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CAPÍTULO 37. RAZA DE LA MONTAÑA
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Sintiendo un poco de dolor de cabeza, Chu Feng se tocó la frente y dijo: "¿vamos a buscar la raza de la montaña ahora?" o tal vez algún otro día después de que estuviera mentalmente preparado.
"Ya está arreglado. ¿No tienes prisa por vivir en el castillo?" Le preguntó Ilya.
Chu Feng, "..." En realidad no tanta prisa.
Ilya sacó varios tarros de sal del armario de al lado.
"¿Has cambiado el envase?" preguntó Chu Feng.
Ilya asintió y dijo: "Sí, el tuyo es muy llamativo". La sal que trajo Chu Feng era realmente extraña. Estaba llena de palabras incomprensibles en el paquete, probablemente palabras del otro lado del mar.
Chu Feng asintió y dijo: "Sí, es cierto".
Ilya le miró y dijo: "Puedes decirles que eres un comerciante ambulante."
Chu Feng asintió y dijo: "¡De acuerdo!"
Lo que hacía un comerciante ambulante era revender mercancías, igual que él. Pero él era mucho mejor que cualquier comerciante ambulante.
Chu Feng le siguió hasta donde estaba la raza de montaña. Era medio día de viaje.
Pensó para sí mismo: "Es tan triste que tenga que andar todo el día a dos patas en este mundo. ¿Por qué tengo que andar todo el día ahora que acabo de comprarme un coche nuevo? Sin embargo, el cura me pidió que hiciera más ejercicio, quizá pueda tomármelo como un poco de ejercicio'.
"Está justo delante de nosotros", dijo Ilya.
Chu Feng miró las montañas una por una y preguntó: "¿La raza de las montañas vive en las montañas?".
Ilya asintió y dijo: "Claro."
"¿No dijiste que son buenos construyendo casas?".
Ilya asintió: "Sí. Pero les gusta vivir en cuevas."
Chu Feng, "..." ¿a la gente que es buena construyendo casas le gusta vivir en cuevas? ¿Qué demonios?
Entonces vio a varias personas haciendo algo en la montaña desde la distancia. "¿Son la raza de la montaña?"
Ilya asintió y dijo: "Sí".
Mirando a esas personas en la montaña desde lejos, Chu Feng pensó, "parece que esta raza son todos hombres musculosos.
"Ilya". Un hombre vestido con una falda de piel de bestia y portando una maza apareció frente a Ilya.
"Chui Shi, tanto tiempo sin verte."
El hombre rudo sonrió y dijo: "Mucho tiempo sin vernos". Luego se giró para fijar sus ojos en Chu Feng y preguntó: "¿Es este el comerciante ambulante que conociste fuera?"
Ilya asintió y dijo: "sí".
El hombre duro miró la ropa de Chu Feng y dijo: "¡este tipo viste tan raro!"
Chu Feng, "..." ¿Qué le pasa a mi ropa? Ya que dices que llevo ropa extraña, entonces no me mires con esos ojos codiciosos.
¡La primera vez que Ilya me vio, me agarró de la ropa!
Chu Feng tuvo la extraña sensación de que este gran hombre podría tener el mismo pensamiento que Ilya. La gente de este mundo era tan disoluta. Tal vez, debería estar agradecido por haber conocido a Ilya por primera vez. Al menos, era mejor para él ser despojado por un hombre apuesto que por un tipo tan duro.
Mirando a aquel hombre duro, Ilya dijo: "Deberías saber para qué estamos aquí".
"Mientras esté dispuesto a pagar la sal y la comida, no hay problema", dijo el hombre duro. "Todo el mundo sabe que somos los mejores construyendo casas. Podemos construir cualquier tipo de casa que desee."
Chu Feng asintió y dijo: "Mientras puedan construir la casa que yo quiero, la sal y la comida no son un problema."
Entonces sacó dos tubos de bambú de su costado y dijo: "así es como se ve la sal."
