Yoongi
Sentí los rayos golpear mi cara haciendo que me quejara de este. Traté de abrir mis ojos y entrar un poco en razón, y lo primero que pensé fue lo de anoche.
Estaba por "acabar con mi vida" cuando un chico raro entró a mi casa. Pudo haber sido un sueño raro tal vez. Mi mente estaba demasiado ocupada con tantas imágenes que entraban y salían de la nada. Cosas que sucedieron ayer, y no dejaba de pensar sobre aquello.
Mi mente comenzó a proyectar todo lo de ayer, que me parecía imposible de creer. Las personas corriendo de un lado a otro, rescatistas desesperados, ambulancias llegar, la guardia costera, familias llorando. Y estaba yo, en medio de esa gente. Llorando en silencio, mirando a cualquier parte del puerto.
Y justamente estaba llorando, pero no sentía nada, había gastado todo ayer. No sentía muchas fuerzas después de todo.
"Estas en la tormenta... En cada tormenta sale el sol... Solo espera a que pase"
También vivía en mi mente aquella frase. Lo entendí al instante. No lo sé. Me quedé dormido pensando en aquello. En ese momento.
Luego estaba aquel mensaje del oficial Park, aquel día en el que me despedí de mis padres antes de que zarparan en ese ferry. Mi mente proyectó cada segundo de eso, dejándome un vacío en el cual sería difícil de olvidar.
O en las noticias de ese día.
"El ferry Sewol se ha volcado"
"Había estudiantes ahí"
"Se estaba hundiendo el Sewol"
« Mis padres iban ahí ». Pensé. Y de la nada mis manos temblaban, mis piernas no podían seguir el paso. Estaba entrando en un ataque de pánico, la respiración me fallaba. Las personas a mi al rededor estaban viendo las noticias en la calle, y a su vez me miraban raro. Debía salir de ahí rápido.
No otra vez. No aquí. No ahora.
Me había ido a un callejón. « Mis padres van a estar bien » « Ellos van a salir de ahí » Me repetía una y otra vez.
Me era imposible seguir mis ejercicios de respiración. Me era difícil controlar todo lo que sentía. Me estaba ahogando. Estaba cayendo otra vez. Estaba sintiendo una ola golpearme tan fuerte. No lo quería. No quería esto. Y solo pude pensar en mis padres ayudándome con mis problemas de pánico.
« Van a estar bien »
Me exalté tras sentir mi celular vibrar a lado mío. Lo tomé con la mayor pereza del mundo y contesté sin saber de quien se trataba.
—Dios mío Yoongi...
—¿Ocurre algo oficial Park? —hablé con la poca voz que me quedaba.
Ahora sin ellos, creo que sería su preocupación número uno de ahora en adelante. No tenía más familia en Incheon, y no pensaba regresar a Daegu a vivir con la familia de mi mamá.
—Me preocupas muchacho. —Dió un fuerte suspiró antes de seguir. —Pensé que había pasado algo, anoche estaba por ir a tu casa, pero ocurrió un accidente y ahora voy de vuelta...
—No se preocupe, todo esta bien. —Claro, no era que quería matarme hace unas horas. —Estaré bien. De igual manera, este llamando seguido por si sucede algo, recuerde que ya soy mayor.
—Si si, eso ya sé. —escuché una pequeña risa detrás de la línea, mientras me indigné a levantarme. —Quería avisarte que estoy a unas cuadras de tu casa, ocurrió algo esta mañana...
—¿Se encuentra bien?
—Claro. Te decía que si necesitas saber más sobre algo o cualquier cosa estaré por aquí en tu residencia durante la mañana. Y lamento despertarte tan temprano
—Descuide, es muy probable que la pase en casa todo el día o valla al puerto para ver qué procede con todo esto. —aunque no tuviera la energía que desearía. Debía permanecer fuerte.
—Será un largo proceso, Yoongi, dicen que harán autopsias primero a las víctimas, ya que cada vez son más. Además se están haciendo homenajes y huelgas con todo esto... —de solo pensarlo se me revuelve el estómago. —Aunque está mejor que te quedes en tu casa durante estos días. Te avisaré sobre más.
—Gracias señor Park. —tenía mi vista en cualquier punto fijo en el suelo. Mis mejillas comenzaron a humedecerse por las lagrimas que caían de mis ojos y rápidamente con la manga de mi suéter las quité.
—No olvides que nos tienes a mi y a mi familia Yoongi, cualquier cosa estamos para ti.
