— Tendríamos que mandarlas a la mierda.— Susurró Denna, sentada al lado de Chiara en las duchas, pues había entrado allí y se había encontrado a Chiara completamente destrozada. Ambas se habían contado lo que les pasaba, tanto con Violeta como con Elizabeth, y Denna no podía creer que aquella francesa fuese tan imbécil.
— Ojalá fuese tan fácil como mandarlas a la mierda y olvidarnos de ellas.— Respondió Chiara, mirando hacia el frente y suspirando.— Lo peor es que no nos den explicaciones, y simplemente nos ignoren. Y que para colmo ellas tengan una canción juntas esta semana.
— Que se metan su actitud y su cancioncita por el culo.
Chiara rió suavemente y, de repente, a Denna se le encendió una bombilla. Se giró rápidamente hacia Chiara y puso una mano en el brazo de la inglesa, asustando ligeramente a esta, pues no se esperaba aquella acción por parte de la rubia.
— Have you smoked something?
— No, calla y escúchame.— Chiara alzó ambas cejas y Denna sonrió.— Tengo una idea perfecta, genial y maravillosa. Ellas nos están ignorando y están pasando demasiado tiempo juntas, ¿verdad?
— Si... ¿A dónde quieres llegar?
— Déjame acabar. Vale, pues he pensado que...— Denna hizo como si estuviera haciendo un redoble de tambores y después sonrió suavemente.— Podríamos fingir que coqueteamos entre nosotras.
— ¿¡Qué?!
— Vamos, ¡piénsalo! — Exclamó Denna, aún sonriente.— Tú quieres poner celosa a Elizabeth, yo quiero poner celosa a Violeta, somos las únicas que conocen la situación de la otra, y así podremos ver si Elizabeth te ha dejado porque ha dejado de sentir o porque hay algo más escondido. Porque, que sepas que todo esto es muy raro.
— ¿Me estás diciendo que para tratar de recuperar a la chica que me gusta tengo que coquetear con la chica que le gusta a una de sus mejores amigas?
— Hombre, diciéndolo así...
— Me encanta.— Le interrumpió Chiara, mirando hacia Denna con una sonrisa, haciéndole a esta sonreír del mismo modo.— Let them suffer a little, right?
— Exacto.— Denna y Chiara chocaron sus manos.— Pero, sobre todo, no podemos dejar que vean que esto nos afecta, vamos a salir ahí fuera y vamos a hacer como si nada, si nos hablan les contestamos de forma corta y rápida, hasta que vean lo que se han perdido.
— Cuanto sabes del tema, ¿no? — Dijo Chiara entre risas, a pesar de tener los ojos rojos por haber estado llorando.
— Tengo mis truquillos.— Ambas rieron y se abrazaron pues, en esos momentos, sabían que nadie las entendería mejor.
...
Había llegado la hora de la cena, y para suerte de Chiara, Elizabeth había decidido sentarse en la mesa 2, entre Ruslana y Violeta, sitio que estaba justo en frente del de Denna. Chiara vio aquello mientras cogía su comida, por lo que, sin ningún tipo de vergüenza, se sentó al lado de Denna, mientras Elizabeth hablaba con Ruslana. Chiara dejó un beso en la mejilla de la rubia y ambas sonrieron, llevándose una mala mirada no de Elizabeth, sino de Ruslana, la cual no entendía nada.
Empezaron a hablar de las cosas que hicieron en Navidades, con quienes estuvieron, qué hicieron, donde comieron, el qué...
— Yo fui de paseo por Bilbao con mis hermanas y, a cada tres pasos, alguien me paraba. — Explicó Elizabeth con una sonrisa, emocionada. Chiara estuvo a punto de golpearse a sí misma cuando se dio cuenta de que estaba sonriendo al ver a Elizabeth así.— Fue una sensación super guay.
— Yo estuve con mi familia y después hice videollamada con Kiki, puedo decir orgullosa que me gané el cariño de su madre.— Dijo orgullosa, dejando un beso en la mejilla de la pelinegra.
Toda la mesa se quedó callada. Elizabeth estaba apretando sus puños y Violeta parecía querer arrancarse los oídos para no escuchar nada más, o los ojos para no ver nada más. ¿Desde cuando Chiara y Denna se llevaban tan bien? Antes de Navidad apenas se hablaban, o al menos eso creían Violeta y Elizabeth.
Pero no eran las únicas en la mesa sorprendidas. Martin tenía sus ojos bien abiertos y Juanjo el ceño fruncido, mientras que Ruslana intercambiaba miradas entre las cuatro. Bea y Álvaro se miraban, eran los que menos sabían de lo que estaba pasando pero ellos solitos sacaban sus propias conclusiones, y, la mayoría, acertadas.
