Un zorro para un lobo

By Anya_Rhys

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Phoebe es una pequeña Omega. Aislada en las montañas, acostumbrada a esconderse de sus problemas, acostumbrad... More

Hogar
canela, naranja y seguridad.
Ding Dong.
El lobo había sido cazado.
El llamado.
Pastel de arándanos.
Eres mía Phoebe para cuidar, proteger y poseer.
mis instintos son tuyos mi Luna.
El lobo iba a cenarse un zorro.
la culpa se la iba a terminar tragando.
una boda, una boda conmigo y su segunda hija.
Una verdad absoluta.
¿Le gustaba?
Perdóname, Phoebe.
Aún si significaba que iba a dejarlo.
malditas galletas.
hacerla pagar.
No cuando pensé que éramos algo especial.
Una diosa.
lo único que hare es llevarte cada alma que me pidas.
Una Excusa.
Precipicio.
El toro por los cuernos.
Agradecido.
La anidación.
No soy nadie sin ti.
Gerard.
Un latido.
Un caos.

Copo de nieve.

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By Anya_Rhys


Las preguntas sin repuesta son las que mas atormentan, no por la respuesta en sí ,si no ,por las paranoias con las que las contestamos nosotros mismos.

                                                                                                                                                      ACRC.



Unas horas antes.

La mujer se paseaba con comodidad entre la bodega llena de telas y arreglos, los colores blancos llenaban la habitación haciéndola sentir como la única cosa con un poco de color entre tanta purificación, también como lo único sucio. No es que le incomodara el color, la simpleza del blanco era bonita pero la llevaba a pensar lo sucia que estaba y la pureza de la cual carecía ahora su ser, que manchado, ultrajado y marcado se estaba recuperando dejándole secuelas en una piel un tono mas claro donde surcaban las cicatrices y heridas (aun mas enormes y profundas) en su mente. Sin embargo, le alegraba que un Alfa como Orión la hubiera llamado para hacer tarea tan especial como preparar un pequeño arreglo para Phoebe, había casi brincado de felicidad cuando le ordeno hacer algo tan especial a ella. No le agradaba para nada los alfas, no le agradaba que Phoebe se viera envuelta con un Alfa pero si eso significaba su felicidad le ayudaría.

—¿Eso es todo lo que te faltaba?— la pregunta floto desde los labios de una muy cansada Stella, Baharí solo pudo asentir en su dirección.

Stella, era una de las mujeres humanas con la que ahora compartía habitación en la fundación. Sus ojos fueron en dirección a donde sus pantalones anchos caían sobre sus caderas sin poder evitar arrugar la cara en síntoma de un dolor empático, todas las humanas rescatadas estaban modificadas, los malditos habían encontrado la manera de hacerlas tan funcionales como los de su especie. No tenía claro si era recreación o el órgano como tal, lo que si tenia consiente era que ahora poseían un útero Omega dentro de ellas, que también entraba en un celo con frenesí, solo que el resto de su cuerpo no adaptaba a tal cosa cambiante, no tenían garras, no podían transformarse, no poseían ningún animal añorando salir de si mismas. No eran mas que cúmulos de carne, despegados, cocidos, desarmados y rearmados, odiaba tan solo imaginar el procedimiento y se repitió a si misma que tenia un poco de suerte al no ser parte de esas humanas experimento. Stella por su parte se percato de la mirada poco disimulada hacia su vientre y decidió que era hora de partir, no era ni la primera vez, ni la ultima en que alguien la miraría así pero no estaba dispuesta a tolerarlo.

—Nos vemos en casa, termino con el mantel y los platos—hablo fuertemente para que la escuchara y soplo un mechón que caía salvajemente por su frente. Todo sería mas fácil si tan solo supiera trenzar como su hermana lo hacia.

Su hermana, no tenía caso pensar en ella. No cuando ya no podía hacer nada por rescatarla, no cuando la vida se empeñaba en regresársela en otras personas, no cuando eso la desestabilizaría. Ella tenía que ser fuerte, tal vez solo tenía diecisiete años pero era alguien fuerte, alguien madura y no podía tener tiempo para lloriqueos. Sacudió la caja entre sus manos bajando las escaleras rumbo al sendero donde estaba preparando todo, entonces lo olio. El molesto olor que la ponía nerviosa, el sándalo se filtro hasta sus pulmones y contuvo la respiración fuertemente, lo menos que necesitaba era al Alfa merodeando cerca de ella pero no se rendía, lo había visto en la fundación, cerca de casa de Aeelen, en la panadería que frecuentaba, incluso una noche pudo oler la lejanía de la piña en su habitación, como si hubiera estado en esa habitación horas antes. El peso de la caja le fue arrebatado de las manos y ella solo lo miro con desprecio.

