MADDIE
Hace más de un mes que regrese, las cosas han ido bien, mi padre vendrá a casa el viernes, tiene algo importante que decirme, mientras mi proyecto ha sido aprobado por el gobierno, empiezo a organizarme, ya me he graduado administración de empresas, y llevo dos semestres de finanzas y contabilidad.
El sonido de mi móvil me saca de mis pensamientos haciéndome ver el mensaje en la pantalla era un mensaje de Ian
''Hola ¿estarás ocupada el viernes por la noche? ''-interroga
'' hola Ian no, no lo creo ¿Por qué? -envió.
Tarda unos minutos en responder.
''quiero invitarte a cenar'' ¿puedes? -llega
''de acuerdo''-respondo.
''genial, pasare a tu casa hoy para ponernos de acuerdo''- envía
'' me parece''-escribo
'' ¿puedes abrir? Ya estoy aquí''- responde de inmediato.
Sonrió ampliamente, Ian realmente me agradaba, era un hombre educado, guapo, inteligente e interesante.
Camino gradas abajo, está sentado en la sala esperándome.
—estás loco ¿sabes? —digo llegando a su lado
—bueno debía hacerlo correctamente —dice
—Hola—digo besando su mejilla
—Hola, te ves linda—devuelve el saludo
—gracias ¿quieres algo de tomar? —interrogo sentándome.
—sí, ya me atendió Malia, ¿entonces si te gustaría ir a cenar conmigo el viernes? —interroga
—por supuesto —respondo—¿A dónde iremos? —interrogo
—te sorprenderé— anuncia pasándome un vaso de limonada.
—me parece—digo sonriendo.
Pasamos el rato hablando, vio su reloj al igual que yo, ya eran las 6pm, escuchamos a Lexie entrar
—Hola, ¿Cómo están? —saludo entrando.
—te ves hermosa en traje—digo alagando a mi hermana.
—bueno tenia trabajo, así que la ocasión lo amerita—dice salúdenme.
Saludo a Ian y empezaron a charlar, a los minutos llego Adrián, mi madre quien venia del hospital.
Cenamos, la noche se pasó entre charlas, chistes Lexie nos contaba sobre un caso que tenía, Adrián sobre su nuevo proyecto Ian y yo solo sonreíamos por lo que escuchábamos.
¿Una Cita?
Me desperté temprano, fui al gimnasio, desayune, Malia y yo preparamos el postre favorito de papá, quien llegaría a la hora de almuerzo, mi madre había hecho espacio en su agenda, Lexie y Adrián salieron a comprar algunos regalos para recibirlo.
Mi padre casi no venía Atlanta su vida estaba en Italia y aunque nos amara el mayor de su tiempo lo pasaba en sus empresas internacionales.
—Esto está listo— anuncia Malia sacando el pie de manzana.
—Y huele delicioso —digo olfateando el olor que salía de el.
—Ve a vestirte, que no tarda en llegar, Arthur me ha avisado que están cerca. —dice Malia
—de acuerdo —digo mientras salgo de la cocina.
Subí a cambiarme, me arregle un poco cuando la bocina del auto sonó, era la señal de su llegada, mientras el personal baja sus maletas, escuche los tacones de mi madre sonando por todo el pasillo.
—Parece que el presidente nos visita—murmuro mientras llegaba a su lado.
—Mamá, por favor—digo.
—Solo sonríe Maddie, ya sé que es tu favorito —añade caminando hacia él.
—Harold, me da gusto verte —le dice saludando a mi padre con un beso en la mejilla.
—Dalia, estas hermosa como siempre, que gusto gracias por recibirme—dice.
—Mi niña ¿no piensas saludarme? —se dirige a mí.
—ay papá, no sabes cuánto te extrañe —digo abrazándolo.
—Mi bebé tan hermosa, ya te extrañaba. —dice apachurrándome.
—¿y para mí no hay abrazo? —cuestiona Lexie quien llegaba junto a Adrián.
—Claro que si mi otra niña hermosa, ve mi cielo —dice rodeándolo con sus brazos.
—Te extrañe papá, me alegra que vinieras —dice ella mientras tomaba su brazo para entrar.
Mi padre saludo a Adrián, Malia.
Pasamos al comedor, sirvieron la mesa, la tarde se pasó en platicas
Subí a ducharme, me sequé el cabello y me hice unas ondas suaves, me puse un vestido negro ajustado de arriba que dejaba a la vista mi clavícula, con mangas Gigot de malla transparente con fruncido y largo al tobillo con un corte abierto al frente de lado izquierdo. Dejando a la vista mi pierna, tacones finos al mismo tono.
Me maquille con tonos marrones, me coloque labial rojo, ese que me hacía resaltar.
Baje al recibidor ya que Ian estaba llegando, mientras acomodaba el vestido escuche la voz de mi padre a mi espalda.
—¿Quiénes es el afortunado? ¿Santiago? —cuestiono.
—Papá, no como crees es Ian Spencer —digo sonriendo
—vaya, vaya yo siempre creí que al regresar tú y Santiago formalizarían algo —dice sin pena.