Chui Shi cogió el tubo de bambú y probó la sal que contenía. "¡La calidad no es mala!"
Con una sonrisa, Ilya dijo: "Esto es sal refinada."
Chui Shi asintió y dijo: "Con esto, todo es negociable". La raza de las montañas era buena en la minería. Solían intercambiar las piedras de hierro por piedras de sal y comida. El precio que ofrecía la raza humana era bastante bajo, y la raza de las altas montañas había sufrido mucho por ello.
Chu Feng sacó el dibujo y dijo: "Quiero construir un castillo así."
Al ver el dibujo, Chui Shi frunció el ceño y dijo: "¡Bonito dibujo! ¿Hecho por la raza de los gnomos?"
Chu Feng sacudió la cabeza y dijo: "No".
Chui Shi ladeó la cabeza y dijo: "Si quieres construirlo así, me temo que..."
"¿Algún problema?"
Chui Shi sacudió la cabeza y dijo: "Está bien construirlo más alto, pero puede que no sea tan bonito".
Ilya pensó, "es realmente difícil hacer eso".
Chu Feng asintió y dijo: "construyámoslo primero". construir un castillo no era algo que pudiera completarse de la noche a la mañana.
Chui Shi asintió y dijo, "de acuerdo".
Chu Feng entonces le entregó dos tarros de sal y dijo, "gracias. Toma esto como depósito."
Chui Shi le miró y dijo confuso: "¿De verdad? ¿No temes que me retracte de mis palabras?"
Chu Feng sacudió la cabeza y dijo: "Por supuesto que no. Puedo decir que eres una persona honesta."
Chui Shi se dio unas palmaditas en el pecho y dijo: "No te preocupes. Todos nosotros somos personas fieles, diferentes a ustedes los humanos."
"Espero que puedas empezar cuanto antes". ¡Cuanto antes empezara la construcción, antes podría tener un castillo!
Chui Shi asintió y dijo: "De acuerdo, haré los arreglos enseguida."
Una vez arregladas las cosas, Chu Feng e Ilya se marcharon.
Chu Feng respiró aliviado y dijo: "¡La sal es realmente popular aquí!"
Ilya asintió y dijo: "Sí. Sin sal durante mucho tiempo, es fácil que la gente pierda su fuerza. Los de la raza montañesa son muy fuertes. Pero si quieres que trabajen para ti, tienes que preparar más comida."
Mientras tuvieran suficiente comida, podrían permitirse un trabajo de alta intensidad. Sin embargo, cuando les faltaba comida, optaban por esconderse en las cuevas de piedra para conservar sus fuerzas. La sal era muy importante, pero la comida también.
Chu Feng asintió y dijo: "No debería ser un problema."
Luego pensó para sí: "La gente de este mundo debe tener unas necesidades de comida muy bajas. Mientras pueda llenarles el estómago, será fácil. Hay muchas cosas que pueden llenarles el estómago."
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CAPÍTULO 38. ESCULTURA
DE MADERA
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Casi estaba anocheciendo cuando Chu Feng e Ilya regresaron a la Aldea de la Media Luna.
Chu Feng volvió la cabeza y dijo: "¿Hay mucha gente mirándome?" había notado que muchas personas en el pueblo lo miraban en secreto antes, y ahora parecía que había más.
Sintió que la forma en que lo miraban se volvió más caliente que antes. Si no hubiera sido porque sabía que la gente del pueblo era hostil a la raza humana, habría pensado que estaban enamorados de él.
Ilya asintió y dijo: "¡Parece que sí!"
Chu Feng puso los ojos en blanco y preguntó: "¿Es por... los dulces?"
Ilya asintió y dijo: "Supongo que sí".
La noticia de que Chu Feng trajo una maleta de dulces se había extendido por todo el pueblo mientras estaba fuera.
Varios niños que habían comido los dulces elogiaron mucho el sabor, lo que inquietó un poco a los adultos del pueblo.
Mientras caminaba, Chu Feng detuvo repentinamente los pasos.
