MADDIE
Han pasado casi dos meses desde que todo pasó, Mía se ha convertido en mi mejor amiga, casi siempre salimos nos vemos después de la universidad, y hasta hemos trabajado juntas.
Llegue de trabajar, el día fue agotador Mia tiene nuevos proyectos, también ha estado trabajando con su padre para su nueva campaña.
Quería descansar, pero al llegar veo a Malia esperándome fuera de la casa.
—Maddie que bueno verte — llega a saludar.
—Hola Malia, ¿Todo bien? — cuestiono al verla preocupada.
—Ay cariño Valdemir Spencer está en la sala esperándote, el abogado e Ian. —me hace saber.
—Supongo que es por el asunto del porcentaje de la empresa. —digo.
Inhalo molesta y me adentro a la casa.
—¡Buenas tardes, señores! —saludo.
Veo a Ian, lleva tanto tiempo sin verlo, lo último que supe es que se había ido de viaje, al parecer todos necesitábamos escapar de esta ciudad.
Se ve un poco diferente más mayor, quizás es la barba que se ha dejado crecer.
—Buenas tardes Maddie, lamentamos venir sin avisar. — devuelve el saludo él.
—Hola Maddie, estábamos esperándote —habla Valdemir invitándome a sentarme en mi propia casa.
— ¿A que debo la visita? —interrogó.
—Verás Maddie, creo que ha habido un error y el notario se equivocó al redactar la propuesta de la venta de tus acciones. — explica Valdemir
—¿Así? En que se equivocó— pregunto curiosa.
—Bueno la cantidad que pides por las acciones es absurda, sabes que hace unos meses estábamos en malas condiciones no podemos pagar todo esto, menos por acciones que era nuestras. —Habla molesto.
—¿Crees que soy tonta? — pregunto molesta.
—¿Disculpa? —Interroga desorientado.
—Sí, claro que sé qué hace unos meses estabas en problemas por mal manejo de tus finanzas, sin embargo, también recuerdo la cantidad de dinero que invertí, solo estoy recuperando lo mío, y cobrando los honorarios del notario y administrador. Además, no vamos fingir que estas en mejores condiciones y menos que no tienes el capital suficiente. — Aclaro.
Me ve molesto.
Valdemir era un hombre irritante, exasperante machista, y en general desagradable.
—Por favor Maddie, tu ayuda fue muy generosa, pero al amor tonto que mi hijo te tenía lo cegó para entregarte una parte de nuestro patrimonio. — habla caminando a mí.
—Así es, pero el trato siempre fue contigo, hay un contrato de por medio, me gustaba las cosas legales y balanceadas, no querías verme la cara Valdemir, no más quiero más tus acciones, así que decide. Las compras tú o se las vendo a alguien más —Advierto.
—Escucha Maddie he sido paciente, esto no es un juego, solo eres una muchachita encaprichada que juega a empresaria, pero nada más así que lleguemos a un acuerdo para que te puedas deshacer de ellas. — habla con media sonrisa.
Me carcajeo en su cara.
—Una muchachita caprichosa que te salvo de terminar hundido y quizás hasta de ir a prisión, ¿Sabes que sucede? — digo llamando su atención, está furioso —No soportas que una mujer, o una muchachita como dices, tenga mejor manejo en las finanzas que tú, no vengas a subestimarme a mi casa ni a mí, ni a mi capacidad. — encaro.
Le hago frente miedo no le tenía, era un ridículo, debería estar agradecido, era un tacaño, pero también solía derrochar el dinero a su gana, luego busca a quien culpar por su mala administración.
—Creo que hablaré con tu padre, ya que parece ser un asunto de negaciones y entre hombres nos entendemos mejor. —habla con alto ego.
Le doy media sonrisa.
—Te diré algo: no vuelvas a subestimarme porque soy capaz de hacerle saber a tus socios lo que realmente las con sus inversiones — amenazo. —Mañana te buscará mi abogado y te hará una nueva oferta la tomas o le vendo a alguien más esas acciones— Advierto.
—¿pero ¿qué te has creído? —grita molesto.
—Soy tu socia te guste o no, y me vas a respetar como tal — hablo al mismo tono que él.
—Solo estás jugando o ¿qué? ¿Es una venganza porque Ian te dejo? —Cuestiona.
—No tengo tiempo para tal estupidez, deberías darme las gracias, porque gracias a mi puedes seguir disfrutando de una vida digna, pero seamos sinceros Valdemir, podría comparte tu compañía en una abrir y cerrar de ojos, juego a ser empresaria, pero ¿Adivina qué? Soy mucho mejor que tú — hablo.
Me observa molesto, seguro esta maldiciéndome.
Era un hombre obstinado y machista que siempre buscaba imponer su voluntad, pero el a mí no me intimidaba.
—Sabe por dónde está la puerta señores —digo señalando la salida.
