Atándonos

By LadyFrancesca0912

317K 16.7K 392

Molly decide hacerse la inseminación artificial para lograr su sueño, su sueño sin necesidad de un hombre. De... More

Prólogo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
"Porque eso que nos ata ahora es mucho más fuerte"
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
Final
Epílogo

38

3.8K 211 0
By LadyFrancesca0912

Molly
Horas antes...

"Pasajeros con destino a Ontario Canadá, aproxímense hasta la estación número..."

Mis piernas no siguen caminando en cuanto mis ojos caen sobre una familia. Es una compuesta por una madre y su pequeño hijo de escasos años. El niño está siendo sostenido con fuerza por una señora mucho más mayor que la mujer, mientras que él no deja de gritar y llorar por su madre que ya se encuentra de espaldas a el pequeño y camina en dirección a su estación.

Mi interior se encoje por ver tal escena y es como si me verticen agua helada encima.

¿Qué diablos estás haciendo Molly?

¿Acaso vas a dejar a tu hijo cuando tú misma sufriste en carne propia lo que es no tener a tus padres a tu lado?

Tras pensar varios segundos en lo que haré, giro mi cuerpo hasta salir fuera del aereopuerto. Tomo el primer taxi que veo hasta la mansión del abuelo de mi hijo. En el camino de vuelta pienso en sus alaridos y cómo aún me revuelven la vida, su sufrimiento y pesar pues jamás había pasado por algo así.

Los padres nunca serán perfectos para con los hijos, pero el esfuerzo por hacer las cosas bien es lo que cuenta. Aún no es tarde para volver a su lado y darle todo el cariño que siempre quise que me dieran a mí los míos.

Bajo hasta el gran portón de la entrada y tras las cámaras verme, continúo mi paso. Veo como se aproximan hacia mi varias sirvientas de la casa y toman mis maletas. Voy rápidamente caminando hasta donde dejé a mi hijo.

Entro dentro de la inmensa mansión y subo hasta el segundo piso. Ahí lo veo bajo las sábanas. Dormido con su precioso rostro rojo debido al llanto. Mi pecho se rompe al pensar en todo lo que le hice sufrir a mi bebé, cuando siempre me prometí a mi misma que nunca lo haría.

                           ***

Las horas pasan hasta que me llama una de las sirvientas que el niño despertó, corro hasta su encuentro y cuando sus brillantes ojitos me ven, se llenan de lágrimas. Impacto mi cuerpo con el suyo y lo cargo en mi regazo envolviéndolo en mis brazos. Lleno de besos su carita con amor y él solo me aprieta con tanta fuerza que logra que se me escapen lágrimas.

—No te fuiste mami —dice al fin con su voz llena de ilusión.

—No mi amor, no podría dejarte solo —respondo pero mi voz se rompe mientras paso las manos por sus mejillas.

Sus cara está tan mojada que me duele verle así.

—No llores más sí, vamos a ver la peli del gato con botas y a tomar unos helados.

Su rostro cambia drásticamente y me sonríe.

—¡Sí!, ¿puedo elegir el de maní?

Rio por lo que dice pues ese es mi favorito cuando estaba embarazada, al parecer nació con ese mismo gusto.

—Claro cariño.

Sale fuera corriendo hasta la cocina, se me acerca una de las empleadas y tiene el celular en sus manos.

—Señora Molly, el señor Tohbías nos pidió que le llamáramos cuando despertara en niño —comenta.

—No, no lo hagas. Estoy aquí y su padre seguro que está trabajando —pido y ella asiente y se marcha.

Así nos pasamos la tarde, mi pequeño y yo, ambos acurrucados viendo el gato con botas y luego jugando con Matts fuera en el precioso jardín de la mansión. Se nos van las horas y para cuando miro con detalle el reloj ya son las diez de la noche.

Me acuesto con Tohb mientras le leo un cuento y al terminar y comprobar que está realmente dormido, me levanto hacia la habitación de Tohbías y allí le espero. Primero sentada en una de las cómodas butacas, pero al ver que pasa el tiempo y no llega, decanto por acostarme a esperarlo.

Unas manos en mi trasero me hacen removerme, lo primero que viene a mi mente es Dereck, por tanto doy un respingo enderezándome en la cama. Pero suspiro con trsnquilidad al ver que el que anda manoseándome es el padre de mi hijo y dueño de mi corazón.

