Mi Perdición

By albavaazquez

14.4M 456K 63.1K

Cuando lo vi supe que sería mi perdición. Era el hombre que cientos de escritoras describían en sus libros y... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 1 (Parte 2)
Capítulo 1 (Parte 3)
Capítulo 1 (Parte 4)
Capítulo 2
Capítulo 2 (parte 2)
Capítulo 2 (parte 3)
Capítulo 2 (parte 4)
Capítulo 2 (parte 5)
Capítulo 3
Capítulo 3 (parte 2)
Capítulo 3 (parte 3)
Capítulo 3 (parte 4)
Capítulo 4
Capítulo 4 (parte 2)
Capítulo 4 (parte 3)
Capítulo 4 (parte 4)
Capítulo 4 (parte 5)
Capítulo 4 (parte 6)
Capítulo 5
Capítulo 5 (parte 2)
Capítulo 5 (parte 3)
Capítulo 5 (parte 4)
Capítulo 5 (parte 5)
Capítulo 5 (parte 6)
Capítulo 5 (parte 7)
Capítulo 6
Capítulo 6 (parte 2)
Capítulo 6 (parte 3)
Capítulo 6 (parte 4)
Capítulo 6 (parte 5)
Capítulo 6 (parte 6)
Capítulo 7
Capítulo 7 (parte 2)
Capítulo 7 (parte 3)
Capítulo 7 (parte 4)
Capítulo 7 (parte 5)
Capítulo 7 (parte 6)
Capítulo 8 (parte 2)
Capítulo 8 (parte 3)
Capítulo 8 (parte 4)
Capítulo 8 (parte 5)
Capítulo 8 (parte 6)
Capítulo 8 (parte 7)
Capítulo 9
Capítulo 9 (parte 2)
Capítulo 9 (parte 3)
Capítulo 9 (parte 4)
Capítulo 9 (parte 5)
Capítulo 10
Capítulo 10 (parte 2)
Capítulo 10 (parte 3)
Capítulo 10 (parte 4)
Capítulo 10 (parte 5)
Capítulo 10 (parte 6)
Capítulo 11
Capítulo 11 (parte 2)
Capítulo 11 (parte 3)
Capítulo 11 (parte 4)
Capítulo 11 (parte 5)
Capítulo 11 (parte 6)
Capítulo 11 (parte 7)
Capítulo 12
Capítulo 12 (parte 2)
Capítulo 12 (parte 3)
Capítulo 12 (parte 4)
Capítulo 12 (parte 5)
Capítulo 12 (parte 6)
Capítulo 13
Capítulo 13 (parte 2)
Capítulo 13 (parte 3)
Capítulo 13 (parte 4)
Capítulo 13 (parte 5)
Capítulo 13 (parte 6)
Capítulo 14
Capítulo 14 (parte 2)
Capítulo 14 (parte 3)
Capítulo 14 (parte 4)
Capítulo 14 (parte 5)
Capítulo 14 (parte 6)
Capítulo 15
Capítulo 15 (parte 2)
Capítulo 15 (parte 3)
Capítulo 15 (parte 4)
Capítulo 15 (parte 5)
Capítulo 15 (parte 6)
Capítulo 15 (parte 7)
Capítulo 16
Capítulo 16 (parte 2)
Capítulo 16 (parte 3)
Capítulo 16 (parte 4)