Darren había estado revoloteando toda la mañana cerca de allí, tratando de verla en la distancia, tratando de no soltar su olor posesivo por todos lados mientras sus instintos lo hacían trizas desde las entrañas. Tenia tantas preguntas y no pudo soportar ver la pesada caja sobre sus delicadas manos, tenía uno de esos blusones rosados con estampado floral que lo volvían loco, el rosado contrarrestando su rica piel morena era un jodido espectáculo, nunca deseo tanto hundir sus dedos en algo como en ella y no solo sus dedos, sus colmillos picaban pidiendo ser enterrados en esa deliciosa mujer. Su cabello eran rizos tan pequeños y parecían tener una textura áspera, quería comprobarlo pero lo único que siempre recibía era una mirada de asco de parte de ella.

—Una mujer como tu no debería cargar tanto peso— musito el alfa sin percatarse mucho en sus palabras, el se refería a alguien tan preciado, tan delicado pero para Baharí eso había sido una patada en el estomago.

Sera un menudo imbécil.

—¿Una mujer como yo? Lo siento Alfa, pero no tiene idea lo que puede cargar una mujer como yo— La rabia y la punta devuelta lo impactaron un poco, Darren quería maldecir, parece que sea lo que sea siempre metía la pata, por eso prefería vigilarla en la lejanía.

Acosarla en la lejanía. Joder se estaba convirtiendo en un maldito acosador.

Baharí siguió caminando, esperando ser seguida por el hombre, después de todo que su intromisión sirviera de algo y llevara las cosas. Caminaron un par de minutos en silencio, mientras ella solo veía las hojas naranjas y descuidadas de los arboles, debes en cuando soltaba el aire retenido y se permitía volver a respirar un poco pero la piña y sándalo seguían demasiado presentes, es una tortura, su Omega interior quería gemir ante eso pero se negaba, se negaba a sentir cosas por un alfa.

Malditos instintos Omega, manténganse fuera por la luna.

—Puedo preguntar ¿Por que me odias tanto?— Darren se lleno de valor, tenía que ver cuanto de terreno existía entre ambos, desde que punto estaba para empezar a realizar estrategias. Necesitaba tenerla cerca, su olor a fresas y lluvia lo tenían ansioso, le costaba toda su concentración que no se le endureciera la polla por solo tenerla a un par de metros, se estaba enloqueciendo.

Los pies de Milo, el ronquido de Ashton, caracoles, sapos, pensaba en cosas asquerosas con mucha fuerza cada que se sentía vencer.

Baharí freno unos segundos ¿Odiarlo? Odiaba a los Alfas, no era nada personal en contra el modelito de cuarta con sonrisa encantadora frente a ella ¿Sería todo mucho mejor si ella solo lo dijera?¿Dejaría de molestarla? Tenia la esperanza que si y a la vez la amarga sensación de que si lo hacia la dejara. Malditas hormonas Omega.

—No es personal, no quiero un compañero. Odio a los Alfas, he conocido a suficientes en los últimos nueve años como para saber que no necesito, quiero o si quiera pienso, en tener a uno como pareja—Miro en dirección a la mandíbula apretada del hombre, le estaba dando en el ego supuso—Sois unos barbaros egoístas, egocéntricos y estúpidos, no me interesa ser tu compañera, así que puedes ir rechazándome, a mi y a la idea de que alguna vez seamos mas que la química que tira de nosotros—los puños de esta estaban apretados y odiaba la mala sensación de decir las ultimas palabras pero era la única forma que razono alejaría al hombre.

Que equivocada estaba.

Darren estaba furioso, no molesto porque lo llamara estúpido, ni egoísta, ni egocéntrico, tampoco porque ella no deseara un compañero, si no por que había conocido a "suficientes" y lo sabia, sabia que Baharí venia de un burdel de mala muerte pero no podía con la idea, esperaba el rechazo pero no el odio intenso con el que debía estar luchando para poder contra el vinculo. El sudaba en las noches y batallaba con el insomnio solo por pensar en ella y en sus sueños, sus terribles sueños solo eran otro martirio donde ella aparecía y no podía tenerla.

—Se que no es personal, sin embargo no planeo ceder Baharí. Se quien eres y de donde vienes aún así voy ha luchar por ti. Tal vez tu puedas ignorar el hecho de que mi puto corazón esta atado al tuyo—respiro entrecortadamente—pero yo no, no pienso hacerlo y voy a insistir hasta que te des cuenta—Darren Peter Blaid es un hombre terco, un Alfa que jamás se rinde.

Baharí no estaba conmovida por su declaración, mas bien furiosa—¿Sabes quien soy? ¿De donde vengo? No tienes ni la mas mínima maldita idea, no sabes cuantos años tengo, como me llamo, ni siquiera donde nací. Me llamas Baharí porque así me dicen ahora pero antes era un numero y antes de eso, ni yo misma puedo recordarlo—El eco de su voz era cada vez mas alto y sus pasos se acercaron peligrosamente a él, hundiendo su dedo en el pecho de este— No tienes ni idea de nada de eso, porque ni yo misma lo se soldadito, además ¿Darme cuenta? ¡¿Darme cuenta de qué?!— le dolía el dedo de haberlo hundido con tanta fuerza pero no se echaba para atrás, ni siquiera cuando el miedo se le estaba calando.

