cuando, de pronto, Ariana miró hacia mi espalda. Miré y cerré los ojos cansada, porque sabía que no saldría bien.
—¿Necesitas algo?
No quería hablar con ella, pero no iba a permitir que arruinara mi día, mucho menos el de Ariana.
—Necesito que me escuches, será rápido.
La voz de Aleisha se notaba nerviosa y me había extrañado que no hubiera llegado insultando a Ariana. Solo por eso decidí darle el beneficio de la duda.
—¿Qué pasa? —le pregunté despreocupada.
—Fue Holly. —soltó rápidamente. Al principio no le entendí, por lo que ella continuó su explicación—. Holly fue la que te investigó y le entregó los papeles a Calum.
Me quedé en silencio ante la declaración de Aleisha. Miré a Ariana intentando saber qué debía hacer, pero mi mejor amiga se encontraba igual de confundida que yo.
—¿Por qué debería creerte? —pregunté desconfiada—. Después de todo, es tu amiga.
—Ya no soy su amiga. —reconoció con la voz más apagada—. Jamás estuve de acuerdo con nada de lo que hizo para separarlos.
—Pero tampoco hiciste nada para detenerla. —le dije decidida a volver a comer.
—Y lo siento. Lo siento tanto. —continuó obligándome a mirarla. La chica tenía los ojos brillosos—. Holly siempre había sido mi amiga y solo... quería aceptación. Tal y como lo necesitaba con Luke.
No supe que responder. De alguna manera la entendía, supongo que, si mi personalidad hubiera sido diferente, quizá hubiera querido sentir aceptación por parte de Calum. Gracias a Dios me habían enseñado desde pequeñita que la única persona que debía aceptarme era yo misma.
—Lamento haberme comportado así contigo, Ariana. —dice la rubia mirando a mi mejor amiga, la cual la mira sorprendida y sin saber cómo reaccionar—. Nada justifica las cosas que te dije.
—Está bien. —dijo Ariana asintiendo—. Está olvidado.
Aleisha sonrió un poco apenada y cuando estaba dispuesta a darse la media vuelta e irse, volví a hablar.
—¿Quieres sentarte con nosotras? —le pregunté amablemente.
—No quiero incomodar. —dijo Aleisha mirando a Ariana.
—No, no lo haces. —respondió mi amiga rápidamente.
—Bueno, gracias. —dijo ella sonriendo y sentándose al lado de Ariana—. Siento también lo de tú y Luke. Se notaba que te quería mucho.
Ariana sonrió levemente y asintió, quería hacer amable con Aleisha, pero el tema todavía era muy reciente. Sonreí verdaderamente hacia Aleisha cuando sus ojos volvieron a mí. ¿Quién lo diría? Después de todo Aleisha nunca fue una mala persona, solo alguien que buscaba estabilidad con las personas no correspondidas.
De seguro podría encontrar alguien que la quisiera realmente y, definitivamente, una mejor amiga.
Comimos algo más alegres que antes. Aleisha era simpática y comentaba cosas realmente interesantes de las clases. Hubiera sido genial tenerla como amiga desde el principio.
Todo estaba genial hasta que Aleisha y Ariana posaron su mirada, nuevamente, en mi espalda. ¿A caso era costumbre?
—¿Y ahora qué? —pregunté bajo mientras me giraba. Oh no.
—Holly... —dijo Aleisha.
—Veo que ya encontraste reemplazante. —le dijo con una sonrisa irónica para luego mirarme a mí—. Bueno, solo para eso sirve ______ (Tn), como boleto de consuelo.
Aleisha iba a decir algo, pero me adelanté.
—¿Qué quieres? Porque hoy no estoy de ánimo para tus estúpidos caprichos.
—Me lo imagino... Escuché que Calum te botó. —dijo con fingida sonrisa—. Deber ser difícil que la única persona que cree que eres linda te deje.
—Mira, Holly, he sido muy paciente. No me has visto enojada. —la amenacé sintiendo mis puños cerrarse con fuerza—. Y no me quieres ver enojada. Ahora vete.
—Está bien. No te alteres, fresita. Vengo en son de paz. —dijo fingiendo sentirse mal por su actitud.
