CAPITULO 3
Durante gran parte de la jornada, nos mantuvimos a paso lento sobre los ponis; Fili y Kili se acercaron a mí en varias ocasiones para conversar, me parecieron unos chicos muy simpáticos y enérgicos, sabía que me llevaría muy bien con ellos, al igual que con Bifur, era un enano muy simpático, si entendías Khuzdul podías mantener una conversación muy agradable y enriquecedora con él.
Sobre media tarde, Thorin, dió la orden de detenernos, le di las gracias al cielo por poder dejar descansar a mis posaderas de tanto trote, estaba acostumbrada a cabalgar, pero hacía mucho tiempo que no emprendía un viaje tan largo y me sentía algo adolorida, así que, decidí alejarme un poco de la compañía para poder estirar bien mi cuerpo.
Me senté con la espalda pegada a un árbol y estiré mis brazos hasta tomarme los pies y después, subí poco a poco, sentí como mi espalda crujía y me alivió, escuché a alguien acercarse y me giré para ver quién era, grande fue mi sorpresa al ver a Dwalin acercarse y sentarse junto a mí.
-Verá señorita, se que empezamos con mal pie y ahora que forma parte de la compañía, creo que debo disculparme de nuevo por mi comentario desafortunado de la otra noche- dijo Dwalin ,tan rápido, que apenas pude entenderle- y me parecería un buen comienzo si dejamos todo eso atrás y se sienta con nosotros a tomar el almuerzo.
-Por mi parte ya está todo olvidado señor Dwalin, no se preocupe- dije con una sonrisa-en cuanto al almuerzo, solo puedo decir, que me muero de hambre desde hace un par de horas, pero no quería decir nada.
-No es la única, Bombur en cuanto se ha bajado del poni ha comenzado a cocinar- me dijo con el atisbo de una sonrisa.
-Pues no hagamos esperar al gran cocinero- dije levantándome a la vez que él.
A penas dimos unos pasos cuando el olor a comida inundó mis fosas nasales, sin darme cuenta, aceleré el paso y me puse a un lado de Bombur, que me sonrió y comenzó a explicarme cómo estaba haciendo el guiso, yo puse toda mi atención, resulto ser una receta fácil y deliciosa. Tras disfrutar de un buen almuerzo, reemprendimos la marcha y me situé al frente, entre Gandalf y Thorin, sin darme cuenta, ya que estaba dibujando el paisaje.
-¿Está escribiendo alguna historia?- me preguntó Thorin sacándome de mis pensamientos.
-No, solo dibujo un poco el paisaje, me ayuda a despejarme- le respondí.
-¿Puedo verlo?- preguntó, parecía curioso.
-Aun no está terminado, pero no veo inconveniente- dije estirando el brazo para que pudiese tomar el cuaderno.
-Es hermoso-dijo en un susurro-¿dibujas solo paisajes?
-Dibujo un poco de todo, lo que me inspire en cada momento- respondí tomando de vuelta el cuaderno.
-Tiene un gran talento, señorita- me dijo Thorin con una inclinación de cabeza, yo le sonreí.
Seguimos con la travesía y al llegar la noche, hicimos campamento en una zona elevada , Bifur se encargó de encender el fuego, Dwalin , Oin y Gloin cazaron un par de conejos y los demás descargamos a los ponis para que descansasen de toda la jornada.
Tras una buena cena, a manos de Bombur, establecimos turnos de vigilancia para la noche, pero antes de poder pegar ojo, escuché el sonido de unos Huargos a lo lejos, como no estaba segura de si eran o no Huargos pregunté.
-¿Qué ha sido eso?- pregunté esperando confirmar mis sospechas.
-Orcos- dijo Kili con un tono de fingida preocupación.
-Degolladores- continuó Fili- habrá decenas ahí fuera, las tierras solitarias están plagadas.
-Atacan de madrugada, cuando todo el mundo duerme, son rápidos, no hay gritos- dijo Kili, como si estuviese contando una historia- solo mucha sangre.
-¿Os parece gracioso?- dijimos Thorin y yo a la vez, con un tono neutro.
-¿Os tomáis a broma un ataque de los orcos?- continuo Thorin.
-¿Habéis visto alguna ver a un Huargo abalanzarse sobre un ser querido apenas a un metro vuestro?-dije fulminándolos con la mirada antes de girarme para alejarme del campamento.
-Lo hemos dicho sin pensar- dijo Kili arrepentido.
