El juego de quererte en secre...

By LadyJ-1711

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― No puedo fingir que no siento nada cuando te veo... ― Pues no lo hagas, no finjas, deja de quererme en secr... More

Lo que TIENES que SABER de ELIZABETH
El inicio de todo
Silencios incómodos
Apuestas y capitanes del barco
¿Hetero?
Celos y distanciamientos
La primera gala
Nuevos temas y nuevas emociones
Jugando a ignorarse
Tensión y discusiones
Nuestro secreto
IKAG
¿Actuación o realidad?
I like it
Academia de los ligues
Dilemas en la habitación
Juego del pintalabios
Should we kiss?
Noche de confesiones
Recuerdos dolorosos
El trío depresivo
Armonía de Navidad
¿Favoritismos o gobernada?
¿Beso?
Chistecitos de la pelirroja
Amigo invisible y despedidas
Feliz Navidad, supongo
Miedo
¿Verdad o reto?
Noche complicada
Inocente
Chiara, confía
¿Gustar o enamorar?
Una nochevieja especial
Charla con Noe
Crushes anteriores
El encierro afecta
Vaya galita
Sube la temperatura
Ay, el pasado
Radio Patio
Todo sea por el público
Lunes de expulsión
Escriurem
Ángel de la guarda
Elizabethazo
La maldición del piano
Ahorrando agua
Firmas moviditas
Verdadera familia
Empiezan semanas difíciles
Miedo al éxito
Playa y atardeceres
En ella, a ella
Operación Rescate
Animal maltratado
El encanto Oliver
Sentimientos encontrados
Vacía
¿Ruslabeth o Elirus?
Juntas
San Valentín
Reencuentros
El gran final
Nuevo hogar
La trucha al trucho
El banco
Mikel Ochoa
Terapia anti-traumas
Egoísta
Por primera vez
Un pulpo en una chalatería
La jarra de agua
Un año
C.E: Pancakes o Jasmine

Habrá sido el ángulo

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By LadyJ-1711

What are you waiting for? — Terminaron de cantar Violeta y Elizabeth, muy pegadas, mirándose a los ojos sin poder evitar sonreír. 

No era por echarse flores, pero ambas sabían que lo habían clavado. Se abrazaron con fuerza y cruzaron la pasarela chocando las manos con todo el público posible, para después abrazar a Chenoa mientras todos sus compañeros aplaudían, pues eran las últimas en actuar. Elizabeth estaba harta de ser siempre de las últimas, pues tenía que estar con los nervios todo el rato.

— ¡Pero que maravilla! — Les felicitó Chenoa mientras se sentaban en el sofá, ambas tratando aún de recuperar el aliento.— Y que guapas vais, madre mía.

Ambas rieron suavemente, Elizabeth llevaba una camisa completamente abierta con tan solo su sujetador debajo, y un pantalón realmente corto. Si alguien se había fijado en lo guapa que iba, esa era Chiara. 

Hablando de la pelinegra, ¿qué pasó después del beso? No pasó mucho, llegó la hora de irse a dormir y durmieron cada una en su cama, ya que aún no se atrevían a volver a pedirle a la contraria el empezar a dormir juntas. 

Y, durante aquel día, habían estado tan ocupadas ensayando cada una su canción que no habían tenido casi tiempo para hablar, por lo que tampoco habían podido hablar del beso. Ese beso, ese beso que significó tanto para ambas. 

— Bueno, hay un tema que yo quiero aclarar ahora.— Dijio Chenoa, sacando a Elizabeth de su trance.— Elizabeth, ¿tú y Chiara...?

Todo el público estalló en risas y Chiara se sonrojó completamente desde el sofá, escondiéndose un poco detrás de Denna, la cual estaba sentada a su lado. Estaban en el sofá de delante las dos, por lo que era más complicado de esconderse. La rubia solo podía reír al ver la cara de la pelinegra a su lado, completamente avergonzada.

Pero, la reacción de la rubia fue completamente diferente. Palideció. Y le entró miedo imaginándose a sus padres echándola de casa y no dejando volver a ver a ninguna de sus dos hermanas, o incluso algo peor que eso. Veía a sus padres, sobre todo a su padre, tan capaz de encerrarla en su cuarto y no dejarla salir de allí, o incluso enviándola a un centro de terapias de conversión, en varias cenas su padre había mencionado aquellos sitios, alabando sus técnicas y diciendo que debían llevar allí a todos los "desviados".

