MADDIE
Falta menos de una hora para que llegue la media noche, decidí subir a la azotea, necesitaba fumarme un cigarrillo, el frio de enero hacia que el viento golpeará con fuerzas, me quite el estúpido vestido y me coloque ropa mas cómoda, me sentía agobia la conversación con mi padre me hizo darme cuenta de muchas cosas, desde que llegamos no hemos hablado con Santiago. No debería estar así, hace un año Ian arruino mi cumpleaños, hoy era Santiago ¿realmente me merecía todo esto?
—¿podemos hablar? — escucho su voz llegando a mí.
—¿Qué quieres? —digo sin voltearme.
Llega hasta mí y también coloca sus brazos sobre aquel pavimento, desde donde se observa la ciudad.
—Vine a disculparme por lo que paso hace un rato, yo sé que los últimos meses hemos tratado de construirnos, después de todo lo que paso y lo he arruinado hoy, pero te juro que no quiero seguir así, yo—... — yo no quiero explicaciones vagas Santiago, me harte de eso—interrumpo.
Guarda silencio y me observa con curiosidad.
—Ya no quiero amarte, porque esto me está destruyendo. —hablo con la voz al punto del quiebre.
Guarda silencio unos segundos no sé qué tanto piensa, pero su silencio me incomoda. Lo observo incrédula.
—Yo no quería que me amaras Maddie, nunca lo quise, siempre temí lastimarte, y aquella noche cuando te rechace, aunque no lo recuerdo sé que fue mi amor por ti que no me permitió arruinarlo, nunca he querido herirte —justifica su poca hombría ante mí.
—No Santiago no, no elegimos de quien nos enamoramos, no elegimos a quien amar, porque no se puede controlar, el amor se convierte en juegos de seducción y puedes manejar tus emociones sí, pero él amor no, a veces lo sientes por quien menos lo merece. —hablo eufórica
—Maddie yo no te merezco eres una mujer increíble y yo solo un estúpido que no ha sabido valorarte, no tenido oportunidad de... —habla sin terminar la frase, no es capaz ni de verme a los ojos.
—Mientes, oportunidades has tenido, yo misma te las he servido, así que no vengas con este discurso barato, se hombre y dime ¿porque no puedes elegirme a mí? Antepones a todos antes que a nosotros —Interrogó furiosa
—No lo sé, realmente no lo sé —exclama.
Justo en ese momento me di cuenta que él no se había esforzado ni un poco por mí. Y dolía.
—Eres mi talón de Aquiles Santiago, y no puedo seguir dándote ese poder sobre mí, ya no puedo permitírtelo, no puedo seguir dandote poder sobre, sobre lo que siento. —digo
—Maddi de verdad lo siento— se disculpa.
—Es mi cumpleaños Santiago, debería estar abajo bailando con un hombre guapo que se sienta afortunado por tenerme a su lado, y no en esta azotea llorando por ti, hay hombres que harían y darían lo que fuera por estar conmigo. Sin embargo, te he seguido eligiendo, lo hice sobre Ian, sobre todos, hasta sobre mi ¿y sabes por qué? — cuestión, el sigue en silencio. —es estúpido, esto es un chiste, porque el hombre que yo amo, y se supone que me ama, es un cobarde que no se atreve a tomar mi mano, así que prefiere hacerme daño. —Expongo.
Finalmente levanta su mirada, tengo el rostro endurecido y un sin fin de lágrimas acumuladas.
Me observa con lástima es la mirada que más me duele, ¿cómo puedes amar a alguien que te lastima a cada momento?
—¿Cuánto más nos vamos a dañar Santiago? ¿Cuantas veces más vas a romperme el corazón? ¿Cuantas veces más voy a correr a ti? —continuo — Pero se acabó, ya no quiero llorarte, ya no quiero sentir este amor, todo este tiempo he estado allí, he corrido detrás de ti esperando un maldito gesto de amor de tu parte y lo único que he recibido son lágrimas. Estoy harta, estoy cansada de este amor enfermo que siento por ti, ya no lo quiero sentir—hablo conmocionada
—Maddie —dice tomando mi mano y acercándome a él. —Perdóname por favor— susurra mientras acerca su rostro al mío.
Acerca sus labios lentamente es un beso pequeño, nada más un toque.
—Te he hecho daño, lo sé, te juro que quiero ser todo tuyo, pero siempre hay algo, he visto el daño que hace el amor, lo vi en mi padre y no sé si podría soportarlo, no quiero herirte más. — dice.
