Begonia © ✔️ (TG #2)

By ZelaBrambille

5.9M 523K 59.1K

Confió en sus promesas, pero lo único que le quedó a Margaret cuando él la abandonó, después de hacer el amor... More

Begonia ©
Personajes
Introducción
Prefacio | Frío como la nieve.
Capítulo 01 | Agonía
Capítulo 02 | Amargo
Capítulo 03 | Sed insaciable
Capítulo 04 | Dolorosa ausencia
Capítulo 05 | Odio arrebatador
Capítulo 06 | Arrepentimiento
Capítulo 07 | Cercana lejanía
Capítulo 08 | Insistencia
Capítulo 09 | Doble determinación
Capítulo 10 | Heridas tentadoras
Capítulo 12 | Segundas oportunidades
Capítulo 13 | Sonrisas
Capítulo 14 | Metamorfosis
Capítulo 15 | Cielo claro
Nota importante
Capítulo 16 | Tormenta salada
Capítulo 17 | Recuerdos
Capítulo 18 | Entre oscuridad
Capítulo 19 | Nublado
Capítulo 20 | Aguacero
Capítulo 21 | Paraíso momentáneo
Capítulo 22 | Cristal
Capítulo 23 | Serpiente
Capítulo 24 | Fragmentos y abrazos
Capítulo 25 | Esperanza
Capítulo 26 | Descubrimiento
Capítulo 27 | Hasta pronto
Capítulo 28 | Espacios
Capítulo 29 | Eco de mentiras
Capítulo 30 | Delineando
Capítulo 31 | Rayo de sol
Capítulo 32 | Filo helado
Capítulo 33 | Pescar disculpas
Capítulo 34 | Admirando estrellas
Epílogo | Ardiente como el sol
Extra 01 | La canción de la libreta naranja
Extra 02 | MuN and THEBoss
Espacio para fan arts
MIS OTRAS HISTORIAS

Capítulo 11 | Medias confesiones

145K 14.4K 2.1K
By ZelaBrambille

Canción: Here without you - Boyce Avenue


-*-

CAPÍTULO ONCE

Medias confesiones.


Entro corriendo, agitada, sin calzar mis tacones, intento no hacer ruido; pero temo que mi respiración entrecortada vaya a despertar a todos. Corro y me encierro en la recámara, me apoyo y me resbalo por la madera de la puerta para poder abrazar a mis rodillas, sentada en el suelo.

Toco mis labios como si pudiera palpar un beso con los dedos y suspiro profundo.

No sé por qué fui a buscarlo, no sé por qué me acerqué de esa manera, no sé por qué si no quiero escucharlo, no sé porqué.

No hay respuestas, solo hay preguntas y esa necesitad de olvidarme de todo en una botella de vino, de regresar a la seguridad que tenía antes de venir a Nashville. Siento que no puedo controlarme y que mi estabilidad se me está resbalando entre los dedos.

No poder disfrutar del hombre que amas por pensar en lo que duele el pasado, es la peor experiencia de todas. Creí que podía, que dejaría de ser la frígida Maggie entre sus brazos, que olvidaría todo como antes. Pero no pude, sigo y seguiré siendo la pequeña temerosa que tanto evitaban sus padres por no ser lo suficientemente alegre o inteligente

Luego viene la culpa, le he sido infiel a Andrew. ¡Le fui infiel al único hombre que me ha querido con el hombre que me dejó hace siete años! ¡Soy la mayor perra de todas!

Me quedo unos minutos en el suelo, tragando saliva, intentando encontrarme y dejar de pensar en lo que pasó hace unas horas. Si no pude olvidarlo antes, mucho menos ahora.

Así que me levanto, viendo el destello del amanecer por la ventana, y cojo con violencia la maleta para colocarla encima de la cama. Lo único que necesito hacer es salir de aquí lo antes posible, antes de que pierda lo poco que me queda.