Cerré los ojos con rabia. No debió decirme así, ni siquiera debió hablarme.
—Bueno, no me interesa. —dije girándome para volver mi atención hacia las chicas—. Deja de molestar.
—Ya no tienes a Calum para que te defienda. No tienes a nadie. —dijo burlona.
—Me tiene a mí. —dijo Ariana llamando la atención de Holly.
—No te metas. Eres mucho más débil que tu amiga y tampoco le serviste a Luke. —dijo haciendo que Ariana comenzara a verse realmente enfadada—. Al menos Aleisha le sirvió un poco más.
—¡Ya es suficiente! —grité levantándome con rabia. Todo el lugar quedó en silencio.
—Ya tienes toda la atención. Bien hecho. —dijo intentando molestarme más.
—¿Qué carajos anda mal contigo? —le pregunté mirándola con confusión—. Querías que terminara con Calum y lo conseguiste, pero a ellas déjalas fuera de esto.
—¿Acaso no lo entiendes? —me preguntó seria por primera vez—. Quiero verte acabada, fresita.
—Bueno, lamento informarte que si con "acabada" te refieres a destruida porque un chico terminó conmigo... No lo conseguirás. —le dije acercándome más a ella para que viera que miedo no le tenía—. Nada de lo que hagas tiene poder en mí, Holly. ¿Cuándo lo entenderás?
Holly no dijo nada, pero su sonrisa cínica se había borrado hace mucho tiempo. Me miraba furiosa, incluso sus mejillas se estaban poniendo rojas y sus ojos clamaban por sangre. Me giré hacia las chicas para restarle importancia a su presencia y ambas me miraban sin saber qué hacer.
—Vamos, chicas, el ambiente se puso pesado.
Las chicas se levantaron de sus respectivas sillas mientras yo agarraba mi chaqueta y, antes de que pudieran hacer algo más, sentí como sus largas uñas eran enredadas en mi cabello jalándome hacia atrás.
Como por inercia reaccioné y agarré el apelmazado cabello de Holly tirándolo hacia abajo para que me soltara. Claramente no estoy orgullosa de lo que pasó, pero tampoco iba a dejar que me golpeara.
Vi a Ariana meterse sosteniendo mi cabello para que no doliera tanto mientras que Aleisha rodeaba a Holly para alejarla de mí. Pero nada de eso serviría porque Holly no se daba por vencida. Luego por el rabillo del ojo noté como más gente se acercaba a ver.
Ambas caímos al suelo, seguidas por Aleisha y Ariana. Sin darme cuenta le di una bofetada a Holly haciendo que ella, sorprendida, se llevara las manos al rostro. De esa manera Aleisha pudo alejarla de mí y todos en el lugar quedaron congelados.
—No vine acá a soportar gente como tú. —hablé levantándome del sueño y sintiendo los míos llenarse de lágrimas—. Vine aquí, porque estaba decidida a cumplir mis sueños. Me esforcé y lo conseguí. Y, ¿sabes? Eso me hace sentir orgullosa. ¿Qué has hecho que te haga sentir orgullosa, Holly?
Todos seguían en silencio, pero sin dejar de mirar. Estaba furiosa con todos los que estaban allí y, en realidad, sentía lástima por Holly. La miré y se encontraba llorando.
—Es una vergüenza de que esto sea lo mejor que tengan para hacer. —grité mirando a todos los que disfrutaban del espectáculo.
Tomé mi chaqueta que había caído al suelo justo en el momento en el que llegó la inspectora con un par de profesores. Miré a Holly quien seguía en el suelo y volví a hablar.
—Te dije que solo estabas perdiendo el tiempo. Estás peleando sola, porque yo ya no lo tengo más. —le dije haciendo que ella me mirara con una mezcla de confusión y sorpresa—. Y no tienes el poder para arruinarme, nunca lo tuviste.
—A la oficina. —ordenó la inspectora haciendo que Holly se levantara rápidamente.
En ese momento, por milésimas de segundos, vi a Calum. No me miraba como si quisiera que yo desapareciera. Sus ojos estaban sorprendidos y sentían intriga. Corrí la mirada y comencé a caminar hacia la oficina.
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*Capítulo corregido*