Sumario: Dabi está en un programa de rehabilitación después de la guerra pero aún sigue estancando. Hawks no está en mejores condiciones pero al menos sabe cual camino quiere tomar.
-AU postguerra
-Dabi ex villano
-Hawks héroe.
Dabi sabía que tenía tendencias autodestructivas pero quizá, ahora estaba cruzando una muy delgada línea.
Después de varios meses en completo aislamiento, el ex villano entró en un programa de rehabilitación.
Según los encargados, después de la guerra y al ver lo podrido del sistema heroico, Japón había decidido hacer algunas reformas a sus leyes. Esas incluían convertir las cárceles en cetros de reintegración social en lugar de dejarlos como lugares de castigo.
Fue así como Dabi inició terapia con una psiquiatra y empezó a hacer actividades para canalizar sus emociones y ocupar su tiempo libre.
Le gustaba, de alguna forma. Especialmente porque se sentía más perdido que nunca. Había vivido todos esos años con un único objetivo en mente y como ya no lo tenía era difícil buscar una buena razón para seguir respirando.
Todo iba bien hasta que la psiquiatra le dijo que estaba listo para el siguiente paso: hablar cara a cara con un familiar.
En ese momento Dabi sintió que un vidrio opaco se rompía y le dejaba ver al otro lado.
¿Realmente existiría ese tal programa de rehabilitación e inserción social? ¿Shigaraki, Toga, Spinner y Mr Compres también eran parte de ello? ¿O solo él tenía el privilegio porque era hijo del héroe número uno?
Si era así entonces no tenía caso que se esforzara en mejorar. Porque no era justo que él pudiera seguir adelante y sus amigos se quedaran estancados en ese infierno. Además no podía estar seguro pues cada que preguntaba le decían que no era óptimo que tuviera esa información pues podría interrumpir su progreso.
Fue así que llegando el día en que tendría su platica familiar hizo un total escándalo que le valió un sedante y una semana de aislamiento.
Pasó de esa manera un buen tiempo. Se comportaba bien y cuando le decían que ver ya era apto para ver a un familiar volvía a hacer alborotos que retrasaban el proceso.
Por otro lado descubrió que estar dopado le gustaba. El dolor de sus quemaduras era nulo y podía dejar de pensar. Tener la mente en blanco era maravilloso.
Por ello cada vez que sentía que todo a su alrededor era demasiado solo tenía que iniciar una pelea con los demás presos para que lo encerraran y le dieran una dosis de tranquilizante.
Lamentablemente su teatro no duró mucho porque los doctores y policías empezaron a ver los patrones de comportamiento. En un intento desesperado Dabi dijo que lo hacía porque sus quemaduras dolían mucho y con el sedante el dolor era nulo.
Esa declaración trajo consigo otro problema. Ahora no sólo era parte del programa de rehabilitación sino también de un programa médico para quirks problemáticos.
Por lo que había dejado la cárcel para internarse en un hospital.
No sé quejaba, sin embargo. Los doctores eran menos pacientes y ante el más pequeño indicio de rebeldía le daban un sedante.
Regresando al punto de auto destrucción, Dabi se dio cuenta que había llegado muy lejos cuando lo único que hacía en todo el día era ver a través de la ventana de su habitación mientras contaba los copos de nieve. Ya ni siquiera comía o bebía por si mismo. Dependía totalmente de una vía intravenosa para esas tareas.
Pero estaba bien. Tenía la mente en blanco todo el tiempo y ya no existía la culpa de él estar recibiendo todas las atenciones mientras los demás miembros de la Liga tenían un destino incierto.
Era pacífico.
—...bi...bi...abi...Dabi...¡Touya!
¿Alguien lo estaba llamando? Era raro porque nadie se refería a él con su nombre de pila, solo era Todoroki.
—Dabi...¿me estás escuchando?
¿Había alguien en la habitación o solo era su mente jugándole una mala pasada? A este punto ya no podía distinguir que era real y que no.
—Touya.
