Jack se sumergió en las páginas de la revista, buscando algún tipo de distracción en medio de la incertidumbre que los rodea. Los temas de política y asuntos nacionales no eran exactamente lo que necesitaba en ese momento, pero algunos titulares lograban capturar su atención. Las propuestas del alcalde, las perspectivas económicas y los titulares deportivos formaban parte de su vista, pero nada de eso lograba atrapar verdaderamente su mente.
Entonces, fue cuando encontró un apartado que lo detuvo por completo. El título destacaba por su llamativo título "Misteriosas Desapariciones y Perturbadoras Circunstancias". Aunque la revista era algo vieja, la noticia parecía relevante.
El artículo hablaba de una pareja que desapareció en circunstancias misteriosas. Aunque los nombres no fueron proporcionados, la descripción de los eventos era impactante. El artículo continuo mencionando que pocos días después de la desaparición, el hombre fue encontrado en un estado alarmante: heridas visibles, agresividad desmedida y rápidamente llevado a evaluación médica. La sospecha de que estuviera bajo los efectos de alguna nueva droga surgió como debate principal del apartado.
Lo que resulto aún más perturbador era que el artículo mencionaba a otras personas, víctimas de este sujeto, las cuales presentaban heridas similares. La preocupación por su salud mental y su comportamiento agresivo era una constante, pero lo que realmente causo un escalofrío en la columna de Jack fue el descubrir que, después de unas pocas horas, las víctimas comenzaban a exhibir la misma actitud agresiva que el hombre original, según lo que leía.
A medida que completa la lectura del artículo, un sentimiento de ansiedad y preocupación se instaló en su pecho. Imágenes ficticias de las víctimas heridas y el hombre agresivo se mezclaron con la situación actual.
Jack, al ver que el interesante artículo terminaba sin más información, decidió dejar la revista en su lugar, para luego levantarse del sofá y dirigirse hacia la cocina, donde encontró a Amber y Elena sumidas en una conversación susurrante.
No pudo evitar preguntarse cuál era el tema de conversación, empezando a suponer si hablaban sobre algo importante o simplemente era una charla casual. Aunque no logro escuchar las palabras exactas, la seriedad en sus expresiones hacía que su intriga aumentara.
Decidió unirse a la conversación, no sin antes acercarse lentamente y luego romper el silencio con pregunta que provoco la exaltación de las mujeres que no esperaban su presencia.
—¿De qué hablan? —sus palabras las tomó por sorpresa, y ambos pares de ojos se posaron en él.
Las damas compartieron miradas breves antes de que Amber hiciera un gesto a la mujer de color que dejaba saber que Jack no podía tener conocimientos del tema principal. En cambio, decidió desviar el tema.
—Estábamos hablando sobre cómo hemos sobrevivido —explicó, tratando de evitar el verdadero tema de la conversación.
—Y también discutiendo cómo mantenernos seguros —agregó Elena, dejando claro de qué lado estaba.
—Entiendo —respondió Jack un poco confundido por la actitud de las mujeres, aunque rápidamente lo olvido.
Las desprevenidas asintieron, aparentemente, conformes con la respuesta del hombre. Aunque él no estaba completamente seguro de lo que estaba pasando entre ellas, ofreció una sonrisa sincera. Por ahora, se contentaba con estar en un lugar donde pudiera descansar y encontrar un breve respiro en medio de la incertidumbre que reinaba afuera.
Ambas chicas se sumergieron en la tarea de preparar la comida, poniendo todo su empeño para asegurarse de que todo estuviera en las mejores condiciones posibles. Los espaguetis, aunque simples, se convirtieron en la mejor opción en este mundo, donde conseguir alimentos era un desafío.
El viejo recipiente que albergaba los espaguetis parecía haber sido un esfuerzo por mantener alejados a los roedores que podrían amenazar la comida, que solo Elena sabia lo que le costó conseguirlos.
