Un zorro para un lobo

By Anya_Rhys

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Phoebe es una pequeña Omega. Aislada en las montañas, acostumbrada a esconderse de sus problemas, acostumbrad... More

Hogar
canela, naranja y seguridad.
Ding Dong.
El lobo había sido cazado.
El llamado.
Pastel de arándanos.
Eres mía Phoebe para cuidar, proteger y poseer.
mis instintos son tuyos mi Luna.
El lobo iba a cenarse un zorro.
la culpa se la iba a terminar tragando.
una boda, una boda conmigo y su segunda hija.
Una verdad absoluta.
¿Le gustaba?
Perdóname, Phoebe.
Aún si significaba que iba a dejarlo.
malditas galletas.
hacerla pagar.
No cuando pensé que éramos algo especial.
Una diosa.
Copo de nieve.
Una Excusa.
Precipicio.
El toro por los cuernos.
Agradecido.
La anidación.
No soy nadie sin ti.
Gerard.
Un latido.
Un caos.

lo único que hare es llevarte cada alma que me pidas.

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By Anya_Rhys


Necesito compañeros vivos, que me sigan, porque se sigan a sí mismos, y vayan adonde yo vaya»


La bestia iba vestida de pantalones de vestir y camisa negra, parecía la misma parca en su traje lúgubre, los presentes lo miraban con nerviosismo pues podían casi oler su muerte en cada paso. Sus zapatos de charol brillaban tanto que pocos sabían que era con el propósito de tener una excusa por si lo ensuciaban, nadie esperaba un hombre tan alto, ancho y de una cara y brazos llenos de cicatrices menos suponiendo que solo era un segundo. James sonreía desde su asiento claramente mas grande que los demás en la habitación, era su trono, uno hecho con el propósito de dejar en claro varias cosas y cuando siendo el Alfa, este se levanto cediéndolo en dirección al hombre recién llegado los invitados contuvieron un jadeo de asombro. Orión sonreía de boca cerrada, sabia que irradiaba poder y que les había quedado mas que claro a los invitados quien era el rey del juego.

El Alfa Lobo esperaba ver más, pero los cuatro hombres de la habitación eran por mucho meramente comunes a sus ojos y no hablaba de sus rostros. Era fácil analizar que dos de ellos eran meros escoltas. Segundos y no de la clase guerrera. Pero los Alfas que se removían en sus asientos se veían inexpertos, aun el encanecido y mayor, sus manos se veían suaves como si jamás hubiera hecho ningún trabajo y su piel no tenía cicatriz de batalla alguna, ni marcas de sol por trabajo, ni músculos especialmente grandes. Era una mediocridad, parecía un hombre vanidoso con ese cabello blanco meticulosamente peinado hacia atrás y su traje caro pero genérico completamente pulcro, casi podía sentir el olor a pachulí en la sala de ellos. Entonces pudo pasar sus ojos al rubio cenizo a su lado, se veía incluso mas delgado que Milo, no veía ningún atisbo de un cuerpo marcado bajo su traje, detallo con cuidado sus ojos ámbar, su nariz refinada y sus labios perfectamente dibujados Que femenino aún así ambos eran Alfas, mas altos que una persona promedio y se habían atrevido a abusar de su cargo.

—Señores, ha que les debo su inesperada visita —Sus pies subieron en cruz al escritorio, dejándolos sonar estrepitosamente y se permitió recargarse de manera despreocupada sobre el cómodo y ostentoso asiento de su amigo.

El hombre mayor apretó el mango de la silla donde estaba, indignado por el trato de ese guerrero delante de su presencia. Para Slavion cualquier hombre debía doblegarse, el era un León dorado, un rey de la sabana y todo aquel debería arrodillarse delante de él, sin embargo, recordaba porque estaban en aquel jactancioso lugar y tuvo que contenerse, planto una de sus típicas sonrisas hipócritas esas que le encantaban a los idiotas, porque eso eran todos para él incluso su sucesor, quien lo había metido en ese problema primeramente.

—¡Oh! Alfa Astra, lo habíamos estado esperando—Le declaró con un poco de sarcasmo y enojo— Me honra que por fin apareciera, imagino que debe tener un trabajo ocupado puesto que vamos con mas de dos horas de retraso— la molestia de la espera, allí estaba.

Orión miro en dirección a un James muy risueño, recostado cómodamente de la pared a su lado. ¿Alfa Astra? Gigantón bastardo, se estaba burlando de la muerte de los presentes sin decoro alguno. Le agradaba.