Al escuchar lo último que dijo sentí mi corazón calentarse, un poco de alivio me invadió y comencé a relajarme
—Lo dejó señor Park, que tenga lindo día.
—Igual muchacho. Nos vemos.
Terminé la llamada con el oficial Park y me enfoqué más en lo que estaba a punto de hacer. Lavarme un poco y seguir con la misma rutina. Pero sin mis padres.
Cuando salí de mi habitación volví a recordar todo lo qué pasó a medianoche.
Un idiota entró a mi casa a joderme y con eso llevó a que no me matara.
Increíble. Mascullé. Y me dirigí a la cocina para buscar algo con lo que matara mi hambre. Desde ayer no comía nada por saber algo sobre mis padres y ahora es cuando más me rugía el estómago.
Abrí la alacena. Y nada.
No sabía cocinar, ni mamá era la única que lo hacía, y desde que se fueron iba con la señora Choi a comer o a comprar algo instantáneo.
Así que fui ducharme y a cambiarme de ropa. Estaba demasiado jodido. Tanto física como mentalmente.
Entonces, unos minutos después, salí de mi casa y los rayos de sol se sintieron tan fuertes que cocharon demasiado contra mi haciendo que cerrara un poco los ojos.
Cuando me encaminé hacía la tienda de la señora Choi, me encontré al señor Park hablando con ella y mi curiosidad aumentó demasiado.
Miré extrañado a lo que tenían puesta si atención, y era a un chico que dormía en la banca de afuera del local.
No se dieron cuenta de mi presencia.
—¿Cuánto tiempo lleva aquí? —preguntó el oficial Park.
—Desperté esta mañana y estaba ahí dormido. Traté de levantarlo pero parecía muerto.
—Pobre, debió pasar la noche así.
—Tal vez esté borracho. —comenté y ambos se exaltaron.
—Yoongi, Dios mío. —la señora Choi dijo con su mano en el pecho algo asustado.
—Lamento asustarla, pero vine a comprar algo. —mi ojos seguían puestos sobre el muchacho que seguía... ¿dormido?. No lo sé, me parecía conocido.
—No pensé que saldrías de tu casa. —comentó el señor Park dirigiéndose a mi. Por un momento se olvidaron del pobre chico.
—Me ganó el hambre.
Tras haber dicho eso, se oyeron los quejidos del chico mientras se movía. No estaba muerto entonces.
—¡Joven! —le gritó el señor Park que trataba de ayudar a levantar al chico, mientras este parecia apenas agarrar señal. —¡Tiene que levantarse!
—¿Ocurrió algo? —pregunté curioso.
—Iba llegando esta mañana a abrir el local y apareció este vagabundo dormido a fuera en la banca. —solté una risa nasal tras escuchar aquello que la señora Choi dijo. Vagabundo. Entonces no solo era un idiota. —Me asusté demasiado.
—¿Lo conoces? —me pregunto el señor Park a lo cual negué rápidamente.
Seguramente me parecía familiar, pero no tanto como para saber su nombre.
—¡Muchacho tienes que levantarte!
—Iré abriendo. Muchas gracias señor Park. —dijo la señora Choi mientras se adentraba al local.
—De nada señora, cualquier cosa estaré cerca por aquí. —agregó con una sonrisa.
Desde mi punto de vista, observé cómo aquel idiota se levantaba de la misma manera en la que yo me levanto. Con pereza infinita. Pero mezclada con resaca. Mientras se quitaba su gorra llevándose sus dedos a su cabello y revolverlo. Hacia tanto sol que apenas abría bien los ojos
Noté sus ojos rojizos e hinchados. Ó estaba drogado. Ó. Lloró demasiado anoche.
—Lo lamento señor... —"Esa voz"
—No hay problema muchacho, pero no puedes estar aquí, debería volver a su casa. —decía mientras lo levantaba de aquella banca y este se balanceaba.
—No creo que sea buena idea... —apenas decía.
—¿Y sabes cómo llegar? —preguntó el oficial Park preocupado. —Puedo llevarlo...
—No... está bien. Puedo irme solo. —en sus palabras, decía con cierta confusión.
Como era una persona metiche. Me quedé observado aquella escena de ese chico (que posiblemente reconozca) tratando de tomar postura. Y me hacía gracia.
—Te dejo Yoongi. —se dirigió a mi. —Todavía hay cosas que hacer en el puerto. Cualquier cosa ya sabes...
—Gracias... —asentí lentamente.
