El galeón de la Armada continuó su rumbo a toda velocidad, de regreso a Corea. Los marineros trabajaban en cubierta ajenos a lo que ocurría en los camarotes inferiores. Mientras tanto, Jimin se escabullía, sosteniendo la pistola del comodoro.
Caminó de puntillas, sabiendo que si algún oficial se daba cuenta de lo que estaba tratando de hacer, no tendría ninguna posibilidad contra ellos. Después de todo, Jungkook le aseguró que esas pistolas sólo llevaban munición suficiente para cinco tiros.
Había muchas puertas, las cuales el Omega no sabía qué encontraría al otro lado. Con mucha cautela, trató de escuchar algún ruido detrás de la madera de cada una, mientras seguía buscando al Capitán. Recordó el momento en que permaneció prisionero en el Cisne Negro, y pronto imaginó que Jungkook sería llevado al mismo compartimento en el que él mismo estuvo atrapado. Abrió una escotilla y bajó la escalera que conducía a la bodega de carga. Había una especie de celda metalica, adherida a la madera de la vasija. Pronto vió al Capitán adentro, encadenado y con el rostro magullado, cubierto de sangre. Su corazón se llenó de angustia al verlo con los ojos cerrados.
—¿Qué haces aquí? —escuchó la voz de un Alfa que estaba haciendo guardia. —Al comodoro Choi no le agradará verlo aquí, señor. Por favor regrese a su habitación.
Jimin sacó su arma y apuntó directamente al Alfa. La agarró fuerte, tratando de no temblar, y mantuvo una mirada amenazadora en su rostro, esperando que el oficial lo tomara en serio.
—Sostén el mango de tu arma con dos dedos y tirala con cuidado hacia mi. —el Omega impuso.
Mantuvo la espalda recta y los ojos atentos a cada movimiento del Alfa. Como Jungkook le había enseñado en la isla.
—Señor, baje esa arma con cuidado, terminará lastimándose... —eI Alfa intentó distraer a Jimin, llevando lentamente su mano a su funda, pero el Omega notó su movimiento y presionó su dedo en el gatillo.
—¡Detente ahora mismo Alfa! No me obligues a dispararte.
El guardia se detuvo, pero mantuvo la mano cerca de la pistola.
—Señor Park, no quiere hacer esto...
—No me llames así. A partir de hoy mi nombre es Jeon Jimin, uno de los piratas de la tripulación del Cisne Negro. —dio dos pasos hacia adelante. —Y serás hombre muerto si no haces lo que te digo inmediatamente.
EI Alfa sacudió la cabeza, ideando un plan para quitarle la pistola. Jimin nunca antes había disparado un arma, pero sabía que sería imposible fallar desde una distancia tan corta.
Haciendo caso omiso a sus órdenes, el oficial buscó el mango de su pistola, pero el Omega estuvo atento a cada uno de sus movimientos y apretó el gatillo. La sangre salpicó fuertemente cuando la mano del Alfa fue golpeada, dejando un agujero en su lugar.
—iArgh! —gruñó el guardia, sosteniendo su mano herida. —¡Pequeño bastardo!
Otro disparo fue dado y el cuerpo del Alfa fue llevado al suelo. Sin perder tiempo, Jimin corrió a la celda y metió la llave en la cerradura, luego liberó al Capitán de las cadenas.
—¿Jimin? —eI Capitán Jeon levantó la cabeza con dificutad.
—Estoy aquí, vine a salvarte. —una sonrisa apareció en el rostro del Alfa, llena de orgullo.
Jimin puso el brazo del alfa alrededor de su hombro y lo sostuvo sujetándolo fuerte por la cintura.
—Tenemos que-...
¡No tan rapido! —por el hueco de la escotilla aparecieron unos marineros que habían oido los disparos. Todos empuñando sus armas apuntaron directamente a los otros dos.
La alegría de los marineros duró sólo unos segundos, hasta que el barco se balanceó fuertemente y todos cayeron al suelo.
Junto al galeón estaba el Cisne Negro y sus veinte cañones apuntaban en su dirección.
—¡Fuego! —rugió Hoseok, el tirador de la tripulación, y una nueva ráfaga de cañones fue lanzada contra el embarcación de la Marina.
—¿¡Dónde está el comodoro!? —cuestionó furioso el teniente Jo, al ver que los marineros estaban manipulando los pocos cañones que la embarcación disponía. Sólo eran diez.