Escucho su bufido de enojo, empieza a tomar sus cosas para irse junto al abogado.
Ian me observa por unos segundos.
—¿Es venganza? —cuestiona.
—Ay Ian, tengo cosas más importantes que andar vengándome— respondo.
—Lamento que mi papa te falte el respeto. No estoy de acuerdo, mi familia y yo estamos agradecidos contigo Maddie— habla.
—Quieres un consejo Ian, independízate no necesitas a tu padre, él te subestima porque sabe eres más audaz que él y le aterra que el resto lo vea. —confieso.
Él sonríe.
—Gracias Maddie y perdona buscare la manera de que obtengas lo que quieres, es justo — habla.
—Yo jamás haría algo que perjudicará a tu familia Ian, pero debes saber que, si no firma el acuerdo de compra y venta, no habrá trato y se las venderé a alguien más, incluso si me las quedo alguien más las administrara — digo.
—Lo sé, gracias Maddie — dice saliendo de salón
Este día había sido demasiado frustrante odiaba la falsa hombría del padre de Ian, era un grosero sin humildad.
Me di una ducha y me metí a la cama.
Noviembre suele ser un mes deprimente, me estiro de mala gana. Al pensar de ser sábado debía levantarme temprano.
Escucho pequeños golpes en la puerta.
—adelante —digo de mala gana.
—Buenos días niña —entra Malia saludándome.
—Hola Malia —devuelvo el saludo.
—Perdón que te moleste, tu madre me pidió que te avisara que te espera en el comedor en media hora, para desayunar —me hace saber.
—¿Qué? —cuestiono con asombro.
—Si niña, así que date prisa, date un baño y bajas —demanda.
—De acuerdo, gracias —digo levantándome de mala gana.
Me bañe, me prepare para ir a la firma del contrato después de desayunar con mi madre, bajo lento y sin ánimos.
Pero al llegar me llevo la sorpresa, Lexie se encuentra en su ex lugar. "con razón mi madre quería desayunar conmigo", pero al adéntrame vas me llevo una sorpresa más grande.
—¿Papa? —interrogo llegando.
—Buenos días cariño —saluda como si nada.
Sonrió para mí.
—¿lo llamaste? —cuestiono a mi madre.
—Buenos días hija —habla con sarcasmo.
—Buenos días mama —digo.
—Lexie— digo sin más.
No estábamos peleando, pero desde que se mudó, casi no habíamos intercambiado palabras, más que saludarnos, no estaba enojada pero no confiaba en ella. y lo sabía.
—¿No vas a saludarme? —cuestiona papa.
Sonríe y camino a él.
—No sabes el gusto que me da verte —digo abrazándolo.
—A mi también hija —dice.
Me invita sentarme, lo hago y Emilia empieza a servir el desayuno es incómodo.
Ya que Lexie se mantiene en silencio, en realidad todos los hacemos.
—¿Qué te trajo a casa papa? —cuestiono sabía que no era porque nos extrañara tanto.
—hablaremos de ello después del desayuno. —dice.
—Me encantaría, pero tengo una junta importante a las 10 —digo
—Descuida ya la cancele —dice sin preocupación.
Lo veo incrédula.
—Come, luego tendremos una charla como familia. —demanda.
No digo nada, no sé qué pasa aquí, pero me molesto.
Terminamos de desayunar, papa le pidió al personal que se fuera, las 3 permanecemos sentadas en los sofás en silencio.
—¿puedes dejarte de rodeos? Y decirnos que pasa— cuestiono molesta.
—estoy preocupado Maddie, hace meses tu madre me dijo que corriste a Lexie, incluso que no hablas con ella y la evitas, me ocultaste lo que paso con Ian, lo entiendo es tu vida privada, pero últimamente parece que has tenido muchos roces con tus amigos, además ayer me llamo Valdemir Spencer, diciéndome que por venganza hacia Ian, piensas vender las acciones que te dio y que de paso lo humillaste con querer comprarle la compañía, a tu madre no le parece la compañía con Mia, dice que te influencia ¿Maddie que demonios está pasando? —habla serio.
—Increíble ¿Es en serio lo llamaste para esto? —cuestiono a mi madre.
—Maddie, somos familia no podemos estar así —responde ella.
—Por favor mama, nunca hemos sido del todo una familia, tu siempre has tenido preferencias y para que miento también las tengo con mi padre. —digo.
—Maddie para, por favor no digas más —advierte mi padre molesto. —Me preocupo por ti, ¿dime que te sucede hija? —cuestiona bajando el tono.
—No pasa nada papa, estoy creciendo es normal, no quiero tener los mismos amigos, que me aleje de las personas que me hacen daño, eso incluye a mi madre y a Lexie, respecto a Mia, ¿Acaso no me conoces papa? ¿crees que no puedo tomar mis propias decisiones? Y Valdemir ese hombre es desagradable, un machista de mierda que me subestima ¿debo agachar la cabeza antes eso? —cuestiono.