—No papá, y no lo menciones Ian es su mejor amigo —digo.
—Maddie, ten cuidado —advierte.
Trago en seco ante su advertencia.
—Tranquilo solo somos amigos —digo tratando de tranquilizarlo.
—Señorita Maddie, el joven Ian ha llegado —anuncia Arthur.
—Gracias Arthur —digo. —bueno papa ya me iré —anuncio
—Espera debo conocerlo —exige.
— Buenas noches —saluda Ian entrando.
—Papá él es Ian Spencer, Ian él es mi padre Harold —digo presentándolos
—Mucho gusto señor, un placer conocerlo —saludarlo Ian extendiendo su mano.
—Hola Ian, también me da gusto conocerte, ¿eres hijo de John Spencer? —Interrogó mi padre
—Gracias señor y si él es mi padre. —responde.
— Salúdalo de mi parte, hace años no, nos vemos —dice y se queda en silencio unos minutos. —Eres afortunado Ian, mi hija vale mucho —dice.
—Gracias señor, yo le daré su saludo y no se preocupe sé que Maddie es una gran mujer —dice sonriendo.
—Muy bien, ya no los detengo, vayan a su cita—dice sonriendo.
—Gracias papa, no me esperes desierto. —advierto.
—Cuídala mucho —le ordena.
—Lo haré —dice este despidiéndose de mi padre.
Ian condujo hasta un restaurante llamado Bon Appétit, era un lugar lujoso, y bastante hermoso, abrió la puerta del auto y me extendió su mano para ayudarme a bajar.
—Es hermoso —exclamo
—Por eso te traje aquí, sé que te gusta la comida francesa —añade.
—Gracias —digo sonriendo
Una Hostess se acercó a nosotros, nos recibió y nos guio hasta nuestra mesa, la cual tenía vista al muelle, nos entregó la carta. Ian pidió una botella de vino Romanée Conti 1990.
—¿te gusta? —Interrogó
—Claro que si —digo brindamos.
El mesero tomó nuestras ordenes, mientras llegaba hablábamos de todo un poco.
—Entonces ¿eres Arquitecto? —digo bebiendo un poco de mi copa.
—Así es, pensé en estudiar administración como mi padre, pero me decidí mejor por un máster en Blockchain —responde
—Es genial e interesante, tu eres interesante —digo.
Se sonroja.
—Has pensado que harás, digo ¿vas a trabajar en las empresas de tu padre o harás una propia? —cuestiona.
—Con temor a equivocarme, creo que a eso ha venido mi padre, a entregar el control sobre las empresas, digo hace más de dos años que ejercí, manejé sus negocios en Italia. Así que supongo que para eso ha venido —digo.
—¿y aceptaras? —interroga
—sí, es el legado de mi familia y me encanta los negocios, por ellos sigo estudiando finanzas. —respondo.
—Tú eres interesante —dice sonriendo.
Nuestra comida llegó, comimos, hablamos de nuestras vidas, pasamos el tiempo y la hora de irnos había llegado.
Salimos del restaurante, el me dio su abrigo, mientras esperábamos el auto.
—Gracias —digo.
—¿Por qué? —interroga
—Porque desde que llegué nadie me ha preguntado mis planes, ni me ha hecho sentir tan cómoda como tú —exclamé.
—No eres como imagine Maddie, eres divertida, inteligente, hermosa, interesante, haces que las personas quieran conocerte, eso es un gran poder —explica.
—Eres especial, gracias me encanto —digo acercándome a él.
Me observo por unos segundos, sus labios lentamente buscaron los míos, dando un beso lento pero apasionado.
Nos alejamos y sonreímos.
Su auto llegó, nos subimos y empezó a conducir para llevarme a casa.
A la media hora estábamos frente a ella.
—Esta noche ha sido genial, gracias —vuelvo a decir.
—No agradezcas me encanta tu compañía —habla.
Me acerco a él para besarlo de nuevo él no me rechaza, poco a poco la tensión crece, sus manos empiezan a acariciarme lentamente y mis manos buscan más de él.
—Maddie —susurra por bajo
—¿Qué sucede? ¿No quieres? —Interrogó al sentir que se aleja.
—Claro que quiero, pero no así, no quiero que pienses que te invite a una cita para acostarme contigo Maddie —dice pasando un mechón de cabello tras mi oreja.
Lo observe por unos segundos y le sonrió suavemente
—Eres un caballero —digo dejando un último beso en los labios antes de bajarme.
—Gracias por todo —hablo despidiéndome.
—te veo después —dice besando mi mano.
Entro a la casa con una sonrisa amplia.
—te ves muy feliz —escucho la voz de Malia.
—Malia ¿Qué haces despierta? —digo sobre saltado
—Me aseguraba que llegaras bien cariño —dice acariciando mi mejilla.
—Te agradezco mucho, pero ya vete a dormir es tarde y debes estar cansada —digo dejando un beso en su frente.
—Pasa buena noche niña —dice caminado a su habitación.
—Buenas noches Malia —Desee antes de subir.
Cuénteme que tal les pereció este capitulo?