Ilya se volvió para mirarlo y preguntó: "¿Qué?"
Señalando una estatua de tigre en la distancia, Chu Feng preguntó: "¿Es una talla de madera?"
Ilya asintió y dijo: "¡Sí!"
Chu Feng estaba un poco sorprendido, "¡se ve tan exquisito!"
La estatua de madera del tigre parecía lánguida, pero le dio a la gente una sensación de asombro. Chu Feng tuvo la sensación de que el tigre podría cobrar vida en cualquier momento y le lanzó una garra.
A muchas personas en el país de Hua les gustaba construir un león de piedra como guardián de la casa. ¿Había la misma costumbre aquí?
"Sí. Las manos de Duvian son hábiles, pero tiene mal genio y odia mucho a los seres humanos." dijo Ilya.
Chu Feng, "..." otro que odiaba a la raza humana. ¿Cuántas personas aquí no odiaban a la raza humana?
"¿Alguna vez ha sido herido por la raza humana?" preguntó Chu Feng.
Ilya asintió. "Una vez fue atrapado por un traficante de elfos. Debido a que trató de escapar varias veces, le rompieron las piernas. Y luego, la raza humana relajó su vigilancia y encontró la oportunidad de huir."
Tomando una respiración profunda, Chu Feng pensó para sí mismo, 'la raza humana aquí parece ser bastante feroz. Soy un transmigrador. Tal vez me parezco a la raza humana aquí. Tal vez no somos de la misma raza en absoluto. ¡Soy inocente!'
Al mirar la cara preocupada de Chu Feng, Ilya dijo: "No te preocupes demasiado. Aunque Duvian odia a los humanos, es posible que no te odie."
Chu Feng, "..." ¡no se sintió consolado en absoluto! "¿En realidad?"
Ilya asintió y dijo con seriedad: "Yo también odio a los humanos, pero no te odio a ti."
Chu Feng, "..." ahora se sentía un poco consolado.
Aunque la relación entre los aldeanos de la Aldea de la Luna Creciente parecía ser buena, ya había propiedades privadas. La casa de Duvian estaba un poco en mal estado, por lo que debería pertenecer a los pobres.
Deben vivir de la agricultura y la caza. Las piernas de Duvian estaban heridas, por lo que no podía compararse con otros en la agricultura y la caza. Se esperaba que fuera pobre.
Ilya miró a Chu Feng y preguntó: "¿Te gusta esa talla de madera?"
Chu Feng asintió y dijo, "más o menos".
¡Aunque ya era multimillonario, no podía simplemente sentarse allí y no hacer nada todo el día! Tal vez fue una buena elección abrir un taller de talla de madera.
Había muchas maderas preciosas en este mundo. No fue fácil moverlos de regreso directamente. Si se convirtieran en exquisitas tallas de madera para la venta, sería mucho más conveniente.
En algunos aspectos, la raza de los elfos fue dotada por la naturaleza. La talla de madera tallada por Duvian era realista y absolutamente podría considerarse como el nivel de un maestro.
Frunciendo el ceño, Ilya dijo: "No creo que te dé esta talla de madera."
"¿Por qué?"
"¡Porque eso es un Stryn!"
"¿Qué es eso?" preguntó Chu Feng confundido
Entonces reaccionó, "¿Es una mitad bestia?"
Ilya asintió y dijo: "sí".
Chu Feng pensó: '¿Esta talla de madera está en su forma original? ¿Qué demonios? ¿Que Duvian esculpió una mitad bestia para proteger la casa? ¿Tienen una aventura?'
"Simplemente me gustan las bellas tallas de madera."
"A Duvian le gustan las tallas. Tiene muchas en casa."
"¿En realidad?" preguntó Chu Feng con gran interés.
"¿Quieres verlo?"
Chu Feng dudó por un momento y dijo: "¿Crees que le gustarían los dulces?"
Después de pensar por un momento, Ilya respondió: "tal vez."