Con habilidad y cuidado, calentaron y cocinaron los espaguetis hasta que el aroma delicioso llenar el espacio, para que luego la mesa se convirtiera en un lugar de reunión y agradecimiento. Jack no pudo evitar exagerar su hambre, expresando su anhelo por la comida que estaba a punto de disfrutar, había pasado mucho tiempo desde su última comida digna.
Todos se sentaron y disponían a comer, cuando Jack estaba a punto de sumergirse en su plato, Elena interrumpió su avance, recordándole la importancia de agradecer antes de comer. Su actitud respetuosa hacia la comida, incluso en medio de esta situación desafiante, hacía que todos tomen un momento para reflexionar sobre la importancia de cada bocado.
Amber tomo la iniciativa y con una sonrisa comenzó a expresar su gratitud por los alimentos, Jack se unió agradeciendo a Elena por abrirles sus puertas y compartir su refugio, mientras que la mujer de color cerro el ciclo expresando su gratitud por cada una de las experiencias vividas, buenas o malas. Después de ese momento de reflexión y gratitud, finalmente se sumergieron en la comida.
Los sonidos de los tenedores y cucharas chocaron con los platos llenando el aire mientras cada uno se concentraba en llenar sus estómagos y satisfacer el hambre. Mientras comen, Jack no puede evitar que una pregunta inunde su mente.
—Creo recordar algo de "sonámbulos" —reveló sin conocimiento alguno y lleno de intriga.
El rostro de Elena, que previamente estaba lleno de satisfacción y alegría, cambio de manera drástica cuando Jack toco el tema. La expresión de felicidad dio paso a una seriedad palpable y una sonrisa nerviosa que parecía querer esconder la complejidad de lo que estaba a punto de revelar.
La mujer de color parecía debatir internamente antes de encontrar las palabras adecuadas para explicar lo que estaba ocurriendo. Las emociones de miedo y tensión que vivieron en el estacionamiento cobraron vida nuevamente en su mente.
—Veo que no te has topado con alguno aún —dijo con una especie de precaución mezclada con alivio en su tono.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó Amber, atrapada por el tema.
Elena, visiblemente nerviosa, intento encontrar las palabras adecuadas mientras buscaba evitar las miradas de ambos jóvenes.
—Lo que intento decirles es que los infestados, ya no son lo que solían ser —revelo.
—¿A qué te refieres con que ya no son lo que solían ser? —formuló Jack, sintiendo cómo la inquietud y la curiosidad se mezclaban en su voz.
Elena suspiró y empezaba mentalmente a elegir las palabras con cuidado, como si estuviera a punto de compartir un secreto profundo y oscuro.
—Desde que comenzó todo esto, los infectados, no vivos, muertos, o como sea que ustedes los llamen, han estado cambiando.
Las palabras de la mujer de color parecían colarse en la mente de Jack y Amber como un enigma intrigante. Mientras la tensión en la habitación era palpable y ambos trataban de procesar la información. Las preguntas se acumulaban en sus mentes, pero todavía no habían logrado descifrar completamente la verdad detrás de todo.
—Como ya saben, siempre han sido lentos, torpes y fáciles de evitar. Siendo una amenaza solo si se acumulaban en hordas —explicó con una expresión que revelaba la gravedad de la situación—. Pero con el tiempo, han empezado a cambiar.
—¿Cambiar? —Amber no terminaba de comprender.
Elena explicó con aprensión que las criaturas ya no eran como se conocían antes, lo que había sido en el pasado se había transformado en algo más oscuro y peligroso. Cada una de sus palabras se grababa en la mente de los dos jóvenes oyentes, llenando su mente de imágenes distorsionadas y pensamientos perturbadores.
El desconcierto en la expresión de Jack dejaba en claro que, aunque estaba tratando de comprender, el concepto de criaturas infectadas evolucionando y volviéndose más inteligentes era difícil de asimilar.
La paranoia en la voz de la mujer de color resonaba como un eco en el pequeño espacio a medida que continuaba explicando lo que ella sabía. A medida que la conversación continuaba, la tensión aumentaba, y el velo de la seguridad que habían sentido al entrar en ese refugio comenzaba a desvanecerse.