Capítulo 8

185K 6.8K 1K
By albavaazquez

Cuando pensamos en París, pensamos en el amor. Pensamos en los atardeceres desde la grandiosa Torre Eiffel. Pensamos en la Gioconda, atrapada de por vida en el Louvre, siendo disparada diariamente por miles de flashes. Pensamos en los maravillosos museos que poseen esas preciosas obras de arte. Pensamos en la prestigiosa arquitectura de sus edificios. Pensamos en el Sena y sus puentes, y sobre todo en el Puente de las Artes, conformado por candados de parejas de todo el mundo. Pensamos en la Catedral de Notre Dame y sus muros góticos. Pensamos en la Basílica del Sagrado Corazón, donde en sus callejuelas hay artistas que realizan unas impresionantes caricaturas. Pensamos en el Arco del Triunfo, desde donde se encuentra un mirador con unas magníficas vistas. Pensamos en esa foto romántica que los enamorados se quitan al anochecer con la Torre Eiffel de fondo. Pensamos en las famosas Galerías Lafayette, con su cúpula de estilo neobizantino, donde muchos turistas sólo van para apreciar esta preciosidad y sus terrazas que dicen que tienen una de las mejores vistas de la ciudad. Pensamos en los parisinos, en su elegancia y glamour al vestir. Pensamos en el francés, ese idioma en el que todo suena sensual. Pensamos en sus restaurantes, en sus tiendas de lujo. Pensamos en los suculentos macarons.

Pero sobre todo, en la luz que desprende París. Una ciudad que te hace sentir feliz, donde ningún mal tiene lugar. Aunque lamentablemente la ciudad del amor se estaba convirtiendo en la ciudad de la desgracia.

¿Por qué París se considera la ciudad del amor? ¿Por qué no New York o Londres? Considero que será por su arquitectura, su gente, sus calles, su Torre Eiffel. El entorno es realmente romántico. Es el lugar donde te gustaría celebrar tu boda de ensueño en algún castillo entre sus montañas.

Siempre había soñado con estar en París, en la propia ciudad. Recuerdo haber venido de pequeña con mis padres a Disneyland. Me había vuelto loca subiendo de una atracción a otra, esos tres días había traído a mi familia de cabeza. No me cansaba, y cada noche me tenían que llevar a rastras de vuelta al hotel. Y la ida fue lo peor, una semana llorando. Toda mi vida he sido una sensiblera y llorona.

Es un recuerdo de mi niñez que guardo en la memoria con mucha claridad, como si hubiera sido ayer. Entonces tenía 7 años y ahora 23. Qué rápido pasa el tiempo. Y me siento feliz al haber cumplido todos los sueños que tenía a esa edad, nunca me hubiera podido imaginar a esa edad que llegaría a ser tan sumamente feliz. Y estar en una familia tan unida.

El cielo se llevó a mi madre, pero a cambio mi abuela se convirtió en mi madre. Una madre que haría lo que fuera para que yo fuera feliz, aunque a ella no le gustaran algunas de las decisiones que había tomado a lo largo de mi corta vida.

Y aquí estoy, en la ciudad del amor, con un hombre del que he estado enamorada desde que le vi por primera vez. ¿Cuántos años tendría? ¿16? Vaya, que joven e inexperta era. Cada vez que me saludaba me sonrojaba como una estúpida adolescente. Y las cosas no es que hallan cambiado mucho, porque 7 años después me sigo poniendo incluso más roja. Siempre le he querido, y recuerdo cuando mi mejor amiga me había contado que estaba saliendo con él. Ese día y los siguientes lloré como una magdalena, con mi madre consolándome. Yo les había presentado en una cena, pero no lo lamenté al ver lo feliz que hacía a mi amiga. El trajo de nuevo la felicidad en su vida, una que había estado marcada por novios que iban y venían, ninguno captando su total interés.

Y ahora yo estoy a punto de comenzar una semana con él, en la que será nuestra propia ciudad del pecado.

Miro por la ventanilla las diversas calles de París y por fin sonrío. Esta semana pasará lo que tenga que pasar y punto. No voy a dejar que él se lleve toda la felicidad que tanto esfuerzo me ha costado conseguir. Voy a seguir siendo la misma Alba de siempre, esa Alba a la que le encanta estar con su familia y amigos, esa a la que le encanta leer hasta altas horas de la noche. Esa que no deja que nada la derrumbe. Esa a la que no necesita a un hombre para ser completamente feliz. Después de esta semana seré a un más feliz. Incluso puede que me enamore de un parisino y me quede a vivir el resto de mis días a su lado. Sería un bonito comienzo, uno en el que la tristeza no tiene hueco en ningún lugar. Respiro profundamente al sentirme por primera vez en mi vida segura. Segura de que todo va a salir bien. Sin preocuparme. Mi vida no está destinada a estar con él, y eso no me entristece porque sé que un hombre como el nunca se fijaría en mí, y porque sé que está con una mujer increíble.