Que le den a este maldito, no planeo volver a doblegarme ante nadie.

Darren tiro la caja con velas y trapos al piso. Avanzo un paso hacia la mujer colocando sus manos en el bordado donde su blusón que se ceñía en la cintura y pudo escuchar el jadeo de sorpresa en respuesta. Entonces se acerco, mirando esos ojos con matices olivas y marrón, redondos y con pestañas largas y rizadas. Luego su nariz perfilada y al final redondita que brillaba cuando cualquier atisbo de luz le daba, y sus labios caramelo, con el arco de cupido mas marcado y bello que alguna vez pudo fantasear en cualquiera, habiendo memorizado cada rasgo desde su mentón pequeño y suave hasta sus cejas pobladas y obscuras se permitió acercarse hasta poner su mejilla contra la de ella, respirando suavemente para que el aliento erizara cada vello de su cuerpo, lo olía, la olía, el almizcle voló a él haciéndolo sentir alagado y engreído. 

—Hasta que te des cuenta que eres mía—musito ronco, grave y suave sobre su lóbulo con una sonrisa victoriosa.

Baharí se había quedado estática, todo en ella lo quería físicamente ronroneaba para él, pero su cabeza era un lio, un lio enorme, le tomo varias bocanadas de aire antes de agarrar de su furia de nuevo y empujarlo con ambas manos, este solo dio un minúsculo paso atrás perezoso, con cara de fastidio. Entonces la mano le pico, le ardió e inconscientemente fue a la cara marcada del bronceado delante de ella, lo había abofeteado.

—No vuelvas a acercarte a mi, no vuelvas a tocarme—le ordenó, estaba incomoda, su cara estaba caliente y tenia miedo de que ese hombre de casi dos metros le devolviera el golpe pero solo tenía una sonrisa en la cara, una como si en vez de abofetearle lo hubieran besado. Entonces la incomodidad en su centro le dejo en claro a lo que debía oler, tomo rápidamente la caja en el suelo y se dispuso a huir de allí, no corriendo si no lentamente, tenia que fingir, fingir una seguridad que no tenía pero eso era lo mejor de las emociones nadie se daba cuenta cuando eran falsas.

Darren veía a la delgada figura irse, estaba seguro que lo que sea que estuviera haciendo en la pérgola tenia que ver con el general que había mandando a preparar distintos alimentos esa misma mañana, luego hablaría con el sobre como utilizaba a su mujer para hacer recados. Esta era alguien importante ahora, no una simple sirvienta, ella era su compañera e iba hacerla entender por las buenas o por las malas. Decidió que lo mejor era darle un espacio por ahora, se dirigió dentro de la casa de la manada con el objetivo de encontrar a una mujer en especial, dejándose guiar por el olor posesivo y almendrado de James sobre el delicado olor a flores de ella la encontró. Megan.

—Necesito un favor tuyo—sin rodeos, sin previas, la mujer lo observo con la cabeza ladina y ojitos acusadores. El no era de los que mas conversaban pero si el mas paciente así que espero a que ella respirara un par de veces.

—Me vas a decir que necesitas o voy ha tener que adivinarlo—El brazo de la coneja fue a su cintura en forma de jarra y su pie tamborileo contra el suelo a la espera. Siempre tan impaciente, no entendía como james y ella eran compatibles.

Tampoco como tu y ese jodido bombón de allá fuera lo son.

—Es sobre Baharí, es mi compañera— antes de que esta saltara a hablar porque el detallo su cara de emoción la interrumpió—No vine por consejos, vengo porque me la llevare a mi casa. No planeo quedarme mas aquí—Anuncio.

El como todos los guerreros vivía allí, Orión pasaba también la mayor parte del tiempo en la casa de James antes de que Phoebe apareciera, Oliver y Ashton tenían mas o menos cinco años desde que decidieron que necesitaban su propio espacio, incluso Milo ahora estaba desparecido por lo que no debería ser una sorpresa que el también ahora decidiera que necesitaba su lugar, todos tenían casas propias por fuera pero era mas fácil vivir allí, ahora tenía una excusa para ocupar la casa que había construido con los planos que le hizo Orión, entonces no pudo evitar pensar que a Baharí también le encantaría, aunque lo odiara primero.

—¿Esta ella de acuerdo con esto? Digo, no creo que quiera estar con ningún hombre por el momento Darren. Ha pasado por mucho, tal vez deberías esperar un poco y es joven —Fue frenada por la mano en alto de el.