Una mano en su cabeza hizo que abriera los ojos y enfocará a la persona que lo llamaba con insistencia. Lo primero que captó fueron unas plumas rojas, después unos brillantes ojos dorados.
¿Dónde había visto esos ojos antes?
—Dabi...¿puedes oírme?
Podía. Lamentablemente su cuerpo se sentía muy pesado incluso para asentir con la cabeza.
Parpadeo lentamente esperando que esa fuera confirmación suficiente.
—Dabi...¿me reconoces? Soy Hawks.
Hawks. Oh. Ya tenía más claridad mental. Era su ex novio o algo como eso.
La verdad es que nunca le había dado nombre a la relación con el número dos. Dabi prácticamente vivía en su departamento. Cenaban y veían películas juntos para después tener sexo e irse a dormir abrazados.
Y eso hacían los novios ¿no?
Dabi jamás había tenido ese tipo de relación con otro ser humano así que estaba bastante confundido.
No obstante la guerra inició y los dos tuvieron que tomar un respectivo bando. Evidentemente dejaron de hablar y volvieron a ser enemigos.
El ex villano incluso pensaba que Hawks había muerto.
Le alegraba haberse equivocado.
[•••]
Hawks tragó saliva sonoramente. Los ojos turquesa de Dabi lo están viendo pero al mismo tiempo no.
El hecho de que parpadeara era una señal de que aún estaba vivo. Su piel estaba tan blanca como el papel, misma que tenía pegada a los huesos y sus ojos estaban enmarcados por unas profundas ojeras.
Cuando Endeavor lo llamó para que le echara una mano con su primogénito nunca esperó algo tan grave.
—¿Qué demonios te han hecho?—musitó.
Y vamos, Dabi no estaba causando problemas y sus cicatrices parecían estar curando de maravilla pero daba la imagen de un verdadero muerto en vida. No era saludable, no podía ser saludable de ningún modo.
—Tranquilo—le dijo acariciando de nueva cuenta su cabello blanco—Veré qué puedo hacer por ti.
Sin más, el héroe abandonó la habitación.
Cuando la guerra terminó Hawks tuvo mucho en que pensar. Resentía a los villanos y especialmente a Dabi por el daño que le habían echo a la gente y a él.
Recordó todas las noches que pasó en vela creyendo que sus alas jamás crecerían de nuevo y que su vida se había acabado. No tenía más propósito que ser un héroe y si le quitaban eso ¿quien era? ¿Keigo Takami? Hasta pensarlo se sentía incorrecto.
Aún así cuando el número uno propuso el dichoso programa para rehabilitar a los villanos e incluirlos a la sociedad él fue el primero en apoyar la causa con uñas y dientes.
Había aprendido mucho sobre los villanos mientras era espía. Shigaraki y los demás estaban totalmente desquiciados pero, más que unos locos anarquistas, eran personas cruelmente dañadas por el sistema. Ellos necesitaban un héroe que los salvara, pero nunca llegó.
Ahora solo procuraban sobrevivir y buscar algo mejor para los suyos. Hawks no podía tacharlos como los malos cuando había presenciado el vínculo de hermandad que tenían, no cuando hacían cosas tan banales como ver televisión todos juntos en el sillón o jugar monopoly.
El número dos no podía olvidar que nunca fue juzgado por no ser perfecto, que siempre tenía un lugar en la mesa con ellos y su comida favorita para compartir.
Además estaba Dabi, su compañero.
Hawks sabia que enamorarse de un villano estaba mal en todos los sentidos. Pero ¿cómo podía resistirse?
Dabi tenía los ojos más bonitos que había visto en la vida. Tenía una actitud horrible la mayor parte del tiempo pero en fondo era muy dulce.
Se preocupaba genuinamente por Hawks. Le curaba sus heridas, acariciaba sus alas con cuidado y le preparaba la comida más deliciosa del mundo. Era la primera persona que lo ayudaba sin esperar nada a cambio y le daban un cariño tan inmensurable sin él pedirlo.