—Claro que si hija, pero no podemos seguir así, pasare un tiempo en casa, no puedo seguir descuidándolo, son mi familia. —dice. — y con Valdemir llegaremos a un acuerdo y le pondré un alto.
—Ay papa, yo te adoro, pero para que nos mentimos, tu también estuviste ausente cuando más te necesitamos, ya no somos niñas papá, somos mujeres ninguno de ustedes estuvo con nosotras, crecimos con el personal, con Malia y Arthur como figuras paternas, ¿Cómo esperan arreglar eso? —cuestiono.
Jamás le había encarado cosas así a él, pero era tonto pensar que podía arreglar el desastre y la distancia entre nosotros de un día para otro, más cuando llevábamos años así.
—Maddie, sé que hay cosas que no podemos cambiar, pero estamos intentando repararlo. —dice.
Estoy en negación, me parece el colmo que mi madre lo llamara para esto.
—Escucha papa podemos jugar a la familia feliz si quieres, pero no nos engañemos hay cosas que ya no se pueden cambiar, me alegro que estés en casa, pero entiende que no puedes venir y tratar de reparar cosas que llevan años rotas. —digo saliendo de aquella habitación.
—Maddie espera —escucho a lo lejos pero no me detuve.
Me parecía estúpido todo esto.
Llame al abogado y sugerí que nos juntáramos con Valdemir, no daría mi brazo a torce con él.
Nos juntamos en mi oficina, al entrar veo su prepotencia.
—¿Y en donde está tu padre? —cuestiona.
—Negociaremos tu y yo, te guste o no. —hablo con vos desafiante.
Sonríe, sé que se burla.
Deslizo una hoja hacia él.
—Lo tomas o lo dejas, de igual manera ya tengo un comprador anónimo, que con gusto comprara estas acciones— digo.
—¿a qué juegas? —cuestiona furioso.
—A nada, soy una mujer de negocios y odio que los machos mediocres me subestimen. —digo.
—por favor Maddie, háblale a tu padre para que negociemos.
—No será necesario, ya estoy aquí —dice mi padre entrando a la oficina.
Stephanie levanta los hombros en señal de resignación, por dejarlo pasar.
—Harold que bueno verte, que bueno que podamos negociar entre hombres —dice con alto ego.
—Vine, pero a dejarte claro que mi hija tiene el control de todo, sabe perfectamente que hacer y no permito que nadie la subestime o desprestigie. —habla borrando su estúpida sonrisa.
Yo observo a mi padre y el guiña un ojo.
—Debe ser un abroma, es una mujer joven, ¿Cómo crees que tiene el control ella? —cuestiona molesto.
—Vuelves a desmeritarme y te mando a sacar, se acaba nuestro trato, te demando por la cantidad que invertí, interés y honorarios de los abogados, vamos a ver si sigues subestimándome — amenazo.
Estaba harta de su maldito alto ego.
—No sabes el gusto que me da que mi hijo se alejara de ti. —dice tomando la hoja y firmándola.
La desliza molesto.
—Mi abogado te hará llegar la constancia de la trasferencia. —habla tomando su portafolio y sale de aquella habitación.
Suspiro dejando salir aquella frustración.
—Bien hecho —dice sentándose en el escritorio.
—Por un momento pensé que me detendrías —digo.
—No Maddie, confió en ti, eres mi hija se lo que te enseñe, se la capacidad que tienes —dice acareando mi mejilla.
—No estoy feliz con esta situación papa, hablo de todo, pero es la única forma que encontré para defenderme —dejo salir frustrada.
—Lo se cariño, lo se vine porque realmente me importas y no puedo dejar que todo lo que ha pasado arruine tu bienestar. —explica.
Yo solo asiento.
—Le pedí a Lexie que regresara a casa, iremos poco a poco, no necesitas volver a creerle, ni justificar lo que ha hecho, pero debemos intentar estar bien Maddie, se lo mucho que te importa tu familia. —dice.
Yo solo asiento.
Me abraza con tanta fuerza y a la vez tan delicado como si me fuera romper.
SEMANAS DESPUES
Diciembre está llegando, las cosas han sido raras, pero tener a mi padre aquí me hace darme cuenta lo mucho que lo necesitaba.
Las cosas han mejorado si ha así se le puede decir, Lexie regreso a casa, hemos hablado un par de veces, nada profundo, con el Ian también nos hemos acercado, su empresa empieza a darse a conocer, finalmente decidió dejar de buscar la aprobación de su padre y le va mejor, Santiago y su padre han venido cenar un par de veces, no nos odiamos, pero seguimos distanciados, era mejor así, todo parecía marchar bien.
HOLAAA! DEJO EL ULTIMO CAPITULO DE LA SEMANA