—No me malentiendas, eres mi luna y te respeto—declaró antes de soltar la bomba—Pero no necesito ayuda en eso, se lo que sucedió con ella y planeo hacer las cosas a mi manera. Si no obtuviera tu permiso, la secuestraria y me la llevaría lejos hasta que entrara en razón—declaró honestamente.

Megan tenia los nervios de punta, los hombres de su familia iban a terminar por volverla loca. Años atrás Ashton se llevo a Oliver y no regresaron hasta que este estaba embarazado, Milo siempre hacia cualquier desastre que había que limpiar por el, Orión casi hace que Phoebe quedara como un vegetal, necesitaba un respiro, uno enorme, entonces se resigno. Ella ya tenia demasiado trabajo con las demás mujeres, Darren no heriría a su compañera y por lo que había conversado con Aeelen esta no parecía entrar en razón con los alfas de aquí.

—Esta bien pero es tu problema ahora, si ella decide huir de ti o irse de aquí por tenerte miedo tu tendrás que hacerte responsable—Tomo su cabello peinándolo —Solo trata de no hacer la gran Ashton y mentirle a esa pobre Omega sobre que eres estéril porque no quiero otro Oliver gritón haciendo un escandalo—lo retó y rezo, rezo porque la tranquilidad por fin llegara a su casa y no se fuera por la ventana.

Darren giro sobre sus pies y troto hasta la fundación, la caminata siempre le ayudaba a despejarse. Ver personas lo hacia sentir bien, aunque no les hablara, aunque solo fuera para informar que les faltaba y resolverlo. Miro en dirección a la zapatería, recordando a su dueño Emery y como esta había sido una de las primeras humanas rescatadas, sin modificación a Omega y ahora era feliz allí. Luego a los hermanos Brand, quien con su florería le alegraban el día a cualquiera, pasaron del mandato del padre de james a el y era felices viviendo aquí y así con un par de persona mas. Le gustaba la idea de que un día esa fuera Baharí, una mujer feliz en un pueblo hecho para ella. Rápido llego al recinto, percatándose de todas las mujeres que se movían por aquí y por allá, fue directamente al cuarto que ya conocía. La sala enorme llena de camas, eran cómodas pero nada que mereciera alguien como su otra mitad, entonces tomo una de las mochilas de la entrada para llenarla.

—Disculpa pero no deberías estar aquí—musitó una voz detrás de él.

La voz a su espalda le resultaba familiar pero no fue hasta que se giro que supo el porque, era esa mujer, la que había intentado atacar a Phoebe y había sido castigada. Se veía sumamente delgada, ojerosa y cansada ¿Qué diablos había sucedido con ella? No había pasado mucho desde que la habían castigado, tal vez tres o cuatros días no estaba seguro, su cuerpo estaba cubierto de vendas y la pequeña playera que tenia sobre estas las dejaban a relucir, no estaba de acuerdo con herir a una mujer, mucho menos humillarla públicamente pero el no era quien para interferir en la venganza de Orión.

—Vine por las cosas de mi Omega, no me tomara mucho—trato de no incomodarla, trataba de ser comprensivo a pesar de que ella no había sido del todo un caramelo.

—¿Eres pareja de Baharí?—la Omega pregunto, mientras se mordía una de sus uñas. No paso desaparecido para Darren que estas parecían estar hasta la cutícula pero  solo asintió como una respuesta para ella —Tienes suerte, es una mujer agradable— eso si que lo sorprendió.

—¿La conoces?—Era obvio que la conocía pero fue solo pare que le hablara mas, le llamaba la atención que dado el cariño que parece su Omega tenerle a Phoebe le hablara aún así a esa mujer.

—Sí, fue buena conmigo. Me ayudo a entender muchas cosas y no dejo que nadie me molestara—La pequeña mujer suspiro mirando hacia las cuentas que el ahora estaba guardando y sus ojos fueron a la mano de ella, tenia una pulsera, sabia quien hacia esas cosas pero ¿Por qué Baharí le daría una pulsera? Entonces la Omega noto su mirada y alzo la muñeca —Ella la hizo, me la dio para recordarme quien soy. Se que aferrarme a lo primero que vi estuvo mal, aun sin querer entenderlo pero Baharí me comprendió. No me juzgo y hablo conmigo hasta que por fin pude calmarme. Me alegro que haya encontrado a su pareja— lo miro —Por favor, si no es mucha molestia dile que, cuando tenga tiempo, si es que puede, pase a verme—la suplica estaba allí y el sintió lastima por ella. No era ni por mucho alguien completamente estable pero ahora tampoco la consideraba alguien mala y se alegro, de que la mujer del general fuera piadosa porque sus palabras habían sido correctas esta mujer era, a su manera, inocente.

—Me asegurare que venga— no sabia porque lo prometía pero la chica quedo conforme con esa respuesta y su conciencia también.

Luna apiádate de mi por ser tan blando. 

