Sentido Mortal

By AngelBernaez

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En un mundo donde la extinción humana se volvió inevitable, y donde la vida misma se ha convertido en una luc... More

Preludio
Capítulo 1: Sobrevivencia
Capítulo 2: Sentido de pertenencia
Capítulo 3: Escena siniestra
Capítulo 4: Encuentro
Capítulo 5: Mi vida, no la tuya
Capítulo 6: Situación calurosa
Capítulo 7: Tranquilidad destruida
Capítulo 8: Excursión reveladora
Capítulo 9: No te distraigas
Capítulo 10: Intuición egoísta
Capítulo 11: Cambio drástico
Capítulo 12: Reacción burbujeante
Capítulo 13: Verdad absoluta
Capítulo 14: Oscuros recuerdos
Capítulo 15: Intensión hipócrita
Capítulo 16: Ganas de Vivir
Capítulo 17: Miedo palpable
Capítulo 18: Amenaza ambulante
Capítulo 19: Hogar
Capítulo 20: Los inicios de Amber
Capítulo 22: Nuevas vías
Capítulo 23: Luz al final del túnel
Capítulo 24: Escenario desesperante
Capítulo 25: Acorralados
Capítulo 26: Intensidad
Capítulo 27: Verdades
Capítulo 28: Sonámbulos
Capítulo 29: Conexiones Humanas
Capítulo 30: No es real
Capítulo 31: Fuera luces
Capítulo 32: Bloqueo
Capítulo 33: Impacto inesperado

Capítulo 21: Los inicios de Jack

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By AngelBernaez

Jack se quedó en silencio, permitiendo que las palabras de Amber se sintieran en su mente. La historia de su compañera era conmovedora y atroz al mismo tiempo, y le hacía darse cuenta de que el mundo en el que vivían antes del caos ya estaba lleno de dificultades.

Después de un suspiro, Jack decidió que era hora de compartir su propia historia, de abrirse ante la rubia de la misma manera en que ella lo había hecho con él.

—Mi suerte no fue muy diferente a la tuya —comenzó, su voz cargaba de una mezcla de tristeza y determinación.

—Desde que era pequeño, tuve que lidiar con la incertidumbre y la falta de estabilidad. Mi hermano menor y yo pasamos nuestra infancia en hogares para niños sin familia, tratando de sobrevivir de la mejor manera posible.

Sus recuerdos lo llevaron a momentos difíciles, a veces sombríos, pero también llenos de valentía. Su conexión con su hermano menor, la firme determinación de mantenerse juntos a pesar de todas las dificultades, le daba fuerzas incluso ahora.

La mujer que finalmente se convirtió en su madre adoptiva era diferente al resto. No buscaba solo un hijo, sino una familia. Y a pesar de todas las barreras emocionales que Jack había construido para protegerse a sí mismo y a su hermano, comenzaron a confiar en ella.

—No fue fácil al principio —confesó—. Nos costaba abrirnos y confiar. Pero ella nunca nos abandonó, nos dio amor y apoyo cuando más lo necesitábamos, pero aprendimos a quererla.

Los recuerdos lo inundaron, las sonrisas de su madre adoptiva, las conversaciones sinceras y la sensación de pertenencia que finalmente encontraron. Aunque sus comienzos fueron difíciles, pronto entendió el significado de tener un hogar y una familia.

Jack luchó por contener las emociones que reviven ante los recuerdos. Mientras que Amber, con una empatía sincera, permanecía a su lado, ofreciendo su presencia y apoyo incondicional mientras escucha atentamente la historia.

—El cáncer de mi madre avanzó rápidamente —prosiguió con la voz entrecortada, sus palabras cargadas de pesar—. Hizo todo lo posible para seguir cuidando de nosotros, pero su fuerza se estaba agotando. Los tratamientos fueron agotadores y devastadores para ella. Verla sufrir de esa manera... fue algo que nunca olvidaré.

Los recuerdos parecen transportar a Jack de nuevo a ese doloroso período de su vida. Los momentos felices que habían compartido como familia ahora se entrelazan con imágenes de angustia y sufrimiento.

—Mi hermano y yo nos cuidábamos mutuamente —continuó Jack—. Hicimos lo que pudimos para mantenerla cómoda y para seguir adelante.

Las lágrimas fluyeron libremente por las mejillas del hombre mientras revivía esos momentos oscuros. Amber le ofreció su apoyo en silencioso. A medida que la historia avanza, parecía como si el peso de esos recuerdos estuviera siendo compartido entre los dos, aliviando un poco la carga emocional que Jack ha llevado consigo durante tanto tiempo.

