Fu Zhiyu aún no había reaccionado. Su cerebro estaba tan desordenado por la alarma que se sentía como si se hubiera convertido en una bola de pasta. Cuando el Señor Dios terminó de hablar, pero antes de que Fu Zhiyu tuviera tiempo de responder, sintió una gran fuerza de succión detrás de él, succionándolo todo a la vez.
Todo frente a sus ojos se volvió negro, y de repente perdió el conocimiento.
"¡Despierta, despierta! ¡Su Alteza está despierto!"
Cuando Fu Zhiyu volvió en sí, lo único que sintió fue que todo su cuerpo parecía suave y no tenía ninguna fuerza. Se sentía caliente y frío, pegajoso y muy dolorido. No solo eso; pero también se oía el sonido de mujeres hablando, así como un leve sollozo.
Todo esto lo hizo sentir extraño e incómodo; su mente estaba perezosa. En ese momento, no podía averiguar quién era realmente.
Sus ojos permanecieron entreabiertos y no podía ver con claridad. Su visión era tenue y borrosa.
"¿Xiaobao (pequeño tesoro)?" Sintió a una mujer llorar mientras tocaba su rostro con manos temblorosas, "¿Estás... realmente despierto? Mira a la madre consorte..."
Todas las demás sensaciones estaban borrosas, pero solo el toque de estas manos era claro. Fu Zhiyu pareció ser sacado de la ilusión de la nada por estas manos de una vez, y sus ojos finalmente se iluminaron.
"Tú... ¿Madre consorte?" Forzó la garganta y logró pronunciar unas pocas palabras, "Yo..."
Antes de que terminara de hablar, la mujer, que lo vio realmente despertar, gritó emocionada, hundió la cara en la cuenca de su hombro y sus lágrimas mojaron instantáneamente su ropa.
"Está bien, está bien", Fu Zhiyu extendió la mano, tosió dos veces y finalmente encontró su voz. Lentamente acarició el cabello de su madre y dijo suavemente: "... Estoy de vuelta".
Después de eso, un médico imperial vino a revisar el pulso de Fu Zhiyu, se dio la vuelta e inclinó la cabeza con respeto, diciendo: "Felicitaciones al Noble Consorte Imperial Yun, Su Alteza el Noveno Príncipe ha sobrevivido y ya no está en peligro. Sin embargo, el clima ha sido frío recientemente y aún se requiere una recuperación a largo plazo para evitar enfermarse. Escribiré una receta, por favor tome el medicamento regularmente".
Cuando Consort Yun escuchó esto, se llenó de alegría. Ella recompensó al médico y luego volvió a tocar la cara de Fu Zhiyu, derramando lágrimas de angustia.
"Mi hijo es tan delgado", lloró, "si lo hubiera sabido, no me habría quedado en ese Templo de Longquan. Estaba orando por bendiciones, pero le hice un flaco favor a mi hijo".
La garganta de Fu Zhiyu se sintió incómoda después de decir algunas palabras. Incluso después de beber un poco de agua, todavía le dolía mucho, así que dejó de hablar, solo tomó la mano de su madre, reacio a soltarla.
Su mente gradualmente se aclaró, y se le ocurrió qué escena probablemente era.
Ese invierno, según el protocolo, se iba a realizar una gran ceremonia, con la familia imperial rezando por el buen tiempo y la prosperidad del país. El Templo de Longquan, en las afueras de la capital, fue el templo oficial de la dinastía fundadora y había sido el lugar de importantes ceremonias durante muchos años. La familia imperial siempre le había dado gran importancia. El emperador, la emperatriz y las consortes con rango de noble consorte y superior estaban todos presentes, y varios ministros importantes los acompañaron. También siguieron varios príncipes, incluido Fu Zhiyu.
La ceremonia salió bien y terminó hace tres días.
Sin embargo, a la emperatriz viuda siempre le había gustado la pureza del budismo y quería hablar sobre el budismo con el abad, por lo que se quedó unos días más, al igual que varias de las consortes, incluida la consorte Yun.
No se quedó para hacerle compañía a la emperatriz viuda, sino porque había oído que el talismán de la paz del Templo Longquan era extremadamente espiritual, por lo que pensó en rogar por uno para Fu Zhiyu. Se recibió el talismán de la paz, pero la noche antes de abandonar el templo, Fu Zhiyu cayó al lago de hielo no lejos del Templo Longquan. Aunque fue rescatado, había flotado en el lago de hielo por un tiempo, y cuando llegó el médico, ya se había desmayado.
Desde entonces sufría de fiebre y varias recetas no le servían de nada. Incluso se pensó que el Noveno Príncipe podría no ser capaz de sobrevivir. Pero quién sabía qué tipo de destino tenía; tal vez el talismán de paz del Templo Longquan fue realmente útil y no podía dejar que la línea de sangre imperial muriera aquí, por lo que Fu Zhiyu sobrevivió al final.
En ese entonces, Fu Zhiyu fue al lago de hielo porque tenía curiosidad al respecto. Aunque el lago en el palacio también se congelaba en invierno, el hielo no era tan grueso como en el templo, lo suficientemente grueso como para que la gente pudiera pararse sobre él. También fue muy aburrido en el templo. Fu Zhiyu había estado aquí por más de diez días, y el lago de hielo era el único lugar que encontraba interesante.
