<< La sorpresa >>
Amity tenía su teléfono totalmente preparado para recibir la llamada que agendó hace un par de semanas.
Había pedido a Camila y Luz mantenerse en la cocina para que ambas estuvieran presentes, ella no sería más que una intermediaria.
Aun no les había contado de que se trataba, pero ambas esperaron los pocos minutos que Amity les había pedido.
Eda estaba entre bastante trabajo, según comentó Hunter, por lo que se encontraba en su despacho en el segundo piso.
Por otro lado, Hunter se hallaba en el marco de la puerta de la cocina esperando con curiosidad la dichosa sorpresa.
De momento, el celular empezó a vibrar, Amity se adelantó, lo tomó y contestó.
—¿Hola?... si ella habla... buenas tardes guardia Wrath... si, acordamos treinta minutos con el juez, ¿está ahí?... de acuerdo, deme un segundo— mencionó mientras tapaba un poco la bocina del aparato, ahora viendo a las Nocedas, —sé que ha pasado un largo tiempo, pero creo que es algo que ambas merecen, esta es la sorpresa Luz...— mencionó poniendo el celular en altavoz y dejándolo cerca de la madre y la hija.
—¿Hola? — se escuchó la voz profunda de un hombre llamando del otro lado de la línea.
Camila reaccionó de inmediato cubriendo su boca con una mano en una total expresión de sorpresa.
Luz por otro lado, tenía una expresión confundida.
—¿Hola? — respondió Luz con curiosidad.
—¿Luz?... ¿eres tú?, ¿realmente eres tú? — la voz del hombre se quebró en mitad de la pregunta.
Y sólo entonces fue que Luz comprendió la situación.
—¿Papá? — dijo acercándose más al aparato.
Un sollozo se escuchó del otro lado de la línea.
—Manny, ha pasado mucho tiempo— mencionó Camila ya recuperada de su impresión inicial.
—Camila... si... lo sé. Yo... lo he intentado, pero aquí la seguridad es demasiada, no he podido contactarlas desde... ya casi una década— explicó él.
Amity distinguió unas cuantas lágrimas en el rostro de Luz, sin embargo, no estaba alterada.
—Pero, ¿has estado bien? — preguntó Luz rápidamente.
Una risa un poco acuosa se escuchó en la otra línea, —eso debería preguntártelo a ti, sigues preocupándote por mí. No has cambiado nada hija, aunque por lo que me he enterado te ha ido mejor, eso es bueno— comentó.
—Y, ¿cómo es que estamos hablando ahora contigo? — interrumpió Camila.
—Bueno... a mí me dijeron que fue un favor que pidieron los empresarios Blight.
Ambas vieron a Amity, quien sólo se encogió de hombros con una sonrisa, —lo acordé con mis padres—.
Luz se rio un poco ante esa respuesta —es grandioso poder oírte de nuevo papá... creo que tenemos mucho de qué hablar—.
Amity se despidió de Luz con un pequeño apretón en su mano, Luz lo devolvió antes de que la soltara.
En ese momento decidió darles un poco de privacidad a los Noceda, después de todo, debían ponerse al día.
Salió del comedor seguida de Hunter, quien la miraba aun en shock.
Una vez que llegaron a la sala se sentaron ambos en el sofá, y King subió directo al regazo de Amity, quien al ver al gato decidió darle unas cuantas caricias.
—Eso... si fue inesperado, ¿cómo es que pensaste en ello? — preguntó Hunter.
—Luz finge que no le afecta, pero la verdad es otra— Amity suspiró y volteo a ver a Hunter, —ella estuvo triste todas estas semanas después de la publicación de ese reportaje, siempre le preguntaban lo mismo. Además, es su padre, después de todo. Creo que ella necesita cerrar ese capítulo de su vida, ¿sabes?, simplemente hablar con él— explicó ella.
Hunter quedó pensativo ante tal comentario.
—Es muy noble lo que has hecho— dijo simplemente.
Amity se limitó a darle una triste sonrisa mientras seguía acariciando a King.
. . .
Pasaron aproximadamente veinte minutos y Eda bajaba las escaleras.
Vaya que esa reunión la tenía estresada, los inversores eran muy difíciles de convencer.
Antes de llegar, distinguió a Hunter y... ¿Amity?, aunque faltaba Luz.
Llegó a la sala buscando y volteando para todos lados, —¿y Luz? — les preguntó.
—Está con mamá Cam en la cocina— respondió Hunter, Amity sólo la saludó con una seña a la distancia, King se había dormido en su regazo.
—Y ¿qué se supone que están haciendo? — preguntó Eda acercándose a los chicos.
—Yo... puede que haya arreglado una llamada telefónica con el papá de Luz— confesó Amity un poco nerviosa.
El padre de Luz, vaya.