Elizabeth tragó en seco, todos esos pensamientos pasaron por su mente en cuestión de milisegundos, milisegundos que fueron eternos para la rubia. Suspiró de manera disimulada y su boca contestó por ella, sin casi poder ni pensar en lo que decir.

— ¿A qué te refieres?

Cuatro palabras, cuatro palabras que bastaron para que Chiara frunciera el ceño, sintiendo un pequeño puñal clavándose en su corazón. Cuatro palabras que fueron suficientes para Naiara y Ruslana para saber los pensamientos en la cabeza de la rubia. Cuatro palabras que hicieron que todo el país se quedase quieto, todos habían visto el video, no podía haber sido solo cosa de su mente, ¿verdad?

— Hay un video donde puede verse de lejos como Chiara y tú os dais un beso.— Explicó Chenoa, viendo como Elizabeth reía suavemente.

Que bien actúa la hija de puta  fue el único pensamiento que llenó la cabeza de Chiara al ver como Elizabeth reía. 

— Habrá sido el ángulo del plano, creo que ya se a lo que te refieres.— Ruslana compartió una mirada con Naiara, estaban preparadas para ir corriendo a donde Elizabeth si en algún momento se rompía.

Denna, por su parte, llevó una mano a la pierna de Chiara al ver el rostro de esta, tratando de darle apoyo. La granadina cada vez entendía menos a Elizabeth. ¿Estaría jugando con Chiara? No podía ser, lo veía en su mirada, se notaba en su mirada que estaba completamente enamorada de la inglesa, entonces, ¿por qué hacía algo así?

 — Fuimos a abrazarnos y giramos la cabeza hacia el mismo lado, pero no pasó nada más.— Negó Elizabeth, aparentando tranquilidad aunque en verdad se estuviera muriendo por dentro. 

Otra vez la estás fallando, estarás contenta recitó su consciencia, recitó algo que ella ya sabía, era por eso que no se atrevía ni siquiera a mirar a Chiara. 

Chenoa las felicitó de nuevo y las invitó a sentarse en el sofá, y fue ahí cuando Elizabeth miró hacia Chiara, la cual ni siquiera la miraba. Tenía una expresión algo triste, enfadada, decepcionada, y la francesa lo entendía perfectamente.

Pero no sabía por qué no era capaz de confesarlo. El miedo la cegaba, miedo a que sus padres la odiasen de verdad, eran sus padres, después de todo les seguía queriendo y el simple hecho de imaginarlos odiándola, echándola de casa, no volviendo a verles nunca... Le dolía, le dolía mucho más de lo que debería. 

Era como si el miedo actuase por ella, como si tuviese una barrera hecha de metal que le impedía o le prohibía abrirse, y además a todo eso podía añadirle el miedo a salir lastimada de nuevo, el miedo a volver a sentir las mismas sensaciones que la última vez, el miedo a abrirse con alguien equivocado, el miedo a volver a encontrarse en su cuarto a las cuatro de la mañana, con un ataque de ansiedad, creyendo que no era lo suficientemente buena como para que alguien se quedase a su lado pasase lo que pasase.

— Y, los nómadas favoritos de esta semana, son... 

De nuevo, se había quedado en trance. Tuvo que mirar a su alrededor y ver a Lucas para saber que había sido Alex quién se había ido. Y, fue entonces cuando vio la mala mirada de Martin hacia ella, haciéndole tragar en seco. A este paso iba a ganarse el odio del vasco, cosa que entendía a la perfección. Chiara no merecía todo lo que tenía que pasar por estar con alguien como ella. 

— ¡Elizabeth! — La rubia se levantó, otra vez, saber que le caía bien a la gente de fuera siempre le animaba, por lo que hizo un corazón hacia el público y le lanzó un beso a una chica que estaba en el público mirándola, la cual gritó al ver aquello, haciendo a Elizabeth reír. — ¡Martin! — El vaso se levantó con una sonrisa y agradeció de nuevo a todo el público.— ¡Y Chiara!