Sonrió con amargura ante su comentario.
—siempre he estado para ti, pero no puedo seguir, no puedo curar heridas que yo no he hecho Santiago. Sé que tú tampoco puedes hacerlo conmigo, pero si puedo evitar que sigas hiriéndome más. No puedo curar la herida y la desconfianza que tu madre dejo en ti, porque no tengo dudas de tu amor por mí, pero ella te hizo daño que crees que el enamorarte te hace débil y tienes tanto miedo dejar tus sentimientos en manos de alguien más, por el abandono y dolor que ella te causó, pero no soy tu madre Santiago, así que no tengo porque pagar sus errores, lo siento, pero me rindo. —dejo salir finalmente.
Me cuestiona con la mirada, he tocado el tema que ha evitado por tanto tiempo.
—¿Qué significa? —cuestiona con un nudo en la garganta.
—Nunca tuviste el valor para defenderme, para defender lo poco que tuvimos. Así que discúlpame, pero estoy cansada, no seguiré corriendo tras de ti como una idiota. —Me detengo dejando salir un suspiro ahogado—No volveremos a hablar de esto Santiago, no puedo fingir ser tu amiga, no cuando mi cuerpo arde cada vez que te ve, no quiero ser esa amiga a la que veas por la lastima, no somos amigos, no voy a fingir que estamos bien como amigos, porque no es lo que quiero —digo en voz baja.
—lo sé, sé que lo mejor es alejarnos —responde en el mismo tono
—Por supuesto, entonces ya no me detengas por favor, ya no sigas si me respetas un poco, para de ilusionarme, hazlo por aquellos niños que fueron amigos, y déjame seguir. ¡por favor! —Suplico.
Él solo me observa, esta inmóvil, el aliento frío sale por sus labios, pero es lo único.
Me acerco, tomo su rostro entre mis manos, acerco mis labios a él y lo beso, lo hacemos con toda la fuerza del mundo, era nuestro último beso y aunque deseara que no fuera así, ya no podía seguir pisoteando mi valor. Me alejo y él me ve, sus ojos están conteniendo mil lágrimas. Pero no había nada más que hacer.
Me alejo finalmente de él, me doy la vuelta y camino rápidamente para bajar de la azotea las lágrimas empiezan a rodar por mi rostro, pero no iba a dar ni una sola mirada atrás.
Había secado mis lágrimas, mientras hablaba con Mía y un amigo que me presentaba lo vi bajar finalmente.
Nuestras miradas se encontraron mientras aquella canción sonaba mi corazón dolía
"I'm holding on your rope
Got me ten feet off the ground
And I'm hearing what you say
But I just can't make a sound
You tell me that you need me
Then you go and cut me down, but wait
You tell me that you're sorry
Didn't think I'd turn around and say
That it's too late to apologize, it's too late"
Pero era normal, pasé más de diez años de mi vida amándolo, y cada vez que pudo me elevo al cielo y me soltaba sin saber dónde caería, lo olvidé en el campamento, pero el volver solo me hizo más vulnerable a él.
Mi corazón quería seguir luchando por él, pero mi dignidad no me lo permitía me destruyó cada vez que pudo, consciente o no sabía el dolor que causaba y aun así lo hizo, lloré noches por él, siempre estuve allí y el sólo me tomaba cuando quería y luego era un error.
"Too late, oh
I'd take another chance, take a fall
Take a shot for you
And I need you like a heart needs a beat
But it's nothing new, yeah yeah
I loved you with a fire red, now it's turning blue
And you say sorry like the angel
Heaven let me think it was you
But I'm afraid
It's too late to apologize, it's too late
I said it's too late to apologize, it's too late, whoa"
Seguíamos viéndonos, apretaba mis manos obligándolas a evitar cualquier señal de ansiedad. No aparte mi mirada está vez no sería yo quien debía bajarla, él debía avergonzarse por cada vez que dijo amarme y nunca peleo por mí.
Esto era su culpa y si yo sufriría por quererlo él también debía hacerlo.
—¿Todo bien? —cuestiona Mía.
—Sí, dile al dj que cambie esa estúpida canción. Esta es una fiesta no un maldito funeral—contesto amargamente.
Aunque en realidad la sentía tan mía.
Él siguió bajando las escaleras y empezó a caminar para la salida ninguno de los dos podía apartar la mirada, hasta que finalmente lo hice lo observe con ira, me di media vuelta y lo ignore.