— Que buena está hoy la cena, ¿no? — Habló Álvaro, tratando de cortar el ambiente tan tenso que se había creado en aquella mesa con tan solo una frase por parte de Denna.
Siguieron cenando más callados que antes, pero con algunas conversaciones. Lo que ni Violeta ni Elizabeth podían ignorar eran las risas y miradas de Denna y Chiara. No entendían nada, ¿desde cuando coqueteaban tanto entre ellas? ¿desde cuando se miraban de esa forma?
La francesa se levantó de la mesa sin decir nada y se llevó su plato, dejándolo en el lavavajillas y yéndose de allí sin decirle nada a nadie. Chiara compartió una mirada con Denna y chocaron sus manos por debajo de la mesa, para que nadie las viese.
Se pasó una hora, dos horas en un box encerrada, tocando el piano con los ojos cerrados y dejando que sus dedos fluyesen por las notas sin casi pensar en lo que tocaba, solo dejaba las cosas fluir, todo salía más bonito cuando fluía, al igual que esa melodía.
Todo estaba en calma, estaba consiguiendo no pensar en nada ni en nadie, hasta que alguien llamó un par de veces al box, y fue entonces cuando se dio cuenta de que las luces ya estaban apagadas.
— Sé que estás de bajón y tal, pero vamos a jugar a verdad o reto, por si te quieres venir.— Le avisó Naiara, con una pequeña mueca.— No quiero que estés sola estando así, he hablado con Violeta y me ha dicho que no quieres hablar del tema, pero no estés sola por lo menos, porfa.— Elizabeth sonrió suavemente y asintió, levantándose de allí y abrazando a Naiara, antes de caminar con ella hacia el salón.— Si en cualquier momento te sientes mal, me avisas y nos vamos, ¿vale?
— Vale.— Respondió Elizabeth con una pequeña sonrisa, mirándola. Se estaba dando cuenta de lo que admiraba a Naiara, cada día más y más.— Gracias.
— No es nada, enana.
Ambas sonrieron y llegaron al salón, donde ya estaban todos sentados en un círculo, con una botella en medio. Se sentaron al lado, Naiara al lado de Juanjo y Chiara al lado de Ruslana, la cual le pasó un brazo por los hombros.
— Bueno, todos sabemos las normas, ¿no? — Todos respondieron con una respuesta afirmativa y Álvaro continuó hablando.— Bueno pues, ¡empezamos!— Giró la botella y esta empezó a dar vueltas, hasta que se paró, apuntando hacia Juanjo.— ¿Verdad o reto?
Hicieron algunas rondas, con retos no muy complicados y verdades no muy comprometedoras, a Elizabeth le tocó imitar a una gallina y después confesar si en algún momento había puesto los cuernos, cosa que dijo que nunca.
— Oye, empecemos con algo más... potente, ¿no? — Habló Juanjo, al cual le tocaba girar la botella, y esta apuntó hacia Chiara.— Mi querida Kiki...— Chiara sonrió suavemente.— ¿Truth or dare?
— Dare.— Respondió la inglesa casi al momento, y Juanjo estuvo durante unos segundos pensando en lo que decir, hasta que miró de reojo a Elizabeth y respondió.
— Te reto a besar a la persona que desde que entraste más te atrajo de aquí.— Todos rieron ante el reto de Juanjo y Chiara quiso golpearle.
— ¡Todos sabemos a quién va a besar! — Gritó Bea desde su sitio, escuchando las risas de sus compañeros.
Chiara se levantó y con cuidado se acercó a la rubia, para después arrodillarse delante de ella y juntar sus labios con los suyos, poniendo una mano sobre su nuca, mientras que la rubia puso una de sus manos en las mejillas de Chiara. Solo había un pequeño problema...
Chiara no había besado a la rubia que todos pensaron que besaría.
Elizabeth sintió un pinchazo fuerte en su pecho, Violeta se había levantado de allí y se había ido, Juanjo se quedó estático en su sitio, Ruslana abrió su boca queriendo matar a la inglesa, Martin no entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando y Naiara miraba preocupada a Elizabeth, mientras que los demás se miraban confundidos y Alex se levantaba para seguir a Violeta y ver si estaba bien.
La francesa le tuvo que poner una mano a Ruslana en el brazo para evitar que esta se levantase a golpear a Chiara cuando esta se separó de Denna. Elizabeth tenía los ojos llorosos, no solo se había besado con Denna, sino que encima había dicho que era la persona que, desde que entraron a OT, más le había atraído.
Denna y Chiara se miraban a los ojos con una sonrisa, haciendo que la francesa tuviera que apartar la mirada de ellas, notando como una lágrima se deslizaba por su mejilla. Se la limpió rápidamente, mientras todos aún miraban a ambas chicas en shock.
