Obito no sabría en qué idioma maldecir a Genma cuando se le ocurrió la maravillosa idea de arrastrar a todo su grupito hacia las chicas, pero las ganas mordían debajo de su piel cuando una Anko con una sonrisa maliciosa empujó a Jin a sus brazos y ella le miró con ojos nublados, antes de sonrojarse.
Obito no estaba seguro si Jin estaba demasiado borracha como para no ver su rostro desfigurado o algo, como para sonrojarse como una colegiala mientras ponía una de sus manos en su pecho y agitaba sus pestañas ligeramente cuando lo miraba a los ojos.
No sabría qué era lo peor, si Jin que no se alejaba de él, casi pegándose con ese diminuto vestido de látex o si era su bonita y sucia boca que no paraba de coquetear descaradamente con él mientras le miraba con ojitos inocentes.
Todo, frente a sus amigos, los cuales no entendían ni un carajo de lo que ella decía, pero él entendía decentemente lo que quería decir en su lengua borracha con el idioma que ella catalogó como "español" y le enseñó diligentemente desde que eran niños.
Ahora estaba en "español chileno avanzado", pero aún le costaba distinguir como demonios "Weon" o "wea" podría repetirse hasta casi cuatro veces en una misma frase significando cosas distintas.
A veces le mareaba que Jin hablara en su "chileno", pero al menos sabía que su Jin con toda esa carita inocente no paraba de maldecir en lo bajo en algunas misiones que habían tenido juntos.
Escalofriante como podría decir.
"Puta el weon aweonao que no acierta ni una wea por la cresta, más perkin el shushasumare, casi le faltó ácido fólico durante el embrazo para ser tan un weon tan malditamente aweaonao, ese maldito sacowea solo habla puras weas".
No le entendió ni un carajo, pero sabe que por lo menos era un insulto bastante elaborado... y creativo... cree...
No sonaba como un elogio...
Ni algo bueno...
Si, definitivamente debería ser un insulto extra mega elaborado.
—¿De qué dulcería escapaste, bombón? —Jin pincha ligeramente su pecho con su dedo índice, arrastrando suavemente la tela de la ropa y Obito se sonroja ligeramente saliendo de sus pensamientos.
—¿D-disculpa? —tartamudeó Obito sin creer lo que escuchaba.
—¿Cuál es tu color favorito, guapo? —los labios ligeramente pintados de Jin se elevaron en una sonrisa coqueta y juguetona, sus ojos brillando traviesamente— El mío es verte.
—J-jin... —Obito empezó a sudar mientras intentaba alejarse, pero solo conseguía que Jin se le pegara más, lo que lo hizo ponerse tieso en el lugar como si fuese una estatua de madera o algo similar.
Casi dejó de respirar cuando esos regordetes pechos rozaron su costado.
—Si tu cuerpo fuera cárcel y tus brazos cadenas, que fácil sería cumplir mi condena —Jin abrazó su musculoso brazo, apoyando sus regordetes pechos y batió sus pestañas mientras sus ojos se hacían media lunas, los ojos de Obito no pudieron evitar mirar ese regordete pecho y como parecía que quería derramarse de su ajustado vestido.
Obito tragó en seco desviando la mirada.
Kakashi lo iba a matar.
—¡J-jin! —chilló poniéndose rojo desde el cuello hasta el cuero cabelludo— C-creo que el alcohol se te dubio a la c-cabeza... —Obito tembló ligeramente al sentir el cálido aliento en su cuello y Jin soltó una risita divertida por su reacción.
Era bastante obvio que estaba bastante fuera de sí misma.
—No es Ron ni Cerveza, eres tú quien se me ha subido a la cabeza... —Obito se congeló en el lugar cuando sintió un suave beso en el lóbulo de la oreja y se erizó de pies a cabeza cuando el muslo de Jin se pegó al suyo—. Quisiera ser la sangre que recorre tu cuerpo, para llegar a tu corazón... —Jin suelta una risita—... y a otra parte.
—¡Jin! —chilló Obito tapándose el rostro sonrojado mientras se encorvaba en su sitio intentando encerrarse a sí mismo y no mirarla bajo ninguna circunstancia.
Lastimosamente, su suave y regordete muslo estaba pegado al suyo, por lo que con lo corto que era su vestido, si se inclinaba un poco más, él podría verle las...
¡No! ¡Él no debe!
Rápidamente se endereza tiesamente.
—Tu sonrisa es muy bonita —Jin acarició suavemente la mandíbula de Obito una vez que él se levantó con un rostro sonrojado y una sonrisa nerviosa y temblorosa—. Es la sonrisa que quiero para mis hijos...
—P-por favor... —gimoteó Obito desesperado intentando alejarse suavemente de Jin.