— No esperaba su visita señor Slavion, tengo una agenda muy ocupada y una mujer muy demandante. Como sabrá, eso ocupa todo de un buen Alfa— La sorna inundo su voz y la dejo ser despreocupadamente— Ahora, si podría dejarme en claro los motivos de su visita, me apenaría que perdiera mas tiempo por mis percances— sus garras empezaron a jugar contra el mármol, un dedo tras otro. Impaciente. ha orión le cargaban las formalidades de las reuniones entre manadas, pero esta vez, solo esta vez, era como jugar al gato y el ratón.

El joven en la habitación empezaba a enfadarse, Asher no podía creer como un segundo era capaz de hablarles así, a Alfas tan importantes como ellos. Sin embargo su padre le había dejado claro que no hablara si no era solicitado y solo por eso se mantuvo en silencio.

—Lamentamos la visita sin previo aviso, sabemos que somos vecinos lejanos— Estaban al otro puto lado del país, eran mas que lejanos— Sin embargo es un asunto de suma importancia, una miembro de la manada. Una muy importante — El hombre arrugo el rostro con una pena fingida— Ha huido con una Omega que pertenece a mi circulo, necesitamos que la Omega menor sea devuelta, es de suma importancia su recuperación para su pareja— Miro a su hijo— Mi pobre hijo, ha estado desesperado buscándola. Creemos que se fue por un terrible malentendido—finalizó, el hombre era un mal mentiroso. Orión podía detallar las pequeñas gotas de sudor arremolinarse en su frente y su falsa mueca flaquear ante su mirada pesada.

Pareja, pareja de su hijo. Los ojos de Orión se tornaban mas negros con cada palabra y los colmillos empezaban a verse con cada mínimo movimiento de sus labios. Miro hacia un James impasible, los había tenido allí dos horas y no les había dicho nada, esos imbéciles no tenían ni idea.

—Si yo también lamento su visita— Declaró, dejando a la vista sus colmillos— Esta Omega de la que hablan ¿Es tu vinculo? ¿Es ella acaso tu compañera?— La oportunidad piadosa estaba allí, flotando en la pregunta en dirección al chico. Vamos niño, no tomes la oportunidad dame el gusto de destruirte.

Asher miro a su padre quien le asintió entonces cual perro entrenado se dejo ser, esta manzana quien no había caído tan lejos del árbol sonrió igual que su padre, una manzana podrida. Paso sus manos por su cuello y tiro un poco de la camisa, dejando entrar el aire, dejando en evidencia ante Orión el atisbo de olor a miedo, uno que lo alimentaba.

— Si, señor Astra— Asintió y puso lo que el lobo pensó era su mejor cara de preocupación— Ella es mi compañera, ella no lo sabe todavía o bueno, duda de tal información aunque se la aseguré—Slavion abrió los ojos en dirección a su hijo cuando soltó lo ultimo, el chico había hablado de más y el casi tumbo su cara de cordialidad fingida pero recupero la compostura.

Orión sonrió, paso su mano por su cabello despeinándolo —¿Cómo es posible que ella dudara? Ser compañeros se siente desde las entrañas señor Asher, entonces ¿Cómo es que puede haber cavidad para la duda?— Las peguntas eran trampa, todos se dieron cuenta.

Entonces Slavion noto algo que dejo pasar, ese hombre sabia sus nombres antes de entrar. Era natural que supiera el suyo puesto que era un líder de manada pero no había dado el nombre de su sucesor, menos el segundo. Uno que se usaba solo en su manada, Asher era conocido fuera siempre como Silo, ahora estaba seguro que las bastardas habían hablado de ellos, entonces una idea cruzo por su cabeza, una de las salvadoras de las que tanto se jactaba tener ante sus enemigos.

— Verá, ella es de una especie muy penosa— El anciano miro con pena hacia su desconcertado hijo— Es un zorro, ella no puede diferenciar quien es su pareja. Ya sabe como son, es una raza demasiado complicada y que hay que mantener bien vigilada— se llevo la mano al corazón— Estoy aquí solo porque mi muchacho en realidad la ama, incluso para dejar de lado su vergonzoso origen y tomarla como pareja, usted sabe como son estas cosas de los vínculos—Suspiró poniendo su mano dramáticamente sobre su corazón, ¡Ja! Como si tuviera uno.

Astra se estaba conteniendo, Orión lo sentía rasgar su piel rogando por salir, se tenia que contener o el hombre delante de él terminaría hecho trizas, su espalda se tenso un poco y  unas pequeñas motas amenazantes volaron en el aire. Fue suficiente para que los escoltas tomaran una posición mas rígida, alerta. Ese pedazo de intento de gato creía que podía hablar de su preciada zorra como si fuera menos ¿Una especie penosa? Su mujer era una jodida diosa. Entonces su mano deslizo al botón bajo el escritorio, ese que avisaba la futura entrada.