Lo noto que se tambalea de un lado a otro. Y mi pensar se comprueba cuando siento el olor a alcohol desprender de su aliento.

—¿Eres tú Molly? —su pregunta está tan llena de incertidumbre que mi sistema da vueltas.

Me siento sobre el colchón cubriendo mi cuerpo, él solo está parado frente a mí mirándome con fijeza. Sus ojos me reparan tanto que siento que van a abrir un hueco en mi rostro.

Cuando menos lo espero levanta una de sus manos y va directo a la mejilla. La veo antes zigzaguear hasta que palpa mi rostro. Acaricia el sitio con ternura y no hago más que ver su mirada intensa.

—¿Eres real? —pregunta casi que para él mismo.

Se nota su lucha interna al verme, pues pienso que él cree que soy una ilusión.

—Joder, estás tan metida dentro de mí que hasta tengo visiones contigo —bufa torciendo los ojos y da pasos atrás.

Trastabilla hasta que cae al suelo, me levanto al instante preocupada por su caída, pero ahora lo escucho reír.

—Tanto que me empeñé en odiarte maldita pelirroja, pero es jodidamente imposible y no soporto volverme loco cada vez que te tengo cerca.

Sus palabras son como gasolina vertida en un fuego interno que está empezando a crecer. Me enciende de tal manera que mi ADN está en ebullición.

—Vamos levántate, no puedes dormir en el suelo —hablo y lo tomo por los brazos.

—Malditas tetas tienes joder —bufa pero sus palabras solo me prenden más.

Con cuidado él se deja levantar y camino a duras penas hasta el colchón, se deja caer completamente. Aunque está con las piernas afuera, es mejor que pase la noche en la cama que no en el frío piso. Llevo mis manos hasta su corbata y la zafo, él está con los ojos cerrados. Quito con dificultad su saco pero él me ayuda. Me deshago de casi todo excepto de su bóxer.

Justo cuando voy hasta otra habitación luego de dejar doblada su ropa. Sus palabras me detienen.

—¿Por qué escogiste el camino más fácil?

Me quedo congelada en el lugar porque aún hasta ebrio dice esas cosas, cosas que percibo le dolieron muchísimo. Me vuelvo hasta su sitio y me siento a su lado en la cama. Dudo mucho que mañana recuerde todo esto, así que me sentiré libre de desahogarme con él ahora.

Todo es un espeso silencio, pues no dice nada más y aprovecho yo para hablar, comprobando que está entre dormido y alerta.

—No fue fácil para mí Tohbías, justo estaba sintiéndome realmente feliz contigo, justo estaba llenándome de esperanza en un nosotros. Cuando supe que perderías el conocimiento me aterré.

Rio ahora al pensar en lo irónica que es la vida.

—Sí, huí solo para evitar que cuando abrieras los ojos me rechazaras, huí solo porque no creí ser capaz de ver desprecio en tus ojos, que antes brillaban con solo verme llegar. Pero es gracioso el hecho de que a veces huímos tanto, que no nos damos cuenta que podemos ser jalados atrás tan fácil como si estuviésemos atados a algo. Heme aquí sufriendo por lo mismo que antes evité sufrir al tú despertar...

—¿Por qué me dejaste solo Molly? —balbucea lamentándose.

Sus palabras expresan tanta nostalgia que me contagia a mí, un sabor amargo se me instala en la boca al sentir con cuánta profundidad fue la herida que le causé. Veo una lágrima escurrirse en su mejilla y la limpio con una de mis manos.

De pronto sus ojos se abren y me miran de una forma tan arrolladora que me eriza la vida.

—Eres tan hermosa —expresa de pronto sin dejar de verme.

Su forma de decirlo me hiela completamente, las llamas dentro de mi vuelven a prenderse y mi corazón no deja de retumbarme en mi pecho.

—¿Por qué mierda no puedo dejar de imaginarte desnuda todo el tiempo?

Trago grueso cuando noto que él se incorpora quedando a mi altura. Su cuerpo completamente descubierto acapara toda mi vista. No puedo apartar la mirada de su tersa piel llena de músculos que se tensan con cada uno de sus movimientos.

