Capítulo 21. Entre la gente

166 19 7
                                    

Cuando Penny terminó de explicar como serían los cuidados de los gorilas, la prensa hizo todas las fotos y vídeos necesarios y el acto se dio por concluido Ally logró escabullirse entre la gente sin que nadie de su familia la viera.

Miró a su alrededor intentando localizar a Dallas e inconscientemente empezó a morderse el pelo, ¿qué hacía él allí? Ver a los animales seguro que no.

—Ally, te estaba buscando— escuchó una voz a su espalda.

—¡Dallas!— exclamó ella sobresaltada a pesar de que la búsqueda era recíproca.

El hombre se empezó a rascar la nuca y Ally recordó que esa era una de sus manías de joven, al menos no era ella la única a la que le costaba dejar los viejos hábitos.

—Yo... esto...— de repente Dallas empezó a titubear como si no estuviera seguro de lo que iba a decir —¿se lo has contado ya a Austin?

—¿Has venido hasta aquí solo para preguntarme eso?

Ally no sabía que pensar, ¿por qué tenía Dallas tanto interés? Seguro que sólo sentía curiosidad por lo que estaba pasando, esperaba que al menos no se lo contase a nadie.

—No, es que pensaba que quizás necesites a alguien para ir al médico, al ginecólogo o a lo que sea— murmuró nervioso —no me gustaría que estuvieras sola.

Dallas parecía no tener ni idea de que cosas tenía que hacer una mujer embarazada pero al menos se ofrecía a ayudarla y después de tantos años sin verse a Ally le pareció un gesto importante.

—No, no se lo he dicho —contestó ella finalmente a su pregunta —aún no se si quiere tener otro hijo.

—¿Tú quieres?

—Sí— contestó Ally sin dudarlo.

—Entonces él tendrá que aceptarlo, eres tú la que va a traer una nueva vida al mundo.

Ally se acarició la tripa, si había calculado bien estaba solo de dos meses por lo que faltaba mucho hasta que se empezasen a notar cambios visibles.

Una voz entre la gente les interrumpió y ambos se sintieron observados, como si les hubiesen pillado cometiendo un crimen horrible.

—¡Ally! ¿Dónde te habías metido?— preguntó Austin apoyando su mano en la cintura de su mujer.

—Cuando acabó el acto me perdí entre la gente, pero justo después me encontré con Dallas.

—Hola— saludó Austin estrechándole la mano —¿qué tal va el negocio?

—Genial, ahora es la mejor temporada para hacer surf y nos pasamos en el agua casi las 24 horas del día.

—¿Y no tenéis miedo de los tiburones?— preguntó Ava, que hasta ese momento se había escondido detrás de su padre.

Dallas rió y se agachó para estar a la altura de la niña.

—Al principio sí, pero desde que vieron que no era muy apetecible somos amigos— contestó señalando una enorme cicatriz que le recorría la pierna.

—Vaya, no me había fijado en eso, ¿que pasó?— preguntó Ally.

—En una inmersión nocturna se me quedó enganchada la pierna en un cubo lleno de restos de pescado que usamos para atraerlos, un ejemplar joven me mordió pero por suerte me soltó al instante, se ve que no estoy tan rico como el pescado podrido.

Dallas contó esa pequeña anécdota con una sonrisa pero en sus ojos se veía que había pasado mucho miedo, había estado cerca de perder la pierna.

When Future Becomes Past.Where stories live. Discover now