Abrió el pequeño cajón que tenía una pequeña luz de noche y había restos de carboncillo por todos lados, unos lápices, gomas y una pequeña hojilla. Esas estaban prohibidas, se supone que las mantienen lejos de las rescatadas por si intentan atentar contra otro o contra si mismas, entonces abrió el segundo cajón viendo papel y no blanco y pulcro, estos estaban machados, llenos eran montones de dibujos. Las líneas eran seguras, el estilo bastante sombreado, tenia talento si es que esto era de su Omega y entonces levantando curiosamente se vio, era él, era del día en que la conoció. Ella lo había dibujado, luego otra, eso fue mientras estaba patrullando y por ultimo una de unos ojos rojizos a través del ventanal de esa misma habitación, ella sabia que eran suyos. Entonces se carcajeo gustoso, el no era el único obsesionado de la relación.

Somos un par de acosadores gatita.

Decidió ir por una caja y luego volver para poner todos los materiales en ella, si sus cálculos no fallaban y nunca lo hacían, Megan debería estar diciéndole a Baharí a donde ir en un par de horas mas porque era una entrometida. No tenia mucho tiempo, debía organizar algo antes de volver a la mansión.

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Actualidad.

Respirar, a veces amar es tan fácil como respirar. Si tuviera que apostar por cada una de las veces que pensó que sería demasiado complicado encariñarse con alguien, tendría suficiente para comprar una casa alejada de todos los putos problemas. Sin embargo, ahora estaba bien, justo entre los brazos de ese alfa repleta de problemas y sensaciones arremolinadas dentro de su ser, estaba bien. Podía aceptar sus sentimientos y vivir con ellos, podía enfrentar cualquier cosa, estaba perdida entre la entropía desesperante de su vida con Orión y estaba siendo tan fácil como respirar quedarse.

Entonces sus ojos vagaron a donde su compañero veía felizmente, joder eso era precioso. La pérgola de madera era enorme, estaba barnizada con un tono marrón rojizo oscuro, contrastaba perfectamente con el ambiente otoñal, las telas transparentes volaban desde los pilares de esta amarradas por cintas de lo que parecía fina seda, podía apostar lo que fuera que esta se sentiría delicada al contacto, los lazos de estas estaban meticulosamente hechos, tenia una interesante mesa en el centro con un mantel igual de blanco y las velas de color amarillo no pasaron desapercibidas, olían a miel y similla de girasol incluso desde esos pasos de distancia.

—Bienvenida a nuestra primera cita, manzanita—le susurraron en el oído, pero sus ojos solo estaban en los pétalos de girasol en el piso, unos que hacían un camino.

No puede ser cierto.

Nunca había sido tan cursi, la Omega estaba segura que disfrutaba las películas donde ocurrían esta cosas pero no se las imaginaba para ella, nunca para ella y ahora, delante estaba la escena, solo para que ella la disfrutara, cada detalle y así fue como tuvo que tragar, tragar fuerte. Los sentimientos se le arremolinaban en la garganta ¿Por qué quería llorar? No estaba triste, quería llorar por lo hermoso que era. Entonces sintió la mano cálida sobre sus dedos congelados y todo se disipo, el mundo se detuvo. Atesoraría ese recuerdo eternamente.

—Espero que te guste, me esta poniendo nervioso tu silencio cariño—declaró el hombre a su lado.

Cariño Mierda, Orión iba a destruir cada barrera dentro.

—Es perfecto—musitó, era lo único que podía decir no tenia palabras para el detalle ante sus ojos, entonces se dejo guiar hasta el centro, en pasos delicados y perezosos. Se estaba tomando su tiempo para que nada acabara.

La mesa estaba llena, había un cuenco de manzanas verdes. Un pastel que parecía estar caliente de manzana servido en frente, perfecta vajilla con lo que parecía ser pollo, inhalo. Si, era pollo a la naranja, con especias y un Puré que se veía aun Soltar vapor. ¿Cómo había preparado esto? ¿Cuando? No se había separado de ella, la cabeza de la Omega estaba descolocada ¿Cómo alguien tenia las cosas tan planeadas? Era sencilla la respuesta, era Orión y el hacia que todo estuviera bajo sus pies, el era el dios de la planificación y perfeccionismo en cuanto a su Omega se trataba y ella empezaba a tenerlo muy en cuenta.

—¿Cuando?— La confusión de la Omega lo hizo sonreír a boca cerrada, la agarro de sorpresa y le encantaba, Phoebe miraba todo alrededor y luego a él señalando la cena. 

Justo lo que esperaba.

El mayor se limito a encogerse de hombros—Le di trabajo a un par de personas, hice las llamadas correctas y di las horas exactas—suspiro pasando su mano por su cabello, despeinándolo hacia atrás. Era un maña que tenia cada que estaba nervioso y a la Omega le gustaba—Tuve que confiar que todo saliera como lo imaginaba si quería sorprenderte—camino hacia el asiento mas cercano, abriéndolo hacia el—Señorita, le importaría sentarse— señalo y la Omega soltó una risita mientras le obedecía.