Finalmente lo soltaba, no me importa me sentía cansada de intentarlo.
MIA
Observar aquella escena me lleno de impotencia, Maddie era como una hermana para mí y no soportaba verla sufrir.
Así que caminé sin que ella se diera cuenta y decidir alcanzar a Santiago.
—¿Te irás? Así ¿como si nada? —Cuestiono a su espalda, mientras espera su auto.
—Mía no te metas —responde groseramente
—Imposible no hacerlo, sabes cuando conocí a Maddie aquella noche, en aquel bar ella lloraba por ti —digo llamando su atención esto hace que volteé —Cuando me contó todo pensé: quizás exagera porque esta dolida, ella te describió con tanto amor que pensé en eso, esa mañana que te conocí vi como la mirabas y sabía que la amabas, sin embargo, también me di cuenta lo cobarde que eres —digo, él solo traga en seco.—Ella te ha perdonado todo Santiago, desde que nunca la fueras a ver al internado, acostarte con Lexie, abandonarla cada vez que te necesitaba, rechazarla cuando eran adolescentes, verte regresar con Alexa, todo eso y más te ha perdonó y nuevamente lo haces —encaro bruscamente estoy llena de ira.
Que fácilmente podría golpearlo hasta que reaccione y deje de ser un imbécil.
—¿Por qué haces esto? —cuestiono.
—Porque el amor que siento por ella están grande que no puedo seguir siendo egoísta, ya la he hecho sufrir bastante y no puedo hacerla feliz Mia. —habla al quiebre.
—Te das por vencido tan fácil Santiago —digo.
Suspira con frustraccion.
—Mia basta, por favor ha sido una noche complicada—se queja.
—Eso mismo digo, ¡Ya basta Santiago! Si te vas en este momento debes saber que no habrá marcha atrás, ella no volverá a buscarte porque está harta, harta de amarte, harta de suplicarle que por una vez la escojas a ella. —Advierto molesta, puedo ver en su mirada que se cuestiona que hacer, pero no entiendo porque le cuesta tanto, elegirla. —Escucha Santiago sé que la amas, lo puedo ver todos lo sabemos, pero no entiendo porque sigues haciéndote el estúpido, así que por favor Santiago, si nos vas a elegirla ya déjala en paz, tienes que tener claro que cuando ella esté estable, cuando su corazón ame a alguien más no podrás regresar, ya no tendrás esa oportunidad, se consciente que tú elegiste renunciar primero y hoy ella por fin lo ha hecho —Concluyó.
—¿Mía? —llama mi atención —¿Estará bien? ¿Ella estará bien? —cuestiona.
—Ella es fuerte Santiago, no tienes idea de cuánto —contesto.
—Cuídala por favor, lo lamento —dice subiéndose a su auto.
Lo veo marcharse, trato de tragarme el enojo que tengo, es el cumpleaños de mi mejor amiga.
—¿Qué haces aquí? —escucho su voz a mi espalda.
—Lo siento necesitaba aire —digo.
—Yo también —dice acercándose a mí. —Lo he dejado ir y esta vez de verdad —admite.
—Lo lamento Maddie, lamento que el amor te golpe tanto —trato de consolarla.
—No importa, lo superare —asegura, está tratando de ser fuerte lo puedo escuchar en su voz frágil.
—Sé que sí, siempre estaré a tu lado Maddie, jamás te abandonaré —aseguro besando su mejilla.
—Lo sé, eres lo mejor que me ha pasado, lo digo en serio —Concluye.
—No quiero que este día termine y estés triste, es tu cumpleaños, ven vamos a comer pastel. —digo tomando su mano para regresar al bar.
Paso el resto de la madrugada bailando y riendo sabía que estaba dolía por dentro, pero también estaba claro que lo dejaría e intentaría olvidarse de él y el amor que tanto daño le había hecho.
AY MI CORAZON DE POLLO, SE HA ROTA UN AVEZ MAS....
ESTE ES EL ULTIMO CAP DEL MARATON, MADDIE FINALMENTE TIENE 25 AÑOS, SE VIENE MAS SEÑORESS ESTE SOLO ES EL PRINCIPIO DE LAS COSAS QUE MADDIE TENDRA QUE ENFRENTAR.
CUENTENTEME QUE TAL LES PARECIO?
POR OTRO LADO, TODOS NECESITAMOS UNA AMIGA COMO MIAAA.