-Ya, sin pensar- dijo Thorin molesto- no tenéis ni idea.
Pude escuchar sus pasos detrás de mí, pero no pare hasta llegar a una gran roca y sentarme, poco después él se sentó a mi lado.
-Discúlpalos, a veces no saben controlarse- me dijo en un tono amable.
-No te preocupes, se que son buenos chicos, pero no pude evitar que esas odiosas imágenes me llegaran cuando escuche los aullidos- dije recordando el combate con los Huargos que termino con mis padres.
-¿Quieres hablar de ello?- me preguntó mirándome a los ojos.
-No quiero aburrirte, fue algo que pasó hace mucho- le contesté sintiendo como mis ojos, poco a poco, se iban llenando de lágrimas.
-Me gusta conocer a mis amigos y compañeros- dijo tratando de animarme- tal vez te sientas mejor si lo cuentas.
-Está bien- dije en un susurro- Hace muchos años, fui con mis padres a visitar a mi tía Lobelia, a la vuelta, nos encontramos con una jauría de Huargos salvajes y nos atacaron. Mi madre sufrió las heridas más graves y poco después de llegar a casa murió- dije sintiendo como las lagrimas se desbordaban- a los pocos días, fue mi padre, las heridas y el saber que mi madre había muerto, lo dejaron sin ganas de seguir adelante Y tras prometerle que intentaría ser feliz, como él me pidió, murió en mis brazos, al menos se que ahora está con mi madre en un buen lugar, la sonrisa de su rostro, antes de dejarme, la tengo grabada a fuego en mi mente.
Al terminar de contar ese capítulo traumático de mi vida, subí la mirada y me encontré con Thorin, mirándome con comprensión, tristeza y admiración.
-¿Cómo puede una persona sufrir semejante perdida y ser alguien tan bondadoso y alegre como es usted?- me preguntó en un susurro.
-Usted podría decírmelo- le dije mirándolo a los ojos, esos hermosos ojos que me inundaban el alma- ha perdido más que yo, mucho más y aún así sigue adelante, lucha por lo que cree correcto y es una persona de buen corazón.
-¿Cómo puede estar segura de eso?- me preguntó clavándome su mirada- apenas me conoce desde hace un día.
-Es cierto, pero en este único día, usted ha sido amable conmigo, me ha ofrecido la oportunidad de encontrar un hogar, y puedo notar cómo se preocupa por cada miembro de su compañía- dije segura- será un honor poder llamarlo, mi rey, cuando consigamos nuestro cometido.
Thorin me miró y sonrió dejándome ver una brillante y hermosa sonrisa, nada que ver con esas pequeñas sonrisas ocultas que suele mostrar, me quedé encandilada por esa imagen, hasta que sentí unos pasos acercarse.
-¿Señorita, Noelia?- dijo la voz de Kili.
-Queríamos disculparnos por nuestra estúpida broma- dijo Fili.
Me levante de la roca a la vez que Thorin y vimos aparecer a los chicos entre los árboles.
-Queríamos gastarle una pequeña broma- dijo Fili- pero Gandalf ya nos ha contado lo ocurrido con sus padres, lo lamento.
-Espero pueda disculparnos, no queríamos hacerla sentir mal- dijo Kili.
Me acerque a ellos con cara furiosa y levante mis brazos como si les fuese a pegar un puñetazo a cada uno, al verme así los chicos se encogieron un poco, eso me hizo reír y les di un abrazo a los dos a la vez, ambos se sorprendieron.
-Por esta vez os perdono- dije separándome de ellos con una sonrisa- pero para la próxima os prometo que no podréis encargaros de engendrar herederos para el trono de Erebor.
Los dos tenían una cara de alivio y miedo que me hizo reír y por lo que pude escuchar a mis espaldas, no solo a mí me resultaba gracioso.
-¿Cómo puedes bromear con eso?- preguntó Kili con cara de espanto.
-Eso sería una tragedia para muchas mujeres- dijo Fili bromeando.
-Lo que realmente sería una tragedia sería dejarlos por ahí sueltos- dije caminando hacia el campamento-pobres damas crédulas que caigan en vuestras redes.
Dejando atrás a los muchachos y a Thorin me adentré en el campamento, Gandalf me hizo un gesto con la cabeza, preguntándome si estaba todo bien, le sonreí y pareció tranquilizarse. Me despedí de los enanos que estaban aún despiertos y me sumí en un profundo sueño.