Eda había hablado de Cam sobre su pasado desde que se conocieron, el tema era delicado, porque más allá de las implicaciones de que él estuviera en prisión, era un tema sentimental complicado para Camila y Luz, Eda lo sabía.
Tomó asiento en el sofá de una plaza que estaba por ahí desocupado.
Tal vez... ¿debería ir y ver si estaban bien?
Sabía que Camila no había terminado mal su anterior matrimonio, pero no sabía cómo tomarlo ella misma.
—De cualquier forma, ya deben estar terminando de hablar, sólo les pude conseguir treinta minutos— comentó Amity moviendo a King al sillón.
—Yo... iré a ver si esta todo en orden— les dijo Eda levantándose todavía pensativa.
Se dirigió a la cocina, pero no interrumpió la conversación que estaba escuchando.
—Me alegra mucho saber que han salido adelante, es bueno saber que no jodí demasiado sus vidas— se escuchó del teléfono la voz de un hombre.
Una pequeña risa salió de Camila —está bien Manny, déjalo ir, ya te hemos perdonado—.
—Si, además podríamos idear algo, y si tratamos de apelar o...— empezó a sugerir Luz efusivamente.
—No, Luz— la detuvo su padre en seco —yo... estoy pagando por mis acciones del pasado, y ya hice las paces con eso, incluso aquí se puede hacer una vida. Lo único que me faltaba era despedirme de ti y de tu madre, no saben la tranquilidad que me trae saber que están bien, de verdad, no sé ni cómo agradecer que esto ocurriera—.
Eda distinguió que Luz y Cam habían llorado, justo ahora unas cuantas lágrimas más caían en sus rostros.
—De hecho, si puedes hacerlo— dijo Luz recomponiéndose un poco.
Eda escuchó esto y llamó a Amity, al hacerlo, naturalmente Luz y Camila se dieron cuenta de su presencia.
En lo que Amity se levantaba del sofá de la sala, Eda distinguió que Camila la llamaba estirando su mano en su dirección.
Se acercó y Camila la recibió con un gran abrazo, pronto sintió su blusa un poco húmeda justo donde reposaba el rostro de su esposa.
Ante eso apretó ella misma el abrazo.
A veces olvidaba lo cálida que podía llegar a ser su esposa y lo reconfortantes que pueden ser los abrazos.
. . .
—¿Qué pasó? — dijo Amity llegando a la cocina de nuevo y procesando la escena frente a ella.
—Recuerdas que te hablé de alguien especial, papá— dijo Luz haciendo una seña para que Amity se acercara.
Y ella lo hizo.
—Oh, cierto, todo esto fue gracias a tu chica, ¿está ahí? — se escuchó la voz de él.
—Hola, señor Noceda, si, habla Amity— dijo ella.
—Señorita Blight, déjeme agradecerle, de verdad no tengo ni palabras para describir lo bien que se sintió hablar de nuevo con mi hija. Ya me ha hablado de cómo se conocieron y yo mismo he estado al tanto de su vida en las noticias. Me alegra que haya encontrado a una buena pareja para ella, y déjeme asegurarle que de igual forma Luz haría lo que fuera por usted, muchas gracias— explicó él rápidamente, el tiempo se les estaba terminando.
—Lo sé señor Noceda y bueno... qué quiere que le diga, mientras Luz sea feliz, yo soy feliz— dijo Amity a forma de despedida.
Se escuchó una risa del otro lado de la línea —confío en que sea así... oh... si... bueno, ya tengo que colgar— mencionó él.
—Buena suerte papá y gracias por todo, cuídate— se despidió Luz de nuevo llorando.
—Adiós Manny, ojalá nuestras circunstancias hubieran sido mejores, que te vaya bien— también habló Camila, quien ya estaba más recompuesta.
—Gracias por sus buenos deseos, y... Luz... recuerda ser feliz, no importa que— esa fue la última frase pronunciada antes de que la llamada se cortara.
Un silencio sepulcral se instaló en la habitación.
Amity de pronto, sintió que Luz tiró de su brazo, haciéndola perder el equilibrio y caer sentada en sus piernas.
Antes de poder hacer cualquier otro movimiento Luz la envolvió en un fuerte abrazo y enterró su rostro en su cuello, en la que parecía ser su pose favorita para reconfortarse.
Entre sollozos, Amity escuchó un 'gracias' de parte de Luz.
Algo que, si le preguntabas, le rompía el corazón.
Amity se limitó a pasar los brazos alrededor de Luz tratando de consolarla, y en el proceso llorando un poco también, no podía imaginarse lo que sentiría si su padre terminase en circunstancias parecidas.
Pero iban a estar bien y juntas.
Eso era todo lo que importaba.
<< El siguiente es un bonus, que no es lineal a esta historia, pero que profundiza en las chicas. >>