Comienzo a buscar todos los objetos regados y los guardo, ya tendré tiempo para disculparme con Tess, ahora solo quiero fingir que nada de esto ocurrió. Alejarme de esta situación que logra superarme. Sé que Andrew me escuchará, sé que me perdonará y seremos felices.

Voy a cerrar la maleta cuando la puerta se abre de golpe, lanzo un grito por el susto al encontrarme con su rostro hecho una furia. Yo jamás había visto a James enojado, no de esa forma. Si lo recuerdo con la cara rojiza o la mandíbula contraída, pero no este hombre. Sus ojos son casi negros y sus mejillas están rojas. No obstante, intenta ocultar su rabia apretando sus puños hasta que sus nudillos se vuelven pálidos.

Se acerca luciendo como si quisiera matar a alguien, así que me hago hacia atrás. No es que le tenga miedo porque sé que jamás me haría daño, sinceramente no entiendo mi impulso.

James arruga la frente y se detiene como si intentara calmarse. Abre sus palmas y relaja sus hombros en un intento vano de que su enorme cuerpo parezca menos ofensivo. A pesar de lo fuerte de su presencia, hay algo que me llama la atención y me hace tumbar la barrera.

No puedo...

No soy capaz de resistirme, no puedo ser fuerte si él no lo es.

Una lágrima desciende desde la esquina de su ojo, dándome un puñetazo en la boca del estómago. Mierda y mil veces mierda.

—¿Por qué, Maggie? Solo dime por qué, no voy a reclamarte nada, no te exijo nada. Te pedí que habláramos, me dijiste que lo haríamos. Hoy desperté y ya no estabas. —Me quedo pasmada, tragando saliva y sintiéndome mal por no enfrentar lo que hice. James está llorando y yo no puedo moverme, a pesar de que quiero correr para borrar ese dolor que es tan palpable en estos minutos—. ¿Esa es tu forma de vengarte?

¿Qué?

—No, no, James, claro que no —digo, ansiosa, sin entender cómo puede creer que soy capaz de hacerle algo así.

—Si quieres vengarte solo dímelo para no crear un montón de ilusiones en mi mente. ¿Quieres usarme? Está bien, te dejo hacerlo si eso es lo único que podré obtener, pero por favor no me hagas creer que estaremos juntos de nuevo porque no voy a poder sobrevivir. —Niego con la cabeza, no encuentro las palabras adecuadas para explicarle que no lo hice por los motivos que cree. Jamás me atrevería a lastimarlo de esa forma.

No a él.

—James, escucha, no lo hice por eso, ¿de acuerdo? Jamás te haría daño, jamás, eres demasiado importante para mí. Solo que fue demasiado para asimilar. Tengo una pareja y en lo único que pienso últimamente es en besarte, me confundes porque no quiero, pero al mismo tiempo no hay nada que deseé más que refugiarme en... —Me detengo cuando me doy cuenta de que no está prestándome atención.

Sus pupilas ven un punto en el edredón de la cama, observa la maleta y luego me enfoca con preocupación y tristeza. Da pasos lentos y cortos, se ubica frente a mí y se deja caer.

Mis párpados se abren con horror al ver que se ha arrodillado y abraza mi cadera, pegando su rostro a mi abdomen y mojando el mismo vestido verde que llevaba el día anterior. Entonces también comienzo a lagrimear al verlo actuar de esa forma.

—Por favor no te cases, no te cases sin escucharme. Si después de saber no quieres volver a verme, me pides que me vaya, lo haré, Mags. Prometo que te dejaré tranquila, pero escúchame. —Ruega una y otra vez, dejando más vacío mi corazón.

No puedo odiarlo, pensé que lo hacía, pero el amor que siento es más grande. Podré ser una tonta que no aprende de sus errores; pero cuando miro sus ojos, hay algo que me dice que puedo creerle.

Hay algo en su mirada que me dice que no miente, que le duele como a mí.

