POV BASTIAN DAVIS
—Te voy a extrañar— sostuve dándole un beso en la frente a Kiara, la cual tenía sobre mis piernas mientras ella jugaba con mi cabello.
—Solo serán tres días, además, no es como si saliera de Minnesota, solo iré al departamento de mi hermana y regresaré el domingo— manifestó juguetona.
—Que estés sola con tu hermana no me preocupa, lo que me preocupa es que estén con Nora— confesé haciéndola reír, — ¿Qué harán esta noche? — pregunté.
—Es viernes, quizás salgamos a un bar y con suerte nos encontremos con algunos caballeros guapos que nos inviten una ronda— verbalizó sin dejar de jugar con mi cabello.
Colé mi mano por debajo de su vestido acariciando su pierna.
—Pueda ser que te encuentres con algún hombre atractivo, el problema será quitármelo de las manos cuando lo tenga de frente, no tengo intenciones de compartirte ni siquiera con mi sombra, mocosa— sentencié subiendo mi mano a su cintura.
—Desconocía que fuese celoso y posesivo, señor Davis— susurró Kiara, mirándome fijo.
—Créeme pequeña, no te imaginas lo posesivo que puedo llegar a hacer contigo— declaré llevando mi mano al elástico de su braga.
—Bastián, estamos en la sala, alguien puede vernos— dijo Kiara, deteniéndome.
—Si ese es el problema, puedo ordenarles a todos los empleados que se marchen— sugerí lujurioso, esta mujer no sabía cómo me descontrolaba.
—Sabes que ya debo marcharme, puedes esperar a que regrese el domingo a casa, no será difícil— indicó Kiara, dándome un beso para después levantarse de mis piernas.
—¿Seguro que deseas estar este fin de semana con la odiosa de Nora y la intratable de Kate?, suena un plan bastante aburrido— comenté esbozando una sonrisa de lado.
Recorrí su pantorrilla con mi mano subiéndola por su pierna hasta llegar a su coño.
—¡Eres un idiota!, ¡no puedo creer que estes haciendo esto! — chilló intentando alejarse de mí.
Tomé a Kiara por la mano volviendo a sentar en mi pierna dándole un beso en su cuello.
—La odiosa de Nora es como si fuera tu hermana, y la intratable de Kate es tu cuñada, lo sabes, ¿no? — recriminó con obviedad.
Reí, me gustaba verla enojada.
—¡Idiota! — emitió, reí más fuerte.
—Lo que debes hacer es buscarle un novio a tu hermana, y un sumiso a Nora.
—¿Sumiso a Nora? — inquirió ella con extrañeza.
—Sería la única clase de hombre que le haría caso a ella, te lo puedo asegurar, Nora está loca— sostuve.
Kiara abrió su boca, pero en el momento que se disponía a responder, James abrió la puerta del
departamento.
—Disculpe, señor— enunció mi guardaespaldas bajando su cabeza.
—Te lo dije, no es buena idea que intentemos coger en plena sala— susurró lo mocosa.
—James, por favor lleva a Kiara al departamento de su hermana— le pedí.
Kiara se levantó alisando su vestido, yo me puse en pie al igual que ella.
—Ya debo marcharme— dijo dándose vuelta, abrazándome, me gustaba esta sensación de complicidad entre ambos.
—Pórtate bien— musité solo para ella.
—No lo sé..., a diferencia de los Davis, yo no nací en una manada, mi habilidad no es aullar, sino más bien quemar, ya sabes que dicen los Walton...
Clavé mis ojos en ella, la enana mordió su labio inferior, llevé mi mano a su boca acariciando su labio con mi pulgar.
—¿Segura que quieres irte? — indagué sintiendo como una erección crecía dentro de mi pantalón.
—Sí...
—No lo parece, porque si de verdad quisieras irte no estarías provocándome— expuse.
Kiara abrió su boca volviéndola a cerrar.
—Dime cómo le explico a mi polla erecta que no estará dentro de ti esta noche— solté.
—Creo que tu mano puede explicárselo— emitió sonriendo.
—Kiara...
—Buenas noches, bestia.
POV KIARA WALTON
Llegué al departamento de Kate primero que Nora.