— Pero vamos a ver.— Habló Ruslana, apretando sus puños.— ¿Tú no estabas saliendo con Elizabeth? — Murmuró entre dientes, controlándose de no insultar ni golpear a Chiara.
Un gran murmullo recorrió todo el salón, pues muchos de ahí no sabían (o al menos no tenían confirmado) que Chiara y Elizabeth fuesen algo más que amigas. Chiara se levantó y se limpió el panatlón un poco, para después mirar hacia Ruslana.
— No, ya no.— Respondió, sentándose en su sitio de nuevo, mirando de reojo a Elizabeth, la cual tenía la mirada apartada.
— ¿¡Qué?! —Exclamaron Naiara, Juanjo, Ruslana y Martin casi al mismo tiempo, los tres primeros girando su cabeza hacia Elizabeth y el vasco mirando hacia Chiara.
— ¿Por qué? — Preguntó Juanjo, completamente confundido, pues a Elizabeth se le notaba completamente enamorada de la menorquina.
— Pues no lo sé.— Chiara miró a Elizabeth.— ¿Por qué no estamos ya juntas, Elizabeth?
La rubia alzó su mirada para mirarla a los ojos y al momento siguiente se levantó y se fue de allí, con su respiración entrecortada y sus manos temblando. Naiara, la cual se había dado cuenta del estado de Elizabeth antes de salir de la sala, se levantó corriendo y la siguió, mientras los demás miraban hacia allí.
— Da gracias que hay cámaras, si no juro que eras mujer muerta.— Murmuró Ruslana entre dientes, notando como Chiara tragaba en seco, para después mirar hacia donde Naiara y Elizabeth se habían ido.
Tanto Chiara como Denna miraron primero hacia allí y luego se miraron entre ellas, con una mueca, algo arrepentidas de lo que había pasado. ¿Se habrían pasado?
— Mierda.— Susurró Chiara poniendo ambas manos sobre su rostro y echandose hacia atrás, quedando completamente recostada en el suelo.
Denna, por su parte, decidió que tanto ella como Violeta debían ser maduras y hablar las cosas, por lo que se levantó de su sitio y fue a buscar a la pelirroja, dispuesta a solucionar todo con ella, o, al menos, entender el por qué estaba así.
Por otro lado, Elizabeth se había encerrado en la clase de Abril, no sabía por qué aquel lugar era como un sitio seguro, se sentía segura entre esas cuatro paredes. Por ello estaba en una esquina de la sala, con sus piernas envueltas por sus brazos y su rostro escondido entre sus piernas, mientras las lágrimas mojaban sus mejillas.
— Ay, enana...— Susurró Naiara, entrando corriendo a donde ella y envolviéndola en un abrazo. — Tranquila, estoy contigo ¿vale? — Le acarició el pelo, tratando de tranquilizarla.— Puedes contar conmigo para todo, para absolutamente todo...
— Nunca le atraje yo, siempre fue Denna...— Murmuró entre sollozos, pegándose al cuerpo de la mayor.— Siempre es alguien más, siempre soy la segunda opción...
— Si no te sabe apreciar es porque está ciega, Elizabeth cariño escúchame.— Naiara la separó un poco, pero la menor seguía con la cabeza gacha.— Eres la mejor persona que he conocido, con el corazón más puro del mundo y una personalidad que es capaz de mejorarle el día a cualquiera. — Elizabeth sonrió de manera suave.— Encima eres preciosa, si ella no se da cuenta ella se lo pierde. — Se quedaron durante un rato calladas, y Naiara suspiró.— Lizzy, mírame, por favor.— Elizabeth levantó la mirada, rompiéndole el corazón a Naiara al verla de ese modo, con los ojos rojos de tanto llorar.— Tienes que... — La mayor se quedó callada durante un momento.— ¿Qué cojones tienes en la mejilla?
Elizabeth cambió su rostro drásticamente y separó su rostro de la mano de Naiara, maldiciendo el haber llorado, ya que, por ello, el maquillaje en su mejilla se había borrado, y ahora tenía que inventarse una excusa para que Naiara no sospechase.
— Elizabeth, eso es un golpe.— Dijo Naiara de manera seria.— ¿Qué cojones te ha pasado?
— Yo...
...
ALGUIEN SE LO ESPERABA? YO TAMPOCO
Os juro que el beso no estaba pensado JAJAJAJAJ simplemente de repente escribiendo dije anda, que bien quedaría JAJAJAJ
¡Naiara le ha visto el golpe, señoras y señores! ¿Qué pasará ahora? ¿Le dirá la verdad? ¿Se inventará una excusa?
Besis de fresis, tercer capítulo del día (espero que le deis apoyo jskjskjs)
Pstd: Juro que esta historia tendrá un final feliz, solo denle un poquito de tiempo, el drama también es necesario en las historias.
¡Nos leemos!