—De acuerdo —suelto, quedito, suplicándole a los seres divinos que al final no me arrepienta de esa decisión—. Vamos a hablar.

Su cabeza se alza con rapidez y sus dos pozos me enfocan detrás de una cortina de agua. Dejo que mis dedos cepillen el poco cabello de su nuca y alzo las comisuras un poco.

—¿Vas a hacerlo desde ahí? —cuestiono a lo que él sonríe. Se levanta y limpia con el dorso de su mano el rocío de lágrimas que hay en sus pestañas—. Voy a cambiarme y te veo abajo, ¿bien?

Él asiente, conforme, y sale del cuarto sin darme una última mirada. Yo tomo la ducha más rápida de mi vida y me visto con cualquier cosa, pantalones y blusa. Salgo para encontrarlo en cuanto controlo mi cabello en una coleta.

Tess y Dan están sentados en el comedor, ambos alzan la vista cuando me ven. El pelinegro señala hacia alguna parte y se encoge de hombros para después seguir con el desayuno matutino de un domingo que podría ser familiar.

Me encamino hacia la dirección en la que supongo está él.

Al fondo de la cocina hay una puerta con un lindo ventanal que deja mirar con libertad hacia el patio trasero. Hay una cortina, pero la tela es tan delgada que es como si no existiera. Lo veo sin necesidad de acercarme mucho y me quedo quieta contemplando algo que no había visto antes porque él no me había dejado hacerlo.

Está solo en la mitad del patio, sentado en una banquita metálica y mirando el suelo. Su rostro luce cansado, su boca es triste y su cabello ya no es tan brillante. Me pregunto si en Londres lucía tan pequeño como lo veo ahora. Sin querer seguir siendo una espía de su sombra, salgo y recorro el trayecto que nos separa.

Me arrepiento de haberlo dejado varado en la cama, de no haber disfrutado de sus caricias y sus besos por pensar en tonterías. Quizá nunca más pueda sentirlo de esa forma de nuevo.

Me dejo caer a su lado y permanecemos así, mirando las puntitas del césped. Después de un rato, se aclara la garganta y yo enderezo la espalda para escuchar lo que tanto quiere decir.

—Me daba demasiada pena, yo creía que era mi héroe, el hombre más perfecto que alguna vez hubiera conocido. No podía creer lo que mis ojos veían y lo que mis oídos escuchaban, era demasiado irreal. Papá tenía dos vidas, la que nosotros conocíamos y la que escondía. Cuando salía de trabajar, se iba a un bar del centro a tomar y a apostar, se hizo un adicto a los juegos, a ese ambiente de mierda. Creíamos que llegaba tarde porque estaba trabajando, pero él en realidad apostaba todo lo que teníamos. —Me mira de reojo y vuelve a concentrarse en otra cosa, esta vez en sus dedos. Yo casi no puedo creer lo que dice.

Conocí a Troy y muchas veces deseé que mi padre fuera como él. Recuerdo que tenía el cabello castaño y le gustaba usar pantalones pesqueros. James lo adoraba y el señor Perkins adoraba a su esposa e hijo. Es sorprendente todo lo que dice el pelirrojo.

—No solo eso. —Continúa—, papá engañó a mi madre muchísimas veces. Yo lo vi, Mags, lo vi besando a otra; lo golpeé tan fuerte que cayó al suelo.

Mi boca se abre por el impacto, James aprieta sus muslos con fuerza, como si intentara controlarse. No puedo imaginarme a Troy siendo infiel, siempre miraba a su esposa con veneración, siempre besaba sus labios. No puedo imaginar el dolor que debió ser para Selene enterarse de algo así, ella adoraba a su esposo. Cuando iba a casa de James, ella siempre le preparaba la cena emocionada. Cuando me conoció, me mostró cada una de las fotografías de su boda con los ojos brillosos. Yo... Dios, quiero abrazarla.