El plan esta apunto de estallar y el gato consiguió todos los ratones.

— Claro que se como son las cosas señores Veild— Se levanto por fin de su asiento y todos con él, james no se movió pero los invitados dejaron su asiento como resortes nerviosos, rígidos, sudorosos— Pero me temo que ahora tengo muchas más preguntas que antes, vera es que para mí ninguna especie es penosa— el repudio se palpaba en la oración, estaba claro para Slavion que había metido la pata hasta el fondo, eran de esos que creían que todos éramos iguales.

La puerta del despacho se abrió, el señor Slavion quedo completamente frio en su lugar cuando miro en dirección a esta, las cejas de Asher fueron al cielo, los escoltas presentes claramente sabían de quien se trataba, habían compartido con ella clases desde la infancia, el albino por fin se permitió soltar su carcajada retenida y un Orión miraba con jodida fascinación a la mujer que entraba con total propiedad en su cara en el portal, Phoebe llevaba un vestido en forma cuadrada color esmeralda, le quedaba como un jodido guante y era corto, lo suficiente para seguir siendo decente pero también para embobarlo, sus rizos estaban perfectamente definidos y sueltos, esos tacones de aguja rojo le quedaban bien, podía acostumbrarse a verla así se convenció. Sus piernas son un infarto con esos zapatos.

—Mi amor, por fin— Las palabras no salieron de Orión, si no de un Asher claramente nervioso y en algún lado de la sala las risas de James revolotearon.

Phoebe sonrío dejando ver sus preciosos dientes decorados por el labial rojo que la acompañaba — Cariño, te he estado buscando— avanzó, Asher suspiro aliviado y abrió sus brazos pero esta lo quedo mirando a medio camino, deteniéndose para que viera muy bien la expresión de asco que le dedicaba. Tomo su cabello y lo sacudió hacia atrás, dejando ver su hermosa marca plateada, también las marcas de chupones y dedos que adornaban su cuello, su hombro, el inicio de sus pechos. El jadeo de Asher resonó en el lugar, el señor Slavion estaba anonadado, incluso los escoltas estaban sorprendidos. Entonces siguió caminando hacia su Alfa, para que este la tomara de la cintura atrayéndola.

Estaba entre los brazos correctos.

— Disculpen señores, les dije que tenía una mujer demandante— anunció con burla Orión, besando el cuello de su mujer ante la atenta mirada de los presentes— Justo a tiempo, como siempre— Phoebe asintió sonriéndole, dejando calentarse en la presencia de su vengador.

Ella sabia que todo saldría de acuerdo al plan, iba a disfrutar de engañarlos, de que pagaran.

— ¡Ella! Esto tiene que ser una equivocación, ella no— Slavion había perdido la compostura unos segundos, su ira por ser engañado, había sido atrapado sin embargo se dijo que podía salvar la situación. Paso las manos por su cabello, arreglándose y soltó aire tratando de contenerse.

— No hay ninguna equivocación señor Slavion. La mujer que están buscando, quien ustedes han dicho que es compañera de Asher no es nada mas, ni nada menos que mi mujer. Mi compañera, mi vinculo— los miro con seriedad— Espero tengan una buena excusa para venir por mi mujer, una excusa para mentir sobre a quien le pertenece o tal vez un milagro—recitó burlesco el final.

Slavion apretó los puños, iba a hablar pero Asher le gano la palabra.

— Es imposible que sea tu compañera, ella es un zorro, ellos no tienen compañeros— El asco y las palabras acusatorias no inmutaron a Phoebe quien ya había escuchado eso tantas veces, hasta incluso empezar a creerlo, creer que ella no era mas que basura— Su mejor oportunidad siempre fue ser una- —

El gruñido gutural retumbo en la sala. Y los presentes tragaron saliva con fuerza.

— Termina esa oración y te arrancare la cabeza niñito— la voz del hombre ya no estaba presente, era la bestia, su bestia pensó una Phoebe complacida con todo. Astra había salido al campo y los brazos de cierto alfa eran ya garras, manos repletas de un vello negro y espeso, eran sus herramientas de masacre.

— Señor Astra pensamos que ella era de mi hijo, nos equivocamos. Mi hijo estaba dispuesto a unirla a él es solo eso, nos iremos si nos dan cualquier otra Omega como compensación— todo fue un atropello de palabras en los labios del encanecido león, estaba aterrado, tratando de salvarse el pellejo.

