Abrí los ojos con sus garras incrustadas en mi pecho, aguanté el dolor y suspiré -Shhh, nena, soy yo amor. Soy yo.
Gritaba y lloraba, cuando abrió esos ojos hermosos tenía el rostro empapado en lágrimas. -Ya estás bien preciosa- se abrazó en mi cuello mientras se calmaba. -Tienes meses con esas pesadillas, es tiempo de que...
-Van a parar, solo no me gusta verlo. Maldito imbecil, mátalo por mí- puso esos ojitos de cachorro.
-Sabes que estoy dispuesto a hacerlo, a mi también me debe aquello. Vamos a darnos un baño, así terminamos con esto y podemos volver a casa temprano.
-¿De que sirve bañarse juntos si no vas a follar me en la ducha?- reí. Cuando está mal o nerviosa sale su sentido del humor a flote, besé sus labios y ambos nos adentramos al baño -Lo siento- limpiaba mis heridas con el agua, dejará cicatriz, sus garras siempre las dejan.
-Sabes como me gusta que te disculpes.
-Pervertido.
Terminé de bañarme y luego de cambiarme la puerta fue tocada, solo había una opción, Primero no viene aquí, así que es Tercero.
-Ya casi vamos, adelantense. Rubia.
-Se llama Lorena
-Es rubia para el, yo soy su pareja y me dice castaña cada tanto.- ¿como salió tan rápido? Seguro no lleva bragas.
Salimos de nuestra cabaña, ambas hablaban delante de nosotros y así fue hasta llegar a la sala de reunión.
Sexto ya estaba ahí por lo que Mayra tomó asiento al otro extremo, yo a su lado.
La reunión inició, Cuarto trataba de delegar pues pronto será llamado, y no sabe si tardará mucho fuera de la manada como fue el caso de Tercero, así que está dejando todo listo.
No hemos tenido más ataques de vampiros así que es una preocupación menos, aún así no se puede bajar la guardia.
-Nena, haz algo ¿no? Sirve el café- la sala había quedado en silencio total al Sexto hablar, era obvio que estaba provocadola.
-Al parecer quieres que te zange el otro lado de la cara Scar.- atacó y la risa escandalosa de la rubia hizo a Quinto reír a pesar de encontrarse conteniendo a Sexto.
-No eres mi Mate, puedo matarte sin detener el Auspicio.
-Yo también puedo matarte, y también a tu reencarnación y a la siguiente luego de esa.- alegué
-No tienes tanta fuerza Segundo, aquello quedó demostrado cuando tu zorra tuvo que salir en tu auxilio.- la rubia volvió a burlarse y aquello hizo enojar más a Sexto.
-Deja de fruncir ese seño guapote, disimula al menos un poco el queso. Jalatela o algo, no dejes vencer esa leche mi amor, ¿necesitas ayuda?
-Lorena- el tono de advertencia de Tercero hizo a Quinto carcajearse y a la rubia también. Gruñó.
-Osito- no me llama así a menos que no quiera joderle la paciencia a Sexto en una de las reuniones -Voy a casa a guardarte de comer. Hay mucha perra aquí- miró a Sexto -Y no lo digo por ustedes chicas.
Besó mis labios y dejó una lamida en ellos mientras le sacaba el dedo medio a Sexto con su garra fuera, contuve la risa, si hay alguien que es capaz de sacarlo de quicio es ella.
-Tercero va a matarte nena- se burló Quinto.
-No le digas eso, lo hace adrede para provocarme.- y era cierto, ella parece disfrutar aquello.
La reunión continuó. Tratamos el caso de uno de los negocios de la manada, el dueño había muerto por lo que la tienda estaba cerrada, La rubia propuso poner un negocio distinto pero me disasocié en algún momento de la conversación.
Dulce llegó a mi mente y de pronto no me sentí bien en ese lugar. -Yo me voy, tuve turnos dobles y mi Mate me despertó con las garras en el pecho, secuelas de lo que Sexto provoca. Así que voy a descansar.