Le miro de reojo y veo como observa por la ventanilla las calles de París al igual que hacia yo hasta hace unos segundos sumida en mis pensamientos. Sonríe para si mismo y me pregunto qué es lo que habrá provocado esa amplia sonrisa.

Y me siento feliz como nunca. Hacerme la dormida en el avión había sido la mejor idea que podía haber tenido para poner en orden los miles de pensamientos que rondaban mi inquieta cabeza atolondrada. Y ahora que él sabía lo que sentía por él ya no tenía que preocuparme por nada. Por fin me sentía libre por haber liberado ese secreto que por tantos años había estado guardando. Ese secreto que tantas noches de llorar me había provocado. Pero las lágrimas se habían terminado en el aeropuerto. Y me prometo a mi misma que esa sería la última vez que lloraría por un hombre. Los hombres sólo traen dos cosas a nuestras vidas: felicidad o tristeza; a veces incluso ambas unidas. Y yo sólo quiero un hombre que me haga reír todos y cada uno de los días restantes de mi vida. Que me trate con respeto y cariño. Que por las noches suspiremos bajo la atenta mirada de la luna. Que yo sea la razón de sus sonrisas. No necesito un supermodelo , la belleza está sobrevalorada. Hoy en día puedes estar saliendo con un adonis y darte cuenta que por cerebro tiene una lenteja y que lo único que le importa son sus músculos y su aspecto.

Christian tiene todos y cada una de esas características, experto que es muy inteligente. Pero sé que no es el único. Tiene que haber alguien como él ahí fuera, incluso mejor. Mis días no se acabarán cuando todo esto termine. Volverá a salir el sol otra vez para alumbrar mis días, y sé que estos no serán oscuros. Serán los más felices. Por que tengo claro que mi vida no se terminará porque un hombre me halla rechazado. Siempre hay una primera vez para todo y superándola rápido es lo mejor. Menos quebraderos de cabeza que vamos a tener. Esta semana será como yo quiera, y no como él quiera. Él no manda en mí ni mucho menos. No dejaré que juegue en ningún momento con mis sentimientos. No dejaré que me confunda, es imposible. Ahora tengo muy claro que si me dice algo cariñoso será porqué quiere follarme.

Eso es para lo que hemos venido. Y eso será lo que haremos. Me permitiré fantasear esta semana, porque al fin y al cabo sólo serán simples fantasías que nunca se cumplirán. Sólo en mi cabeza. Y por fantasías me refiero a amor, que es lo que realmente quiero, sexo te lo da cualquiera con dos dedos de frente. Pero amor, amor sólo te lo da una persona que te quiera y te aprecia incondicionalmente.

Y de esos no pasan muchos en nuestra vida, aunque suelen aparecer y nosotros desgraciadamente los miramos con otros ojos, ojos de amigos. Y después un tiempo más tarde nos damos cuenta que eso podría haber sido nuestra pareja. Pero ya no nos hablamos, el tiempo es lo que tiene.

A veces cura y otras veces las heridas siguen ahí, sangrando aunque nosotros las ignoramos. Hasta que volvemos a ver a esa persona y nos damos cuenta que esas heridas siguen sin cura, y que probablemente nunca sanarán y que de alguna manera vivirán siempre con nosotros. Esas heridas de las que nos acordaremos de vez en cuando. No nos queda otra remedio que hacerlo.

Dejamos entrar a personas en nuestras vidas a las que le damos todo de nosotros y nos acaban dejando solos y destrozados. A todos nos ha pasado alguna vez en la vida. Pero no podemos odiarles ya que en un momento de nuestras vidas nos hicieron las personas más felices del mundo. Donde pensábamos que éramos indestructibles y que nada nos podría separar. Es lo que tienen las primeras relaciones, unas duran un tiempo y algunas de por vida. Es algo que nunca se sabe. Hoy estás con una persona y no sabes si estarás con ella de por vida o sólo tres días. Supongo que el truco está en encontrar a esa persona que convierta tus días de mierda en una diversión.