Vi como el señor Park se iba alejando de nosotros. Caí en cuenta del porqué quería verme anoche. Debe saber demasiado de mi como para no saberlo. Soy tan idiota.
Apenas y di un solo paso para dirigirme hacia el interior de la tienda. Cuando
—¡Oye, espera!.
Me paré en seco tras oír gritar a aquel idiota.
—¿Qué quieres?. —dije con fastidio.
Sus pies apenas se coordinaban al andar, su actitud inquieta y desesperante me irritaba demasiado y cuando me apunto con su dedo índice parecía el idiota que es. Solo hice una mueca de desagrado.
—¿No eres el chico de anoche que quería matarse?
—¿No se supone que estás medio delirante?
—Se nota que te gusta responder con preguntas —¿Que demonios le sucede? —A mi nada se me olvida.
No solo hace que "entre en razón" también quita mi tiempo y mi espacio personal.
—¿Y...? —alcé los hombros indiferente. —Agradezco que hallas entrado a mi casa a hacer algo que no hiciste solo por tener ganas de joder gente y quitarme las ganas de matarme. Pero no estoy de humor para lidiar con idiotas vagabundos en las mañanas... Así que si me disculpas desayunaré y me esfumaré de tu vista... ¿De acuerdo? —fue lo último que le dije antes de entrar a la tienda. Noté que me siguió el paso.
—Que amargado...
Juro, que traté de ignorarlo.
—Gracias, me lo han dicho bastante.
En todo momento me di la espalda, no se si me habría dejado en paz o me seguía en silencio, pensé en el segunda cuando tomé el primer ramen que vi y me lo arrebató de una.
—Acabo de decirte que...
—El ramen pueden ser un alimento ocasional. No un desayuno. ¿Crees que es buena idea ingerir picante al recién levantarte? Puede provocarte gastritis o cualquier dolor estomacal.
—Mira niño no estoy de humor para tus bromas y no te tiene que importar lo que ingiera...
—Suenas a mi hermano... —comentó en lo bajo para el mismo y alcancé a oírlo. —¿Sabes que? —Ya no quiero saber nada. —Te dejaré en paz si me dejas hacerte el desayuno.
—¿Por qué quieres hacerlo?
—Solo déjame... Por favor.
Algo en lo que había notado desde que comenzó esta plática con este chico. Era en la manera en como me decía las cosas tan pacíficamente. Sus ojos eran grandes, se notaban más hinchados de lo normal por lo cual era obvio que pudo haber llorado demasiado.
Por un momento, me recordó a mi. Al Yoongi de anoche. Tan pacifico, que por dentro sentía que lo estaban quemando vivo. Ese era yo. Y a si lo miraba a él.
Y para que también se largara, dejé que lo hiciera, no tenía la energía suficiente para lidiar con personas hoy. Así que acepté que me hiciera el desayuno.
Dejé que tomara lo que sea de la tienda. Me iba explicando cosas que eran buenas para la salud y un montón de cosas que no comprendí. Admitió sentir pena y vergüenza por acercarse a la señora Choi por aparecer como borracho en la banca de afuera de su local. Pero siempre si de disculpó.
—Hay una cierta variedad de vegetales que ayudan a tu organismo, ¿y aún así decides comer comida instantánea?
—No se cocinar. —aclaré.
—¿Y no hay restaurantes cerca?
—¿No vives por aquí o qué?
—Demasiado curioso como para responderme con preguntas.
—Tu también eres demasiado curioso.
Tenía más curiosidad por saber lo que iba a hacer.
—¿Y que harás? —decidí preguntar.
—De acuerdo señor curioso, es un misterio.
—El misterio aquí eres tú.
—¿Yo? ¿un misterio?. —asentí. —¿Por qué?
—No eres de por aquí. Quieres hacerle el desayuno a un completo desconocido al que casi asaltas una noche atrás y actúas como si me conocieras. —confesé.
Por un momento dejé atrás lo irritante que era, y entendí que solo me hacía pláticas entretenidas.
—Es cierto. No me conoces ni yo a ti, mis intenciones desde un principio eran asaltar tu casa por mi falta de dinero. Pero me topo con la sorpresa de que estabas despierto y a medio camino a un posible suicidio. —se encontró de hombros mientras veía lo que hacía, ya tenía una idea de lo que era. —Al salir de esta puerta me iré y te dejaré en tus asuntos. Así de fácil.
—Eres raro.