Todos los días, después de recitar las Escrituras con su madre, iba allí en secreto. Un grupo de jóvenes monjes que acababa de incorporarse al templo hacían patines tranquilamente y aprovechaban la noche para patinar allí alegremente. Fu Zhiyu no podía patinar, pero este año solo tenía dieciséis años. Todavía tenía una mentalidad juvenil. Fue muy agradable ver esta animada escena.
Inesperadamente, tan pronto como pisó el hielo ese día, el hielo se rompió bajo sus pies y cayó al agua.
Entonces... apareció Xie Ke.
Pero ¿por qué la escena no siguió la trama original del libro? ¿A dónde fue la señorita Xue esta vez?
Fu Zhiyu tenía algunas dudas. El Señor Dios lo envió de regreso en este punto de la trama. Si viniera antes, no iría al lago de hielo incluso con el cuchillo presionado contra su cuello.
Sin mencionar el incidente casi fatal, robó la trama de la señorita Xue y conoció a Xie Ke, lo cual fue realmente desafortunado.
Fu Zhiyu todavía recordaba lo último que le dijo el Señor Dios, pero no sabía cuál era la situación específica, y el Señor Dios no había tenido tiempo de terminar de hablar.
En cualquier caso, en este momento, todavía tenía la oportunidad de liberarse. Fu Zhiyu yacía en la cama, reflexionando en silencio. No importa lo que Xie Ke quisiera hacer esta vez, cuanto más lejos de él, mejor. De todos modos, él era solo carne de cañón que solo había vivido por una quinta parte del libro. Mientras el protagonista no se desviará de la línea principal, la estabilidad del mundo no se vería afectada.
Como un error obstinado en el sistema, Fu Zhiyu estaba en un estado mental estable e incluso su estado de ánimo era bueno.
Pensó que su madre consorte apenas se mencionaba en el libro, no era importante para la trama, y mucho menos para la línea principal, por lo que su destino también podría cambiar. Si tuviera la oportunidad de hacerlo todo de nuevo, nunca la dejaría morir tan afligida y tan temprano.
Fu Zhiyu tenía planes, pero acababa de despertarse y su cuerpo aún no estaba bien. Al final, no pudo resistir su aturdimiento. Giró la cabeza y volvió a dormirse.
Para no perturbar su descanso, Consort Yun también salió y cuidó personalmente la cocina para hacer la medicina. Solo quedaban dos guardias en la habitación de Fu Zhiyu, parados afuera de la puerta, y una doncella del palacio esperaba a poca distancia con la cabeza gacha, lista para que su maestro la convocara en cualquier momento.
Debido a sus problemas de salud, Fu Zhiyu no pudo regresar corriendo al palacio, y después de que se despertó, la emperatriz viuda también dio su opinión. El templo de Longquan tenía la bendición de Buda. La recuperación milagrosa del Noveno Príncipe fue una evidencia irrefutable. Debería haberse quedado aquí hasta que estuviera lo suficientemente bien como para regresar. Aquí, estaría viviendo en el ala norte.
Aunque el Templo Longquan era un templo oficial de la dinastía y estaba fuertemente custodiado, no era comparable al palacio imperial. Si alguien tenía el deseo de entrar, no era difícil.
En medio de la noche, la doncella del palacio que custodiaba la casa se sintió somnolienta. Por alguna razón, esta noche su sueño era tan abrumador que no podía mantener los ojos abiertos. Silenciosamente apoyó la cabeza en la pared a un lado y decidió cerrar los ojos por un momento. Pero tan pronto como sus ojos se cerraron, rápidamente se quedó dormida, como si hubiera sido drogada.
Fu Zhiyu también cayó en un sueño profundo, por lo que no pudo ver que en ese mismo momento una nube cubría la luna y, aprovechando la oscuridad, un hombre entró por la ventana a tal velocidad que los guardias de patrulla no se dieron cuenta.
Fu Zhiyu solo sintió que su sueño era muy inquietante. Había una serpiente enorme en su sueño que lo enredaba con fuerza de la cabeza a los pies, asfixiándolo, por lo que tuvo que abrir mucho la boca para tomar aire.
Pero la serpiente estaba muy molesta y se negaba a dejarle ni siquiera esta opción de respirar. La lengua de la serpiente se extendió y lamió sus labios ligeramente, sus colmillos mordisquearon su boca repetidamente, haciendo que Fu Zhiyu se atragantara.
"Lo siento, lo siento..." Escuchó a la serpiente gritar disculpas mientras aún se negaba a dejarlo ir.
¡Si lo sientes, libérame! Fu Zhiyu no podía liberarse de los anillos de la serpiente y estaba en un estado tan lamentable en su sueño que ni siquiera podía hablar.
"Soy yo quien entendió demasiado tarde... Esperé mucho tiempo e hice mucho... solo por una oportunidad". La serpiente ignoró por completo su lucha y lo encerró con más fuerza, como si quisiera frotar a Fu Zhiyu en su carne y sangre. Luego susurró al oído de Fu Zhiyu: "Mientras estés de vuelta... finalmente todo puede comenzar de nuevo, nosotros, podemos comenzar de nuevo".
El autor tiene algo que decir:
Xiao Yu: No lo creo.