Chu Feng pensó por un momento y dijo: "Regresemos primero. Traeré algunos dulces y luego iré a visitarlo". estaba demasiado gastado para ir con las manos vacías.
Ilya asintió y dijo: "Está bien."
Después de que regresaron a su habitación, Chu Feng sacó dos maletas y sacó algunos dulces. Después de pensar por un momento, tomó un poco de pan y papas fritas de la otra maleta. Ilya lo miró. "¿Lo que trajiste es toda comida esta vez?"
Chu Feng asintió, "sí, recuerdo que te falta comida aquí."
"Si un poco."
Chu Feng negó con la cabeza y pensó: 'De hecho, lo que traje aquí es comida chatarra, pero el problema de la comida y la ropa aquí no se ha resuelto.' No creo que les importe.
"Vamos."
Ilya asintió y dijo: "Está bien."
Cuando Chu Feng caminó hacia la sala de estar, vio a Gray.
Gray los miró y preguntó: "Hermano mayor, ¿a dónde vas?"
Chu Feng agitó la mano y dijo casualmente: "Hablaremos de un asunto. Los niños necesitan irse a la cama temprano para crecer más. Vamos. Duerme ahora."
Gray lo fulminó con la mirada y salió corriendo.
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CAPÍTULO 39. DUVIAN
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Fueron juntos a la casa de Duvian. Como dijo Ilya, Duvian parecía bastante frío.
Chu Feng pensó para sí mismo, '¡Realmente es cierto que la raza de los elfos son todos hermosos!'
Aunque Duvian parecía frío, era realmente guapo. Incluso en su mundo, era mucho más hermoso que esas celebridades. No era de extrañar que a los humanos les gustara cazar elfos como trozos de carne para su consumo exclusivo.
Pero en comparación, Ilya era más guapo.
"Ilya, ¿me estás buscando?" Duvian miró a los dos e ignoró a Chu Feng.
Ilya asintió y dijo: "Quiere comprarte una talla de madera."
Duvian miró a Chu Feng y dijo sarcásticamente: "¿No son todas las noblezas humanas aficionadas al oro y las piedras preciosas? ¿Desde cuándo les gustan las tallas de madera?"
"Yo no soy de la nobleza humana. Tus tallas de madera son hermosas. Puedo pagar por ello". Dijo Chu Feng.
Duvian levantó la cabeza y le miró fríamente.
Chu Feng sólo sintió que los ojos del hombre eran afilados, como si fueran a atravesarle. Al ser mirado así, no pudo evitar sentirse nervioso.
"¿Con qué quieres cambiarlo?"
Chu Feng sonrió y dijo: "Sal, caramelos, si lo necesitas, oro y plata también servirían."
Originalmente quería cambiar oro y plata en dinero después de transmigrar de vuelta, pero ya era súper rico después de vender las piedras de jade en bruto. Podía considerar cambiar de dirección, tal vez cambiar dinero por algo de oro y plata y traerlo.
Duvian lo miró fijamente durante un rato y dijo: "Quiero esto..."
"¡¿Patatas fritas?!" mirando las patatas fritas que sacó Duvian, Chu Feng sintió que su corazón se hundía de arriba abajo. ¿Le gustaba comer patatas fritas? ¿A una persona tan hermosa también le gusta la comida basura?
Duvian le miró y preguntó: "¿Lo tienes?"
Chu Feng asintió y dijo: "Sí, pero no mucho."
Duvian asintió y dijo: "si es así, puedes compensarlo usando caramelos."
Chu Feng asintió y dijo, "no hay problema."
Esta vez había traído muchos caramelos. Ilya dijo que los caramelos eran demasiado ostentosos, pero ya que los había traído, ¡tenía que encontrar la manera de deshacerse de ellos!
Quitándose la mochila, Chu Feng pensó para sí: "Afortunadamente, estoy bien preparado y he traído muchas cosas."
Como comprar la talla de madera de Duvian era el primer negocio después de llegar a la Aldea de la Media Luna, Chu Feng no era mezquino.