—El ser normal para mi es algo aburrido. A lo que la sociedad está acostumbrado a ver todo el tiempo, hay que cambiar un poco las cosas. ¿No crees?
Analicé un poco sus palabras mientras estaba sentado frente mío tan concentrado haciendo unos rollos de kimbap. No se de donde sacaba aquellas frases que te llegan del golpe como si fuesen escritas para ti. Pero me gustaba esa vibra. Esa vibra que desde un principio critiqué.
Mientras cortaba el kimbap, comencé a revisar mi celular que estaba medio muerto.
Ningún mensaje.
No quiero tomarme la libertad en llamar a la familia de mi papá, ni mucho menos a la de mi mamá. Hasta que me den más noticias acerca de las autopsias.
—Listo. Su comida señor. —me entregó mi plato con el kimbap servido. No negaré que se veía delicioso.
—Me hiciste sentir viejo.
—Apuesto a que eres de mi edad.
—No lo creo.
—Te ves de unos veinte...
—Veintidós.
—Entonces si eres mayor que yo.
Antes de empezar a comer, comprendí que solo había echo kimbap para mi. Así que separe la mitad de los rollos con la intención de dárselos.
—No tengo tanta hambre. —Es mentira Yoongi
—Pero tú pagaste por todo.
—Y tú lo preparaste.
No sabía cuales eran mis intenciones, pero me daba lástima haberlo visto de esa manera hace un instante en el local. No se que habría pasado anoche con él con esa mentalidad de asaltar gente, y yo con la mía de querer acabar con mi vida.
Tenía muchas dudas y entre esas estaba él. Podría ser muy curioso y preguntarle. Pero en mi cabeza pasó la idea de que después de acabé de comer se irá para que siga con su vida y yo con la mía. No tenía que haber nada más. Aunque si me intrigaba un poco.
—¿Tienes algún cargador que me prestes? —preguntó con cautela haciéndome sacar de mis propios pensamientos. —Mi celular está muerto, y necesito llamar a mis padres.
—Si, hay uno en el cajón de ahí. —señalé con mi dedo índice el buró a lado de la televisión. Y se levanto por el un gracias de por medio.
No le confesé que realmente cocinaba bien y que el kimbap le había quedado increíble. Me recordó a mi mamá que también me hacía la comida para la universidad.
Observé que en movimientos rápidos buscaba el cargador del buró para después enchufarlo y cargar su celular cerca de la cocina.
Sonó mi celular que aún lo tenía en la mesa. Era Park.
[Sr. Park]
Necesito que vengas al puerto, hay
información nueva que necesitas saber.
Tras haber leído aquello tomé el papel aluminio de la cocina y comencé a guardar el kimbap y el de él. Por un momento el hambre se había ido y supuse que sería mejor comer en el camino.
—Será mejor que te vallas. —volteó a verme tras haber dejado su celular algo inquieto. —Saldré y necesito cerrar.
—Asegúrate de que todo esté bien cerrado. —bromeó y entendí al instante haciéndome soltar una risa. —También estaba por irme, mis papás se encuentran en el puerto de Incheon y está algo cerca por lo que sé.
Quedé intacto a lo que dijo, me puse a pensar y a idealizar cosas, cosas que tenían sentido para mi.
—Hay un autobús a cinco cuadras, calle abajo que se dirige al puerto.
Podría irme con él y de ahí desaparecer por la faz de la tierra, o quedarme aquí hasta que se valla e irme yo después.
Parecía urgente lo que el señor Park me había dicho, y tenía bastante inquietud ante eso.
—Gracias. Y también por dejarme cocinarte algo. —dijo con una media sonrisa. Y yo todavía seguía con esa duda.
—Envolví tu comida en el papel aluminio para que te lo lleves. —señalé con mi dedo índice al kimbap ya envuelto.
Tras haber dicho aquello me puse mi suéter y en mi mochila guardé mis cosas. Cuando estaba a punto de salir le indiqué que también el tenía que salir, tomó con rapidez su celular y su kimbap y ambos salimos de casa.
Sin antes haberme percatado de que todo estuviera con seguro.
No quería llevarme otra sorpresa.
Me encaminé a la parada de autobuses cuando comenzó a sacarme plática.
—Tal vez no sea buena idea decirte mi nombre porque se que ya no nos volveremos a ver. Pero por si acaso soy Jungkook.
—Yoongi.
—Yoongi. De veintidós años. —repitió.
—Nunca había escuchado el nombre "Kook" —comenté.