Amber y Jack intercambiaron miradas, tratando de asimilar la información que estaban recibiendo. Parecía que lo que creían saber sobre estas criaturas ya no era válido, quizás estaban ante una nueva amenaza.
—Y no te hablo solo de los sonámbulos, sino de todos. Se están volviendo más agresivos y más peligrosos. Pero lo que realmente me preocupa es que parecen estar ganando... inteligencia —agregó Elena con un tono de inquietud en su voz.
La habitación se llenó de un silencio incómodo mientras las palabras se hundieron en sus pensamientos. Las implicaciones de esta revelación eran enormes y cambiaba por completo su comprensión de las amenazas que enfrentaban.
El peso de las palabras cayó sobre la mesa como una losa o un balde de agua fría, dejando un silencio pesado. Los jóvenes con todas estas confesiones estaban abrumados por la revelación de que las criaturas que enfrentaban estaban evolucionando y se volvían una amenaza más latente.
Todo el tiempo transcurrido desde el inicio del apocalipsis, diez años de angustia y muerte parecía haber sido suficiente para transformar por completo a estas criaturas en algo mucho más abrumador.
Elena siguió con sus revelaciones, hablando de una especie de criaturas que ella misma denomino cómo "sonámbulos". Y como estos dependerían en gran medida de su sentido auditivo, no solo para cazar, sino también para moverse.
Mientras la mujer de color describía las características de estas criaturas, tanto Amber como Jack no pudieron evitar recordar sus respectivos encuentros con estas bestias.
La rubia revivió el momento que estuvo con uno de ellos mientras devoraba al anciano, y como su determinación le dio el tiempo suficiente para mantenerse en silencio para que poco después Jack llegase a su rescate.
Por su parte, el hombre recordó un fugaz encuentro con una de esas cosas ciegas cuando estaba buscando alimentos, mucho antes de conocer a su ahora compañera.
El ambiente en la mesa se había vuelto tenso y cargado de ansiedad, y al parecer la comida ya no era tan apetecible después de descubrir la nueva amenaza. Las miradas de preocupación compartidas eran inevitables.
—Disculpen por arruinar la comida, pero era algo que debían saber —dijo Elena con sinceridad.
Aunque la comida continuaba en la mesa y todos tomaban bocados de sus platos, el silencio que los rodea era ensordecedor. Haciendo que todos los presentes se sumieran en la misma preocupación.
En sus miradas cansadas y en sus rostros serios se reflejaba la carga de la realidad que enfrentaban, un mundo en el que las reglas habían cambiado y las amenazas eran mucho más siniestras de lo que habían imaginado.
A medida que terminaban la comida, todos se levantaron de la mesa, pero el peso de la conversación permaneció con ellos mientras se preparaban para enfrentar lo que les depara en este nuevo y peligroso mundo.
Elena señaló la habitación de invitados, y los jóvenes siguieron sus indicaciones. Al ingresar a la habitación, se encontraron con un espacio acogedor, que a pesar de su sencillez, estaba bien cuidado, brindando un refugio en medio del caos exterior.
—Al fin, un espacio para descansar —agradeció la rubia para luego desplomarse en la cama.
La fatiga de todo lo vivido se hacía sentir en Amber, quien cayó con gratitud. El colchón, aunque no era el más lujoso, era un oasis de comodidad en comparación con las experiencias previas de los jóvenes.
Jack, por su parte, aprovecho la oportunidad para tomar una ducha y quitarse el cansancio acumulado, afortunadamente el agua aún servía. El sonido del líquido corriendo resueno en la habitación, y Amber se permite cerrar los ojos por un momento.
Aunque la incertidumbre del mundo exterior y las nuevas revelaciones de Elena pesabann en su mente, el cansancio finalmente empiezo a vencerla. Mientras la noche transcurría, Amber y Jack finalmente pudieron tomarse un respiro y recargar sus agotadas energías.
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