Y dicho aquello salí de la sala de reuniones.
Caminé con un punto fijo en la mente pese a que era interceptado por algún antiguo paciente para preguntar cualquier cosa. Eran casi las 11, ni siquiera me apetecía comer, acurrucarme si.
-Nena, ya estoy en casa.
-¡En el cuarto amor!- la estufa no está encendida, dijo que...
-¡Pero...
-Vas a compensarme, por tener que ver la cara rasguñada de Scar.- reí -Acuéstate, ya.- mandona y sexy. -Cierra los ojos- lo hice, fastidiado pero lo hice.
Eran cadenas, ella sabe que puedo romperlas, lo haré al apenas atarlas, fingiré bostezar. -¡Pero que...
-Me las dio Quinto mientras trabajabas, ¿te gustan?
-¿De que mierda son?- no podía romperlas.
-No se ni me importa, voy a usarte precioso.- pronunció con orgullo.
-¡Ya estoy en casa!- escuchamos su voz y el semblante de malicia que tenía cambió a uno más macabro.
-Dulcecito de melocotón- la besó frente a mí, mirándome, ya se lo que hará. Mierda, Mayra y sus fetiches raros. Está demasiado mal que me prenda tanto esto. -Juega conmigo- pidió con ojos de cachorro mientras la otra la miraba, cuando dejó de hacerlo sacó la lengua de manera lasciva.
-Tuve turnos dobles.- dijo como excusa, pero la otra no cedió, besó su cuello -Me doy un baño.
-Esa es mi nena- dejó una dura nalgada que hizo a la otra chillar. Caminó hasta mi.
-Cualquier cosa que pase será culpa de quien se dejó atar.- dijo como excusa, besó mis labios de manera suave antes de ir desvistiendose hasta el baño.
-Debiste desnudarte antes, ahora perderás la ropa- pronunció con encogimiento de hombros. Dejó salir su garra y la paseó por mi cuello antes de comenzar a romper mi ropa hasta dejarme desnudo. -Disfrutas esto por lo que veo- le hablaba a mi miembro, mordió sus labios pero no lo tocó o probó.
Estaba demasiado duro, la punta estaba muy roja y el pre semen empapaba la endidura, quería follar pero sabía que suplicarle era perdida de tiempo, ella no cedería. Al contrario.
Dulce salió de la ducha, empapada -No ayudas muñeca.- reclamé
Mayra tomó su boca y la bebió con morbosidad mientras amazaba la carne de su trasero, la alzó sobre sus caderas, ahora que tiene mi fuerza aquello es un deleite para ella. La otra pareció compartir chiste, pues rieron juntas antes de Dulce tumbarse sobre la cama con la cabeza entre mis rodillas y Mayra se subió sobre ella en posición invertida y enterró su cara en el coño de la otra mientras restregaba el suyo en la boca de la contraria dejándome ver todo aquello.
La mordió, tuvo que haberla mordido. Porque Dulce solo grita así cuando ella la muerde, lo rico que apreta cuando le muerde el clitoris.
Aquello me hizo fantasear, quería estar dentro de ellas, de ambas. Pero ellas estaban muy entretenidas dejándome atado y mirando, y se que podrían hacerlo durante horas.
Vi a Dulce llevar sus manos y abrir más a la otra mientras adentraba sus dedos en ella y la otra gimió. Vi como se frotó para darse más placer mientras que yo me encontraba sin poder moverme. Mis manos estaban sobre mi cabeza con estas extrañas cadenas y mis pies eran sujetados por las manos de Mayra, los apretaba cuando Dulce le deba el placer que quería.
Estaban tan excitadas que no tardaron en venirse, lo olí, olí aquello mientras mi cuerpo se contraian de placer.
-Lo desperdiciaste Perrito- la castaña negó con las manos de manera desaprobatoria.
-Aún está duro- mierda si.
