—Me gustaría enseñárselo la semana que viene, los encargados de la fachada vienen el sábado y será imposible mantenerlo en secreto durante mucho más tiempo.
—¡Tenemos que organizar una fiesta de inauguración!— exclamó Trish emocionada —todo el mundo tiene que saberlo.
Austin miró a Lester, quería ver primero qué opinaba de eso el padre de su novia, pero él siguió colocando los posters como si no hubiese escuchado nada.
—Necesitamos que vengan todos los famosos de Miami, la radio y la televisión, hagamos de esto el evento más importante del año.
—¡Pero tiene que ser una sorpresa!— se quejó Austin.
Había trabajado tanto que no podía imaginar otro resultado, hacer una fiesta podría parecer buena idea pero para él no lo era. Quería compartir ese momento con Ally y solo con ella.
—¿Y si publicáis la noticia de la inauguración después de que Austin se lo enseñe a Ally?— propuso Lester —así parecerá una fiesta exclusiva y seguro que se hablará mucho más de ello.
—Pero yo había pensado en promocionarlo en redes sociales, quizás dar la exclusiva en “El Show de Hellen” y que hubiese una alfombra roja, catering y...
—Puedes hacer todo eso, pero después de que Ally lo vea— dijo Austin de forma tajante.
Trish resopló pero no se atrevió a decir nada más, al fin y al cabo acababa de llegar allí y las decisiones le pertenecían a Austin; aunque sus decisiones fuesen horribles y ella pudiese hacer las cosas mucho mejor.
Sólo tenía que decirle a su amiga que no estaba viendo nada sospechoso y en unos días podría desvelarse el gran secreto.
•Miami, 2024•
—Recuerdo la fiesta de inauguración— dijo Megan emocionada —fue increíble.
—Muchas gracias por tu ayuda con las portadas de Cheetah Beat en las que aparecemos Ally y yo— contestó Austin —quedaron genial.
—¿Entonces nos encontramos de nuevo mañana?— preguntó Dez, que ya estaba saliendo por la puerta.
—Mañana tengo una reunión con los de Rolling Stone, ¿lo dejamos para pasado mañana?— contestó la periodista sonriente, al ver como el pelirrojo asintía y salía rápidamente añadió —yo también tengo bastante prisa, hasta entonces, que tengáis una buena tarde.
Austin, Ally y Trish se quedaron recogiendo los vasos de café vacíos y las galletas que habían sobrado. Las dos aprovecharon un momento en el que Austin no estaba cerca para hablar en susurros.
—Tenemos que hacer algo con Dez— dijo Trish —ya has visto como ha salido corriendo, seguro que va a ver a...
—Sshhh, que va a oírte— susurró Ally mirando a su marido.
—¿Aún no se lo has contado?
—No encuentro el momento... o las palabras...— murmuró ella bajando la cabeza —además eso es algo que debería hacer Dez.
—Tú y yo sabemos que eso no va a pasar— contestó Trish mientras ponía los ojos en blanco.
—Pero...
La mujer negó con la cabeza, el pelirrojo había sobrepasado todos los límites. Si ella le había descubierto Austin también podría hacerlo, además aún quedaba el tema de Carrie. No podía seguir así.
—Deberíamos irnos ya— dijo el rubio mirando la hora en su móvil —si no vamos a llegar tarde.
—Tienes razón— contestó Ally.
—¿Tarde adónde?— preguntó Trish curiosa.
—Hoy tenemos consulta con la obstetra, quieren comprobar que todo sigue bien después de...
Trish puso la mano en el hombro de su amiga, no necesitaba que terminase la frase.
—¿Puedo ir con vosotros?
Austin se encogió de hombros y miró a su mujer que asintió emocionada y dió un rápido abrazo a su mejor amiga.
—Ven en nuestro coche y luego te traemos, ya sabes que aparcar en el hospital es una pesadilla.
Los tres se subieron en el coche, Austin, a modo de chófer, conducía mientras las dos mujeres iban en los asientos traseros.
La radio se encendió automáticamente en cuanto las llaves hicieron contacto y la música empezó a sonar por los altavoces.