Le dio a Duvian una bolsa grande de caramelos, dos tarros de patatas fritas y una bolsa de pan.
Duvian los aceptó todos.
Y Chu Feng trajo dos grandes bolsas de tallas de madera. Ayudándole a llevarlas, Ilya preguntó con curiosidad: "¿son realmente útiles estas tallas de madera de tu lado?"
"Claro."
De todos modos, el costo de comprarlas definitivamente podía ser cubierto. Lo que le dio a Duvian sólo valía menos de cien en total.
Ilya asintió y dijo, "hay mucha gente en el pueblo que puede hacer tallas de madera, pero no tan buenas como las suyas..."
Chu Feng parpadeó y dijo: "Quizá la próxima vez. No puedo llevarme demasiados a la vez".
Ilya asintió y dijo: "Tienes razón."
En el fondo, se sentía feliz por Duvian. Duvian no llevaba una buena vida. Y él siempre había querido apoyarle, pero a Duvian no le gustaba aceptar el apoyo de los demás sin motivo.
Chu Feng miró al cielo y dijo: "Se está haciendo tarde. Volvamos y descansemos."
Ilya asintió y dijo: "Sí, es hora de volver a dormir".
Chu Feng dudó un momento y dijo incómodo: "¿Duermo contigo?"
Ilya asintió y dijo: "Sí, la cama de Gray es pequeña. Sólo puedes apretujarte conmigo."
Chu Feng, "..." ¡eso es realmente embarazoso!
Habiendo vivido tantos años en el país de Hua, su primer amor no había sido enviado. ¿Podía compartir una cama con alguien que le gustaba poco después de haber transmigrado aquí? Aunque realmente era literalmente dormir compartiendo una cama, parecía que había dado un gran paso adelante.
Mirándole, Ilya ladeó la cabeza y dijo: "Debes de estar durmiendo solo en ese lado, ¿no?"
Chu Feng, "Sí..." ¡Exacto! Había sido un perro soltero durante muchos años, por supuesto, había estado durmiendo solo.
Ilya sacudió la cabeza y dijo: "Si no te importa, puedo hacer una cama en el suelo."
Chu Feng sacudió la cabeza y dijo: "¿Cómo voy a dejarte dormir en el suelo? Aunque uno de nosotros tenga que dormir en el suelo, debería ser yo."
Ilya le miró y dijo: "Mi cama es realmente muy grande".
Chu Feng asintió y dijo tímidamente: "en realidad, me porto bastante bien cuando duermo y no ocupo mucho espacio."
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CAPÍTULO 40. SHAAR DE LA
RAZA DEL OSO RAMPANTE (1)
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Después de un día ajetreado, Chu Feng se tumbó en la cama y miró a la persona que tenía a su lado. Mientras tenía un gusano en la cabeza, pronto se quedó dormido.
La segunda mañana, cuando se despertó, el que estaba a su lado ya se había ido.
Mientras caminaba hacia el vestíbulo, se sobresaltó.
Toda la sala estaba ocupada por más de diez niños pequeños. Estaban todos los niños que vinieron ayer y algunas caras nuevas.
Mirándolos, Chu Feng incluso se preguntó si Ilya iba a abrir una guardería.
"¿Te has despertado?" dijo Gray.
Chu Feng asintió y dijo: "¡Sí!"
Gray levantó la cabeza, reclamando su mérito: "Les dije que no te despertaran."
Chu Feng, "..." ¿Así que estos chicos han estado esperando a que me levantara? Realmente me siento un poco avergonzado.
"¡Realmente un montón de niños!"
Gray asintió y dijo, "todos están aquí por ti."
Chu Feng, "..." ¡Pero soy humano! ¿No debería todo el pueblo odiar a los humanos? Con tantos niños aquí, ¿no tienen miedo de que los engañe?
"¿Yo? ¿Por qué?"
"Tienen algo para ti."
Varios chiquillos sacaron tallas de madera, una tras otra, y se las entregaron. La mayoría tenían formas extrañas, como si las hubieran sacado con prisas, bastante toscas. Aunque él quería tallas de madera, no como las de ellos.