—Si el Capitán y Jimin están ahí podríamos dispararles. —Taehyung alertó al médico.
Seokjin frunció los labios con miedo y se volvió hacia el tirador:
—¿Hoseok?
—Jimin debe estar en los camarotes superiores y el Capitán definitivamente estará en el sótano. —sonrió con aire de suficiencia y le guiñó un ojo al doctor. —Sé lo que estoy haciendo.
El barco de la Armada intentó inútilmente contraatacar, pero los cañones estaban mal posicionados y sólo unos pocos alcanzaron al Cisne Negro, causando pocos daños. A diferencia del galeón, que siguió sufriendo varios daños graves, principalmente en la popa.
Mientras tanto, en la bodega de la embarcación de la Armada; los oficiales, Jimin y el capitán Jeon intercambiaban disparos. Jungkook agarró el arma del centinela que estaba en el suelo y logró derribar a dos.
Dos oficiales más bajaron las escaleras y justo detrás de ellos apareció una katana que atravesó sus cuerpos. Yoongi miró alrededor del sótano y sonrió cuando vio a Jimin ayudando a su Capitán a ponerse de pie. Siguieron subiendo hasta llegar al último piso donde piratas y marineros luchaban con sus espadas, dagas y hachas.
—¡Los tenemos! —gritó Yoongi a los tripulantes. —¡Podemos regresar!
Los piratas asintieron. Seokjin fue claro cuando ordenó que, tan pronto como rescataran a Jimin y al Capitán, regresaran al Cisne Negro inmediatamente. Tan pronto como el último Alfa cruzó las tablas dispuestas entre las naves, el comodoro Choi apareció por la puerta de una de las cabinas. Tenía una mano en la cabeza, justo donde Jimin lo golpeó con el objeto de porcelana.
—¿Cuáles son sus órdenes, Capitán? —cuestionó Hoseok.
Antes de que el Alfa pudiera responder, Choi disparó su pistola y un tripulante fue alcanzado, su cuerpo lanzado hacia atrás.
—¡Sven! —el médico corrió a su ayuda. —Dahyun, Taehyung, ¡ayúdenme!
Ambos Betas lo siguieron para ayudarlo.
—¡Hundan el galeón! —grruñó el Capitán Jeon mirando al Comodoro directamente a los ojos.
Se dispararon cuarenta disparos de cañón más, creando más agujeros y destruyendo la estructura del galeón. Marineros desesperados ante el inminente naufragio, arriaron sus embarcaciones para intentar salvar sus vidas.
El comodoro Choi gruñó de odio, flotando en su pequeño bote, mientras observaba cómo el barco pirata se alejaba poco a poco. Ese día, descubrió personalmente que atacar al Cisne Negro no era tan fácil como pensaba.
Luego de estabilizar al bucanero alcanzado por el arma de fuego, el médico comenzó a atender las heridas del Capitán. Después dió un breve resumen de todo lo sucedido en su ausencia, a pedido del propio Alfa.
—¿Vas a matarlo? —Seokjin preguntó sobre las acciones tomadas por el contramaestre.
—¡Debería hacerlo caminar sobre la plancha! —el Beta no dijo nada, pero su hermano notó la preocupación en sus rasgos. —Pero todavía estoy pensando en qué hacer con él.
Seokjin no pudo contener un suspiro de alivio. El contramaestre había estado actuando de manera egoísta en los últimos días, pero el Beta tenía fuertes sentimientos por él y sabía que, de hecho, Namjoon no era la persona en la que se estaba comportando.
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Jimin abrió la pequeña puerta que daba acceso a la bodega de carga y bajó con cuidado las escaleras. Había oído a algunos miembros de la tripulación comentar que el primer oficial había estado atrapado en la bodega durante varios días. Y en el último todavía nadie había ido a darle de comer.
Jimin se llevó una taza de agua. Se acercó lentamente, acompañado por la mirada severa del Afa.
—La traje para ti. —Jimin mostró el cristal desde lejos, temeroso de acercarse.
—Entonces sobreviviste. _Namjoon habló con amargura, ignorando el amable gesto del Omega.
—Si. —respondió Jimin con firmeza. —Y volví para quedarme.
El Alfa frunció el ceño
—¿Qué dijiste?