Chiara se levantó sonriendo, olvidando por unos momentos el tema de Elizabeth. Le había dolido, estaba claro, pero supuso que en esos momentos no podía hacer nada. Si Elizabeth se acercaba a ella, ya hablarían una vez estuvieran en la academia, a solas, sin cámaras grabando. 

— Y, el nómada favorito de esta semana es... — Masi sonrió suavemente y, a la vez que Chenoa, gritó.— ¡Chiara!

La pelinegra puso ambas manos sobre su boca, sin creérselo, hasta que fue abrazada por todos sus compañeros. Cuando sus compañeros se separaron, cruzó la pasarela, y, al llegar al otro lado, aún no se lo creía. ¡Era nómada favorita! ¡Caía bien a la gente! 

Empezaron a valorar, Violeta y Ruslana cruzaron, pero Denna fue propuesta para nominación, al igual que Álvaro. Bea también cruzó la pasarela y la siguiente en hacerlo fue Naiara, la cual allí le susurró algo en el oído a Chiara, la cual asintió suavemente y después ambas volvieron a mirar hacia el frente. 

— Yo quiero hablar con Elizabeth.— La rubia se murió de miedo cuando Buika dijo que quería hablar con ella.— Elizabeth, cariño mío de mis entrepechos, es la primera vez que hablamos, ¿no? — Elizabeth susurró un pequeño y casi inaudible "si".— Bueno chiquilla, pues, déjame decirte, que me pareces una artistaza de pies a cabeza.— La rubia suspiró, aliviada.— Siempre consigues cantar cómoda, sea lo que sea, lo haces perfecto. Tienes una voz única y una sonrisa que tienes que mostrarla más, porque sonrisas como la tuya valen millones. Así que cruza la pasarela chiquilla.

— Muchas gracias. — Susurró Elizabeth hacia Buika, con una amplia sonrisa.

Cruzó la pasarela chocando manos con todo el público, mientras trataba de que no se le viese mucho dada la poca ropa que llevaba. Al otro lado de la pasarela, Violeta, Ruslana y Naiara la recibieron con un fuerte abrazo, y Chiara se unió segundos después. 

— Lo siento.— Susurró Elizabeth en el oído de Chiara cuando las otras tres se separaron.

— Hablamos luego.— Fue la única contestación de la pelinegra antes de separarse.

...

Denna había quedado nominada junto con Paul.

Elizabeth no se podía creer que tendría que pasar otra semana con el miedo de que Denna se fuese la semana siguiente. Y, por si fuera poco, sabía que Chiara estaba enfadada con ella. O peor, decepcionada. 

Al llegar a la academia, Elizabeth se fue con Naiara para tratar de desahogarse y explicarse con alguien del por qué había dicho lo que dijo con Chenoa allí. Se acercó a ella en la cocina mientras hablaba con Ruslana.

— Es que tía has llegado y has dicho.— Habló Naiara hacia Ruslana, la cual había hecho un numerazo con Slomo.— ¡Aquí está mi coño! — Todos los presentes rieron y Naiara miró hacia Elizabeth, haciéndole una señal a Ruslana.

— Fíjate que antes quería matar a Chiara, pero es que tu también eres un poco tonta eh, tía.— Le dijo Ruslana, viendo como Elizabeth suspiraba. 

— ¿Solo un poco?— Preguntó Elizabeth, viendo como Ruslana soltaba una risa. Naiara puso una de sus manos sobre el hombro de la menor y señaló hacia las duchas.

— Le he dicho antes que te esperase ahí, que querrías hablar con ella.— Elizabeth sonrió y abrazó a Naiara con fuerza, sintiendo como esta se lo correspondía.

— Eres como mi ángel de la guarda, siempre que la cago estás tú ahí para ayudarme.— Susurró Elizabeth, y Naiara vio como Ruslana asentía.

— Es nuestra hermana mayor aquí dentro.— Añadió la pelirroja, la cual se había vuelto bastante cercana de Naiara cuando Omar se fue, pues la mayor había estado ahí para ella tanto como Elizabeth. 

— Por lo menos has dicho hermana mayor y no abuela.— Rió Naiara, haciendo reír a las otras dos.— Anda ve, que te estará esperando y va a empezar a pensar que le has dejado plantada. 

— Gracias. 