¿Cómo no caer? ¿Cómo podría resistirse a tan bonitos y esperanzadores sentimientos?
Hawks no tomaba ninguna decisión sin la Comisión atrás de él para autorizarla. Considerar a Dabi su compañero fue su primer acto de rebeldía y no se arrepentía.
Probablemente por eso aún no podía encontrar su camino pese a ser libre. Le faltaba una parte de sí que jamás recuperaría.
Una noche, mientras se ahogaba en comida chatarra y una película de amor muy mala (añorando a un bonito villano que hacía comentarios ingeniosos para poder hacer más llevadero el tiempo) recibió una llamada del número uno.
—¿Endeavor-san?
—Hola...¿estás ocupado?
—No realmente—dice mientras baja el volumen de la televisión—¿Pasa algo?
—No...bueno yo...—el hombre suelta un suspiro. Se escucha cansado—¿Puedo pedirte un favor...personal?
—Uh...sí, seguro.
—Es Touya.
Ante la simple mención del chico, el corazón de Hawks latió desbocado, definitivamente ya no había vuelta atrás para él.
Muchas veces pensó el visitar al ex villano pero no podía hacerlo ya que su proceso de rehabilitación se lo impedía y no era su benefactor.
Claro que le alegraba recibir noticias de su compañero.
—¿Que pasa con él?
—Bueno, cuando estaba en la carcel empezó su rehabilitación y todo iba a bien hasta que la psiquiatra le dijo que era buena idea que empezara a hablar con alguien de su familia y de repente todo su progreso se fue en picada y tuvo que empezar de nuevo.
—Suena a autosabotaje—comenta. Porque conocía a Dabi y sabía que el tema de la familia era muy delicado para él.
—Si, después de que pasó un par de veces todos nos dimos cuenta que estaba haciéndolo a propósito para no vernos—Endeavor suelta un suspiro.
—Yo...lo aprecio como mi compañero de trabajo y todo pero no puedo obligar a Touya a verlos si él no quiere. No...podría—jamás haría algo que dañara a su compañero.
—No es eso, Hawks—el número uno se queda en silencio algunos segundos—Creo que cometí otro error.
—¿Por qué?
—Pensé que si se alejaba de la carcel y veía que nosotros nos preocupamos por él y queríamos tenerlo de vuelta cedería. Entonces decidí pagarle un tratamiento para curar sus quemaduras, así que ahora está en el hospital.
—Uh...eso es bueno, ¿no?
—Sí...pero no hay resultados. No puedo verlo porque sus guardias y los doctores dicen que está muy inestable y que por su mala conducta requiere que sedación continúa y tengo miedo.
Las plumas de Hawks se afilian casi en automático. Él tampoco se sentía cómodo con la idea de Dabi solo en un hospital. El exvillano le había contado sobre los días que pasó bajo la custodia de ese doctor loco.
El número dos sentía escalofríos de solo recordarlo. Además nadie le asegura a Endeavor que su hijo realmente estaba siendo tratado como se debía. Las posibilidades eran infinitas y cuanto más pensaba más catastrófico se volvía todo.
—¿Y qué quieres exactamente que haga?
—¿Podrías ir a comprobar tu mismo que está bien?
—Seguro—casi se avergonzó de la manera tan rápida en la que acepto—Pero...ya sabes, eres el número uno...en estricto sentido tú tienes más autoridad que yo. Si pides verlo como héroe no creo que te nieguen la entrada.
—Lo sé pero él no quiere verme y algo me dice que se alegrará un poco si tú vas. Después de todo eras su amigo ¿cierto?
De echo era más que su amigo pero Endeavor no tenía que enterarse de eso.
—Iré cuanto antes.
—Gracias, te debo una.
Así que ahí estaba gritoneandole a los doctores y guardias por tener al ex villano de esa manera.
Ahora que no tenía a la Comisión respirando en su nuca no había razón para mantener la imagen falsa de héroe carismático y risueño. Podía mostrarse enojado e irritado.