Eres un controlador y me encanta

—Bueno, a quien sea que hayas llamado merece un crédito enorme porque todo se ve y huele perfecto— tomo el tenedor y el cuchillo, la Omega tenia hambre. Tantas emocione le habían abierto el apetito y entonces el perfecto pollo fue hasta su boca, inundando de sabor sus papilas gustativas, sus ojos se abrieron de par en par— ¡Dios mío! Esto esta delicioso— hablo con la boca un poco llena.

Orión se sentó frente a ella y tomo la servilleta divertido, su mujer tenía la comisura llena de salsa y le estaba tomando toda la compostura no burlarse, se veía tan adorable mientras cerraba los ojos para disfrutar cada bocado que estaba perdido, sintiendo que podía disfrutar la comida sin probarla a través de ella, solo mirándola ser feliz por un simple plato. Entonces su mano fue a la servilleta de tela con bordados dorados, la acerco con sutileza a la cara de Phoebe, limpiándola suavemente. La cara de esta empezó a calentarse de la vergüenza, Orión acababa de limpiar su cara.

Soy un desastre.

—Lo siento, no me di cuenta—aparto sus ojos de él hacia un lado abochornada.

Luna, si estas allí. Trágame. 

—No te preocupes, te ves muy linda cuando comes sin preocupaciones— empezó el mismo a degustar su comida soltando un gruñido en cuanto esta por fin estuvo en su boca, Megan se había lucido—Tienes toda la jodida razón, esta mierda esta buena—replicó metiendo mas a su boca, masticando desesperadamente, era un hombre grande, necesitaba al menos unas tres mil quinientas calorías al día entre todo lo que su cuerpo quemaba, entre el almuerzo  anterior y ahora ya estaba muerto de hambre.

Bee soltó una carcajada ¿Ahora quien era el de modales inapropiados? El hombre era mas salsa que cara justo ahora, entonces traviesa se acerco a él, pasando por encima de las cosas, estirándose con dificultad, saco su lengua y no pudo evitar lamerle la cara lentamente. El hombre quedo estático con una enorme sonrisa en la cara ¿Ella acababa? Si, iba a matarlo.

—Lamento informarte mi querida Omega, que primero son las verduras antes que el postre—puso su mejor cara engreída, moviendo sus cejas arriba y abajo, entonces la mujer volvió a su asiento carcajeándose. Era tan rica y llena de jubilo su voz.

La atmosfera estaba llena de felicidad, una felicidad contagiosa.

—No sabía que eras tan mandón, es una pena porque me hubiera gustado primero el postre—¿De donde salía tanta confianza? No tenia ni idea pero le gustaba esta etapa de ella, la que el sacaba a relucir con él.

la mano de Orión fue dramáticamente a su cara—¡Oh Dios mío! Sálvame de esta cosita insaciable—se mordió el labio y Phoebe se son centro en esos perfectos dientes blancos que lo sostenían antes de soltarlos.

—Deberías estar avergonzado, si— Lo miro, fingiendo pena—Has creado un monstruo, tu y solo tu—culpándolo con carita de inocencia. 

Entonces el llevo su cabeza a un lado, suavizando su rostro hacia ella—No tengo ningún remordimiento, me gusta mi exigente mujer. Estoy mas que dispuesto a complacerla, hoy, mañana y siempre—dejó en claro las ultimas palabras y Bee trato de no incomodarse ante esa declaración.

Estoy jodidamente perdida, si quiero mi para siempre.

Entonces sus ojos fueron a los pétalos en el suelo, a los girasoles. Justo como los de la historia de Orión ¿Qué habrá pasado con su familia? ¿Sería prudente preguntar? El era un alfa, un guerrero ¿Sería correcto preguntarle por sus batallas? No lo sabia. Entonces la miro y entendió al verla que la preocupación la estaba inundando, su Omega era alguien que no apagaba su cerebro, ni siquiera cuando era feliz.

—Una respuesta por tus pensamientos— los ojos de ella se posaron en el y se percato como esta mordía el interior de su mejilla —¿Recuerdas el juego de las preguntas?— ¿Cómo iba a olvidarlo? Así empezó aquella vez de su primera vez pero solo asintió—Pregunta, ya sabes que si no me gusta te va otra pregunta—

Bee se acomodo en su asiento, removiéndose —¿Cómo era ella?—vio la confusión del mayor y carraspeo —Tu madre ¿Cómo era ella?— Preguntó al fin.