—Pero tu padre ama a Selene —suelto, confundida, sin poder aceptar por completo la idea.

—Lo hace, pero ese tiempo fue una parte oscura en su vida. Aún no puedo creer que mamá lo perdonara. A veces siento que lo odio, pero luego recuerdo que es mi padre y que me enseñó a jugar fútbol, a patinar y no puedo odiarlo. Por su culpa renuncié a la persona que más amaba.

Siento el dolor fluir en cada enunciado que dice, su cuerpo tiembla. Llevo mi mano hacia la suya para entrelazar nuestros dedos. Él sorbe por la nariz y no despega su vista de nuestras palmas unidas.

—Se quedó sin nada, no tenía cómo pagar lo que debía, era una exageración. Él les prometió que lo pagaría, pero lo despidieron de su empleo porque lo había descuidado. Un día entró cojeando a casa, mamá saltó llena de terror al verlo cubierto de sangre. Nos confesó todo y yo quise pegarle de nuevo, pero mamá no me dejó. Lo amenazaron, le dijeron que si no pagaba, su familia pagaría las consecuencias.

»Empezamos a juntar dinero, pero nunca lo suficiente, ellos siempre pedían más y más. Todos los días llamaban a casa para amenazarnos. Lo peor fue cuando comenzaron a seguirnos.

Me tenso al escuchar eso que parece sacado de una película de la mafia rusa. Empiezo a sentir comezón, si a algo le tengo pavor es al ambiente de las drogas y los narcotraficantes. Le he temido desde que era pequeña y veía en las noticias las cosas que hacían, Tess sufrió mucho a causa de un narcotraficante, ¿por qué James nunca me lo dijo?

—Una camioneta negra me seguía a todas partes. —Continúa—. No importaba a dónde fuera, siempre estaban los mismos esperándome  y... ¡joder!

Se levanta abruptamente y comienza a caminar apretujándose el cabello, luciendo como un león enfadado.

—Tú estabas siempre conmigo, yo veía cómo te miraban, sabía que lo hacían para provocarme. Tuve miedo, mucho miedo, incluso pensé en ir a la policía para denunciarlos a todos o escondernos en algún lugar solo tu y yo; pero luego pasó algo. Uno de ellos se acercó una día antes de que pudiera entrar a Hushington. Me dijo que no daban segundas oportunidades y me lanzó una fotografía. —James se gira y me enfrenta cubierto de lágrimas—. Eras tú. Ellos me estaban amenazando directamente con hacerte daño.

El aire se me escapa de los pulmones, el pánico fluye por mis venas.

—Supe que tenía que hacer algo, debía alejarte del peligro y el peligro era yo. Tenía miedo de que te hicieran algo para jodernos a nosotros, para que les diera más dinero. Decidí irme lejos porque no soportaría estar en la misma ciudad que tú sin poder tocarte, así ellos no tendrían con qué amenazarme porque ya no estábamos juntos y tú estarías a salvo. Cuando llevaba tres años en Londres, papá les pagó. Los fueron metiendo a la cárcel, menos a ese hijo de puta que sigue libre.

Ignoro el pensamiento de que hay uno que todavía no es atrapado porque su semblante me rompe el corazón. Yo misma quiero hacer tantas cosas, pero no alejarme de él.

Me levanto y me planto frente a su cuerpo, ya sin poder contenerme. Comienzo a llorar y a sollozar. El pelirrojo limpia mis lágrimas con sus pulgares con una delicadeza que solo termina quebrándome por completo.

—¿Por qué no me lo dijiste? —Alcanzo a preguntar en un chillido, mi garganta se seca cada vez más.

—No quería que te pasara nada, solo quería protegerte. Sé que no fue la mejor decisión, sé que debí haber luchado; pero era un cobarde que pensó que era el héroe de la historia.