Y justo ahora la ira le recorría de manera peligrosa las venas.
—Quítenle el sedante ahora y empiecen a hacer su trabajo como es debido—ordenó con la cara seria y los ojos llenos de peligro.
—¡Si, Hawks-san!
[•••]
Dabi se despertó de un salto. Desde el segundo uno supo que algo había cambiado pues empezó a tener sueños y su mente no estaba nublada.
Bajó la vista hacia sus brazos y se sorprendió al ver que su piel quemada ya no se sostenía a su cuerpo con grapas y sus heridas ahora solo eran cicatrices de apenas color morado. Incluso el dolor crónico con el que tenía que lidiar día a día ya no estaba ahí, aunque eso podría ser por los medicamentos que le administraban diario.
Y hablando de medicamentos se dio cuenta que ya no tenía una vía intravenosa, solo las esposas que le cancelaban su quirk, ¿que estaba pasando?
—Buenos días, es bueno verte despierto. Después de dos días estaba empezando a preocuparme.
Dabi pegó otro brinco al escuchar una voz a su lado. Volteo y se encontró con nada más y nada menos que el número dos en persona.
Se hizo hacía atrás solo por instinto.
—Ey Dabs...tranquilo. No te asustes.
—No estoy...asustado—replica. Su voz está muy rasposa y hasta hablar le duele.
Hawks se da cuenta y le pasa un vaso de agua—Tómalo con calma. Hace mucho que no comes y bebes algo de manera tradicional y no queremos que te haga mal.
El ex villano le hace caso y toma el guía tibia en pequeños sorbos. Solo bastan un par de tragos para que se sienta lleno.
—¿Cómo te sientes?
—¿Que haces aquí?—pregunta cuando siente la garganta más ligera—Creí que habías muerto.
—Sí bueno, no soy tan afortunado—bromea porque no quiere hablar de la guerra, no ahora.
—Entonces ya somos dos—Dabi suspira recostándose nuevamente sobre las almohadas.
Hawks siente que el corazón se le encoge. Se aclara la garganta antes de acercarse a la camilla. Le da un poco más de paz que Dabi ya pueda verlo y su mirada no esté perdida.
—Al parecer no llevas de la mejor manera tu tratamiento.
—No soy el mejor paciente.
—Sí, porque te autosaboteas a ti mismo.
Dabi no pretende lucir sorprendido a este punto hasta un idiota se habría dado cuenta.
—Quizá no quiero mejorar.
—¿Realmente es eso?
—La verdadera cuestión es ¿lo merezco?—el peliblanco desvía la mirada—¿Merezco mejorar después de todo lo qué hice?
—Dabi...
—A veces pienso que debería a haber muerto en esa guerra porque ¿qué caso tiene? Seré un preso toda la vida, nunca podré ver a mis amigos de nuevo y no tengo un motivo para seguir adelante. Lo único que me mantenía con vida era vengarme y hasta en eso fallé.
—Touya, lo mereces—Hawks no puede resistir más y toma la mano del mayor—El sistema te falló, los héroes te fallamos, tu familia de falló pero ahora las cosas pueden cambiar. Es una segunda oportunidad.
—¿Realmente es eso? ¿O solo el privilegio que tengo por ser un Todoroki?
—No, no, no—asegura—Todos están en el programa de rehabilitación. Shigaraki está bajo el cuidado de All Might y Toga de los alumnos de la UA. Spinner y Mr Compress aún deben pasar algunas pruebas pero ya les asignarán en un héroe que sea su
benefactor y así puedan salir.
—¿En serio?
—¿Nadie te dijo?
—Siempre que preguntaba me decían que no podía saber de ellos poque podría afectar mi progreso.
Hawks suelta un suspiro cansado—Ellos están bien, te lo prometo.
—Okey...
—Así que mejorar ahora no suena tan mal, ¿no Dabs?
—Creo...—el peliblanco parece meditar por algunos largos segundos—Pero sigo sin entender qué haces aquí. ¿Tanta pena te doy?