Hace unos días, vio que un lobito intentaba empujarle con dificultad una talla de madera con forma de lobo.
La talla de madera en forma de lobo era incluso más grande que el pequeño lobo. Realmente... apestaba.
Pensó que su trato con Duvian debía ser conocido por los aldeanos. Entonces, ¿ahora todos querían seguir su ejemplo?
Estas tallas de madera no deberían ser hechas por estos niños. Tal vez alguien había tomado prestadas sus manos para enviarlos aquí. Esto significaba que la mayoría de la gente del pueblo quería hacer negocios con él, lo cual era una buena señal.
Con las manos en la cintura, Chu Feng preguntó: "¿Han desayunado?"
"¡Sí!", dijo un niño regordete.
En cuanto terminó de hablar, recibió un puñetazo de alguien a su lado. Rápidamente cambió de tono y dijo: "No, no, no. No he comido nada esta mañana. Ahora me muero de hambre."
Chu Feng se quedó mirando al chico durante un rato.
El niño gordo se sintió un poco avergonzado por la mirada de Chu Feng. Se sonrojó y dijo: "Ya he desayunado, pero aún me muero de hambre. Puedo comer mucho."
Chu Feng, "..." ¡Este chico es bastante honesto!
Así que sacó la maleta azul, la abrió y sacó una bolsa de pan frito, repartió una a cada uno, y luego sacó un paquete de piruletas y dos de cada uno.
"Tomen. Después de terminarlo, vayan a jugar fuera."
A los niños se les iluminaron los ojos cuando cogieron el pan y empezaron a atiborrarse.
"Dora, ¿esto es pastel?" preguntó Raúl.
Dora sacudió la cabeza y dijo: "la verdad es que no."
Raúl mordió el pan y dijo confundido: "¿no lo es? Pero se parece bastante al pastel que describiste la última vez. Riquísimo."
"Dora, ¿esto es mejor o el pastel?"
Dora dudó y dijo: "Las dos cosas."
"¡Dora, bien por ti! Si lo hubiera sabido antes, la última vez me habría escapado del pueblo y me habría aventurado con el hermano Ilya", dijo Raúl.
Las cosas que habían traído Dora y Gray ya habían provocado la envidia de los chicos de la aldea.
"Sí, absolutamente" las palabras de Raúl tuvieron eco en todos ellos.
Al oír las palabras de los niños, Chu Feng pensó: "Los niños pequeños de este pueblo son todos tan inocentes. Si realmente quisiera secuestrarlos, no debería ser una cosa difícil'.
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En casa de Duvian
"¿Estás haciendo tallas de madera?" preguntó Stryn.
Duvian asintió y dijo: "Sí".
"He oído que ha llegado un humano. Su origen es desconocido. No te dejes engañar por él", aconsejó Stryn.
Duvian dijo despreocupadamente: "No tengo nada que merezca la pena para que pierda el tiempo conmigo."
Stryn frunció el ceño y dijo: "No puedes decir eso". Duvian era guapo. Aunque fuera cojo, los nobles de fuera aún lo querían...
"¿Quieres unos caramelos?" Preguntó Duvian.
Stryn dijo con impotencia: "Los niños pequeños del pueblo se están volviendo locos por los caramelos. Esos pequeños tontos."
Duvian asintió y sólo respondió con un "oh."
"¿No estás preocupado?"
Duvian ladeó un poco la cabeza y dijo: "Gray dijo que le teme a las serpientes, a la altura e incluso a los bichos. Es débil en fuerza física. Si cruza la selva solo, estaría tan muerto. Así que no te preocupes."
Stryn asintió y dijo: "Eso es cierto. Aunque los humanos son malos y astutos, la mayoría teme a la muerte."
No había muchas cosas nuevas en la Aldea de la Media Luna. Por lo tanto, las cosas sobre Chu Feng era un tema candente ahora.