—Te habría seguido, James, ¿lo sabes no? Me estás diciendo que me abandonaste amándome. Todo este tiempo pudiste haberme buscado, contestar alguno de mis mensajes, por lo menos que tus padres me dijeran que estabas bien. Tantas veces pensé que te había pasado algo malo. Te necesité. —Sorbo por la nariz e intento controlar el diluvio de mis ojos, pero no puedo.

Sus brazos me rodean y yo lo rodeo también hasta que soy capaz de escuchar los latidos que desborda la vena de su cuello. Siete años pensando en él, siete años sin poder olvidarlo, siete años esperando que entrara por la puerta y me dijera «te amo».

—Ochenta y cuatro meses, dos mil quinientos cincuenta y cinco días, sesenta y un mil trescientas veinte horas; y todas las pasé pensando en ti. —Un sonido ahogado sale de mi garganta y me refugio en su abrazo, añorando regresar el tiempo, esperando despertar y que todo sea producto de una mala jugada de mi imaginación.

¿Cómo pude ser tan ciega? Era obvio que había pasado algo y yo solo me hundí en mi mundo de autocompasión sin querer ver que él tal vez también estaba sufriendo. ¿Cómo no me di cuenta de lo de sus padres? ¿Por qué no lo busqué más? 

Nos quedamos abrazados de esa forma, consolándonos por todo lo que perdimos, queriendo recuperar lo que un día fuimos. El rostro de Andrew aparece, pero lo aparto inmediatamente aunque la conciencia se retuerza en mi cabeza.

Ahora él me parece tan lejano, una pequeña brisa a lado del tornado de cabellos rojos.

El destino jugó en nuestra contra, las malas decisiones, los problemas que no eran nuestros y el tiempo; podría mandar todo al carajo para intentar todo con James, pero luego recuerdo la soledad de Andrew y sus ojos llenos de lamentos no dichos. Todo es tan difuso, pero justo ahora quiero permanecer junto a él, junto a James. Mi James.

—¿Tengo que perderte ahora que te he encontrado? Recibiría cualquier cosa que quisieras darme, luna, no me importaría mendigar. —Mi frente se arruga al escucharlo. Me echo hacia atrás para poder mirarlo a los ojos.

No sé si es una buena idea que estemos juntos, hay muchas cosas dolorosas que se interponen en nosotros, pero ¿quién soy yo para mantenernos separados? Si en todos estos años no he podido olvidarlo, no podré hacerlo nunca.

—¿Qué quieres de mí? —pregunto.

—Quiero todo, pero por ahora quiero que empecemos desde cero. Déjame entrar a tu pequeña cueva. —Me suelta y da un paso hacia atrás, me quedo expectante a sus próximos movimientos. Toma mi mano y la estrecha en un firme saludo que manda impulsos nerviosos a mi sistema—. Hey, sexy, soy James, ¿eres un hada o tienes nombre?

Su lindo hoyuelo se marca en un solo lado y me derrito ante tal imagen. Mis comisuras tiemblan, muerdo mi labio y niego divertida. Soy tan débil.

—Margaret. —Respondo en un susurro y nos quedamos sosteniendo la extremidad del otro.

—Entonces, Margaret... ¿te gustaría desayunar unos deliciosos huevos revueltos con este humilde caballero? —Una sonrisa se instala en mi rostro.

—Me encantaría.

Cuando ingresamos a la casa, nos topamos con Dan y Tess, quienes solamente sonríen y nos informan que van a salir a pasar el domingo con las gemelas y la abuela Sofía. La abuela de Tess siempre ha sido una de las personas más carismáticas que he conocido, dice palabras soeces y hace cosas graciosas como levantarle el dedo medio a las personas que se le cruzan en la calle mientras va manejando.

—Yo preparo los huevos y tú sirves el jugo —dice James una vez que nos quedamos a solas. Yo asiento un tanto nerviosa.

Los dos hemos crecido, los dos vivimos experiencias desconocidas sin el otro, todo es demasiado extraño y un poco incómodo.