—¿Te gustan los idiomas? Porque quiero enseñarte mi lengua —Jin le sonrió inocentemente y Obito sintió que su alma se escapaba por su boca a la vez que el vapor salía de sus orejas rojas.
—Que bonitos pantalones... —Jin pone una mano en el muslo de Obito y él tensa todo su cuerpo—. Tan bonitos como para verlos en el suelo de mi dormitorio —Jin rio entre dientes y Obito se atragantó con saliva.
—¡Y-ya basta, Jin! —exclamó Obito antes de mirar desesperado a su grupito buscando rápidamente entre los integrantes de este alguien que estuviera menos borracho y que no fuese una mala opción para cuidar a Jin de que sus ojos se posaran en Anko, porque ella no estaba en la pista de baile como Shizune y Genma ni estaba sentada en el regazo de Asuma, como Kurenai.
Y ella era quién lo había metido en este lío, así que ella debería de resolverlo.
—¡A-anko, ayúdame aquí! —exigió el Uchiha temblando mientras que sudaba y tenía todo el rostro, orejas y cuello sonrojados.
—Ay... que mojigato eres, dios mío —Anko rueda los ojos y luego mira a Jin la cual estaba sentada inocentemente al lado de Obito, abrazando el brazo del chico entre sus pechos mientras apoyaba su cabeza en el hombro del Uchiha a la vez que estaba ligeramente sonrojada—. Al paso que vas, realmente morirás virgen, amigo mío —Anko lo mira con decepción.
—¡C-cállate y sácamela de encima! —chilló Obito temblando ligeramente.
—Bien —Anko rueda los ojos— ¡Jin, mi amor, ven acá!
—Mm... mm...—Jin niega ligeramente con una sonrisa y apoya su rostro en el bíceps del hombre, haciéndolo retorcerse por un fuerte escalofrió sacudiendo su cuerpo.
—¿Oho? ¿Te niegas? ¿Acaso estás entrando en tu época rebelde? —preguntó divertida e interesada Anko— ¿No querías olvidarte del Idiota? —Jin hace una pausa y abre sus ojos pensativamente antes de asentir—. Entonces vayamos a la pista y demos todo un espectáculo nuevamente, seguramente encontrarás a algún chico que realmente esté interesado en ti —Anko miró burlonamente a Obito mientras soltaba una risita.
—Bien... —gimoteó Jin.
—Por el lado este, cuando fui a los baños vi que había tubos —Anko sonrió lascivamente—. Compitamos por quien baila mejor, gana la que acumule más gritos.
Anko se llevó a Jin de la mano apresuradamente y Obito suspiró aliviado ligeramente. Aun podía sentir el calor residual en su cuerpo por el toque de Jin y eso lo ponía extremadamente nervioso, era como si su toque fuera electrizante y le dejara pequeñas descargas eléctricas de su cálido y suave cuerpo.
Pensando en ello, Obito se sonrojó mientras se tocaba el bíceps avergonzado y agachando la cabeza.
Decidiendo intentar olvidarse de ello, Obito tomó un vaso de alcohol en la mesa en la que estaban mientras miró a sus amigos coquetear con las dos amigas civiles de las chicas y algunas otras que se acercaron por su propia cuenta -porque los shinobis son candentes hasta que se dan cuenta de que para un shinobi ellas NUNCA serán su prioridad- hasta que algo le picó en la parte posterior de la cabeza.
Tomando otro sorbo más profundo de su bebida, las palabras de Anko se asentaron completamente en su cabeza y Obito escupió su bebida antes de toser y atragantarse con esta.
"¡¿Tubos?"
Obito rápidamente se adentró en el mar de gente hasta que escuchó gritos de una multitud y supo que las había encontrado.
—¡Supera eso, novata! —exclamó Anko con una sonrisa de mierda en su rostro y Jin, le miró ligeramente sonrojada antes de fruncir el ceño con una sonrisa depredadora.
—No me gusta perder —rio oscuramente Jin.
Obito miró sorprendido el cambio de personalidad de Jin y se preguntó si el alcohol la había vuelto así o algo.
Por supuesto, lo que no sabía Obito es que Jin actuaba como una colegiala enamorada a su alrededor, por lo que era más torpe a su lado y nerviosa sin mostrar su lado más feroz y cruel como lo haría en alguna misión con un grupo de idiotas que intentaran subestimarla solo por el hecho de tener un buen par de tetas.