"Entonces, ¿quieres caramelos o no?" Duvian sacó una piruleta de tigre y se la mostró a Stryn. "¿Se parece a ti? La guardé especialmente para ti. Alguien vino a cambiarlo por monedas de plata, pero me negué."
Mirando la piruleta en la mano de Duvian, Stryn frunció el ceño y dijo: "No, no se parece a mí. Yo soy un tigre. Este caramelo parece un gato grande y torpe". ¡No es majestuoso en absoluto!
"¿No lo quieres?"
"¡Claro!" Stryn le arrebató el caramelo de la mano y le dio un buen mordisco. "Estos nobles humanos son tan aburridos. Han intentado hacer caramelos con diferentes formas. Pero de todos modos, se los comerían. ¿Para qué molestarse?"
Duvian se encogió de hombros y dijo: "¿Quién sabe?"
"¿Qué estás tallando?" preguntó Stryn.
Duvian ladeó la cabeza y dijo: "Algunos animales que los humanos quieren."
"¿Qué animales?"
Duvian sacó once caramelos y dijo: "estos pocos tipos, junto con el que acabas de comer, he oído de él que se llama doce zodiacos."
Stryn se sintió un poco avergonzado. "¿Así que todos estos son modelos? Entonces, ¿aún así me pediste que me lo comiera?"
Duvian sacudió la cabeza y dijo: "No importa. Lo he tenido en cuenta."
"¿Qué es esto?" Stryn cogió un caramelo y preguntó.
Duvian sacudió la cabeza y dijo: "No lo sé. Parece una serpiente, pero éste se parece más a una culebra. Pero, olvídalo". De todos modos, aquel humano dijo que podía intercambiar sal, azúcar, ropa y mochilas con sus tallas de madera...
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CAPÍTULO 41. SHAAR DE LA
RAZA DEL OSO RAMPANTE (2)
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Antes, las mochilas traídas por Ilya y Gray pusieron celosos a todos los aldeanos. A Duvian también le gustaban mucho.
Había mucha gente en el pueblo que quería una mochila. Aunque Duvian también la quería, no tenía muchas esperanzas. La importancia que Chu Feng daba a las tallas de madera le daba esperanzas.
Duvian siempre había tomado la talla de madera como un pasatiempo, y estaba muy contento de que ahora le resultara útil.
"¿Qué has comido?" preguntó Stryn.
Duvian levantó las patatas fritas que tenía en la mano y dijo: "Patatas fritas. He oído que es fácil engordar si las comes mucho."
Stryn asintió y dijo: "Estás muy delgado. Es bueno que engordes."
Duvian masticó las patatas fritas, parecía un poco embriagado.
"Por cierto, dijiste que alguien quería cambiarte los caramelos por monedas de plata. ¿Quién es? ¿Algún chico del pueblo?" preguntó Stryn.
Luego pensó para sí: "Después de que llegara ese forastero, esos niños tienen mucha suerte. Normalmente, apenas recibían un caramelo en un mes, y ahora todos tienen dos en el bolsillo'.
Duvian sacudió la cabeza y dijo: "No, es Shaar."
"¿Qué? ¿Shaar?" Stryn soltó un bufido frío, "esa cosa sin carácter."
Como hombre mitad bestia de la raza del oso rampante, Shaar tenía un temperamento muy violento. Cuando estaba fuera, había sido engañado por la raza humana para hacer trabajos forzados durante dos años, y siempre había odiado mucho a la raza humana. Antes, cuando sabía que venía un humano, había dicho que lo echaría en secreto sin decírselo al sacerdote. Ahora, ¡parecía que también era un depravado!
"Sabes, la raza oso no tiene ninguna resistencia al postre", se dijo entonces Duvian en su fuero interno, "Creo que debe ser que Shaar está demasiado avergonzada para saludar a Chu Feng, por lo que le estuvo molestando durante mucho tiempo aquí". Como resultado, tuvo que aceptar el intercambio con un paquete de caramelos.