—Más bien me preocupas—admite el héroe—Debería odiarte por todo lo que me hiciste pasar pero aquí estoy.
>>En cuanto me informaron que no lo llevabas bien vine de inmediato. Y verte así fue...simplemente no sería justo que yo avancé y te deje detrás.
Dabi eleva una ceja—¿Y qué importa? No me debes nada.
—Lo sé—Hawks extiende su mano lentamente como a dandole tiempo a Touya de alejarse si quiere, llega a su cabello donde acomoda un mechón tras su oreja—Sin embargo no puedo olvidar, ni sacarme los sentimientos del corazón.
—Eres patético.
—Demasiado—Hawks deja que algunas de sus plumas rodeen al mayor, acariciando su mejilla y nariz—No sé si sabías pero los halcones se emparejan de por vida.
Dabi tuvo que voltear el rostro para que Hawks no viera en sonrojo en sus mejillas.
[•••]
Los siguientes días pasaron casi en un parpadeo.
Todos los días sin falta Dabi era visitado por Hawks quien se lo ayudaba a comer, a hacer sus ejercicios físicos y a pasar el tiempo.
Y aunque al principio se sentía incómodo poco a poco fue acostumbrándose a esa familiaridad que ya había olvidado que existía entre ellos.
Era lindo estar en silencio, cada uno en sus propias cosas pero compartiendo el mismo espacio, las pláticas nocturnas antes de dormir y las tardes de películas que Dabi amaba criticar por lo incoherentes, clichés y poco realistas que eran.
Aunque claro que había días malos, muchos. Esos en los que Dabi no tenía ánimos ni para abrir los ojos y estaba terriblemente tentado a hacer un escándalo que le costara un buen sedante. Sus pensamientos eran caóticos y solo quería callarlos.
Pero Hawks siempre estuvo ahí, como un ancla a la tierra que le impedía deslizarle a la locura. Era increíble como esa ayuda realmente lo estaban llevando a mejorar.
Cada día era un poco mejor que el anterior y todo parecía ir viento en popa.
—Tu psiquiatra dijo que estás listo de nuevo para hablar con tu familia—comentó un día el número dos mientras acomodaba las almohadas de Dabi.
—Mn.
—¿Quieres hacerlo?
El peliblanco se recuesta y mira al techo como si tuviera todas las respuestas a sus preguntas—¿Puedo negarme?
—Claro.
Dabi lo mira de reojo—¿En serio?
—Nadie te va a obligar a nada—Hawks se acerca y le acaricia la mejilla con sus nudillos—Si no quieres verlos, no lo harás hasta que te sientas listo.
—¿Y si nunca estoy listo?
Hawks le sonríe dulcemente—No tienes que perdonarlos, ni obligarte a quererlos. Está bien, Dabs.
—De acuerdo—el chico tiene una pequeña sonrisa—Pero la verdad me gustaría ver a los chicos.
—Veré que puedo hacer. No prometo nada pero me esforzaré.
—Hawks...gracias.
—De nada, hotstuff.
[•••]
—Dabiiii...te tengo una sorpresa.
El nombrado levantó la mirada de su libro para encontrarse con el número dos sonriendo malévolamente.
—¿Qué? ¿Por qué?
Hawks ladea la cabeza y frunce el ceño —¿No recuerdas?
—¿Qué cosa?
—¡Es tu cumpleaños!
Dabi se queda en silencio pensando. La verdad es que había perdió la noción del tiempo, por la nieve que veía a través de su ventana calculaba que estaban en diciembre o enero pero no podía estar seguro.
—Oh...no estaba cociente—admite.
—Tranquilo, para tu suerte yo estoy aquí y podremos celebrarlo—Hawks se acerca y extiende sus brazos mostrando un afelpado gato negro de peluche—Feliz cumpleaños, firefly.
Con lentitud, Dabi toma un juguete y lo examina. Es un peluche muy suave y esponjoso, parece un gato real.