Se me viene encima y no puedo más que caer tras las suaves almohadas. Su boca va directo a mi cuello chupando y prendiéndose del sitio. Mis manos las mezclo en sus cabellos alborotados sintiendo ahora su lengua lamer todo el valle entre mis tetas.

Sus gruesas manos desgarran el vestido permitiéndole el acceso completo a ellas. Se desliza hacia una succionando con ansias el pezón, mientras que la otra solo la magrea a su antojo.

El color abrazador nos recorre cuando solo siento mi entrepierna lanzarme gritos de atención. Él va bajando trazando una linea con su lengua hasta llegar a mi pélvis, me remuevo exigiendo los movimientos que está a punto de hacer. Inhala mi olor y siento el calor de su aliento en esa zona entre mis piernas.

Pero Tohbías se endereza y me toma de los muslos, hace tipo un gancho poniéndome de espaldas a él. Saca mis bragas y yo me dejo hacer bajo sus manos. Tengo los nervios a flor de piel cuando lo siento dejarse caer entre mis muslos.

Me abre las piernas quedando mi trasero en pompa y mete su boca ahí. Lo levanto mucho más dándole acceso a mi sexo y él se desliza de un lado a otro sin pudor alguno. Percibo los chorros de mis fluidos salir de mi vagina y cómo él los lame con tanto deseo que mis gemidos se van intensificando.

Me pone en cuatro sobre la cama él se mete entre mis piernas, acostándose bajo mi vagina. Me jala de las caderas para nuevamente prenderse del sitio. Quedo casi sentada en su cara sin dejar de mover mi cintura al compás de su lengua.

¡Joder!

Entrecierro los ojos cuando todo se va volviendo más tsunámico dentro de mí, jadeo y jadeo al sentir cómo estoy a punto de desbordarme y trato de quitarme, pero el me agarra con fuerza en el sitio, haciendo que me corra justo en su boca.

Con gusto lame cada fluido mirándome tal cuál león hambriento.

—Eres deliciosa.

Me incorporo en otro sitio y él se enderza, con trabajo debido a su estado se pone de pie en el suelo viéndome a distancia. Sin más me señala con sus dedos el sitio, y aunque este hombre ya no sea realmente el mismo que antes podía reclamar como mío, aún tiene costumbres que antes hacía.

Sé perfectamente qué es lo que desea y lo hago. Me pongo en cuatro esperando que se intruduzca dentro de mí, por unos segundos él se queda esperando, hasta que de una sola estocada me penetra sacándome un sonoro gemido.

Embiste despacio primero y siento maravillas al notar cómo eso tan delicioso entra y sale de mí. Disfruto y lo hago aún más cuando lo siento acelerar sus movimientos, nuestros cuerpos impactan tanto que suena a palmadas por todo el lugar.

Muerdo mi labio procurando parar de gemir con fuerza, pero me es imposible cuando nuevamente me corro con él dentro, él lo siente y por tanto llega justo tras de mí. Ambos jadeantes y sudados por el sexo que tuvimos.

Me dejo caer en la cama y él hace lo mismo. Me giro hasta quedar frente a su rostro, Tohbías detalla el mío y su mano toca mi cara.

—Ojalá esto no fuese una ilusión —añade de pronto tan bajo que apenas y pude escucharlo. —No sabes cuánto desearía estar así todo el tiempo conmigo.

Huelo su olor a alcohol y sonrío de soslayo con tristeza, pues es muy probable que mañana no recuerde nada de lo que sucedió hoy. De todo lo que sentimos juntos al compenetrarnos nuevamente. Pero es mejor así, yo debí mantener mi palabra sin embargo, cuando se trata de él no hay unas malditas reglas que valgan.

Lo veo ahora cerrar los ojos poco a poco hasta que siento su respiración tornarse tranquila. Me voy incorporando despacio para no despertarlo y cuando ya estoy de pie sobre el suelo, que voy a por mi pijama desgarrado, pero su fuerte mano sostiene la mía impidiéndolo.

—No huyas más —manifiesta sin abrir los ojos.

Se me seca la vida tras oírle...

Me jala hasta que caigo acostada a su lado completamente desnuda. Sin más él me envuelve en sus brazos y mi cabeza queda en su pecho, su delicioso olor impregna mis sentidos hasta que me voy relajando y me dejo vencer por el sueño.