Viendo las calles parisinas iluminadas me pregunto como habría sido estar en el momento cuando las calles estaban iluminadas por linternas. Una vez había leído que Luis XVI había ordenado colocar más de tres mil linternas por todas las calles de París, no era algo habitual en ninguna de las ciudades europeas.

Me siento reconfortada. Sé que mi madre no me habría dejado venir bajo ninguna circunstancia si supiera que iba a salir muy mal parada de esta semana. Ella tiene fe en que en algún momento encontraré al hombre que pondrá patas mi mundo patas arriba. O puede que adoptar a un niño sea el mejor de los remedios, un bebé traería felicidad a mi vida y verle crecer seria uno de los mejores regalos.

Los ojos se me empañan al recrear en mi mente la imagen de un pequeño abrazándome al tiempo que me llama mamá. Me vuelvo a repetir a mi misma que no necesito a ningún hombre para ser feliz, pero sin un niño sí que no me sentiría completa. Eso es lo que le falta a mi vida. Puede que sea demasiado joven, pero nunca me ha importado ser una madre joven y soltera. Es lo que siempre he querido desde que no era más que una mocosa, jugando con mi carrito y mi bebé de mentira; para mi eso lo era todo. Esos eran los buenos tiempos.

—Hemos llegado.—La voz cantarina de Christian me distrae de mis pensamientos.

Me pregunto a cómo he llegado a tales pensamientos desde que nos montamos en el coche. Debe de ser esta ciudad, altera mis pensamientos. Y hace que lo vea todo con mucha más claridad y perspectiva. Aún no he visto casi nada de París con mis propios ojos y ya me está encantando. Puede que quedarme aquí una temporada sea una gran ayuda para mi vida. Debería buscar el amor con algún francés, no tengo ni idea de francés, pero dicen que el amor no entiende de idiomas. Él podría enseñarme francés y yo a él inglés. Siempre me había interesado aprender francés. Sabía hablar español perfectamente puesto que algunos familiares que tenia vivían en Madrid y Barcelona.

El coche está detenido y me pregunto cómo no me habré dado cuenta.

Veo una mano pasando repetidas veces delante de mis ojos.

—Alba, ¿estas ahí?— aparto la mano de Christian y me río. Ni siquiera sé porqué me estoy riendo. Puede que por fin sea completamente feliz.—¿Se puede saber en que estabas pensando? Llevo un rato llamándote.

Le saco el dedo del medio, me mira sorprendido, y finalmente terminamos riéndonos como dos niños.

Una tos molesta proveniente del taxista hace que nos detengamos en seco. Nos habíamos olvidado por completo de su presencia. Christian empieza ha hablar en francés y yo me frustro al no entender nada. Es un problema que siempre he tenido. Le entrega un billete de 50 euros y le dice algo que creo entender como quédese el cambio. Pero no estoy muy segura de eso.

--------------------------------------------------------------------------------

Para cualquier pregunta que tengáis respecto al libro o cualquier otro asunto podéis hacerlo a través de mis redes sociales. En Instagram al igual que en Twitter soy albavaazquez.

Correo: vazquezg.alba@gmail.com

Siempre respondo 🖤

Continue Reading

You'll Also Like

4.9K 204 12
esta historia es un remake de mi primera historia
182K 10.8K 63
Un extraña noche Julia sufrió el mayor cambio. Su vida paso a ser la de alguien que nunca conoció antes. Un error la llevó al otro lado del mundo sol...
1.9K 436 27
Rub comparte una tarde tranquila en la feria con su amiga Carolina. Pero esa noche no es una noche normal; es la noche en la que la traicionarán. Est...
11.2K 1.1K 12
•Sipnosis adentro. •Adaptación •Jimin Top ; Yoongi Bottom •+18