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Sentado frente a la casa y cocinando unas gachas de mijo, Ilya dijo: "¿sólo necesitas comer unas gachas y carne asada?"
Chu Feng asintió y dijo: "Sí".
Ilya le miró y dijo con simpatía: "Debes de haber comido mucho mejor en aquel lado que aquí."
"En realidad no es tan bueno como crees". En la sociedad moderna, mientras quisieras, seguro que no te morirías de hambre. Sin embargo, en cuanto a lo que comerías, ¡hum! No sabías cuántas veces habían rociado insecticida y cuántas hormonas habían inyectado en la carne de cerdo.
Antes, cuando era mensajero y repartía paquetes, sólo tardaba en comerse dos bollos rellenos.
Aunque aquí había pocos cultivos, todos eran puramente naturales. Sabían bien.
Ilya se preguntó: "¿No es bueno tener tantas cosas buenas?"
Chu Feng, "..."
¡Parecía difícil de explicar! Los deseos de la gente siempre eran infinitos. Después de ya no tener que preocuparse por la comida, uno podría algunas otras cosas que querían.
Ilya cocinó una gran olla de gachas. Había muchos medio elfos en la aldea que sabían hacer ollas, y la mayoría de ellas eran muy exquisitas.
Pronto estuvo lista una olla de gachas. Ilya la probó y exclamó: "¡Sabe bien!"
Chu Feng sonrió y dijo: "Mientras te guste."
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Después de la comida, Ilya salió por algo. Chu Feng se sentó en el umbral, tomando el sol perezosamente.
Chu Feng descubrió que mucha gente en la Aldea de la Media Luna tenía la costumbre de sentarse delante de sus casas y tomar el sol después de comer. Lo había aprendido desde que llegó aquí.
Sentado allí, de repente sintió que alguien le espiaba.
"Gray".
Al oír la llamada de Chu Feng, Gray salió corriendo. "¿Qué pasa?"
Chu Feng levantó la barbilla: "Alguien asoma la cabeza en aquel rincón. ¿Quién es?"
Siguiendo la dirección que señalaba, Gray vio al que estaba junto a la pared. Su rostro se volvió serio. "Es Shaar."
Mirando la expresión de Gray, Chu Feng preguntó confundido: "¿Le pasa algo?"
Gray le miró con simpatía y dijo con una luz brillante en sus ojos, "como miembro de la raza oso rampante, Shaar es muy fuerte. Puede matar a alguien tan débil como tú de un puñetazo."
Chu Feng, "... "Él ya había sabido que era débil aquí. No había necesidad de seguir insistiendo especialmente en ello.
"Será mejor que te alejes cuando te encuentres con él."
Chu Feng frunció el ceño y dijo: "No es tan grave, ¿verdad?" ¿Por qué le pegaría sin motivo?
"Antes de que vinieras, no paraba de decir que te echaría con tal de que vinieras. Pero no te preocupes. Tiene miedo de mi hermano mayor. Aunque es fuerte, mi hermano mayor es lo suficientemente rápido como para cortarle el cuello". Gray dijo con orgullo.
Chu Feng, "..." Era cierto que Ilya era muy rápido. Si estuviera equipado con el Desert Eagle (una marca de pistola), su capacidad de combate sería varias veces mayor. Por desgracia, el negocio de las armas iba contra la ley.
"Pero mi hermano mayor no está por aquí ahora. Así que será mejor que te escondas", sugirió Gray.
Chu Feng pensó: "¡Ese tipo es tan feroz en su boca! Sin embargo, ese tipo se esconde allí como un ladrón. Parece que no es tan terrible como dijo Gray'.
Este tipo, de hecho, quería intercambiar algo de comida con él, pero no tenía cara para hacerlo. Cuanto más pensaba Chu Feng en ello, más pensaba que era así.
¡La comida deliciosa era un puente para conectar los corazones de la gente! No había nada en este mundo que no pudiera resolverse con comida basura. Si un tipo de comida basura no era suficiente, entonces más.