Astra se carcajeo, profundamente. Era tan abstracto, animal y encantador para la Omega en la sala que no pudo evitar sentir un poco de calor por él— ¿Tomar otra Omega? ¿Dispuesto a unirla? Hasta aquí sus mentiras pequeño ratón, se lo que le intentaron hacer a mi Omega, tengo el conocimiento de las burlas, maltratos y castigos hacia mi mujer. Sera muy interesante para el consejo enterarse de que tenían un harén de Omegas, de futuras compañeras de cualquier Alfa— Slavion palideció mientras su hijo se ponía rojo de la ira— Pero estoy dispuesto ha ser piadoso—se miro las garras fingiendo desinterés, era un buen actor.

— Eso no te concierne, ni a ti ni a nadie—grito el joven Asher, en su imprudencia miro a fijamente a Phoebe con rabia — Eres una pequeña puta, me pregunto que hubiera pasado si Aeelen no llegaba ¿Le contaste a tu Alfa como llorabas cuando tenía mi verga en tu garganta?— Las palabras estaban llenas de odio, Asher tenia el ego herido y no sabia que estaba poniendo una soga sobre su cuello.

Phoebe palidecido esta vez, los recuerdos se le arremolinaron en el pecho. Había detalles que no mencionó, la bilis se le estaba subiendo por la garganta y el asco, aun así no se permitió flaquear, miro fijamente con suficiencia al hombre y trago con fuerza, su único miedo era la reacción de Orión.

Astra camino con tranquilidad hacia Asher, Slavion se aparto. Dio por pedida la pelea. Tenía mas hijos, este sin importar que fuera su sucesor no merecía ser defendido menos cuando había sido tan estúpido como para desafiar a alguien como ese hombre, Astra sonrió con suficiencia al darse cuenta del abandono del padre por su cachorro—Mira, tu padre te ha abandonado—se burlo— Arrodíllate— Las garras de este se posaron en el hombro del chico, hundiéndose lentamente, haciéndolo gritar.

— ¡Papá!— Asher miro a su padre cargado de esperanza, era su hijo el no lo abandonaría ¿o si?, entonces espero y así se quedo unos segundos, esperando algo que nunca llego, entonces se trago el orgullo y con dolor comenzó a descender hasta estar sobre sus rodillas, el sonido de estas hizo estruendo como si la caída de ellas anunciara a los cuatro vientos su fracaso. Los escoltas no lo ayudarían si su padre no daba la orden, su ropa empezaba a empaparse de sangre.

— Phoebe, mi amor—La miro y sabia que esta estaría nerviosa por la declaración nueva. El se encargaría luego de eso —Acércate— Miro al joven, sacando lentamente sus garras de su piel, llenándose con su grito en respuesta— Ahora, maldito mocoso vas a pedirle. No, vas a suplicarle a mi Diosa que te perdone, que te perdone por siquiera creer que mereces tan siquiera respirar el mismo aire que ella— Orión soltó una pequeña risita al ver la cara de miedo de este y otra mas cuando vio a su mujer acercarse pero la preocupación lo invadió al sentir su vinculo, algo dentro de su Omega estaba lleno de tristeza, de asco, de culpa.

Phoebe tenía la cabeza perdida, la escena delante de ella no era lo que veía si no los recuerdos que la invadían.

Flashback

Mis pies se sienten ligeros sobre la arena, me gusta como el sol hace presencia este verano, tan cálido, las personas siempre son más felices en verano. Las mejores flores, los helados, los días de nado, es como si toda la magia se estancara en una estación del año solo para ver a todos felices. Tal vez sentía que era mágico mas que todo por mi cumpleaños, claramente era en alusión al día que me encontró Aeelen pero no me importaba, el verano comienza con mi cumpleaños y el resto de esos meses no puede arruinarse por nada del mundo. El grupo de chicos frente a mi llamo mi atención, eran los gemelos esspelm, su hermanita Nuk y el sucesor Asher parecían entretenidos y mis pies se movieron por mi en su dirección.

— ¿Qué están jugando?— la pregunta escapo de mis labios antes de que lo pensara demasiado, se que a ellos no les agrado del todo por los rumores de los mayores pero aveces era como si se les olvidara y me permitían jugar con ellos. Como la semana pasada, jugamos quemados, lastimosamente fui mala jugando y termine con muchos pelotazos sin embargo fui mejor en las escondidas, les gane, no pudieron encontrarme hasta ya muy tarde y acabe por irme a casa. Aeelen se había enfadado tanto, estuvo buscándome por horas hasta que le explique la situación y me dio galletas de ganadora.

Nuk me sonrió, entonces uno de los gemelos olisqueo en el aire en mi dirección y también me sonrió— Oh, nos falta un jugador. Estamos jugando al tesoro pirata, esconderemos algo y el primero que lo encuentre gana— No diferenciaba si era Filip o Pilif pero aún así asentí en su reacción emocionada.

— Entonces ¿Puedo jugar?— pregunte ilusionada, balanceando mi pie ansiosa.