La rubia asintió con comprensión y afecto. Sus historias, aunque diferentes, estaban marcadas por la adversidad. Se han convertido en confidentes en un mundo caótico, encontrando apoyo y consuelo en la compañía del otro mientras enfrentan los desafíos que les presenta cada día.

La narrativa de Jack continuo, revelando las difíciles etapas que él y su hermano tuvieron que enfrentar después de la pérdida de su madre. 

—Asumir la responsabilidad de mi hermano fue un desafío —recordó Jack, su voz reflejando tanto dolor como determinación—. Traté de ser fuerte por él, pero cada día era una lucha. Hacía todo lo posible para proporcionarle lo que necesitaba, pero no era fácil. No teníamos a nadie más, solo teníamos el uno al otro.

Amber asintió, sin palabras pero expresando comprensión y solidaridad. Sus propias experiencias difíciles la llevaron a sentir empatía por la situación de su amigo, que ahora era alguien íntimo.

—Eres increíble, Jack —murmuró Amber, sus ojos llenos de admiración—. Lo que hiciste por tu hermano es admirable.

Jack sonrió con gratitud por las palabras de su amiga, pero su mirada seguía siendo melancólica mientras revivía esos recuerdos. El destino les demostró que el futuro era incierto, y que las situaciones que ocurren y seguirán sucediendo no las pueden controlar. Lo único que pueden hacer es afrontarlas de la mejor manera posible.

—Cuando pensé que no podía empeorar mi vida, el maldito día donde todo se fue a la mierda llego.

Recuerdo Jack con cierto rencor:

Como era de costumbre, los dos hermanos dejaron su hogar para ir al pueblo en busca de suministros, habían consumido todos sus provisiones, obligándolos a ir nuevamente a la tienda para abastecerse y no sufrir de hambre.

Ya en la civilización nuevamente, ambos hermanos percibieron que las cosas no estaban bien. A pesar de ser un pueblo pequeño, no era costumbre que todo estuviese tan desolado. Un fuerte escalofrío invadió a Jack.

La tensión en el relato se volvió palpable a medida que el recuerdo avanzaba, y Amber siguió completamente inmersa en la historia, sintiendo la atmósfera de incertidumbre y peligro que rodeaba a los hermanos.

—Recuerdo que mi corazón comenzó a latir con fuerza —su voz reflejando la ansiedad que sintió en ese momento.

—Qué raro —Pensó mientras conducía. Se encontraba asombrado del silencio que los invadía.

—Tengo hambre hermano —Se quejó el hermano menor. Su estómago no dejaba de notificarle que debía comer.

Jack condujo hasta que se detuvo en un semáforo que le indicaba que debía detenerse. Los segundos pasaban y el mismo no cambiaba de color. Enfocado en la señal de tráfico, son sorprendidos por las fuertes sirenas de una patrulla.

Jack sintió que algo no estaba bien, pero no podía entenderlo. Luego, una patrulla pasó junto a ellos tan cerca que arrancó el retrovisor del auto. Fue como si estuvieran viendo una escena de alguna película, pero algo le decía que había algo más detrás de todo eso.

—¿Qué demonios? ¿Pero qué le sucede? —expresó, impactado.

Lo que estaba por ver en esos segundos es algo que no podrá olvidar, la patrulla que conducía temerosamente se volcó contra un poste provocando que presenciaran una escena espeluznante.

Jack y su hermano quedaron paralizados, observando la escena con ojos desorbitados. El humo se elevaba de los restos destrozados del automóvil de la policía. Por un momento, todo es silencio. Y luego, desde el interior del vehículo siniestrado, surgen figuras distorsionadas y siniestras.

Eran humanos, o lo que solían ser humanos. Ahora, sus cuerpos estaban deformados, piel desgarrada, rostros distorsionados por la ferocidad de la situación. Parecían enloquecidos, moviéndose de manera antinatural, uno de ellos se tambaleaba, con un brazo retorcido y un trozo de vidrio incrustado en su pierna, otro se arrastraba desde la parte trasera, su piel colgando en jirones.

—¡Mierda! —gritó Jack, su voz llena de horror y asco.

Por su parte, el más pequeño, que hasta entonces había estado quejándose de hambre, ahora estaba en silencio, sus ojos llenos de miedo. Los dos observaban mientras las criaturas se acercaban, luchando por ponerse de pie.

El que salió por la ventana del conductor parecía tener el rostro desgarrado por el impacto, dejando ver hueso y carne retorcida.