—¿Qué haremos esta noche? ¿A cuál club iremos? — pregunté apoyándome de la isla de la cocina mientras Kate organizaba los platos de su cocina.
Me hermana se río sonoramente, entrecerré mis ojos sin comprender el motivo de su risa.
—¡Santos cielos! Pensé que el matrimonio te haría menos ilusa— manifestó Kate, sin dejar de reír.
—¿Qué? — inquirí al ver su cara roja.
—¿Quién dijo que saldremos de fiesta este fin de semana? Te invité para que tú y Nora me ayuden a organizar este departamento, ¡es un desastre! — exclamó mi hermana levantando sus manos señalando todo el lugar.
—¡Kate! ¡Dijiste que sería noche de chica! — grité.
—Sí, dije que sería noche de chica..., noche de chica limpiando y organizando— expuso de lo más natural.
Lo miré.
—¡No vine aquí para limpiar! — vociferé comenzando a correr hacia ella, mi hermana se movió rápido rodeando la isla para salir de la cocina.
—¡Me engañaste! ¡Dijiste que sería un fin de semana para disfrutar, no para ayudarte a organizar tu departamento de mierda! — rabié.
<<Iba a matarla>>
—¿Si te hubiese dicho que era para organizar hubieras venido? — preguntó.
—Pues..., pues..., claro que ¡no!
—Exacto, porque ¡te quedarías follando con Bastián! — gritó cerca de la puerta del departamento.
Lo único que me separaba de mi hermana eran algunas cajas con sus pertenecías y su nuevo sofá que aún seguía cubierto por el plástico.
—¡Podías contratar un personal para que te organizara el departamento como mucho lo hacen! — sugerí moviéndome hacia ella, pero Kate también se movió al mismo tiempo que yo.
—¿Y después no saber dónde se encuentran cada una de mis cosas? — reprochó.
Alguien tocó él timbré de la puerta, Kate se acercó abriendo la puerta, Nora entró con su maleta viéndome del otro lado de la sala roja de la furia.
—Ahhh, preguntaré una cosa, y sé que quizás luego me arrepentiré de haberla preguntado, pero como soy masoquista, lo haré de igual forma, ¿Qué sucede? — dijo Nora dejando su bolso encima de su maleta, mirándonos a Kate y a mí.
—Sucede, que Kate nos ha engañado, no estamos aquí para pasar un fin de semana de chica, ¡estamos aquí para ayudarla a limpiar y organizar su departamento! — grité como una loca.
Nora la miró.
—¿Qué? — inquirió Nora, sorprendida, —¡Atrápala! — ordenó corriendo hacia Kate.
Mi hermana emprendió la huida por el pasillo que conducía a las habitaciones encerrándose en su habitación.
Llegamos a la puerta golpeándola fuerte.
—¡Kate, abre la maldita puerta! — bramé molesta.
—¡Kate, si no abres derrumbaremos esta puerta! — amenazó Nora.
—¡Son patéticas! — contestó Kate, burlándose.
***
Luego de media hora, Nora y yo nos sentamos en el suelo apoyando nuestras espaldas de la puerta, Kate seguía negada a salir.
—¿Qué hacemos ahora?, ya estamos aquí— dijo Nora recostando su cabeza de mi hombro.
—Creo que no queda de otra más que empezar a organizar, con suerte terminaremos mañana— expresé resignada.
—De acuerdo, destaparé una botella de vino, dile a Kate que salga, no la mataremos, no aún...— sostuvo Nora poniéndose en pie saliendo a la sala.
Suspiré.
Me paré del suelo tocando la puerta.
—Kate, deberías de salir, empezaremos a organizar tus cosas y no sabemos en dónde vas a quererlas— vociferé para que me escuchara.
<<Aunque pensándolo bien, se verían genial en la acera al otro lado de la calle>>
—¿Lo dices en serio? — respondió con voz chillona.
—Sí, lamentablemente— informé entre dientes.
—No les creo, Nora y tú son abogadas, los abogados son mentirosos— recriminó mi hermana.
—No más que los empresarios— contrarresté.
—En cualquier caso, si no creo en hombres, menos en mujeres, sin mencionar que las dos están locas— declaró muy convencida.
—Si te quieres quedar encerrada está bien, yo me iré a la sala con Nora a ordenar— expuse cansada, marchándome.