— Claro que puedes jugar roja, que te parece si vas en mi equipo— Asher propuso en mi dirección, roja; el siempre me llamaba roja. Entonces me detuve a detallarlo, su cabello rubio casi castaño estaba bastante largo y cargaba sus típicos jeans negros pegados al cuerpo con una camiseta de banda. Creo que es demasiado cool, siempre hace lo que quiere y contrario a ser un alfa ancho y malvado, es delgado y callado. No es como su padre, incluso en los quemados siempre fallaba la bola hacia mi. Es un buen chico y un buen amigo.

— Eso estaría bien, si. ¿Cuál es el tesoro?— los chicos se miraron entre ellos y Asher saco una pajuela de su bolsillo. Asher tocaba el bajo, tenia de esas cosas por toda la casa de la manada, incluso me regalo una alguna vez. Eso fue cuando le dije que tenia un ukelele y aunque no era rock, podía tocar muy lindas melodías, entonces el se entusiasmo y se lo enseñe, pasamos horas esa tarde tocando juntos.

—Nuk esconderá la pajuela, el juego solo es valido dentro de la casa de la manada. Es lo suficientemente grande— Entonces Asher le paso la pajuela y asintió en su dirección, Nuk no tardo en salir corriendo. Para ser tan pequeña era muy rápida, no tardo en desaparecer.

—¿Por que mejor no haces equipo con Filip y yo con ella?— El que asumo era pilif propuso mientras me sonreía, es extraño jamás los gemelos habían querido hacer equipo conmigo entonces un pequeño dolor me invadió unos momentos en mi abdomen distrayéndome y mi cara se arrugo un instante, pero lo deseche había estado sucediendo todo el día, debí comer algo que me puso mala luego le diré a mama que me haga un té. Siempre me pongo mala luego de comer tantos dulces.

— No, como futuro Alfa yo escojo con quien jugar. Además, soy el mayor y ella la menor así las cosas serán justas— Y era cierto ambos gemelos rozaban los catorce mientras Asher ya tenia dieciséis la única chica era yo y Nuk quien tenia solo ocho.

Entonces mis ojos fueron a la casa principal, estaba vacía porque era día de descanso era el lugar perfecto para jugar hoy. Los domingos la manada sale a correr o hacen reuniones y asados fuera de las casas, es bonito de ver sin embargo nunca voy a una porque no le caigo bien a los adultos, nana dice que ellos se lo pierden.

— ¡Esta listoooo!— Nuk grito desde la entrada, entonces la mano del alfa deslizo en la mía y el dolor en mi abdomen volvió a aparecer, fui arrastrada por el enérgicamente dejando a los gemelos atrás, un pie tras otro rápidamente y me sentí cómoda, le apreté la mano de vuelta y la sonrisa se instalo en mi rostro, estaba feliz, feliz de formar parte.

Nuestros pasos se sentían por todo el lugar, revisamos la sala pero no había nada, luego el cuarto de juego, nada. Fuimos a los baños de arriba y nada. Estaba empezando a desesperarme, no quiero perder y que Asher piense que es por hacer equipo conmigo, que soy una portadora de mal augurio, una perdedora.

— Dios, debimos decirle que no escondiera nada en el segundo piso. Ya es bastante grande abajo para algo tan pequeño— me queje resoplando mientras empujaba mi corto cabello detrás de mi oreja.

Asher me miro y tomo mi mano de nuevo, eso me revolvía el estomago— Ven, se donde esta esa cosa— Entonces solo hice lo que me decía, subí las escaleras pegada a él.

Abrió la puerta de su cuarto y ambos entramos, olía extraño, todo el lugar apestaba como a revistas de un consultorio. Los poster llenaban las paredes y contrario al desorden que esperaba ver, todo se veía sumamente puesto donde debería, quien imaginaria que el futuro alfa fuera tan organizado, su cama tenia sabanas azules y había una cómoda a su lado llena de cremas y sobres cuadrados.

— Roja— murmuro y entonces sus ojos ámbar ahora estaban mas oscuros, su cabeza se agacho hasta mi hombro y eso que el era mucho mas alto que yo.

— ¿Estas bien, te duele algo?— le pregunto preocupada, creo que tengo que traer a mi abuela si se siente mal.

— Si— Tomo mi mano entre la suya, poniéndola en su estomago— Me duele aquí roja— luego la deslizo bajo su ropa, estaba caliente y algo dentro de mi se retorció con dolor.

— A mi también me duele allí, si quieres puedo decirle a mi abuela que nos haga un té. Esos me ayudan cuando me siento así de mal— debe ser algo viral si ambos nos sentimos así.