—¿Te gusta? Un día me dijiste que querías un gato de mascota pero como aquí en el hospital no están permitidos los animales te traje este mientras tanto. Cuando salgas prometo conseguirte uno de verdad.
Dabi coloca el peluche en su regazo con cuidado. Amó tanto el regalo que tiene miedo de estropearlo—Gracias pero la verdad no creo que vaya a salir nunca.
El ceño de Hawks se frunce de manera dolorosa—¿Por qué dices eso?
—Tengo que tener un héroe que me patrocine para salir de aquí. Algo me dice que el único que se va a ofrecer será Endeavor y yo prefiero quedarme en prisión que vivir con él...así que no tengo tantas expectativas.
—Touya...¿y nunca consideraste que yo podría ser tu patrocinador?
Dabi levanta la cabeza tan rápido que hasta el cuello le duele—¿Tu te ofrecerías?
—Claro...sí tú estás cómodo con eso.
—Pero...¿por qué? ¿Porque eres tan amable conmigo? Se supone que deberías odiarme.
Hawks se sienta al borde de la cama y busca la mano del mayor para luego darle un beso en el dorso—¿Como podría odiarte, stardust? Si me diste los días más felices de mi vida, nunca me juzgaste por los rasgos animales de mi quirk, me trataste como una persona y no como una máquina, curabas mis heridas y me llenabas de cariño que no merecía.
—Lo haces ver como la gran cosa pero no lo era.
—Para mí lo era—asegura el rubio—Y lo es. Nadie nunca fue gentil conmigo solo porque sí. Hasta llegue a creer que yo no había nacido para tener algo mío, algo hogareño, algo que me hiciera sentir querido. Y tú solo...te colaste en mi casa y la convertiste en un hogar.
—Estúpida paloma hiperdesarrollada—gruesas lágrimas corren por las mejillas de Dabi quien las intenta apartar desesperadamente—¿Cómo puedes decir todo eso cuando soy malo para ti y cuando mereces algo mejor?
—No estoy de acuerdo contigo y aunque fuera verdad yo te quiero a ti. No puede ser nadie más que tú, Touya.
—Te odio—Dabi jala a Hawks y lo envuelve en un abrazo.
Es la primera vez que tienen contacto más haya de agarrarse las manos y toques en la mejilla y se siente bien. Es casi mágica la manera en la Hawks lo sostiene, como si fuera una pieza delicada pero no débil, como si no lo quisiera soltar, como si lo quisiera proteger de todo el mundo.
Lo cierto es que él tampoco se creía merecedor de cariño, primero por que no se era suficientemente bueno y luego porque era un villano.
Sin embargo ahí estaba el héroe número dos, el más rápido y el más guapo diciéndole que de hecho era suficiente y más. Que por primera vez era el número uno en la vida de alguien.
Eso lo hace feliz.
—Estás loco de remate—insiste—Haz perdido la cabeza.
—Claro que la he pedido, primor, pero por ti.
—¡Cállate!
—Cállame, pero a besos.
—Basta—Dabi se hace para atrás y ahueca las mejillas de héroe en sus manos y así puedan verse a los ojos—¿Prometes que esto no es malo para ti? ¿Que juntarte conmigo no te hace daño ni interfiere en tu propia recuperación?
—Lo juro, firefly. Aún no he encontrado mi camino del todo pero estoy en proceso, ahora descanso más, ya no me ahogo en café ni en bebidas energéticas y estoy buscando un hobbie. Hasta ahora lo que más me gusta en armar legos—Hawks se hace hacia adelante y fruta su nariz con la del mayor—Y nada me gustaría más que fueras parte de ese proceso. Porque como te dije antes, los halcones nos emparejamos de por vida y si tú no estás a mi lado siempre me faltará algo.
—Te odio—repite sin embargo levanta la barbilla para poder dejarle un beso en los labios—Gracias por no dejarme.
—Gracias por permitirme estar a tu lado.
N. A: ando soft
Gracias por leer.