—Es curioso porque no es tan común ese nombre. —se posicionó a mi lado.
—Eso te hace más curioso.
—Probablemente.
Observé de reojo cómo sonreía.
—Lamento haberte dado una mala impresión anoche, aunque no creo que sea necesario disculparme. Creo que solo será un recuerdo tonto que en el futuro podrás contar.
—Tal vez. —pensé. Y creo que mi primera anécdota tonta. —No tengo muchas cosas que contar. Así que podría contarle esto a... —volví a pensar. En que no sabía a quién contarle estas cosas. No había nadie. —...no lo sé.
—No es necesario contarlo. —giré mi vista hacía él. —Tu podrías recordarlo para ti mismo y reírte o burlarte de él. A veces hago eso. —volvió a sonreír.
—Podría intentarlo.
Miré hacia el frente, solo unos pasos más y ya llegábamos a la parada.
—¿Tu también vas al puerto?
Paré en seco cuando me preguntó aquello.
—¿Por qué insinúas eso?
—Me imagino que la mayoría de las personas aquí en Incheon van por lo mismo. —tenía otra vez esa mirada triste. —¿O trabajas ahí?
Volteó a verme. No sabía si lo que iba a decir estaba bien. Al fin y al cabo ya no lo vería más.
—Si tu vas por lo mismo que yo. Entonces si.
Sonrió. —Ahora tenemos algo de que compartir.
—Demasiado personal para hablar de eso.
Avancé dejándolo atrás. No quería seguir hablando. No de eso exactamente.
—Mi hermano menor estaba ahí. —me siguió el paso.
No tenía las palabras adecuadas. Preferí mantenerme en silencio.
—Se que no debería contártelo. Ya que no te conozco. Pero siento la necesidad de hacerlo.
—¿Y porqué me lo cuentas?.
—Ya entra lo personal aquí. —volvió a sonreír.
Había llegado el autobús, seguíamos a unos metros lejos de él, y aún así, no nos movimos rápido.
—¿Que tengo que ver yo con que sea personal para ti?
—Pronto lo sabrás.
Me dejó con la palabra en la boca, tras reaccionar al instante cuando teníamos el autobús enfrente. Apresuramos el paso. Y seguía con la duda.
—¿Y si no hay un pronto? —curiosee mientras subíamos a este.
—El "¿Y si...?" no existe. —nos adentramos y rápido se acomodó. —Hay que sentarnos aquí.
Me quedé observándolo un rato antes de tomar asiento. No tenía idea de donde había salido, pero me resultaba curioso su manera de expresarse.
Hice caso y me senté a su lado.
—El "¿Y si...?" es una manera de referirnos al futuro o a cosas que pudieron haber pasado. ¿Porqué no mejor disfrutar a que sucedan las cosas sin siquiera planearlas? No te enfoques en lo que puede o pudo haber pasado.
Me quedé pensando en todo lo que decía. De la nada sacamos tema tras otro, teniendo una conversación mutua. Era extraño. Pero no incómodo.
—Tal vez el día de mañana ya no vuelva a existir. Y todo lo que halla vivido no me sirvió de nada porque no lo disfruté al máximo. Eso es lo que pienso yo.
Y tenía razón. Yo no era la típica persona que pensaba de esa manera sobre mi pasado o mi futuro. Nunca me enfoqué en mi presente.
Quería saber quién era él. Y porque me decía estas cosas sin siquiera tener una relación íntima.
No recuerdes el pasado. No pienses en el futuro. Avanza sin preocupaciones.
...
N/A
OMGGG!! Holii, es mi primera n/a y tengo tantas cosas que decir, pero primero, ¿les está gustando? espero que si, jamás dejaré de decir que llevo meses planificando este ff, y me haría más ilusión si votaran o comentaran ㅠㅠ, así que graciasss.
Es mi primer proyecto así que estoy demasiado nerviosa de cómo saldría, la mayoría de los capítulos ya están en edición y escribiéndose (todavía no está completo) tampoco se exactamente cuando estaría publicando los capítulos, podría ser cada dos semanas o cuando me lo permita el tiempo y mis asuntos.
Podría verse un poco aburridon, pero esto tiene mucho drama e historias entremedias 🫣🫣, ese es mi pequeño "no spoiler" además que le quiero dar un mensaje y/o reflexión, Entonces estaré activa en mis redes ↓
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Para comentar acerca del fanfic y cosas así,
Bueno creo que ya se está haciendo más largo esto, así que los leo luego ;)
—isa !