Call me criminal
I won't deny you make me want it all, everything you are
So lock it up, go on and try it
No matter what you do, I'm gonna steal your heart
I confess I kinda like it that you're innocent
Keeping up your guard
I'll break it down, so you can't hide it
No matter what you do, I'm gonna steal your heart
—¿Recuerdas cuando escribiste esta canción?— inquirió Trish.
—Sí, ese juicio fue horrible pero por suerte pudiste demostrar que yo había escrito la canción— respondió Austin.
—Dez y yo al principio pensamos que habías escrito esa canción para Brooke, la modelo de Europa e incluso para Kira.
Ally miró con atención a su amiga, Trish tenía esa expresión que ponía siempre que tramaba algo, pero en ese momento era imposible saber de qué se trataba.
—Y yo mientras tanto estaba completamente enamorado de Ally pero no os dabais cuenta— comentó Austin entre risas.
—Es curioso como a veces hay algo entre dos personas y los demás no son capaces de verlo.
—Supongo...— contestó Austin pensativo.
Ally empezó a entender adónde quería llegar Trish, sabía que estaba decidida a contarle la verdad sobre Dez a Austin pero ella no podía permitirlo, al menos no de momento.
—Ya estamos llegando— dijo intentando cambiar de tema —luego podríamos pasarnos por alguna pizzería y recoger la cena, seguro que los niños se alegran mucho.
Sólo pensar en comida hizo que Austin olvidase de lo que estaban hablando, en unos minutos llegaron al hospital y pese a lo que había dicho Ally antes pudieron aparcar rápido y cerca de la puerta.
Subieron hasta la planta de pediatría y prenatal y al salir del ascensor se toparon frente a frente con alguien a quien no habrían imaginado allí.
—¿Nelson? ¡Qué alegría!— exclamó Ally emocionada —¿Estás... de pie?
Las últimas veces que se habían visto Nelson estaba en una silla de ruedas, había perdido toda su vitalidad y su alegría habitual. Ahora parecía ser el mismo de siempre.
Los tres amigos no pudieron evitar bajar la mirada hacia su pierna, el joven llevaba pantalones cortos y pudieron ver con claridad el metal que ahora sustituía al miembro que había perdido.
—Suelo venir a hablar con los niños— dijo Nelson encogiéndose de hombros —les encanta ver mi pierna robot como la llaman ellos.
—Me alegro de que estés mejor, tenemos que quedar algún día pero ahora tenemos que irnos— se disculpó Ally.
Se despidieron y empezaron a caminar en direcciones opuestas, Austin miró hacia atrás. Nelson caminaba perfectamente, parecía que se había acostumbrado a la nueva pierna a la perfección.
Por fin entraron en la consulta, Ally se dió cuenta de que el corcho de la pared tenía dos fotos nuevas de bebés, ambas con la fecha de ese mismo día. Las dos mujeres se sentaron en las butacas que había frente al escritorio de la doctora y Austin se apoyó en la pared.
—Hola señor y señora Moon— saludó la mujer con una sonrisa.
—Ya sabes que me puedes llamar Ally— contestó esta amablemente —esta es Trish, mi mejor amiga, espero que no le importe que nos acompañe hoy.
—Futura tía favorita del bebé— dijo ella extendiendo la mano.
—Tengo los resultados de tus análisis— comentó la doctora después de estrecharle la mano a Trish —todo está bien, no parece que haya nada por lo que preocuparse, ¿podrías desvestirte para la ecografía?
Ally asintió y pasó al otro lado de la sala que estaba tapado por una cortina. Se quitó el vestido y se tumbó en la camilla. Con una mezcla de alegría y nerviosismo se dió cuenta de que le costaba subir, estaba apunto de terminar el segundo trimestre y su tripa había crecido considerablemente los últimos días.
—Estoy lista doctora.
—¿Podemos ir nosotros también?— preguntó Trish.
—Claro, quiero que escuches el latido tú también.
—¿Os parecería un buen momento para hacer una ecografía en 5D?— preguntó la doctora.
A Ally se le iluminó la cara por completo, no había podido usar esa tecnología cuando estaba embarazada de Alex y Ava porque aún no era tan conocida. Ahora podía hacerlo con la nueva bebé y no tardó ni un segundo en contestar.
—¡Sí! ¡Eso sería maravilloso!