Cuando Dulce dijo aquello Mayra se movió y Dulce se sentó sobre mi miembro semi duro haciéndo que una corriente de deseo se colara entre ambos.
-Te ves perfecta amor- halagué cuando comenzó a cabalgar.
-No puedes mirar perrito, por venirte sin tocarte- que...
Su cuerpo se coló hasta dejar su coño en mi boca, lo restregó y gimió cuando la mordí por brusca, luego chupé, gimió nuevamente pero yo no hacía mucho, los movimientos de Dulce sobre mi cadera eran un impulso para mi cara y por tanto el cuerpo de Mayra, luego las escuché, se besaban.
Se besaban de una manera muy sucia mientras me montaban, una la boca y otra la polla, gemian y gruñí cuando el orgasmo nos arrastró a los tres prácticamente al tiempo.
-Mierda. Van a matarme.- ambas rieron de manera cómplice.
-Así nos amas.
-Así las amo.
(Para darles un final de temporada como les gusta, voy a narrarles lo que pasó en la pelea, en tercera persona) (Tómenlo como un recuerdo)
El de pelo negro había llegado tarde, Sexto había lanzado a Dulce contra la pared y roto esta con su espalda, había caído sin fuerzas y este volvió a atacarla. Los múltiples golpes de su lobo la dejaron sin fuerzas, cuando Segundo llegó ya era muy tarde para ayudarla, así lo creyó el.
Se interpuso entre ambos pero estaba demasiado débil por su otra pelea como para enfrentarse a la furia desmedida de Sexto y su lobo hechos uno.
Aún así sacó energía de irse le encima e intentar morderlo, acabó empotrado contra la pared más cercana. Volvió a levantarse pero sus patas fallaron, mordió la pierna de Sexto cuando intentó volver a la fémina.
En ese momento, Cuarto y Quinto hicieron aparición separando a ambos lobos, pero la fuerza de Sexto era más y acabó lanzándo los lejos.
Mayra, quien no había logrado correr con la misma rapidez que los demás entró a la casa luego de escuchar los lamentos doloridos de Segundo y Dulce todo el camino, su oído desarrollado había sido su don como era el de las visiones de Jenny, así que por ello escuchó cuando Sexto encontró a Dulce al merodear por la cabaña de Segundo.
-¡No te acerques más a ellos!- gritó, Segundo estaba frente a Dulce pero estaba al punto del desmayo. Cuando Sexto no escuchó, esta levantó la mano en modo de defensa y enterró las garras que no sabía que tenía desde su cuello hasta su rostro bajo haciendo correr la sangre como río por lo profundo que fue.
Sus colmillos también salieron amenazando así al otro. Quinto y Cuarto lograron apartarlo en el momento en que esto pasó, pues aún se encontraba desorientado por el golpe y corte. Mientras Segundo trataba de hacer despertar a Dulce.
-Debe beber sangre- propuso Mayra pues sabía que se recuperaría antes si estaba bien alimentada, ofreció su cuello pero Segundo la alejó.
-Si bebe de ti te convertirá- dijo algo que todos sabían, pero en el momento de nerviosismo lo olvidó. En cambio, fue Segundo quien ofreció su cuello.
...
Habían pasado semanas del percance cuando se descubrió que al Dulce beber de la sangre de Segundo había desarrollado la capacidad de salir al sol. Aquello le ayudó a los vampiros que se adentraron a su manada, y era un conocimiento a su favor.
Las cosas entre Segundo, Primero y Sexto no se habían resuelto para nada, pero al menos ya no querían matarse al apenas verse, aveces.
Con Cuarto y al ver a Mayra no dispuesta a ceder sobre el hecho de Dulce vivir en la manada a esta se le permitió quedarse, trabajar en el hospital también, solo que aún algunos la miran raro.
Pero a ellos les funciona, aman al otro con la misma intensidad que al contrario, es una extraña relación de tres, pero les gusta. No desean cambiarla por nada.
Arco dedicado a Melpastraba y Dulcecitacaramelo296 las amo.
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