— No, ¿sabes porque me duele así? Me duele porque no te das cuenta— Sus manos me empujaron desde los hombros y caí del culo contra el suelo, mi vestido de vuelos amortiguo un poco la caída pero igual había dolido.

— ¡Ay! Asher eso no es divertido— me queje mientras, lo veía ponerse a mi altura, algo en el ambiente empezó a oler distinto, picoso y desagradable. Se me revolvían las entrañas como cuando en una película de miedo la sangre brota por todos lados y solo quieres esconderte bajo la manta.

— Eres mi compañera Roja, ¿No lo sientes?— las manos de el apretaban ahora mis hombros y luego fueron a mi cintura.

— Ehh, no. ¿Este dolor es porque eres mi compañero?— No deberíamos sentirnos así por un vinculo, la maestra Prosa dice que es como mariposas en el estomago, a mi me duele como si me estuvieran pateando. Era muy incomodo. 

— Lo eres, eres mía.—Se acercó— Tienes la edad suficiente Roja, ahora tienes que dejarme ser tu alfa— las manos de el fueron a mis muslos, moviéndolos de arriba a abajo, me hacia sentir muy extraña y el dolor seguía creciendo, sentía calambres en mi zona baja y el rubor me estaba calentando la cara.

— ¿Te refieres a la mordida? vas a morderme entonces— afirme lo ultimo de manera dudosa, la verdad es que no entiendo bien todo estas clases eran nuevas y no habíamos pasado de la mordida de unión. Además, no creo que quiera un compañero. No si duele así en mi estomago tener uno.

— Si Roja, también hare algo mucho mejor. Te va a gustar confía en mi— se levanto delante de mi, sus manos fueron al botón de su pantalón y yo comprendí que haría, así que tape mis ojos con mis manos lo mas rápido que pude. Hay partes que no se comparten, esa era uno de ellas.

— Asher por favor, cúbrete. No esta bien enseñar tus partes privadas— El nerviosismo me estaba ganando ¿Por qué se desnudaría ante mi?¿Porque huele de esa manera tan desagradable? ¿Por qué me duele tanto que me toque? No creo que este bien nada de esto, lo siguiente que siento son sus manos quitando las mías con brusquedad.

Tengo miedo.

— Deja de comportarte como una maldita mocosa, eres mi mujer y responderás como tal— Mis ojos se abrieron de par en par, Asher jamás me había hablado de esa manera y entonces lo vi tenia su pene rojo y extrañamente erguido, me dio mucho repele, el estomago se me revolvió, huele espantoso.

— No Asher, creo que te estas equivocan— La cachetada freno todas mis palabras, mi mejilla me ardía y mi cara quedo volteada por completo, las lagrimas empezaron a brotar, ¿Por qué me golpea? ¿por que me siento así? ¿Por qué estoy estática? quiero correr pero estoy asustada.

— Tienes la edad suficiente para cerrar el trato Roja, ahora obedéceme como tu pareja y abre la maldita boca antes de que te la abra a fuerza— grito sosteniendo mi cara para que lo mirara, tenia su cosa tan cerca de mi que quería vomitar, quiero correr pero solo se me escapa un sollozo, mis piernas están temblando y hago lo que pide, abro mi boca — Si llegas a morderme te matare ¿Escuchaste? haré que echen a tu abuela— Abrí sin rechistar, mientras cerraba los ojos para no ver.

Se movía dentro de mi boca, sabia amago y asqueroso. El movimiento de sus caderas me hacían tener arcadas, sentía mi comida subir por mi garganta y bajar, mis lagrimas escapaban con sollozos. No quiero esto, pero si lo muerdo, si hago algo el va ha echarnos, mi abuela me va a odiar, ella es todo lo que tengo.

— Eso, ves. No es tan difícil— Mis lagrimas crecieron con esas palabras, me siento muy sucia, demasiado sucia y entonces un liquido amargo me llena la boca hasta al fondo, esta caliente y me ahogo mientras toso. El solo sale de mi y se ríe, y yo lloro. Sollozo descontroladamente.

Mis ojos están nublados por las lagrimas y escucho la puerta abrirse, la voz de mi abuela esta allí pero yo no puedo ver nada, estoy vomitando. sacando todo de mi sistema.

fin del flashback

Después de eso la Omega mas nunca uso el pelo corto, mas nunca dejo que nadie la llamara Roja, nunca mas jugo con esos despreciables niños y odiaba con todas sus fuerzas cualquier olor a revistas. Phoebe estaba absorta en sus sensaciones entonces parpadeo un par de veces al escuchar una voz, tenía a orión sujetándole las mejillas limpiando una lagrima fugitiva. El la amaba, ya todo quedo atrás, ya nada podía tocarla.