El instinto de Jack le gritaba que se alejara rápidamente de esa situación, no pudo aguantar un minuto más viendo todo lo que sucedía a pocos metros de él. Por lo que sin entender lo que sucedía, logro apretar el acelerador para alejarse de ahí lo antes posible.

—¿Qué... qué sucede? —balbuceaba el hermano pequeño con su voz temblorosa.

—No lo sé, pero debemos irnos de aquí ahora mismo —respondió Jack con urgencia, pisando el acelerador.

La visión de esas criaturas distorsionadas se grabó en sus mentes, una imagen que no podían olvidar mientras conducía en silencio, el miedo y el shock pesando sobre ellos. La sensación de que algo realmente aterrador sucedía no los dejaba pensar.

Deseaban salir de ahí con toda su alma, por lo que Jack acelero aún más. Los llantos y gritos de su hermano llenaron el aire, mezclándose con los latidos acelerados de su corazón. Apenas pudo mantener la concentración en la carretera, cuando fue embestido por otro vehículo fuera de control.

Amber observo a Jack mientras revivía esos momentos traumáticos. Pudo ver el tormento en sus ojos, el conflicto de emociones que se refleja en su rostro. Comprendió que estas memorias lo afectaban profundamente, que estaba en el centro de su dolor.

—No recuerdo mucho lo demás —dijo Jack con seriedad—. Solo recuerdo el choque y cómo mi hermano gritaba mi nombre.

Las lágrimas comenzaron a rebosar nuevamente por sus mejillas. La impotencia, la rabia y la tristeza se mezclaron en su expresión. Amber sintió su propio corazón apretarse mientras escucha el relato, sintiendo su dolor. Las imágenes borrosas que Jack describía, su hermano siendo arrastrado por la ventana, los gritos, todo creaba una escena desgarradora.

El recuerdo del impacto es una pesadilla en sí mismo. Jack se tambaleaba en su narración, luchando con las emociones que lo inundaban. El recuerdo fue suficiente para aturdirlo, dejándolo solo con fragmentos confusos.

—Solo era un niño —dijo con voz temblorosa—. Apenas tenía 10 años. No pude hacer nada por salvarlo.

La rubia no sabía qué decir o hacer para mostrar sus condolencias, por lo que deicidio indagar más en los sentimientos de su compañero.

—¿Cómo escapaste con vida? —preguntó con gentileza, consciente de la delicadeza del tema.

Jack inhaló profundamente, tratando de recuperar la compostura mientras luchaba contra las emociones abrumadoras que lo asaltaban. Su mirada se volvió distante por un momento mientras retrocedía en el tiempo, recordando el caos que siguió al impacto y cómo finalmente logró escapar de esa pesadilla.

—Cuando desperté, no encontré rastros de mi hermano —confesó lleno de ira—. Como pude, logré salir del vehículo y alejarme poco antes de que explotase.

La imagen de la explosión y el humo llenando el aire volvió a su mente con claridad. Jack siguió lidiando con la culpa, con el sentimiento de que pudo haber hecho más por su hermano. Su voz se quebró ligeramente mientras continuaba relatando su experiencia.

—La explosión fue suficiente para crear una ola de humo y un fuerte ruido que llamó la atención de las criaturas que estaban a mi alrededor. Afortunadamente, fue suficiente para distraerlos y me dio la oportunidad de huir.

Amber asintió con empatía en sus ojos, intento ser un bálsamo para el dolor de Jack, recordándole que no fue su culpa. Aunque las palabras sonaban reconfortantes, ambos sabían que era difícil escapar completamente de la culpa que acompaña a las tragedias.

Jack no pudo evitar que las lágrimas brotaran. Contar su historia le hacía revivir momentos que preferiría olvidar, pero también sintió cierto alivio al compartirlo con alguien que lo comprendía. Amber había sido testigo de su vulnerabilidad, y eso los unía de una manera profunda.

La conversación había sido intensa, pero también liberadora en cierto sentido. Los recuerdos dolorosos habían salido a la superficie, pero ahora ambos sabían que no estaban solos en su sufrimiento. Han compartido sus historias, han visto sus heridas, y en ese proceso, han encontrado una conexión que les daba la fuerza para enfrentar el presente.

Ahora, mientras dejaban atrás esos fantasmas que los habían atormentado, se concentraban en el presente, sabiendo que el caos no había hecho más que comenzar, pero también sabían que se tenían el uno al otro para apoyarse en este mundo transformado y aterrador. 

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