—Dame unos minutos para preparar la máquina, ¿has usado cremas o lociones en la tripa estos últimos días?
—No, ¿por qué? ¿Debería?— preguntó preocupada.
—No— contestó la doctora con una sonrisa tranquilizadora —es mejor así, eso podría alterar las hondas y hacer que la imagen no sea tan nítida.
Cuando todo estuvo listo y la imagen se encendió en la pantalla todos soltaron un gemido de asombro.
—¡Se está chupando el dedo! ¡Mira!— exclamó Austin emocionado.
—¿No es lo más adorable que habéis visto en vuestra vida?— murmuró Trish.
Ninguno podía apartar los ojos de la pequeña personita que aparecía delante de ellos.
—Yo... no veo nada...— admitió Ally tras unos instantes de silencio —me recuerda a la lasaña que preparé el sábado.
—¡Ally! ¿Cómo puedes decir eso? Mira aquí está la nariz, aquí los labios y esta es su mano, ¿de verdad no lo ves?— dijo su amiga intentando controlar una carcajada.
—Pero... si eso solo son manchas anaranjadas— musitó ella preocupada.
—No se preocupe, es normal que al principio no puedas reconocer los rasgos— la doctora estaba intentando consolar a Ally pero ella estaba demasiado triste como para escuchar lo que decía.
No se creía que no pudiese reconocer a su propia hija, pero por más que miraba la imagen intentando descifrarla le resultaba imposible.
Su labio inferior empezó a temblar y al verlo Austin supo que debía hacer algo o su mujer estaría llorando a lágrima tendida en menos de un minuto.
—Tengo una idea— dijo emocionado —vamos a hacer que se mueva, quizás con otra postura puedas verla mejor, ahora tiene la mano delante de la cara y es complicado ¿podríamos quedarnos solos un momento?
La doctora le miró y tardó unos segundos en responder pero al ver la cara de ilusión de Austin y la decepción de Ally tuvo que acceder.
—No se me permite dejarles solos con la maquinaria... pero haré una excepción, tienen cinco minutos y por favor no toquen nada.
—Muchas gracias— contestó él —solo espero que funcione.
La doctora salió de la consulta y Austin se quedó mirando a Trish con rostro expectante.
—¿Yo también?— preguntó ella fingiendo estar ofendida.
Su amigo no respondió pero su expresión lo decía todo, la mujer agarró su bolso que descansaba en una de las sillas y salió al pasillo.
—¿Austin que planeas?— Ally estaba intrigada por lo que su marido acababa de hacer, tanto que se había calmado y sus ojos estaban cada vez menos acuosos.
Él se acercó a la tripa y sin dar ninguna explicación empezó a cantar.
Let me be your superhero
There isn’t a place I won’t go
Whenever you need me by your side
I’ll be there, be there
En ese momento Ally lo entendió, habían usado Superhero como canción de cuna para todos sus hijos, también cuando ella no podía dormir él la cantaba, si había algo que podía hacer que su hija se moviese era eso.
Never be afraid if you fall
I’ll carry you away from it all
Let me be your superhero
Let me be your superhero
—¡Mira Austin! ¡Está ahí! ¡Lo veo!
El bebé se había quitado la mano de la cara y aunque seguramente era imposible saberlo con seguridad parecía que estuviese sonriendo.
—Mira que carita. ¡Sigue!— Ally estaba tan feliz que por un momento olvidó todo lo que había pasado —mi pequeña Aria...
—¿Aria?
—Bueno, es provisional...— se excusó ella al darse cuenta de que no había tomado en cuenta a su marido para la decisión del nombre —podemos pensar otras opciones...
—No— respondió Austin tajante —me encanta.
—Al fin y al cabo he conseguido verla gracias a la música— explicó Ally.
—Entonces no tenemos que seguir buscando.
Austin sonrió y posó un beso en la frente de su mujer, ambos se quedaron mirando a su futura hija, tan inesperada como maravillosa.
Tras unos minutos notaron que alguien daba unos golpes a la puerta, la doctora y Trish entraron.
—Le he visto— contó Ally emocionada a su mejor amiga —mi Aria.
Perdón por tardar tanto en actualizar 😞
La mudanza me ha matado
Prometo volver a subir capítulos más seguido y de nuevo perdón por haceros esperar tanto