— ¡Por favor! ¡Por favor piedad!— suplicaba el hombre de rodillas contra el piso — Perdóname ¡Perdóname! Te juro que no quería, perdóname Roja—gritó Asher seguro de que ella era una mujer piadosa.

Roja. Roja. Roja. Sus manos fueron a su cabeza callando los ecos y su mirada paso por el lugar, deteniéndose en un pequeño trofeo en una repisa era de una bola de futbol sostenida por un hombre tenía la maldita forma perfecta.

Orión estaba desconcertado, la ira que brillaba atraves de ellos lo dejaba pasmado, lo que sea que había dicho ese chico firmo su sentencia, vio a su mujer tomar uno de los tantos premios de la estantería de James, Slavion abrió los ojos de par en par y eso solo ponía mas nervioso alfa ¿Iba a matarlo con eso? Su mujer no era una asesina, no era malvada, no era lo que estaba presenciando ¿Qué le había pasado? No importa, dejaría que ella hiciera lo que creyese conveniente. Siempre apoyaría cada decisión aun si el no estaba en el plan.

Asher miro a la mujer entendiendo lo que pasaba por su cabeza— No. No. No. ¡Por favor!— suplicaba ahora con lagrimas, lloraba como un niño como el niño que había sido ella. Ella también había querido que todo parara.

Phoebe se carcajeo — Cállate Asher— Entonces su mano fue a la mejilla de él, volteándola en una bofetada y este miraba alucinado a la nada, después de tantos años aún lo tenía tan presente— ¿Cómo era que seguía la oración? Ah, si. Tienes las edad suficiente para cerrar el trato Asher, ahora abre la maldita boca antes de que te la abra a la fuerza— imito su tono de voz en aquel entonces, la sala quedo en silencio. Todos entendieron el contexto después de la declaración que había hecho el chico minutos antes, Orión veía a la Phoebe que merecía su venganza, a la herida y lo odiaba. Odiaba lo que la había llevado a recordar cada palabra tan claramente— Si llegas a intentar morderlo te matare ¿Entiendes? Echare a tu abuela, digo. Dejare que maten a tu padre— La risa se apodero de la voz de Bee, estaba en frenesí se sentía viva.

La imagen de la mujer que tenían delante no era la típica Phoebe de siempre, no era débil, ni frágil, era una arma mortal, una con un rostro angelical y tacones rojos. Era la diosa de la muerte, la jodida dueña de la parca quien servía solo para que todos estuvieran a sus pies.

Asher chillo un poco y vio hasta su padre quien le negó con la cabeza, no iba a salvarlo. No si eso lo ponía en peligro, los gemelos no se movían, nadie iba a ayudarlo entonces abrió la boca con resignación y sintió como el gran metal se deslizaba con fuerza por dentro de esta, haciéndolo llorar, sentirse ahogado, sentía la arcada viniendo a el y como su saliva llenaba el objeto— Ahora que seguía, dios que difícil recordarlo— empujo mas fuerte dentro de su garganta escuchando un sollozo y viendo a su tráquea poner resistencia — ah, si. Eso, ves no es tan difícil— entonces movió el objeto frenéticamente, un par de minutos. Asher era todo baba, lagrimas y un poco de su propio reflujo ¡puaj! entonces hundió mas allá de lo que el o cualquiera podía aguantar y se escucho un crack expandirse por toda la sala, sin embargo no la detuvo empujo con todo hasta el fondo. Le había roto la garganta, entonces por fin se aparto de el un par de pasos.

Observaba su obra maestra, sin ningún tipo de remordimiento, ni siquiera asco ante los movimientos desesperados que hacia el chico por sobrevivir. Eran tan molestas sus quejas en busca de aire, tan irritante, que la Omega no pudo evitar pensar que seria mucho mejor que muriera con dignidad, callado.

— Supongo que estamos a mano, Asher— Bee se volteo, tenia la atenta mirada de su pareja sobre ella pero no quería llorar, no delante de esa gente, luego se permitiría el repelús de la mirada de Orión, había recreado toda la escena pero contrario al desapego que esperaba de su hombre, sintió los brazos de este rodearla un segundo después.

No me abraces, no quiero derrumbarme.

Claramente no lloraría de pena por Asher, lloraría porque Orión conocía lo que sucedió, lloraría por la frustración. Lloraría porque si y porque no, la verdad era que nada estaba demasiado claro para ella en ese momento.

— Esta bien mi reina, hiciste lo correcto. Estoy orgulloso de ti— La voz contra el lóbulo de su oreja la dejaba tranquila, la llenaba de paz entonces también escucho la vibración, ese ronroneo hecho para calmarla y se permitió cerrar los ojos, sus piernas fallaron pero fue sostenida. Siempre era sostenida por él, Orión daba siempre pasos por los dos cuando ella ya no podía.