Fueron sus últimas palabras antes de ir a paso rápido hacia las duchas. Una vez allí, se paró delante de la puerta y suspiró suavemente, para después abrir y entrar allí, viendo como Chiara estaba sentada mientras miraba su móvil.

Al escucharla entrar la miró y se levantó del suelo, acercándose a ella con los brazos cruzados. Elizabeth mordió su labio inferior con algo de preocupación, preocupación que se convirtió en vergüenza al ver como Chiara la escaneaba al completo.

God you're so fucking hot. — Susurró Chiara, sintiendo que podría lanzarse a besarla sin que Elizabeth se explicase primero. La rubia, por su parte, se sonrojó, de nuevo. Le parecía increíble la habilidad que tenía Chiara de hacerla sonrojar en tan poco tiempo. — Bueno, ¿vas a hablar o qué?

— Lo siento.— Fue lo primero que dijo la rubia, viendo la cabeza ladeada de Chiara, la cual esperaba algo más.— Lo siento mucho, me morí de miedo. 

— Ayer me dijiste que le follasen a tus padres, hoy no te atreves a admitirlo.— Chiara parecía sacada de quicio, y Elizabeth no le culpaba.— ¿Quieres marearme o qué?

— No, no, no es eso, es que... — La menor suspiró negando suavemente.— No es lo mismo en la academia que en el plató. Vi a tanta gente y... pensé en las cosas que podrían pasar si lo decía, perdería a mi familia, Chiara, yo... Por mucho que me hayan hecho siguen siendo mis padres.

— Por Dios Elizabeth, alguien que te ha estado atosigando durante toda tu vida diciendo que lo que eres no es normal, que han sido capaces de golpearte y de insultarte y de dejar tu autoestima por los suelos no son tu familia.— Explicó Chiara, suspirando y cerrando sus ojos.— Se que es difícil. Bueno, no lo sé pero me lo imagino. Pero... Liz, aquí tienes una nueva familia. Que te va a apoyar en todo momento, hagas lo que hagas, pase lo que pase. No te pido que renuncies a tu verdadera familia, solo te pido que no dependas de ellos para tomar decisiones, ni para formarte a ti misma. Solo te pido que dejes de jugar a quererme en secreto. Porque... quieras que no duele un poco.

Elizabeth bajó ligeramente su cabeza, mordiendo su labio inferior. Chiara se acercó a ella y metió sus manos por dentro de la camisa abierta de la rubia, acariciando su cintura. Elizabeth la miró y, al ver como sonreía, se relajó. Chiara no quería atosigar a Elizabeth con lo mismo de siempre, sabía que la rubia necesitaba su espacio y distraerse, por lo que había decidido decirle lo que pensaba y después ayudarla a despejar su mente. 

— Tienes suerte de estar tan buena, si no te habría mandado a la mierda hace mucho tiempo.— Bromeó Chiara, ya que era algo que ambas sabían que no era cierto.

— ¿Solo me quieres por mi cuerpo, entonces? — Siguió con la broma la rubia, retrocediendo hasta chocar contra la pared, viendo como Chiara reía. 

— Sabes que sí.

Sin decir nada más, Chiara se lanzó a sus labios, en un beso rápido, acelerado, del cual ella volvía a tener el control. Las manos de la rubia viajaron a la nuca de Chiara, pegándola más a ella, necesitando sentir todo su cuerpo contra el suyo. Mientras tanto, las manos de la mayor viajaban de arriba a abajo por debajo de la camisa de Elizabeth, por la espalda. Hasta que, en un momento, se paró en el cierre del sujetador de Elizabeth, y ambas se miraron durante unos segundos.

Can I...?

Elizabeth, mirando con la boca entreabierta hacia Chiara, asintió suavemente, basando las siguientes horas en algo que Elizabeth denominaría como el mismo cielo, a pesar de haber visto a Chiara con una faceta que nunca pensó que vería, jugando con ella de manera extrema, dominándola, dejándola completamente temblando.

...

— Bueno... — Dijo Ruslana hacia Elizabeth antes de salir de la habitación la mañana siguiente.— ¿Qué tal la noche? — Susurró con burla, mientras Naiara se acercaba a ellas, le interesaba mucho esa conversación.

— ¿Qué...?