El Alfa se tomo unos segundos, pasándose los dedos por le mentón— Pues tenía el pelo rubio, completamente distinto al mío pero tenia mis ojos, soy una buena mezcla entre sus ojos y el cabello de mi padre—rasco su brazo izquierdo despreocupadamente— Era sumamente sumisa cuando papá aparecía, como si solo pudiera orbitar libremente cuando el no estaba. Sin embargo, lo amaba. A veces la pillaba mirándolo entrenar, dormir, hablar no decía nada pero lo miraba mucho— Entonces Orión recordó la sonrisa y lo cálido que se sentían sus manos en su cara —Era delicada conmigo, siempre me consentía y me mimaba mas de lo que le gustara a una familia de guerreros. Estaba en contra de las peleas y los gritos innecesarios. Era un buena Beta si me lo preguntas, es un milagro que me haya podido concebir— declaró.

¿Una beta? Las mujeres betas tienen una tasa de fertilidad bajísima, mas baja aún de encontrar un compañero por lo que Phoebe se quedo impresionada —Que suerte tuvo al encontrar a su compañero—

Entonces los ojos de Orión se oscurecieron —No, no eran compañeros manzanita. Mi madre amaba a mi padre con locura y el—suspiro pesadamente— El la quería pero no eran compañeros, mi padre estaba resignado a encontrar una compañera y mi madre fue la primera en ofrecerse cuando el buscaba una compañera para tomar el cargo—Se estaba abriendo, con su mujer, le estaba dejando cada secreto a la pequeña—Toda esa mierda de un frente unido para tomar el cargo— le resto importancia con la mano, pero ella lo veía, veía lo que le dolía.

—¿El nunca encontró a su compañera? o ¿Ella?— las probabilidades eran bajas pero existían, no podía imaginarse lo que le dolería si apareciera otra mujer y esta tomara el amor de Orión por ella. Debería doler muchísimo.

Orión se tenso y se debatió entre responder o no, pero quería sacarlo, por primera vez en años— Mi madre lo encontró, mi papá se volvió loco. Nunca lo había visto mirarla mas de lo necesario ¿Sabes? Pero al viejo le jodío el ego, conoces las leyes. Ella podía irse con su compañero pero el no podía dejarla ir, estaban los conflictos entre manadas. Su compañero era un Alfa, uno que estaba furioso de encontrar a su mujer casada con otro— Tomo el agua que estaba cerca, la jarra de vidrio se veía pequeña entre sus manos, sirvió un poco en su copa y la bebió, la bebió con fuerza como si eso le quitara el amargor a la historia— Entonces la guerra empezó, mi padre metió mas gente al conflicto, el otro Alfa también y yo fui directo a entrenar, luego a la guerra que ellos mismos habían causado— relató y Phoebe podía ver el odio con que el decía cada una de las palabras —Estuve del lado equivocado, todo el tiempo y me di cuenta muy tarde—

Mierda, la guerra del atardecer de costa roja había iniciado por amor. Por que una pareja que deseaba ser feliz estaba siendo separada y el villano, el villano de esa historia había sido el padre de Orión  Phoebe estaba estupefacta, pero se limito a fingir que no estaba impactada por la declaración.

—¿De que lado hablas? Tengo entendido que la manada al final se disolvió y que de los viejos amantes de sangre no se supo más— la historia que se repetía en fogatas, que ella había escuchado desde niña.

—Después entendí, mi padre no la quería devuelta Phoebe. Quería una fachada y claro, dejar en claro que ninguna mujer podía manchar su orgullo, le creí cuando me pidió que luchara para él— la cara del hombre se estaba descomponiendo y Phoebe solo quería abrazarle —Le creí, cuando me dijo que la amaba, que ese hombre solo la separaría de nosotros, el bastardo era un manipulador nato— sintió las manos de ella sobre las suyas y el siguió sacando el veneno almacenado en su corazón —Mi padre jamás fue un hombre malo conmigo, no lo pensé así en mi niñez pero cuando me di cuenta de que solo me utilizaba. Digamos que arruine todos sus planes—soltó una risita sin gracia, como maniaca. sin embargo ella no se aparto—Estaba vendiendo Omegas, toda la red y todos los ataque fueron la fachada para secuestrar Omegas, para experimentar con ellas—su mandíbula se apretaba cada vez mas— Yo lucho contra lo que mi padre empezó y creció como bola de nieve Phoebe—declaró avergonzado.

Ambos tenían sus propias penas, Orión estaba cargando con cargas que no le correspondían y Phoebe casi podía ver la gran mochila a su espalda, entonces se levanto de su asiento y el  temió que fuera para abandonarlo, que se fuera por el monstruo que era, por ser hijo de un asesino pero esta solo se deslizo en su regazo, abrazándolo.

—Esta bien Orión, tu no eres tu padre. No tienes que abrir esas heridas si no lo deseas cariño— la comprensión tiño la voz de la Omega que soltaba sus feromonas, lo atontaba con su aroma, lo relajaba. Ella lo estaba consolando.