Era una maldita con suerte, alguien, alguno de los dioses sea donde sea que estuvieran nunca la dejaba sola. Tenia a Aeelen y ahora Orión, tenia todo lo que necesitaba.

El Albino decidió intervenir, el pensaba que ya era demasiado para Phoebe. Demasiado para él incluso luego de ver eso, estaba asqueado por los hombres que invadían su territorio, asqueado por la clase de personas que se hacen llamar Alfas, asqueado porque no podía dejar de pensar que Megan una vez fue Phoebe y la rabia lo estaba consumiendo otra vez. Pego un sonido parecido a un grito, extraño y animal, un sonido demasiado mandril entonces aparecieron Darren y Ashton quienes habían esperado pacientemente todo el tiempo.

Ninguno de los chicos se impresiono por el hombre en el suelo, estaban acostumbrados a la sangre, las entrañas, los gritos, que la escena delante de ellos era por mucho para estar agradecido fácil de limpiar. Ambos solo esperaban instrucciones de su general pero este estaba ocupado así que no les quedo mas remedio que ver a James a la espera.

— Apresen a Slavion hasta que llegue el representante del consejo— ladro la orden el albino— El par, interróguenlo, que les digan si hay cualquier cosa que sea ilícita sobre la manada— suspiro, tomando su frente entre sus dedos masajeándola—Sáquenlos de mi vista—

Ninguno de los gemelos forcejeo, amablemente extendieron sus manos y fueron en son de paz. En cambio Slavion apretaba sus puños con demasiada ira, pero el lema del león era jamás pelear sin su equipo. Tenia mas hijos, muchísimos más, la perdida del primogénito no ameritaba un escandalo, pero si el trato que le estaban dando, sin embargo, decidió sabiamente esperar al consejo, sabia que podía engatusar a alguien mas susceptible y que no tuviera una mujer llena de odio por él. Después de todo era la palabra de una zorra contra un respetable Alfa para el consejo.

Phoebe abrió lentamente los ojos cuando sintió que todos por fin abandonaban el lugar, la molesta sensación en su vientre de dolor la incomodo. Había estado teniendo calambres desde esa mañana, como si hubiera hecho abdominales y estaba cansada, sus ojos fueron a los preciosos azules frente a ella.

—he dado un espectáculo ¿No?— La bromita salió de sus dulces labios desganoza y tuvo que contener arrugar su nariz ante el desagradable olor de Asher en el ambiente.

Orión se carcajeo, levantándola como a una princesa—No tienes una idea, fue un jodido circo entero— recostó su cabeza sobre ella y camino saliendo del apestoso lugar, pasando por al lado del cuerpo como si no fuera mas que cualquier mierda atravesada de un animal cualquiera—Me encanto, debería llamarte Kore en vez de manzanita—hizo alusión al la diosa de la muerte, quien gobierna gustosa junto a plouton.

Soltó una risita —No me importaría llamarte mi dios— le siguió el juego, estaba agradecida de ahora sentir el aire pasar alrededor de ellos, Orión los había llevado fuera de la casa, por la parte trasera hacia el viejo sendero del jardín al bosque.

—Oh no, mi diosa. Tendrías que llamarme Morta porque lo único que hare es llevarte cada alma que me pidas— le aseguró, no le importaría ser el barquero que le entregue cada atisbo de vida que ella deseara.

—Eres un tonto, Orión ¿Dónde me estas llevando?— preguntó curiosa pues sentía que cada vez se adentraban mas y mas, los cálidos los llenaban y la tarde estaba fresca. Eran un hombre y una mujer vestidos como para una gala super elegante y el allí estaban, rodeados de las ojos otoñales que avisaban que la nieve pronto cubriría cada parte.

Era precioso, los colores, los olores. El rojo, el amarillo y el naranja inundando el universo. La belleza ante la muerte que se avecinaba en cada árbol, morir para renacer, tal vez esa podría ser su nueva estación favorita. Ella podría ser un árbol en pleno otoño, desasiéndose de cada hermosa hoja, enfrentándose al duro invierno y luego floreciendo en todo su esplendor. Siempre creyó que era un flor, una delicada destinada a perecer, pero ahora, estaba segura que era un duro y resistente manzano, uno que le pertenecía a un niño de ojos azules para que reposara bajo su sombra.

—Es una sorpresa mi amor, te llevo a la mejor sorpresa—

Orión ya era su mejor sorpresa.

N/A: ¡Oh Dios Mio! Ame este capitulo, espero lo disfruten tanto como yo.

Capitulo dedicado a:

arixnikki-1420

HeartfiliaDeDragneel

babbydedaddy


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