Pestañeo percibiendo la luz entrar escasa por las ventanas, un fuerte y grande cuerpo desnudo a mi lado me hace casi sobresaltar. Lo siento ahí tan mío, tan él, tan hermoso. Su cabello rojo está revuelto y su rostro tan sereno que me hace querer tocarlo.

Me aparto para verlo dormir y con sigilo voy separándome de él. Pero cuando voy a poner un pie fuera de la cama sus verdes ojos se abren y me enfocan.

—Tohbías yo...

—Shu —dice y me señala con su dedo en sus labios mandándome a callar—, ven.

Mis ojos se abren comprobando que esto de verdad esté sucediendo. ¿Me está pidiendo él ya completamente cuerdo que me quede junto a él? Me voy acercando poco a poco gateando hasta su sitio, mientras sus ojos están viendo mis tetas con detalle.

Quedo situada frente a él y él se sienta en la cama hasta quedar a mi altura.

—Intentémoslo —declara haciéndome hasta entreabrir mis labios.

—¿Estas seguro Tohbías?

—Sí, no quiero hacer más a mi hijo sufrir. Debemos estar juntos por él.

Asiento y bajo mi cabeza mirando las sábanas. Su mano toma mi mentón y me hace verle a los ojos.

—¿No quieres?

Noto mi vista empañarse y cómo todo se empieza a arremolinarse dentro de mí.

¿Esto está sucediendo en verdad?

—Sí, claro que quiero Tohbías —chillo casi eufórica, pero se me bajan los humos cuando cierta mujer llega a mi mente—. ¿Y Alara?

—Rompimos ayer, no puedo sacrificar la felicidad de mi hijo y tú formas parte de ella —contesta.

Su vista cae en mi cuerpo desnudo y me recorre entera poniéndome nerviosa al momento.

—Está bien, ¿entonces esto es por nuestro hijo?

—Así es.

—¿Nunca me vas a perdonar?

Sus ojos me miran ahora de forma fría y la misma forma me hiela a mí.

—Dejemos eso un lado, centrémonos en el ahora.

Intento irme de la cama pero él no me lo permite. Sus manos van a mi cintura y me acerca a él.

—Mientras tanto disfrutemos de esto, no puedo estar ni un puto segundo lejos de tu cuerpo. Necesito dejar de luchar contra esto que siento por ti —gruñe cerca de mi oreja.

Me retuerzo riendo cuando lame en ese sitio provocándome casi cosquillas.

—Me encanta estar contigo —suspiro mientras él besa mi cuello.

—Molly, disfrutemos del momento pero no te confundas pensando que tenemos algo de verdad —aclara.

Me separo de golpe sintiendo mi corazón demasiado acelerado en mi pecho.

—¿Entonces quieres follar conmigo y hacer como si nada?

Su mirada penetrante no deja mis ojos.

—¿Por qué tienes que pedir cuentas de todo?, simplemente déjate llevar y disfruta de esto.

—Para ti es muy fácil ya que no sientes nada por mí.

—Nunca dije eso, siento muchas cosas por ti nena —confiesa y mis ojos caen en su entrepierna la cual mueve de arriba abajo mientras me mira de forma descarada.

Ladea una sonrisa con suficiencia y trago grueso.

—Lo mejor es mantener distancias Tohbías —pido y él no dice nada.

Giro mi espalda para salir de aquí sintiendo mi cabeza hecha un completo caos.

—Estamos atados a él nena, recuérdalo. Nunca vas a poder huir lo suficiente de mí porque siempre iré a por ti.

Ni siquiera me enderezo frente a él para oírle, sino que sigo mi camino.

Cierro la puerta con seguro que da al baño, para meterme bajo la ducha. Necesito aclarar esto que acabó de pasar.

Continue Reading

You'll Also Like

17.1K 1.3K 13
Para Amelia López la navidad era una época perfecta. Pero, por alguna extraña razón, esta navidad era diferente. No había logrado escribir una estúp...
Anubis By Rosy

Fanfiction

18.9K 2.3K 18
Un visitante inesperado hace que su vida se torne en un negro azabache, tan negro como la obsidiana, tan negro como sus ojos expectantes... Con un pa...
7.8M 439K 126
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...
61.5K 5.2K 28
Joel Pimentel es un gran hombre de negocios, todo en su empresa iba de bien en mejor. Todo en él era éxito, triunfo, fama y poder. Tenía en sus manos...