— Por Dios cariño, ¿por qué crees que nadie entró a las duchas mientras estabais en vuestro "momento de placer"?— Elizabeth enrojeció más que de costumbre, haciendo reir a Naiara y a Ruslana.

— Nosotras estuvimos echando a todo el mundo que se acercaba a las duchas, diciendo que Noemí nos había avisado de que estaban rotas.— Explicó Ruslana, alzando las cejas repetidas veces. — Así que de nada.

— Ay por favor, que vergüenza.— Murmuró la rubia, tumbándose en la cama y poniendo su almohada sobre su rostro.  

— Pero, entonces, ¿bien o no? — Interrogó Naiara, quitándole la almohada de la cara.

— Mejor que bien. — Dijo Elizabeth con una sonrisa, recordando todos y cada uno de los momentos de la noche anterior.

— ¿Folla bien?

— ¡Por Dios, Ruslana! — Exclamó Elizabeth, muerta de vergüenza, mientras la pelirroja reía y Naiara le golpeaba el hombro a la ucraniana. — No os voy a decir nada más, me voy a desayunar que tengo mucha hambre. 

— ¿No te sirvió con comerte ayer a la guiri?

— ¡Que te follen pelirroja teñida! — Exclamó Elizabeth saliendo de la habitación, donde por suerte solo estaban ellas tres, por lo que nadie más había oido todo aquello.

— Como Chiara a ti ayer.— Se burló Ruslana viendo como la rubia le hacia una peineta antes de salir por completo de la habitación, dejando a Ruslana riéndose en esta mientras Naiara negaba con una pequeña sonrisa.

...

— ¿Huyes de mí? — Preguntó Chiara hacia Elizabeth con una sonrisa burlona, la cual estaba dándole la espalda en la sala de los armarios, minutos antes del reparto de temas. 

No habían podido hablar en todo el día, básicamente porque Elizabeth cada vez que la veía se ponía nerviosa, le temblaban las piernas y se le olvidaba hablar.

— No es... no es eso.— Respondió la rubia sin aún mirarla. Chiara se acercó a ella y se puso a su lado, notando el color rojo en las mejillas de la rubia. 

— ¿Has decidido ya algo de lo de ayer? — Preguntó, haciendo referencia a lo de dejar de hacerle caso a su familia.

La rubia asintió suavemente, y suspiró, para después mirar a Chiara, con una pequeña sonrisa. 

— Sí... He decidido... — Miró a su alrededor y tomó la mano de Chiara.— Ven. 

La arrastró hacia una cámara y se puso delante, notando como esta empezaba a grabarlas, lo que le decía que los del directo las estaban viendo a ellas.

— Vale, a ver... ayer, Chenoa, debo admitir que te mentí un poco.— Susurró, con algo de miedo, pero las caricias en el dorso de su mano por parte de la pelinegra la tranquilizaban.— Si que nos besamos, no era por el ángulo.— Rió la rubia.— Y ahora, en directo, me gustaría... — Se giró hacia Chiara, la cual fruncía el ceño, algo confundida.— ¿Te gustaría que volviésemos a estar juntas? Es decir... Would you let me be your girlfriend again?

Chiara no se lo podía creer. ¿Estaba admitiendo delante de todo el mundo que le gustaba ella? Y, más importante, ¿le estaba pidiendo salir delante de toda la gente que estuviese viendo el directo? 

— Si, digo "otra vez" porque ya lo fuimos, pero hubo un pequeño problema.— Chiara miró hacia Elizabeth sonriente, casi con lágrimas en los ojos.— Entonces... ¿qué dices? 

—  Pues, ¿que voy a decir? — Rió Chiara, tomando las mejillas de Elizabeth entre sus manos.— Que claro que si, idiota.

Y, sin dejarle decir nada más, Chiara unió sus labios con Elizabeth, a la cual, de nuevo, podía denominar como "su novia".

...

CUANTAS EMOCIONES EN UN SOLO CAP, NO? JAJAJAJA

Pequeño sustito (no me matéis por el susto) para que después todo vaya super bien, OLEOLEOLEEEE 

Repito que no me mateis por el susto, os lo he recompensado JAJAJJA

Amo a Naiara y a Ruslana por cierto, así, como dato JAJAJAJAJ

Bueno, poco más que decir.

Besis de fresis,

¡Nos leemos!


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