—Ya lo oíste. —se arriesgó a dar un paso más. —Jungkook y yo estamos juntos.
Namioon negó con la cabeza.
—No puedo creer que haya hecho esto.
—¿Alguna vez te hice algo? —Namjoon no respondió, parecía estar reflexionando algo. —¿Estás enamorado de él?
—¡No digas tonterías!
—Entonces dime, ¿por qué me odias tanto?
—¡Yo no te odio! —el Alfa resopló irritado. —Demonios... ¿crees que eres el primer Omega del que se enamoró?
—Y-yo... —Jimin no supo qué responder.
Namjoon movió sus brazos y el ruido de los metales golpeándose llamó la atención del Omega.
—Por supuesto que no lo sabes. Estuviste en la isla jugando a las casitas, crees conocerlo y ahora quieres jugar al pirata. Cuando te hartes, volverás corriendo con papi y traicionarás al Capitán.
—No sé de quién estás hablando, pero yo no soy así.
—¡Por supuesto qué sí!
—Tú no me conoces. No puedes condenarme a menos que haya cometido un delito. No sé qué le hizo este Omega que-...
—Traición. —Namjoon lo interrumpió. —Todos saben que traer un Omega a bordo trae mala suerte. Está en el propio código pirata. Pero de todos modos lo llevó a la tripulación. ¿El resultado? EI Capitán casi muere.
—¿Qué hizo exactamente el Omega?
Namjoon suspiró, moviendo sus brazos nuevamente.
—Lo traicionó. Le tendió una emboscada y lo entregó a la Marina. Yo fui quien lo salvó. Yo fui quien se quedó a su lado, mientras él pasaba días bebiendo sin importarle nada. Yo soy quien lo trajo de vuelta.
Saber esto realmente fue un shock para Jimin. Nunca imaginó que Jungkook se había enamorado, y peor aún, traicionado por el Omega que amaba. Ahora comprendía la preocupación del contramaestre. Sin embargo, Jimin no le dio motivos para desconfiar de él
—Entonces él no lo amaba. _afirmó Jimin, refiriéndose ak Omega. —Ataqué al Comodoro, le disparé a un oficial de la Marina para salvar la vida de Jungkook. Ahora seguramente seré considerado un traidor a la Corona. Renuncié a mi nombre, a mi vida con mi familia para estar a su lado, y a cambio de todo eso, ¿crees que simplemente lo traicionaría?
Namjoon lo miró pero no respondió. Jimin luego continuó:
—No pensé que fueras tan estúpido, ¿sinceramente? Jin merece mucho más...
—¿¡Qué dijiste!? —Gruñó furiosamente usando su voz de mando, y por supuesto, no tuvo ningún efecto en el Omega. Namjoon respiró hondo. —Maldito lupus...
—Esas cadenas realmente duelen mucho. —articuló Jimin mientras se alejaba y luego trajo una pequeña caja con él. —Si te dejo ir, ¿intentaras lastimarme?
—No usaría mi fuerza contra ti. No soy un cobarde.
Jimin colocó la pequeña caja de madera frente al Alfa y la usó para alcanzar las cadenas que sujetaban las muñecas de Namjoon, en un lugar más alto. Cuando se sintió libre, el Alfa lo miró sorprendido y a la vez receloso. Estiró su cuerpo sintiendo el mismo dolor que sintió el Omega cuando estuvo en su lugar.
—Gracias. —Namjoon se masajeó las muñecas y se sentó en un rincón del sótano. Tomó la taza que trajo Jimin y bebió toda el agua. Realmente tenía sed. —No tienes que preocuparte de que te haga algo. El Capitán me echará de la tripulación, estoy seguro.
Jimin pensó en decir algo, pero no encontró nada que pudiera decir, Simplemente pensó que sería mejor dejarlo solo con sus pensamientos.
—¿Quién lo liberó? —se sobresaltó cuando de repente escuchó la voz de Jungkook.
EI Capitán se acercó lentamente, con expresión sospechosa en el rostro, esperando una explicación.
—Fui yo. —confesó Jimin. —Lo siento... y-y solo...
—Está bien. —Jungkook le dio una sonrisa. —Taehyung te está esperando para descifrar el tercer fragmento.
Jimin asintió y subió a buscar al Beta. Dejando a ambos Alfas hablar solos.