—Lo deseo, quiero contarlo— La apretó contra el, como si fuera lo único que necesitara para estar bien —Cuando me di cuenta, yo había llevado a la victoria a mi padre. Era demasiado tarde así que cuando encontré a mi madre con su amante, ella oliendo a una miel tan pura, supe lo que tenia que hacer—El frio inundo la espalda de Phoebe, temiendo lo que significaba esa declaración y orión soltó aire —Los deje huir, les dije que los haría pasar por muertos. Que me perdonaran por ser un jodido ciego, ella solo me beso Phoebe, me beso y me dijo que era un niño, que huyera con ellos— negó con su cabeza sacudiendo la sensación —Pero yo tenia que reparar lo que había causado, destruí a mi padre, lo asesine, como el quería que hiciera con ella y empecé  a destrozar todo lo que había creado, me tomo años, miles de personas. Inocentes y culpables, todas muertas bajo mis garras— La miro esperando el miedo pero solo había compasión en sus ojos y eso, eso lo detestaba mas—No soy inocente amor, estas con un asesino—sonrió histéricamente.

Entonces Phoebe suspiro, haciendo circulos en el pecho de este cariñosamente —No es tu culpa, yo no lo veo así al menos. Eras joven y no querías perder a tu mamá, confiaste en tu padre, hiciste lo que cualquier hijo haría —Lo miro a los ojos, esos azules que tanto le gustaban— No puedo juzgarte por confiar en tu padre, tampoco por después hacer lo correcto. Has pasado años reparando ese error, mi amor— Lo tomo de las mejillas, sus manos se veían tan pequeñas en la cara de su alfa— He visto como te admiran aquí, yo no voy ha ser la balanza que pese cuantas vidas haz cobrado y el porque, te quiero— beso tiernamente su mejilla y su corazón se detuvo al notar la pequeña lagrima que bajaba por el ojo de su vinculo, la limpio lentamente— Te quiero incluyendo el pasado y el gran hombre que me demuestras que eres en el presente—

La verdad era que Bee no sabia como consolarlo y no esperaba ciertamente que sus palabras fueran suficientes para hacerlo pero lo decía desde el fondo de su corazón. No era quien para juzgar, no cuando todos miraban como un héroe al hombre a su lado que profesaba ser un villano.

Orión no la soltaba, se dejaba embriagar en la burbuja de paz que los envolvía—Puedo preguntar algo incomodo— esa pregunta le estaba comiendo la cabeza a Orión hace días y esperaba que ella de verdad la contestara. Phoebe solo asintió —¿Cuándo Milo te beso, que sentiste?—

Mierda, el cuerpo de Phoebe se puso tenso. ¿Qué sintió? No estaba completamente segura, estaba aterrada de que Orión llegara y los viera, aterrada de que esa mujer pudo haberla matado pero ninguna de esas cosas abarcaban un sentimiento hacia el rubio ¿Qué sintió por Milo? No lo sabia, no sabia lo que sintió en respuesta a Milo ¿Le había disgustado el beso? Fue solo un apretón pero algo dentro de ella se había sentido cálido, como si no fuera del todo incorrecto. Los minutos de silencio tenían nervioso al alfa, mientras la sentía rígida y la veía pensar. Entonces lo supo, no quería la respuesta. No si esta iba a dolerle, el siempre había sabido que no debes preguntar si no quieres la respuesta, entonces sus ojos fueron alrededor y vio un copo, el primero copo detallado de la temporada de invierno que ahora había llegado.

—Mira Phoebe, esta nevando—declaró, moviendo su hombro en dirección afuera y ella miro, viendo los copos.

Una alegría la invadió olvidándose de la conversación , de la pregunta que debía responder para dejar su niña interior relucir, amaba la nieve, amaba poder estar allí en el momento exacto.

Se levanto de su regazo, tomándole la mano y tirando de el con la emoción rascándole—Es la primera nevada— sonrió en su dirección y trato de atrapar un copo —Es hermoso Orión mira— los llevo hasta fuera de la pérgola, y lo abrazo —Nuestra primera nevada juntos—declaró ilusionada.

Ella estaba entre sus brazos, las hojas estaban cayendo, el frio los abrazaba. Era el escenario perfecto y tenia a la persona perfecta, entonces ¿Por qué sentía a su corazón doler? oh, lo sabia, claro que lo sabia pero solo se limitaría a regresar ese abrazo, apretarla contra el con miedo, muchísimo miedo de no ser suficiente.

N/A: Dios mi pobre bebé, hacerlo sufrir me hace sufrir. ¿Quieren mas capítulos de Baharí/Darren? Ese par me cargaba la cabeza loca. Si les gusto comenten, voten, síganme para estar atentos a nuevos proyectos (Tengo varios en la cabeza para mis lectoras Romantasy (Fantasía/romance)

Capitulo dedicado a:

makavin289

heartfiliaDeDragneel

trinidadAmbrosio4

Gracias por leer, ustedes hacen mis sueños realidad.

Así me imagino un poco a Oliver en mi cabeza, hasta la próxima <3 

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