Realmente Jin estaba harta de esos imbéciles, una vez los inmovilizó a todos e hizo la misión por sí sola, porque para ella ese grupo era esencialmente inútil y solo un estorbo -casi arruinaron la misión en más de una oración y Jin tuvo que salvarles el culo en más de una ocasión Y AÚN ASÍ ellos tenían el puto descaro de descartarla, subestimarla y degradarla-, así que se encargó de hacer el trabajo y luego se burló de ellos por ser tan "inútiles"-y por supuesto, le dio un largo informa al Hokage sobre todas las cosas que hicieron esos cabrones, más el bonus de contárselo a Kushina para que todo el pueblo se enterara con sus gritos enojados-.
Usualmente no haría eso, pero esos tipos habían colmado su paciencia y vivir -porque si no está acosando, digo, pasando el tiempo con Obito, Jin está encerrada en el laboratorio con Orochimaru experimentando y eso lleva a dos posibles situaciones una, se queda atascada y necesita ayuda de Kushina o Tsunade o dos, Orochimaru y ella quedan heridos luego de hacer explotar algo- con cierta Sannin con un carácter del demonio, un científico loco que no dudaría en destripar a alguna molestia, una pelirroja que podría explotar el pueblo si se enoja demasiado y los consejo pasivo-agresivos de Sakumo-san que rápidamente se volvía aterradores y crueles -porque un buen papá cuida muy bien de sus cachorros, pero si es una niñita, es la princesita. Ni siquiera le hagan hablar del comportamiento de hermano Kakashi que no dudaría en convertirse en un matón rápidamente-, era inevitable que obtuviera algo de ellos.
Por eso la mayoría de sus misiones las hacia con Kakashi, el cual la trataba como su hermanita y no dudaría en matonear a quienes intentaran sabotearla o degradarla... y cuando dijeran que se acuesta con Kakashi o alguna tontería así, Kakashi pasivo-agresivamente empezaría a soltar comentarios sarcásticos y mordaces como "¿Vaya? ¿Qué tenemos aquí? ¿Un enfermo que fantasea con su hermanita, mm? ¿Quieres reflejar tu inmundicia en Jin y mi, mm? ¿Acaso no puedo defender a mi linda hermanita? ¿Mi pequeña, dulce y pobrecita hermanita? ¿Acaso eres tan poco hombre que dejarías que intimidaran a tu hermanita frente tuyo, mm? ¿Te faltas huevos o te los cortaron? ¿Quieres que te los quite por poco hombre? porque eso es lo que te mereces, realmente lo haces, ¿Sabes?"
Por supuesto, si Kakashi está de un peor humor del habitual cuando sucedan estos sucesos, el albino no dudaría en arremeter físicamente y utilizar métodos crueles de tortura aprendidos en sus instancias de T&I junto con algunos consejos de su aterrador padre, por no hablar de sus Genjutsus.
La mayoría de las veces Jin no reacciona porque todos la tratan como una pequeña niña a la que proteger, así que no tiene razón para responder, pero si la provocan, ella responderá.
No es una santa, es una Kunoichi y, aunque no le gusta, de todas formas tiene sangre en sus manos.
Obito miró un poco aturdido como Jin paseó alrededor del tubo con una mano firmemente agarrada al tubo de metal y sacudía su cabello celeste de un lado a otro, despeinándolo y luego sacudiendo suavemente sus caderas antes de tomar un ligero impulso y, solamente agarrada de sus manos el tubo, dar vueltas sin que sus pies tocasen el suelo, levantando ligeramente las caderas, logrando elevar sus largas piernas en una V, antes de volver a enganchar sus piernas al tubo y girar nuevamente.
Obito tragó saliva ligeramente mientras miraba a Jin bailar con tanto atrevimiento y fluidez, como sus movimientos eran tan ligeros antes de lanzarse al suelo y mostrar su gran elasticidad como Kunoichi, haciéndolo sudar ligeramente sin poder despegar sus ojos de cada cuidadoso movimiento de Jin.
El movimiento de sus caderas, sus muslos tensándose y relajándose, su abdomen contrayéndose, su pecho regordete y lleno elevándose y descendiendo suavemente, los movimientos de su pelvis al bailar, como sacudía su gordo trasero relleno, sus largas piernas moviéndose de un lado a otro y mostrando sin temor su pálida y lechosa piel, el ligero rebote de sus senos cuando sacudía fuerte y firmemente su cabellos azul celeste, los movimientos provocativos, su mirada vidriosa, sus labios entreabiertos y...
Un jadeo pesado escapó de sus labios sintiendo sus mejillas sonrojarse mientras su boca se sentía cada vez más seca, por lo que tragó saliva mientras se relamía los labios ligeramente.