Sí bien es cierto que no estoy enojada como antes, aún estoy molesta porque no me buscó durante tanto tiempo. No le importó que le rogara en los correos electrónicos que volviera, tal vez ni siquiera los ha leído. No sé qué estuvo haciendo todo este tiempo sin mí. ¿Conoció a alguien? ¿Tuvo una familia? No sé y los nervios me consumen.

También tengo miedo de que no seamos los mismos, aunque sigo sintiendo ese fuego desgarrador cada vez que se me acerca.

El aire se llena de ese olor delicioso a comida, pronto estamos comiendo en la barra, silenciosos. Cada uno perdido en sus pensamientos.

Cuando acabo, me levanto para ir a dejar el plato sucio en el lavabo, él hace lo mismo. Nos quedamos de pie en medio de la cocina, mirando a todas partes menos a la persona indicada y lanzamos un suspiro al mismo tiempo. James suelta una risita y me tiende su mano.

Dudo, peo no le niego el contacto.

—Tenemos todo un día para conocernos, señorita Margaret, ¿le parece prudente que veamos un par de películas de hechizos? —pregunta él y sonríe, picarón—. Creo que vi algunas por ahí.

—Eso sería simplemente mágico, joven caballero —contesto siguiendo su juego y recordando que eso hicimos en nuestra primera cita oficial.

Nos tendemos en los sillones, después de elegir unas cuantas opciones. James me rodea con su brazo, dubitativo, yo me acoplo a su costado y apoyo la cabeza en su hombro.

Los brujos lanzan magia por todas partes, antes podía prestar atención, pero ahora solo siento su presencia junto a mí.

—¿Tuviste muchas novias? —suelto antes de poder filtrar la pregunta, los colores se me suben al rostro, así que es una suerte que él no pueda verme. Escucho su sonrisa.

—¿Qué parte de «pensé en ti todo el tiempo» no entiendes, luna? —Sus palabras me producen un cosquilleo y cierta tranquilidad.

—¿Saliste con alguien? —Me atrevo a preguntar porque necesito saber si alguien lo hizo feliz, si alguien estuvo cuando no podíamos estar juntos.

—Lo intenté. —Un pinchazo me hace querer separarme, aunque sé que es egoísta porque yo estoy comprometida. James no deja que me aleje, aferra más su brazo a mi cintura y me obliga a permanecer a su lado—. Lo intenté y no pude, ¿de acuerdo? Terminé aceptando que no había otra mujer en el mundo para mí más que tú.

Su rostro se agacha para depositar un beso en mi mejilla.

—Soy yo el que tiene que preocuparse —susurra cerca de mi oído.

Levanto la cabeza para poder mirarlo y me pierdo en sus ojos marrones, en ese rastro de barba que solo me hace querer saber lo que se siente que raspe en mi piel.

Me pierdo en su mirada, la contemplo y me pregunto cómo viví tantos años sin recordar el brillo cegador con el que me miraban.


-*-

La tensión entre ellos dos me pone nerviosa. Recuerden que ya James nos contó su verdad, ahora falta todo el equipaje que Maggie que es un poco complicado.

No olviden dejar sus votos y comentarios. Les mando besos :*


Continue Reading

You'll Also Like

Instruidos By Abril

Teen Fiction

3K 229 6
Dinastía Decapitada #0.5 • Portada realizada por @taurie_design_
3.7K 1K 17
Para Emma comenzar su vida como universitaria supone enfrentarse a los consejos negativos de su madre sobre el amor y a perseguir sus sueños Lucas ha...
63K 7K 40
¿Te imaginas que el amor de tu vida muera, y años después encontrarte a su gemela, sin haber sabido de su existencia? Janna y Jimena son hermanas ge...
1.5M 113K 17
MUY PROFUNDO II «Liam y Kya han logrado pasar obstáculos que los definieron y lastimaron mucho, ahora gozan de una vida tal como imaginaron, quizá me...