Estaba tan absorto en el baile de Jin que solo salió de su estupor cuando escuchó gritos y silbidos, aun medio aturdido, Obito miró a su alrededor mientras Jin reía ligeramente y se apoyaba en Anko dándole un ligero beso en su mejilla. Escuchado los comentarios alrededor, como la mirada de los hombres no era ni intentaba siquiera ser discreta y como incluso algunas mujeres estaban desnudando a Jin con la mirada, el rostro de Obito se ocurrió tanto que bien podría gotear brea.
Rechinando los dientes, cada vez más extrañamente molesto, Obito fue furioso con pasos pesados hacia el escenario en donde Anko planeaba volver a bailar, arrastrando a Jin con ella en su jueguito de competencia ridícula que solo las estaba poniendo en peligro a ambas al exponerse de esa manera tan... tan... obscena y...
Obito colocó a Jin en su hombro sin decir ni una maldita palabra pensando en cómo el jodido de Kakashi le debería una al evitar que su linda hermanita se vaya y acueste con algún estúpido bastardo.
En algún momento, no sabría si fue por el alcohol o por algo más, pero al escuchar los abucheos y los comentarios envidiosos, las miradas celosas e incluso crueles, lo hizo sonreír depredadoramente y de lado, casi extasiado al sentir la emocionante sensación de que todos se le iban a venir encima.
Echándole más leña al fuego, Obito le dio una nalgada a Jin sobre su hombro y ella gimió suavemente antes de apoyarse en su hombro y abdomen para intentar mirarlo por encima de su hombro. Obito la miró de reojo, su rostro estaba sonrojado, sus labios entreabiertos, sus ojos ligeramente llorosos y parecía completamente en shock.
—¿O-Obito-kun? —gimió aturdida Jin y lo miró fijamente intentando concentrarse en su figura ligeramente borrosa.
Jin admitía que su mente era un lío borroso e incomprensible, por lo que obviamente Anko debió haber manipulado sus bebidas o haberla engañado y lo que le trajo no eran jugos ligeramente amargos, sino alcohol, pero ella aún estaba lo suficientemente consciente como para saber que sus sellos evitarían que cualquiera siquiera alcanzase a estar a tres centímetros de tocar su cuerpo por la cantidad absurda de sellos que tiene ya sea en su vestido o cuerpo.
Después de todo, después de casi se violada por los de iwa hace cuatro años atrás, Jin empezó a trabajar en sellos corporales integrándolos en su propia carne y huesos, tejiéndolos con su propia sangre y asentándolos con su chakra, así que básicamente nadie podría tocarla a menos de que fuera conocido por ella durante al menos tres semanas, pero ni eso desactivaría los sellos que se alojan en sus áreas más privadas y las manos de las personas nunca la tocarían, sino que estarían a cinco centímetro de tocar su piel por una barrera de sellado especial que utilizó en su propio cuerpo.
Nuevos inventos nunca están demás.
Aun así, la única persona que tenía acceso a todo su cuerpo, aparte de las mujeres, eran Orochimaru y Obito, tal vez un poco Minato, por lo que ni en accidente podrían tocar sus áreas más privadas.
Y Orochimaru era principalmente porque lo necesitaba cuando se auto aplicaba sellos con su ayuda y vigilancia, junto con el hombre podría ser mujer u hombre si lo quisiese y era un médico, por lo que, si quisiera abrirla, no sería precisamente para ver polla entrar, sino para sacarle los órganos o algo.
Y Minato... Bueno, sellos en conjunto con Kushina, tampoco es como si el rubio tuviera ojos para nadie más, Simp total de Kushina, incluso diría que tiene una dependencia un poco insalubre.
Con respecto a Obito... bueno, Jin no tiene excusa, de todas formas, le iba a denegar el acceso cuando se rindiera por completo con él, pero no lo haría cuando estaba borracha hasta el culo y podría cagar algún sello.
Entonces, sabiendo que el único varón con acceso, ya sea en los sellos de su cuerpo o en el vestido, a tocarla era Obito, la gran y cálida mano que estaba acariciando su trasero descaradamente y la otra que la sujetaba firmemente por los muslos, no le pertenecían a nadie más que a el Uchiha al que le pertenecía su corazón.
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Las de los comentarios, ¿Se acuerdan cuando dije que el comienzo de esta pareja sería incomodo y apresurado? Bueno, pues el próximo capitulo ya tenemos lemon eeeeaaaaaa
pd: juro que intenté darle sentido a la frase chilena, pero a veces simplemente salen las ganas de tirar toda una senda de insultos todos apachurrados, contradictorios y negacionistas, llenos de puros insultos inentendibles para los no nativos o que residen en Chile. Si escucharas a un chileno insultar largamente, te darías cuenta que las cosas no están directamente enlazadas y se terminan desviando solo para insultarte hasta el perro que se murió 5 años atrás hahaha
Jin el próximo capítulo